La popularmente conocida como “mal de Parkinson” es una enfermedad del sistema nervioso que afecta el movimiento. Los temblores son uno de los síntomas más visibles, aunque también puede presentarse rigidez. La enfermedad de Parkinson puede afectar el desempeño sexual debido a la disautonomía -falta de control en los músculos-. Si bien los medicamentos pueden ayudar, éstos no están exentos de efectos secundarios sexuales. La atención médica integral es indispensable para dar una buena calidad de vida al paciente. ¿Cuáles son las complicaciones en la vida sexual masculina debido a la enfermedad de Parkinson? Lo explicamos en este artículo con base en información de especialistas.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
Según el Boston Medical Center (centro médico académico sin fines de lucro en Boston, Massachusetts), la enfermedad de Parkinson “es un trastorno neurológico que interrumpe el funcionamiento normal y la comunicación entre las células cerebrales.” Es una enfermedad progresiva, que no tiene cura y afecta principalmente a varones adultos mayores, aunque las mujeres también pueden padecerla. Se caracteriza por síntomas que comienzan muy gradualmente y se van acentuando conforme avanza la enfermedad. Uno de los más comunes es el temblor leve en una mano. En las primeras etapas, el rostro puede perder expresión, también se puede notar el balanceo involuntario de los brazos al caminar y dificultades en el habla.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Parkinson?
Para ser más específicos acerca de los síntomas de este trastorno, podemos decir que varían de persona a persona, pero la mayoría de los pacientes presentan los signos que enumeramos a continuación. A menudo comienzan en un lado del cuerpo y van empeorando en ese mismo lado, aunque eventualmente, la enfermedad afectará ambos lados.
- Temblores. Suelen comenzar en una extremidad como la mano o los dedos estando en reposo o bien, con lo que se conoce como el “temblor de la píldora”, que se refiere a frotar el pulgar y el índice de un lado a otro de forma involuntaria.
- Bradicinesia o lentitud de movimiento. Es posible que los pasos se hagan más cortos, tener dificultad para levantarse al estar sentado, arrastrar los pies o que las tareas cotidianas como bañarse o lavar platos, se vuelvan más lentas.
- Rigidez. La rigidez muscular puede presentarse en cualquier parte del cuerpo y con dolor. Esto es lo que impide la amplitud de movimiento.
- Alteración de la postura y el equilibrio. El cuerpo se encorva o se pierde el equilibrio.
- Pérdida de movimientos automáticos. Se reduce la capacidad de realizar movimientos normales como parpadear, sonreír o balancear los brazos cuando caminas.
- Cambios en el habla. Por ser una enfermedad del sistema nervioso, es decir, de origen cerebral, la capacidad de hablar se ve alterada de formas muy singulares. Por ejemplo, se puede empezar a hablar más lento o a bajo volumen, muy rápidamente, proferir insultos -aunque no sea una costumbre en la persona- o bien, dudar antes de hablar. También es posible que se pierdan las inflexiones, hablar en un solo tono.
- Cambios en la escritura. Se vuelve más difícil escribir y la letra puede parecer pequeña.
En materia de sexualidad, afirma Lidia López, portavoz del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología durante el encuentro “Más que pacientes Parkinson 2021”, que además de los problemas físicos, “los pacientes se enfrentan a otros problemas relacionados con la propia enfermedad o con efectos adversos de los fármacos. Un hombre puede tener la enfermedad de Parkinson y un problema de próstata, por ejemplo, sin que necesariamente estén relacionados. Por lo que, ante los problemas en la esfera urológica, se deben hacer revisiones como cualquier otra persona que no tenga Parkinson.”
¿Cuáles son las causas y los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson?
Básicamente, la enfermedad de Parkinson tiene que ver con un neurotransmisor cuyo nombre es muy conocido: dopamina. En las personas que padecen de este trastorno, parte de sus neuronas (células del cerebro) se desconectan o mueren de forma degenerativa, se trata de las células que producen dopamina, sustancia química relacionada con el movimiento y las sensaciones de gratificación y placer, entre muchas otras funciones. Cuando los niveles de dopamina disminuyen, la capacidad de movimiento se vuelve deficiente.
El origen de la enfermedad de Parkinson se desconoce, aunque existen factores que podrían ser la causa. Entre éstos se pueden mencionar:
- Genética. Se han identificado mutaciones genéticas que pueden causar enfermedad de Parkinson. Éstas son poco comunes, pero existen casos en los que varios miembros de una familia presentan la enfermedad.
- Desencadenantes ambientales. La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales como herbicidas y pesticidas, puede aumentar el riesgo de tener la enfermedad de Parkinson.
En varios estudios se han detectado cambios en el cerebro de pacientes con Parkinson, aunque no está claro el por qué. Se mencionan al ser una constante.
Presencia de cuerpos de Lewy. Son depósitos anormales de una proteína llamada alfa-sinucleína. Las masas de estas sustancias dentro de las neuronas, son indicadores de la enfermedad de Parkinson. Se cree que la formación de estos cuerpos, podría ser la causa más importante de la enfermedad de Parkinson.
Entre los factores de riesgo se encuentran:
- Edad. Es una enfermedad que rara vez se presenta en personas jóvenes como el actor Michael J. Fox, que con sólo 29 años y en la cima de su carrera, fue diagnosticado con Parkinson. Esta enfermedad suele manifestarse en la mediana edad o bien, hasta los primeros años de la vejez, alrededor de los 60 años o más.
- Género. Los hombres son mucho más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres.
- Bajos niveles de dopamina. Cuando la dopamina está muy baja, sentimos desgano, depresión, ausencia de deseo sexual (posiblemente, disfunción eréctil). Más que la producción de dopamina, es la mala distribución de esta sustancia en ciertas regiones del cerebro, lo que produce trastornos como el Parkinson o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
En términos generales, de eso se trata esta enfermedad que puede alterar todos los aspectos de la vida de una persona, incluida su vida sexual.
¿Cuáles son las complicaciones en la vida sexual masculina que representa tener la enfermedad de Parkinson?
Entre las complicaciones que representa tener la enfermedad de Parkinson, algunas pueden relacionarse de forma indirecta con la vida sexual y otras, estar más estrechamente asociadas.
La depresión y los cambios de humor, por ejemplo, son comunes cuando se recibe el diagnóstico de una enfermedad degenerativa, discapacitante y que no tiene cura. Será necesario buscar ayuda profesional (psiquiátrica) para lidiar con las consecuencias emocionales. Como sabemos, la depresión es causa directa de la baja de libido y muchas veces, de problemas de erección. Por otro lado, la ansiedad podría producir falta de control eyaculatorio, es decir, eyaculación precoz. Estos padecimientos también se asocian a los medicamentos indicados para aumentar los niveles de dopamina, que explicaremos más adelante.
Otra complicación en la vida sexual de hombres con Parkinson, puede ser los problemas de vejiga, como la incontinencia o dificultad para orinar. Los músculos del cuello vesical (esfínter urinario), encargados de contener la orina, se debilitan, lo que puede producir eyaculación retrógrada o eyaculación precoz.
La enfermedad de Parkinson produce también cambios en la presión arterial, ésta disminuye repentinamente (hipotensión ortostática), causando mareos, por ejemplo, al levantarse. Como sabemos, la presión baja puede derivar en disfunción eréctil.
El cansancio, la baja de energía o el dolor corporal derivados de esta condición, pueden ser un impedimento para mantener relaciones sexuales. De hecho, es común que los pacientes con Parkinson presenten una disminución del deseo sexual por los bajos niveles de dopamina.
El papel de la dopamina en la función sexual.
Recientemente publicamos un artículo sobre dopamina y vida sexual. Recordemos brevemente algo sobre este tema. La dopamina es el neurotransmisor que regula funciones como el movimiento, la memoria, el sistema de recompensas, el comportamiento, la atención, el sueño, el humor, el aprendizaje y desde luego, las sensaciones de placer.
También es una de las sustancias más importantes en el ciclo de respuesta sexual, junto con la serotonina, oxitocina y endorfinas, entre otros químicos que actúan para que el ser humano pueda completar el ciclo sexual y posteriormente, volver a un estado de relajación y bienestar.
La reacción en cadena de neurotransmisores se inicia en el cerebro activando todos los “interruptores” de los sistemas nervioso central y periférico, los impulsos son conducidos por la médula espinal y llegan hasta los genitales. Pero existe otra sustancia sin la cual, este ciclo no podría llevarse a cabo: el óxido nítrico.
Al liberar óxido nítrico, junto con la dopamina y oxitocina, se inducen las erecciones, es decir, todos los mecanismos de la respuesta sexual masculina, dependen del óxido nítrico en consonancia con la Dopamina, Oxitocina y Testosterona.
La dopamina aumenta la producción de óxido nítrico y a su vez, éste activa la producción de dopamina. Es un círculo que, si se rompe, la función eréctil no es posible.
Al disminuir los niveles de dopamina, pueden desarrollarse patologías como la enfermedad de Parkinson y la disfunción eréctil.
Esto nos lleva a una pregunta obligada: las personas con enfermedad de Parkinson, ¿siempre padecen disfunciones sexuales? Es decir, la disfunción eréctil o la baja de deseo, ¿son patologías asociadas a la enfermedad de Parkinson?
No necesariamente. Si bien los bajos niveles de dopamina pueden ser causa de estos padecimientos –Parkinson, disfunción eréctil y baja de deseo-, las disfunciones sexuales no son causadas por la enfermedad de Parkinson, aunque sí podrían llegar a ser complicaciones de la misma o bien, de los medicamentos indicados para tratar la enfermedad.
Explica el Dr. Francisco Appiani, Psiquiatra del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales de Neurología Hospital de Clínicas (Argentina): “De acuerdo a estudios recientes, las personas con enfermedad de Parkinson no tienen mayor frecuencia de disfunciones sexuales que la población general. En caso de que un paciente presente disminución de la libido, anorgasmia o disfunción eréctil, debe consultar a su médico tratante o a un especialista en urología, ya que deben descartarse otras causas que estén generando la disfunción. Debe considerarse que la depresión y la ansiedad no tratadas pueden causar disminución del deseo sexual. Otras condiciones médicas muy frecuentes como la hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia, pueden asociarse a alteraciones en la vida sexual. Por otra parte, algunos medicamentos pueden también estar relacionados a disfunciones sexuales.”
Algunos fármacos utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson pueden afectar la sexualidad de la pareja. Tal es el caso de los agonistas dopaminérgicos o fármacos inhibidores de la recaptación de dopamina que, al dejar disponible una mayor cantidad de este químico cerebral, pueden incrementar el deseo sexual del paciente de forma excesiva. A esto se le conoce como hipersexualidad y puede tornarse compulsiva, con la consecuente afectación a la pareja. Esto puede solucionarse con ayuda terapéutica y ajustando las dosis del medicamento.
A este respecto, opina Lidia López (Sociedad Española de Neurología): “es importante comunicar cualquier cambio o problema en la consulta médica para poder controlarlo lo antes posible. Tenemos, por ejemplo, en el ámbito de la pareja, la hipersexualidad. Si de repente hay matices que cambian muchísimo en algo tan íntimo como es la sexualidad, hay que dar la voz de alarma, ya que podemos tener un trastorno de control de impulsos pendiente de abordaje. También es importante vigilar en esta esfera los delirios de celos, puesto que pueden destruir familias.”
Cualquier disfunción o patología debe abordarse de forma integral. Las complicaciones en la vida sexual masculina derivadas de la enfermedad de Parkinson, deben tratarse con el especialista en neurología y con el urólogo y/o terapeuta sexual, sin temor y con apertura total. Las personas con Parkinson pueden tener una vida sexual plena adaptándose a sus nuevas circunstancias. Consulta a un experto en salud sexual masculina, él te dará un diagnóstico exacto sobre tu salud sexual, esté asociada o no al Parkinson, y te orientará sobre medicamentos, tipos de tratamiento y cómo mejorar tu vida en pareja.
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Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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