Actualmente, tanto hombres como mujeres se preocupan más por su salud y por tener una vida sexual más plena. La Organización Mundial de la Salud define esta última como un estado de bienestar físico, mental y social.
Con el fin de que todos reflexionemos sobre la importancia de una sexualidad satisfactoria, la Asociación Mundial de la Salud propuso el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual.
“Adoptar un estilo de vida saludable es determinante para conseguir un óptimo desempeño sexual”.
Los excesos en alimentos “chatarra”, sustancias tóxicas como el alcohol o el tabaco y la falta de ejercicio, son causa no sólo de muchas afecciones, sino que pueden ser motivo también de fallos o disfunciones sexuales.
Los datos son muy significativos: casi el 68% de los hombres que acuden a consultas por disfunción eréctil presentan problemas de obesidad, lo que incrementa peligrosamente el riesgo de desarrollar diabetes e hipertensión.
Esto se vuelve un círculo vicioso, ya que al verse afectados los vasos sanguíneos por estas enfermedades, la capacidad de lograr y mantener una erección, disminuye. Es más, las estadísticas en Boston Medical Group indican que uno de cada cinco pacientes con disfunción eréctil padece también hipertensión o colesterol alto; y casi el 30% de los pacientes atendidos, son diabéticos.
Tiene lógica si consideramos que estos trastornos de la salud están directamente relacionados con el sistema cardiovascular, es decir, al estar obstruidas las arterias, la sangre no llega correctamente a los órganos, incluyendo el aparato sexual masculino, lo que afecta la erección, la eyaculación y hasta el deseo sexual. En el caso de la diabetes es todavía más serio, ya que si los niveles de glucosa en la sangre se mantienen altos por períodos prolongados, las arterias de todos los órganos se verán afectadas.
Por todo lo anterior es recomendable seguir un programa alimenticio sano y equilibrado, que contenga todos los grupos de alimentos como frutas, verduras, cereales y proteínas que provengan de carnes magras o pescado, fuente de omega 3. Deben evitarse las grasas saturadas y azúcares, causantes de la obesidad.
Aconsejan paralelamente, hacer ejercicio -de preferencia aeróbico- de manera regular, es decir, de 3 a 4 veces por semana como mínimo. La actividad física contribuirá a fortalecer el sistema cardiovascular, disminuyendo el riesgo de disfunción eréctil y estimulando el apetito sexual.
No podemos dejar de lado los aspectos emocionales que implica la práctica del sexo. Por ejemplo, en 2017, el día mundial de la salud sexual tuvo como tema central “Amor e intimidad en la salud sexual, una posibilidad para todas las personas”. La idea fue crear conciencia sobre la necesidad de los seres humanos de crear vínculos, aspecto fundamental en el ejercicio de una sexualidad sana.
Como conclusión, es necesario mantener una buena salud física y sobre todo, poner atención a las dificultades que puedan presentarse al mantener relaciones sexuales. Si existen dudas, por mínimas que sean, lo mejor es consultar a un profesional.
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¡Hasta pronto!
Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.
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