“A mí no me va a pasar”. La negación es la típica reacción cuando pensamos en enfermedades. De jóvenes, damos por hecho que nuestra salud sexual durará para siempre…hasta que llegamos a los 50 o 60 años. Desafortunadamente, no tenemos una cultura de prevención de la salud. Ahora que estás a tiempo, te dejamos estos 5 consejos de expertos para cuidar la salud sexual masculina. ¡Toma nota!
Salud sexual según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La OMS define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad.”
Silvia Sanz García, psicóloga y directora de la clínica Psytel, agrega: “es tener relaciones sanas respetándose mutuamente, disfrutando del sexo, practicándolo de modo seguro, con protección y sin hacer nada que no deseen”.
El estilo de vida occidental (estrés, sedentarismo, mala alimentación, sobrealimentación, comida industrializada y ultra procesada, exceso de azúcares y grasas saturadas, uso de sustancias nocivas, etc.) parece ser un obstáculo para desarrollar el erotismo, la pareja e incluso el amor, opina Santiago Frago, médico y profesor del máster de Sexología de la Universidad Camilo José Cela.
Por el contrario, los hábitos saludables como una dieta balanceada, el ejercicio físico, controlar el estrés y abandonar adicciones como el tabaco y el alcohol, son una condición sine qua non para gozar de una buena salud general y sexual por mucho tiempo.
La Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS) señala que hay una relación directa entre la salud sexual y la mental. “Hay enfermedades mentales que pueden derivar en trastornos sexuales, ya sea por las propias patologías o por los fármacos para tratarlas. Tal es el caso de la depresión. Esto da lugar a un círculo vicioso, pues la imposibilidad de tener relaciones sexuales completas y satisfactorias, genera a su vez, depresión y ansiedad.”
En esto coincide con la opinión del doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group: “son muchos los hombres que habitualmente, visitan los consultorios de Boston Medical Group con un grado de afectación en su vida sexual. A ellos los ayudamos a enfrentar estas situaciones, provocando una mejoría en su vida sexual y, por ende, en su calidad de vida personal, laboral y familiar.”
¿A qué edad decae la salud sexual?
No existe una edad exacta, pero digamos que el promedio, es a partir de los 40 años.
Sabemos que el deseo sexual, el desempeño en la cama o la capacidad de erección, cambia según las etapas de la vida. Despues de los 50 años, se espera que la mayoría de los hombres noten un detrimento en la calidad de sus relaciones sexuales.
Esto debido a los cambios fisiológicos (bajos niveles de testosterona, enfermedades asociadas, pérdida de masa muscular, etc.), problemas emocionales y factores externos que afectan nuestra sexualidad.
A medida que envejecemos, la actividad sexual puede disminuir paulatinamente. Es algo natural. Sin embargo, no es una sentencia. Los hombres que llegan al 5º piso no están condenados a padecer disfunción eréctil.
Nadie tendría por qué conformarse con disfrutar del sexo a medias, ya que esto repercute en todos los aspectos de la vida. Se puede disfrutar de una salud sexual plena y un buen nivel de deseo sexual a cualquier edad, aunque a veces necesitemos de alguna ayuda farmacológica.
Para ello, es necesario replantearse el estilo de vida, la forma en que hemos estado practicando relaciones sexuales, nuestra situación de pareja y siempre tener presente que contamos con la ayuda de expertos que pueden dar los mejores consejos para cuidar la salud sexual masculina.
Es necesario abrirse a probar cosas nuevas, aceptar y adaptarse a los inevitables cambios físicos que llegan con la edad y darle un restart a nuestra vida sexual siempre que sea necesario. ¡Para eso están los sexólogos!
Para saber más sigue este enlace: Falta de deseo en hombres jóvenes. A los 50 años, ¿tenemos menos sexo?
Está demostrado que una persona puede seguir siendo sexualmente activa a cualquier edad, dependiendo de su estado de salud.
El sexo como tal no tiene fecha de caducidad
No hay una edad en la que debamos dejar de tener relaciones sexuales, por la razón que sea. Sin embargo, la vejez -además de los cambios- tiene una gran carga de prejuicios y rechazo. La asociamos a la decadencia, pero no necesariamente es así.
En una de esas, después de terminar de criar hijos o de jubilarnos, la vida sexual se vuelve más placentera, pues tendremos más tiempo para dedicarle al amor.
Existen muchos datos que así lo indican: entre los 75 y los 85 años, se puede seguir teniendo una vida sexual activa y satisfactoria.
La Universidad de Chicago realizó un estudio (2010) en el cual se descubrió que 40% de los hombres entre los 75 a 85 años, son sexualmente activos. La mayor parte de estos varones (70%) declararon “estar contentos con la calidad del sexo.”
Cabe aclarar que los investigadores observaron una relación directa entre un “excelente o muy buen estado de salud” y el interés por el sexo.
Además de la salud, hay otros aspectos que influyen para conservar la salud sexual masculina: las habilidades de comunicación, el estado de ánimo, despojarnos de inhibiciones y hasta el cuidado personal. Los metrosexuales nos han enseñado mucho a este respecto.
Sin importar la edad, siempre hay cosas que se pueden hacer para tener una vida sexual plena. Por eso, aquí te damos 5 consejos de expertos para cuidar la salud sexual masculina.
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Nunca te olvides del afecto
Las parejas que llevan mucho tiempo juntas, dan por sentadas muchas cosas. A veces nos olvidamos de los besos apasionados, los piropos, las caricias pícaras, el baile, la ropa sexy o dedicar tiempo a los juegos amorosos, aunque no tengan que ver con sexo.
Besarse y abrazarse es esencial para mantener los vínculos emocionales y físicos. Los sexólogos pueden instruirnos en técnicas de enfoque sensorial para recuperar la intimidad física sin sentirse presionado.
¡Tóquense el uno al otro! Hagan actividades juntos, hablen de sus cosas, háganse preguntas y sobre todo, escúchense mutuamente.
Afirma la sexóloga y terapeuta de parejas Nilda Chiaraviglio: “Es común creer que el deseo hacia la pareja con el tiempo desaparece. Puede ser que así sea si ustedes lo permiten.”
“Algunas personas se conforman diciéndose a sí mismas: “así es la vida”, y es en ese momento, dejan de hacerse cargo de su propio placer y disfrute…el rechazo o indiferencia de la pareja nos hace sentir solos, que no valemos la pena, que nadie nos quiere, o lo que es peor, que no podemos ser amados”, concluye Chiaraviglio.
Nunca se sabe si un beso francés nos llevará a la cama. La intimidad no es sólo genitalidad. Tomarse de la mano mientras caminan por la calle, pasar una mano por la espalda o ducharse juntos, puede ser tan sexy como un encuentro sexual.
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Ejercicios sexuales
Los ejercicios de Kegel sirven para fortalecer los músculos pélvicos. Brevemente: consisten en apretar el músculo que contraemos cuando tratamos de detener la orina, mantenerlo apretado dos o tres segundos y luego relájalo. Repetir 10 veces durante cinco series al día; es muy recomendable nunca realizarlos durante la orina; quizás solo para identificar cual es el movimiento adecuado, una vez identificado hacerlos en momentos distintos.
Mantener fuertes los músculos que usamos para el sexo, hará más intensos los orgasmos, ayuda a controlar el impulso eyaculatorio e incluso, son recomendados para quien padece incontinencia urinaria.
“No hemos ahondado con profundidad en la anatomía del piso pélvico”, afirma Janis Miller, profesora de obstetricia y ginecología e investigadora del suelo pélvico de la Universidad de Michigan (EE.UU.).
“Es una de las últimas fronteras de la anatomía, comparable con el cerebro.” Además, es el único sistema que podemos controlar voluntariamente.
Los ejercicios de Kegel son sólo una parte. Los expertos de Boston Medical Group indican que, cuando el pene no se ejercita por un tiempo largo, puede perder su capacidad elástica.
Las erecciones no sirven sólo para dar placer, sino para mantener sano el pene. Si tienes problemas con esto o por el momento, no tienes pareja sexual, puedes recurrir a la masturbación, la famosa bomba peneana o los juguetes sexuales.
El chiste es que pongas a trabajar los músculos y vasos sanguíneos de “tu mejor amigo”.
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Checa tus medicamentos
Antidepresivos, medicamentos para controlar la presión, para enfermedades cardíacas, para enfermedades hepáticas, diuréticos…son muchos los medicamentos pueden afectar la erección o el deseo sexual.
Lo ideal, sería que no tuvieras enfermedades que requieran de medicación especial de por vida, pero sabemos que eso es casi imposible considerando la edad a la que aparecen los problemas de erección.
Si estás tomando algún medicamento, consulta los efectos secundarios, pregunta a tu médico.
Padecer hipertensión, diabetes, afecciones cardiacas, problemas de próstata, depresión, ansiedad o lesiones graves que te impidan la movilidad, no deben limitar el disfrute del sexo.
Consulta con los expertos en salud sexual masculina sobre qué medicamentos pueden afectar la erección y para que te den una mejor alternativa.
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Considera la asesoría sexológica
No necesitas padecer una disfunción sexual para consultar al sexólogo. La asesoría sexológica es un pilar fundamental para mejorar tu vida sexual y mantener la llama encendida.
A veces, la falta de apetito sexual está relacionada con tu estado emocional, por eso, el especialista en psicoterapia sexual es el profesional indicado para ayudarte.
La terapia en pareja será muy útil para solucionar conflictos, facilitar la comunicación y reeducar en temas de erotismo, combatir el tedio, los problemas en la cama, la falta de estímulo adecuado o la pérdida de la novedad.
Según Medical News Today, “muchas personas experimentan un período de calma en el deseo y frecuencia sexual en ciertos momentos de una relación. Esto puede ocurrir después de estar con alguien durante mucho tiempo, o si una persona percibe que las cosas no van bien en sus relaciones íntimas.” Aprender nuevas herramientas y técnicas de prácticas sexuales, les ayudará a mantener una buena salud sexual. No olvides que la calidad de las relaciones sexuales es más importante que en la cantidad.
Si tus encuentros sexuales son menos frecuentes, pero son 100% satisfactorios para ambos, podemos hablar de una buena salud sexual.
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Alimentación y ejercicio
Ni modo, esto es un “must”. Nuestra alimentación y la falta de ejercicio, se reflejan en nuestro cuerpo, por dentro y por fuera.
Explica Boston Medical Group que el metabolismo transforma los nutrientes en energía para cumplir con las funciones vitales: respirar, pensar, caminar, dormir y tener relaciones sexuales. También produce hormonas como la testosterona, encargada de despertar el deseo sexual.
Los alimentos que contienen grasas saturadas, exceso de sal y carbohidratos(en especial el azucar), forman una placa en los vasos sanguíneos que obstruye la libre circulación de la sangre, principal causa de disfunción eréctil.
La alimentación deficiente también dificulta la producción de hormonas y óxido nítrico.
Si quieres gozar de una buena salud sexual toda tu vida, empieza por modificar tus hábitos alimenticios. Consume carnes magras, pescado azul -rico en omega 3- vegetales, frutos secos y frutas. Una dieta sana es básica para tener una vida sexual saludable.
Sumado a esto, el ejercicio ayudará a oxigenar la sangre, estimular la circulación, mantenerte en forma, con un peso saludable y tener una buena condición física para durar más en el sexo.
Además, el ejercicio produce endorfinas y otros neurotransmisores que elevan el deseo sexual.
Como ya sabes, el ejercicio reduce potencialmente el riesgo de padecer obesidad, diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas.
Consideraciones finales
Si eres propenso a padecer enfermedades asociadas a la disfunción eréctil, tomas medicamentos que puedan afectar, crees que han disminuido tus niveles hormonales o tu estilo de vida puede afectar tu desempeño sexual, toma en cuenta estos 5 consejos de expertos para cuidar la salud sexual masculina.
¡Hasta pronto!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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