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Disfunción eréctil por estrés. ¿Cómo solucionarla?

El estrés nos juega muy malas pasadas: problemas gastrointestinales, dolor de cabeza, tensión muscular, ansiedad, enfermedades cardíacas y ¡disfunción eréctil! Vivimos tiempos complicados por la post pandemia y sus consecuencias económicas, laborales, de salud, crisis de pareja, en fin. Todos estos problemas han incrementado los casos de disfunción eréctil por estrés. ¿Cómo solucionarla? ¡Los expertos nos dan estos consejos!

¿Cómo el estrés afecta al organismo?

Es de todos sabido que el estrés afecta al organismo en muchos niveles. De hecho, es un importante factor de riesgo para los problemas de salud y el envejecimiento acelerado.

Así lo demuestra un estudio de la Universidad del Sur de California publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences

Esta investigación revela que “el estrés, los eventos traumáticos, la tensión laboral, así como el resto de factores estresantes cotidianos, acelera el envejecimiento del sistema inmunitario, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades causadas por infecciones virales o bacterianas”. 

A medida que las personas envejecen, el sistema inmunitario se debilita o degrada; a esto se le llama inmunosenescencia. 

El envejecimiento del sistema inmune está directamente asociado a enfermedades cardiovasculares -a su vez relacionadas con disfunción eréctil-, mayor riesgo de neumonía, menor eficacia de las vacunas, envejecimiento de los órganos y desde luego, el cáncer.

Los investigadores descubrieron que “la exposición al estrés es un factor de riesgo para la mala salud y el envejecimiento acelerado. El envejecimiento inmunitario, incluida la disminución de las células T ingenuas y el aumento de las células T diferenciadas terminalmente, juega un papel en la salud inmunitaria y el envejecimiento específico de los tejidos, y puede contribuir a un riesgo elevado de mala salud entre las personas que experimentan un alto estrés psicosocial”, aseguraron los autores.

Se entrevistó a 5.744 adultos mayores de 50 años, quienes respondieron un cuestionario para evaluar las experiencias con el estrés social como “los eventos estresantes de la vida, el estrés crónico, la vida cotidiana y discriminación”.

También se analizaron muestras de sangre mediante citometría de flujo. 

Resultó que “las personas con puntajes de estrés más altos tenían perfiles inmunológicos que parecían mayores, con porcentajes más bajos de combatientes frescos de enfermedades y porcentajes más altos de glóbulos blancos desgastados.” 

Durante el estudio, se controlaron factores de riesgo como la mala alimentación y la falta de ejercicio, mostrando niveles de envejecimiento inmunológico más bajos a pesar del estrés. 

Se concluyó que “las personas que experimentan más estrés, tienden a tener una dieta y hábitos de ejercicio más pobres, lo que explica en parte por qué tienen un envejecimiento inmunológico más acelerado”.

La edad en la que más hombres padecen disfunción eréctil es también la edad en la que aumentan los niveles de estrés.

El término crisis de la mediana edad “fue acuñado en 1965 por el psicoanalista canadiense Elliot Jacques para describir los desafíos durante el período normal de transición y autorreflexión que experimentan muchos adultos entre los 40 y los 60 años.”

Un estudio denominado The Midlife Crisis realizado por investigadores de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Singapur, analizó datos sobre salud mental en todos los grupos de edad.

Determinaron que la crisis de la mediana edad es real, pero, además, que “el estrés laboral alcanza su punto máximo aproximadamente a los 45, cuando las personas suelen sentirse abrumadas en su lugar de trabajo”.

Se observó que las tasas de insomnio, dolores de cabeza, ansiedad y depresión aumentan a llegar a la famosa crisis de los 40.

Resulta paradójico que las personas -especialmente los varones- experimenten mayores niveles de estrés justo cuando se supone que deberían ser más felices, sanos y con la vida laboral y económica resuelta.

“Estudios previos a la pandemia indican que una de cada seis personas en actividad laboral sufre de algún problema de salud mental y una de cada cinco, si se tienen en cuenta las adicciones”, afirma el medio Infobae, al citar esta investigación.

Las conclusiones del estudio que duró varias décadas, indican que existen “patrones de aumento en los datos sobre suicidio en la mediana edad, problemas para dormir, alcoholismo, dificultades de concentración y memoria, tensión laboral intensa, dolores de cabeza incapacitantes, sentimientos suicidas y depresión extrema.”

Las personas de entre 40 y 50 años mostraron dos veces más probabilidades de reportar problemas de salud mental, trastornos de sueño, infelicidad o depresión que las personas mayores de 60 y menores de 25 años.

Es de esperarse que todos estos problemas terminan afectando la vida sexual. La disfunción eréctil por estrés es una realidad que tiene su pico entre los 40 y los 50 años, independientemente de los factores de riesgo fisiológicos. Puedes leer más aquí: Problemas de erección a los 40 años ¿por qué ocurren?

Disfunción eréctil por estrés

Indican los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group que 20% de los casos de disfunción eréctil, son de origen psicológico.

Entre las causas más comunes de disfunción eréctil psicológica, están:

Estrés. El acelerado ritmo de vida, la saturación de información, las crisis de pareja, de salud y económicas, entre muchos otros factores, generan ansiedad, miedos y muchas otras emociones negativas que repercuten en nuestro desempeño sexual.

Y ya que hablamos de eso, el desconcierto por nuestro desempeño sexual puede ocurrir a miles de hombres, ya sea momentáneamente o de forma persistente. Cuando sucede, el individuo tendrá un temor constante de volver a fallar, provocando un bloqueo que le impide tener la erección.

Sentimientos de culpa

Ocurren al sentir que no podemos satisfacer las necesidades sexuales de la pareja. 

Depresión

Repercute física y psicológicamente en el individuo; la disfunción eréctil es un rasgo frecuente de esta enfermedad mental, indica BMG

Es común que los afectados presenten disfunciones sexuales como falta de deseo, impotencia o eyaculación retardada. 

Las alteraciones químicas en el cerebro, además de los efectos secundarios de los medicamentos, son causa de disfunción eréctil psicológica.

Experiencias traumáticas

Personas que han sufrido abuso infantil son propensas a perder interés por el sexo, desconfiar y desarrollar impotencia.

Problemas de pareja

Pueden ser de cualquier tipo: falta de interés, de atracción, rutina, rencores guardados, culpa o mala comunicación, entre muchos otros. 

Baja autoestima

Cuando la inseguridad o los pensamientos negativos invaden nuestra mente, el cerebro deja de prestar atención a los estímulos sexuales que llegan a través de los sentidos. Cambiar la percepción que tienes de ti mismo, mejorará tu vida en todos los aspectos. 

La propia disfunción eréctil

Cuando un hombre ve minada su capacidad para tener relaciones sexuales completas, le invaden el desconcierto, la tristeza, el enojo, el miedo y la inseguridad. El hombre tiende a evitar los encuentros íntimos.

Independientemente de si las causas de la disfunción eréctil son orgánicas o psicológicas, los efectos emocionales que genera la pérdida de la función eréctil, son más o menos similares. 

Es por eso que el problema debe abordarse tanto a nivel físico como psicológico, con profesionales de varias disciplinas, para romper el círculo vicioso. Si deseas saber más puedes leer aquí: ¿Tu problema de disfunción eréctil te provoca inseguridades? Te enseñamos cómo afrontarlo

Disfunción eréctil por estrés. ¿Cómo solucionarla?

Las personas que sufren altos niveles de estrés, ya sea por el trabajo o por alguna circunstancia familiar, suelen ver afectado su estado de ánimo y vitalidad para realizar las actividades del día a día. 

Sabemos que el mecanismo que produce la erección, inicia en el cerebro que, al ser estimulado, envía la señal al cuerpo para reaccionar en consecuencia.

Si la persona tiene problemas para concentrarse, este proceso se ve interrumpido.

Por otro lado, cuando un organismo es expuesto al estrés, genera una hormona llamada cortisol -hormona del estrés- que ayuda al cuerpo a producir la energía adicional para enfrentar las situaciones que el cerebro percibe como “peligro”. 

Si estas situaciones no son resueltas y el cortisol sigue aumentando por meses o años, los daños al organismo serán mayores, afectando varias de sus funciones vitales, incluida la función sexual. 

De acuerdo con Boston Medical Group, “de 3.743 pacientes atendidos por disfunción eréctil en sus clínicas entre 2017 y 2018, 23% sufrían de estrés, un síndrome que estaba presente en el 15% de los 1.498 hombres que acudieron a consulta por eyaculación precoz durante el mismo periodo.”

Cuando la disfunción eréctil es causada por una alteración de las emociones, el proceso de recuperación puede ser complicado, ya que será necesario indagar en la psique del paciente, para saber qué es lo que le está impidiendo vivir su sexualidad con normalidad. 

Reconocer que se tiene un problema de índole sexual no es fácil para un hombre; a esto, sumemos la resistencia a aceptar que se está atravesando por un momento de “debilidad emocional”. 

La pareja puede ser de gran ayuda para abordar el tema, desde luego de forma empática y compasiva. Los reclamos de nada sirven.

Lee aquí para seguir informado: Empezar cuanto antes con el tratamiento para la impotencia psicológica, es vital

ya que el sexo es un pilar fundamental para el bienestar integral y porque, mientras más tiempo pase, la disfunción eréctil psicológica podría volverse un problema crónico y/o fisiológico.

Cuando el pene no se ejercita por un tiempo prolongado, los tejidos que le dan su capacidad eréctil, pueden perder elasticidad. 

Además de tratamiento integral, Boston Medical Group te ofrece estos consejos para ayudarte a solucionar la disfunción eréctil por estrés

• Apóyate en tu pareja. Si el sexo se practica con alguien de confianza, hay que hablarlo con la otra persona para liberar las tensiones y afrontar juntos el problema. Incluso si son relaciones esporádicas es recomendable compartir las preocupaciones.

• Haz ejercicio. El ejercicio físico no solo ayuda a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades, sino que mejora la potencia sexual. El ejercicio aeróbico y cardiovascular ayuda a los hombres a mantener el pene y el sistema circulatorio en óptimas condiciones. Además, la actividad física genera endorfinas y testosterona, indispensables para estimular el apetito sexual y liberar el estrés.

• Aliméntate sanamente. La alimentación influye 100% en la salud sexual. Consume alimentos ricos en Omega 3 (nueces, aceite de oliva, atún), que generan dopamina en el cerebro y favorecen el deseo sexual. 

También los productos ricos en proteínas, antioxidantes y zinc ayudan a mantener los niveles de testosterona y retrasar el envejecimiento celular.

• Aprende técnicas de relajación. Incorpora a tu rutina diaria técnicas como la respiración profunda, mindfulness, meditación o yoga. Estas disciplinas te ayudarán a lidiar con el estrés y pueden ser muy útiles durante las relaciones sexuales para no perder la erección.

• Revisa tus medicamentos. Según BMG, alrededor de 50% de los pacientes que toman antidepresivos han sufrido disfunciones sexuales como falta de apetito sexual, disfunción eréctil o retraso del orgasmo.

Puedes pedir a tu médico que ajuste las dosis o te dé alternativas de fármacos que no actúen sobre los niveles de serotonina. Pero como siempre advertimos: nunca abandones el tratamiento por cuenta propia.

• Recuerda que el sexo es un placer, no una obligación. Forzar las relaciones sexuales cuando uno se siente estresado, suele acabar en fracaso. Es mejor centrarse en los preliminares, disfrutar de los besos y las caricias para poder relajarse. Y si no hay erección, no pasa nada, habrá otros momentos más propicios. 

• Acudir con los expertos en salud sexual masculina. El estrés no es algo que se quite solo. A veces debemos asumir que se tiene un problema y acudir con un especialista. 

Conclusiones

Existen diversas opciones de tratamiento con altos índices de éxito en la recuperación de la calidad de vida de los pacientes que sufren de disfunción eréctil por estrés, como la psicoterapia y la asesoría sexológica.

Al igual que con una enfermedad física, la mente también puede necesitar tratamiento profesional para sanar y no hay nada malo en ello. El psicólogo será un guía para aprender a manejar emociones como el estrés y a recuperar tu autoconfianza.

La asesoría sexológica. Es un pilar fundamental del tratamiento integral, pues se enfoca en las causas del problema y ayuda a modificar aquellas conductas que nos están impidiendo disfrutar de una sexualidad plena. 

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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