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Sexo en la adolescencia: primeras recomendaciones que conviene considerar

¿Tienes hijos adolescentes? ¡Prepárate! La adolescencia es una etapa de grandes retos para padres e hijos. El sexo en la adolescencia puede ser uno de los temas más difíciles de enfrentar, pero en la medida que ellos confíen en ti y que estén bien informados, el tránsito por esta edad será menos duro. Es indispensable abordar con franqueza y apertura, las preguntas sobre desarrollo sexual, deseo, identidad sexual y relaciones sexuales. Estas son unas primeras recomendaciones que conviene considerar sobre sexo en la adolescencia. ¡Acompáñanos!

La relación con los hijos y la importancia de las herramientas para su educación

Dicen que se prepara a los hijos para el camino, no el camino para los hijos. Para muchos padres, es difícil vencer la tentación de “evitar el sufrimiento” a los hijos. Desafortunadamente, esto no siempre es posible.

Lo mejor que podemos hacer es tenerlos cerca, crear una relación basada en la confianza, el respeto y el amor; estar ahí cuando nos necesiten, pero respetando su autonomía y dejándolos cometer sus propios errores.

Es duro, pero en la medida que les demos herramientas de educación, límites e información, ellos podrán tomar decisiones más asertivas.

Sexualidad en la adolescencia

Si tus hijos ya entraron a la etapa de desarrollo físico, donde los caracteres sexuales aparecen y empiezan a desarrollar un pensamiento más autónomo; debes estar preparado para observar su comportamiento sexual.

La sexualidad en la adolescencia implica mucho más que la capacidad para reproducirse. El adolescente enfrentará cambios emocionales muy fuertes. Experimentará por primera vez el deseo sexual, la necesidad de afecto de una pareja, sentimientos confusos, fantasías, y lo más importante: empezará a definir una identidad sexual, esa parte del individuo que le permite reconocerse y actuar como un ser sexual.

¿A qué edad se desarrolla la sexualidad?

De acuerdo con los expertos, la sexualidad se va formando gradualmente. Los cambios físicos y mentales en la pubertad y la adolescencia, se pueden clasificar por etapas:

• Adolescencia temprana (11-13 años). Se caracteriza por la velocidad de los cambios físicos. En lo sexual, siguen siendo como niños, pero empiezan a aprender y sentir curiosidad por su cuerpo.

Su deseo sexual no es como el de los adultos, sino que está más enfocado en la autoexploración (la edad de la masturbación). Aparecen los primeros impulsos sexuales y el deseo de contacto físico con el sexo opuesto.

En los niños, ocurre la espermarquia o primera eyaculación; en las niñas, la primera menstruación o menarquia.

Adolescencia media (14-17 años). Es la etapa final del desarrollo. Los órganos sexuales están listos para la reproducción y el deseo sexual se incrementa, lo que los acerca más al mundo de los adultos. 

Es la edad en la que los adolescentes se sienten “todopoderosos”, invulnerables, rebeldes, fuertes; los psicólogos lo describen como un comportamiento narcisista (no necesariamente malo). 

Empiezan a interesarse en las citas amorosas y las fantasías románticas, a buscar el contacto físico con otros y sí, queridos padres, es la edad de las primeras relaciones sexuales. Siguiendo sus impulsos sexuales, el adolescente pone a prueba su capacidad de conquista. 

Las relaciones sociales fuera de la familia, se vuelven lo más importante y deseable. Es en esta etapa que, al buscar su independencia y satisfacer su necesidad de pertenencia a un grupo social de iguales, “contraponen los valores y la educación sexual recibida de sus padres con la de sus amigos.” 

Con ellos hablan de sexo, a pesar de la poca o nula experiencia sexual. Aquí es donde hay que estar más atentos. La mala información y los mitos sobre sexo, conllevan grandes riesgos, pues el adolescente aún no ha desarrollado al cien por ciento su capacidad de juicio y discernimiento. Se guían más por el impulso.

Les es difícil medir las consecuencias de sus actos y utilizan los sentidos para expresar sus emociones.

Te invitamos a continuar leyendo aquí: El porcentaje de adolescentes que sufren trastornos sexuales. ¿Cómo les afecta esto en la vida? Preguntamos a los especialistas

Adolescencia tardía (17-21 años). Ya desarrollado completamente, en un cuerpo de adulto, el adolescente también ha evolucionado psíquicamente. 

Se espera que, si ha recibido una buena educación sexual y valores morales, sea más consciente de las consecuencias de sus decisiones y pueda mantener relaciones sexuales maduras y seguras.

A esta edad, los jóvenes han de procurar construir relaciones de pareja basadas en valores como la confianza, el respeto y la reciprocidad.

La responsabilidad de los padres

En la escuela, los niños y jóvenes reciben la educación básica en materia sexual y reproductiva. Sin embargo, los padres no deben confiar este pilar fundamental de la vida de sus hijos a los maestros. 

La educación sexual debe impartirse en casa, con información objetiva, orientación moral y mucha comprensión. De los recursos que los padres proporcionen a los adolescentes, dependerá el que ellos puedan evitar errores de juicio que pongan en riesgo su vida. No es exageración.

¿Quieres saber más? Sigue este enlace: Conoce las prácticas sexuales más arriesgadas entre los jóvenes universitarios y sus efectos a largo plazo

Opina Warren Seigel, M.D., director del Departamento de Pediatría y director de medicina adolescente en Coney Island Hospital (Brooklyn, N.Y): “los padres suelen tener sus propios intereses: no hagas esto ni aquello. Pero es necesario que tomen una pausa para analizar y dejen de lado las opiniones antes de entablar esta conversación.”

Hoy en día, los niños y adolescentes están expuestos a demasiada información de fuentes como internet. También vivimos en una cultura hipersexualizada, donde los adolescentes han adelantado la edad de tener relaciones sexuales, en comparación con sus padres o abuelos.

El cuento de la cigüeña o las abejitas ya no viene al caso. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los cambios en el cuerpo y los genitales son algo perfectamente natural y así hay que tratarlo, sin eufemismos.

Hay que advertir a los chicos sobre la presión de los compañeros, la glorificación mediática de la sexualidad irresponsable o las referencias inadecuadas como la pornografía.

“Hay muchas cosas en los medios de comunicación que no son apropiadas para una edad determinada”, afirma el Dr. Wibbelsman, coautor de El libro del cuerpo del adolescente y El crecimiento y los cambios. “Los padres no soltamos a nuestros hijos y les deseamos suerte antes de mandarlos al mundo por su cuenta. Los tomamos de la mano, les advertimos sobre los riesgos y confiamos en ellos dándoles más responsabilidad, solamente cuando tienen la edad suficiente y demuestran que están listos para manejarla.”

No podemos mantener a los hijos en una burbuja

Verán y escucharán cosas que les confundan, pero ahí estaremos para despejar sus dudas. 

Se estima que alrededor del 50% de los adolescentes pospone la actividad sexual hasta ser mayores. Pero la otra mitad no recibe suficiente información y las consecuencias son los embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual o abuso sexual.

Por estas razones, es importante empezar a hablar de estos temas antes del inicio de la pubertad, de acuerdo a la edad y juicio de cada chico, conforme él se vaya sintiendo cómodo y confiado.

Aconseja el Dr. Seigel, “lo más importante que debes enseñarle a tu hijo es la responsabilidad. Háblale sobre cómo tomar decisiones y hazle entender cuáles serán las consecuencias de éstas.” 

Orientación sexual

Actualmente se manejan tantos términos con respecto a la orientación sexual e identidad de género, que es fácil confundir tanto a adolescentes como a padres.

Comprender quiénes somos y hacia quiénes nos sentimos atraídos, toma tiempo. Conocer sobre orientación sexual en los adolescentes es importante para los padres.

Según la Fundación Nemours (Jacksonville, Florida), dedicada a mejorar la salud de los niños, “la orientación sexual es la atracción emocional, romántica o sexual que una persona siente hacia otra.” 

Algunos ejemplos

• Heterosexual. Personas que sienten una atracción romántica y física por el sexo opuesto. 

• Homosexual. Personas que sienten una atracción romántica y física por las personas del mismo sexo: mujeres por mujeres (lesbianas); hombres por hombres (gays). El término gay se utiliza para describir a las personas homosexuales de cualquiera de los dos sexos.

Bisexual. Sienten una atracción romántica y física por los miembros de ambos sexos, es decir, por hombres y/o mujeres indistintamente.

• Asexual. Personas que no sienten una atracción sexual por nadie y no tienen interés en el sexo, aunque sí pueden sentir cercanía emocional con otras personas.

En la adolescencia, mientras estamos en busca de nuestra identidad sexual, es común experimentar sentimientos físicos y románticos hacia personas de nuestro mismo sexo. Pasa con más frecuencia de lo que nos imaginamos.

Tener interés en una persona del mismo sexo no significa necesariamente que alguien es gay; del mismo modo, tener interés en alguien del sexo opuesto no significa que la persona es “hetero”. 

Algunas personas pueden ir más allá de sólo la fantasía y llegar a tener experiencias sexuales con gente del mismo sexo. Estas experiencias por sí solas no necesariamente definen una orientación sexual.

¿Por qué una persona es gay o heterosexual? La orientación sexual, ¿se elige? 

La mayoría de los expertos, como la American Academy of Pediatrics o la American Psychological Association, opinan que “la orientación sexual abarca una combinación compleja de factores biológicos, psicológicos y ambientales. Los científicos creen que los genes de una persona y los factores hormonales innatos desempeñan un papel importante.”

La mayoría de los especialistas en la materia coinciden en que la orientación sexual no es algo que una persona elige voluntariamente, sino que es un aspecto innato de quién es una persona.

Para los padres más conservadores, puede ser difícil aceptar que su hijo es homosexual o bisexual, lo que hace todavía más difícil esta etapa para los adolescentes con esta orientación. 

No hay nada malo en ser gay

Tanto jóvenes como adultos deben entender esto y de ser necesario, buscar el apoyo de un profesional que les informe y los guíe en el camino hacia la aceptación.

La Fundación Nemours, por ejemplo, cita una encuesta realizada en 2012 por la Campaña de Derechos Humanos, en la cual 92 % de los adolescentes LGBT habían escuchado cosas negativas sobre ser lesbiana, gay, bisexual o transexual.

El miedo a los prejuicios, al rechazo o incluso a la violencia, pueden llevar a los adolescentes no heterosexuales, a mantener en secreto o mentir sobre su orientación sexual.

Nadie tendría por qué avergonzarse de ser como es. Familiares y amigos deben brindar apoyo para que los adolescentes puedan vivir en plenitud su sexualidad, sin ocultar una parte tan importante de sí mismos.

Para los padres, puede ser difícil hablar de temas como sexo o drogas. Pero será peor no hacerlo. 

Estas son algunas primeras recomendaciones que conviene considerar para iniciar la conversación sobre sexo en la adolescencia

  1. Aprovecha el momento. Si se habla de sexo en un programa o una canción, aprovéchalo para sacar el tema. 
  2. Habla del tema con frecuencia. No es suficiente con una sola charla. Constantemente, mientras se va desarrollando su capacidad de comprensión, habla con tu hijo adolescente sobre el sexo seguro y responsable.
  3. Sé honesto y directo. Se vale sentirse incómodo, pero no dejes de hablar. Si no sabes cómo responder a una pregunta, ofrece a tu hijo buscar la respuesta o investigarla juntos.
  4. Expresa claramente la información sobre el sexo. Háblale sobre los riesgos emocionales, enfermedades de trasmisión sexual, embarazos no deseados, sexo oral y otras prácticas para las que debe usar preservativo. 
  5. Respeta el punto de vista de tu hijo adolescente. Dar órdenes o regañar, hará que el miedo rompa la confianza y la conexión. Recuerda que los adolescentes son rebeldes por naturaleza y harán justo lo que les prohíbas. Escucha, entiende las presiones a las que se enfrenta, así como los problemas y preocupaciones propios de su edad.
  6. Predica con el ejemplo. Las relaciones sanas, basadas en valores como la equidad, el respeto, el amor y el cuidado propio y del otro, se aprenden en casa. 
  7. Hazle saber a tu hijo adolescente que puede hablar contigo sobre sexo cada vez que lo necesite. “Me alegro que hayas acudido a mí”, es una buena frase antes de contestar una pregunta.
  8. Hablen sobre pornografía. Los jóvenes de hoy están cada vez más expuestos a la pornografía y deben saber que eso que ven no es la realidad. Explícale los riesgos del consumo de pornografía y los mitos que genera.
  9. No tengas miedo de abordar temas difíciles. La educación sexual incluye temas como la abstinencia (no mantener relaciones sexuales), el abuso sexual, la identidad de género, la orientación sexual y otros asuntos difíciles como los peligros de mezclar drogas y sexo.
  10. Enséñale que no significa no. Nadie puede presionar a alguien para tener relaciones sexuales. Cualquier forma de sexo forzado es violación, ya sea por parte de un extraño o de una persona con la que tu hijo adolescente esté saliendo.

Conclusiones

El sexo en la adolescencia es difícil de manejar, pero es posible si la primera recomendación que consideras, es que te mueve un amor incondicional por tu hijo, que deseas por sobre todas las cosas que sea feliz y que lo aceptas tal y como es.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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