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¿Es mayor el porcentaje de disfunción eréctil en el colectivo gay? ¿Qué dicen los datos?

La disfunción eréctil afecta a millones de hombres en el mundo sin distinción de raza, preferencia sexual o situación de pareja; aunque sí hay un factor diferenciador significativo: la edad. La incidencia de problemas de erección es mayor en hombres de edad madura, a partir de los 50 años, y va incrementándose con el tiempo. Sobre esta base, se puede afirmar que los homosexuales experimentan la disfunción eréctil de la misma forma que los heterosexuales, no importa si se plantea o no el coito dentro de la relación sexual. Tan es así, que las estrategias de tratamiento en homosexuales son exactamente las mismas que se aplican en pacientes heterosexuales. Pero, ¿es mayor el porcentaje de disfunción eréctil en el público gay? Esto es lo que dicen los datos y lo compartiremos contigo en el desarrollo de hoy, ¡acompáñanos!

Hombres gay en el mundo

Es difícil determinar un porcentaje de hombres gay en el mundo y más aún, un número exacto de hombres homosexuales con disfunción eréctil, ya que acudir a una consulta médica por problemas de salud sexual, es algo que los hombres en general suelen evitar o postergar por miedo a ser juzgados, a que se cuestione su hombría o simplemente, por pudor. Si a esas barreras sumamos el temor a la discriminación, será aún más complicado que un varón homosexual, hable abiertamente de sus preferencias con el médico, si no por “vergüenza”, sí por considerarlo algo irrelevante.

Realizar un estudio demográfico para identificar las proporciones de las diferentes orientaciones sexuales, es complicado. Las mayores discusiones se plantean en el proceso de recolección de datos y en la metodología del proceso. 

Hay complicaciones -muy justificadas- para que las personas contesten de forma honesta dado que se trata de preguntas comprometedoras para muchas personas. Respecto a la dificultad metodológica, tanto la conceptualización y la creación de indicadores que puedan ser medidos en los estudios de sexualidad también es complejo, puesto que los sujetos en estudio podrían no compartir una interpretación o que no todas las personas pueden ser estudiadas. 

Para lograr tener datos numéricos sobre estos temas, habría qué preguntar a los expertos en salud sexual masculina, qué porcentaje de sus pacientes son homosexuales y cuántos de ellos padecen disfunción eréctil. Nuevamente, resulta difícil obtener datos exactos considerando que la homosexualidad no sería el motivo de la consulta, sino los problemas de erección y, como ya hemos dicho, éstos se tratan de la misma forma en pacientes gays y heterosexuales.

En México por ejemplo, se calcula que aproximadamente 11% de la población se considera no heterosexual, al menos así lo reveló la encuesta LGBT+ Orgullo 2021 elaborada por la consultora Ipsos.

En este sondeo participaron 19 mil 069 adultos en línea de entre 16 y 74 años en 27 países, de estas personas, el 3% declaró ser lesbiana, gay u homosexual; 7% se considera bisexual; 1% asexual y 1% eligió la opción “otro”.

Por otro lado, 3% de los mexicanos entrevistados se consideró “distinto del género masculino o femenino”: así, el 1% se identificó como transgénero, no binario, no conforme, de género fluido o de otra manera, y 2% optó por no contestar.

Los datos provenientes de encuestas relacionadas con estigmas, deseos o actividades privadas, son frecuentemente fuentes de segmentación o de falta de rigor. Las personas encuestadas suelen evitar contestar las preguntas en presencia de encuestadores. Es por eso que los métodos de recopilación de respuestas anónimos y en línea, mejora la sinceridad en la respuesta. Aun así, las respuestas siempre estarán sesgadas por criterios personales, es decir, lo que cada persona entiende por preferencia o comportamiento sexual.

En los estudios que tratan de medir la actividad sexual, los encuestados pueden tener diferentes ideas sobre qué es un acto sexual. La masturbación mutua, por ejemplo, puede estar incluida en algunos estudios, mientras que en otros, no se contempla.

Otra dificultad importante para determinar si es mayor el porcentaje de disfunción eréctil en el público gay, es que existen muchos componentes biológicos y psicosociales para explicar el sexo y el género; una persona podría no identificar claramente a qué clase o categoría pertenece. En la encuesta anteriormente mencionada, 15% de los adultos encuestados fueron incapaces o no dispuestos a definir su orientación sexual.

¿Es más frecuente la disfunción eréctil entre los homosexuales?

Hoy en día existe mayor apertura para aceptar las diferencias y se ha avanzado mucho en la defensa de los derechos de la población LGBT. Sin embargo, en el campo médico, aún hay muchas antiguas costumbres y cabos sueltos. Pacientes y médicos aún son reacios a hablar con naturalidad de prácticas sexuales entre hombres. En el caso de los varones bisexuales o que han tenido encuentros fortuitos con otros hombres, es más difícil que expongan este tema ante el médico, por temor a ser juzgados o porque no lo consideran trascendente. Si a esto sumamos el temor a la homofobia -porque seamos honestos, incluso entre los médicos, pueden existir prejuicios-, los pacientes homosexuales o bisexuales podrían sentir que tienen menos opciones para encontrar ayuda si llegan a padecer algún problema de salud sexual.

Sabemos que alrededor de 40% de los médicos, opina que la orientación sexual del paciente, no es algo relevante para tratar una disfunción sexual. Sin embargo, los expertos en salud sexual masculina, son muy conscientes de que nunca un paciente será igual al otro y que cuando se trata de padecimientos como los problemas de erección, no existen las generalidades.

Es probable que este sector de la población tenga necesidades diferentes a las de las personas heterosexuales hablando de salud sexual, básicamente porque sus hábitos sexuales son diferentes. Un ejemplo son las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Si bien todos los varones corren el mismo riesgo al practicar sexo sin protección, en los hombres gays podrían encontrarse lesiones en el recto. Si el médico no pregunta y asume que el paciente es heterosexual, podría no tomar en cuenta esta zona en la revisión. O pensemos en un paciente bisexual con disfunción eréctil de grado leve a moderado. Él tal vez pueda lograr la penetración vaginal con una erección medianamente firme; pero la penetración anal, es prácticamente imposible, ya que se requiere de mayor rigidez. 

Sirvan estos ejemplos para dejar claro el por qué la disfunción eréctil en hombres homosexuales y bisexuales, debe abordarse, si no de forma diferente, sí personalizada, y tomando en cuenta sus prácticas sexuales, que no sus preferencias.

Respondiendo a la pregunta de si es mayor el porcentaje de disfunción eréctil en el público gay, la respuesta es NO a nivel fisiológico. Los hombres que mantienen relaciones sólo con mujeres o los que practican el sexo con varones, tienen las mismas probabilidades de padecer impotencia sexual por envejecimiento, problemas cardiovasculares, enfermedades preexistentes como diabetes, colesterol alto, hipertensión, lesiones en la médula espinal, consumo de drogas recreativas, alcohol, tabaquismo o por efecto secundario de algunos medicamentos, entre otras causas orgánicas de disfunción eréctil.

En resumen, la respuesta sexual de los hombres gays y la de los heterosexuales, no presenta diferencias físicas, sólo habría que considerar el hecho de que, en ocasiones, las prácticas homosexuales requieren erecciones más duras; y si entendemos la disfunción eréctil como la dificultad o imposibilidad para llevar a cabo la penetración, el médico tendría que tener en cuenta este factor para elegir un tratamiento. 

En este sentido, cabría preguntar ¿existe relación entre disfunción eréctil y prácticas sexuales de hombres gays? La diferencia podría radicar en las causas psicológicas. 

Cuando se trata de emociones humanas, el tema se vuelve complejo, ya que las variables son muchas y menos evidentes. En estos casos, es un psicólogo especializado en sexología, de preferencia, quien puede ayudar al paciente a indagar si el problema se debe, por ejemplo, a un evento traumático en la infancia, al miedo al rechazo, temor a “no dar el ancho”, estrés, ansiedad o bien, a la falta de aceptación de las preferencias homosexuales. 

Existe la falsa creencia que detrás de un problema de impotencia sexual, podría estar la homosexualidad. Esto tiene que ver más con el machismo y los prejuicios que con la realidad. Para empezar, aclaremos que un hombre con disfunción eréctil no necesariamente padece falta de deseo sexual, sea heterosexual, gay o bisexual. Para explicarlo en términos más coloquiales, un hombre que no puede tener una erección con una mujer, no implica necesariamente que no la desee o que le gusten los hombres. 

Puede darse el caso de que un hombre que no haya asumido sus preferencias por personas del mismo sexo, tenga problemas para relacionarse sexualmente con mujeres, pero esto no es, ni remotamente, lo más común.

Según Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group: “la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias son factores psicológicos asociados significativamente a la disfunción sexual en los hombres que tienen sexo con hombres”. Esto se ha demostrado en algunos estudios y podría deberse a que son un sector de la población con una larga historia de discriminación y rechazo. Aun en pleno siglo XXI, un buen número de hombres homosexuales o bisexuales, eligen mantener sus preferencias en secreto, debido a que han recibido una educación moral muy estricta que los llena de culpa, ansiedad y miedo. Esto los vuelve más proclives a padecer disfunción eréctil psicológica.

Pertenecer a un grupo que ha sido históricamente marginado, que ha tenido que luchar para que se reconozcan sus derechos y que ha sido violentado sólo por sus preferencias, puede ser la causa de que estos hombres tengan una mayor tendencia a la depresión, la ansiedad o una baja autoestima, principales causas de problemas de erección de origen emocional.

La disfunción eréctil en homosexuales, bisexuales o heterosexuales, sigue siendo un tema tabú, por eso son pocos los casos que son tratados debidamente.

El silencio es el peor enemigo de la solución. Es obligatorio hablar abiertamente con el médico, de lo contrario, no hay buenas posibilidades de que el paciente pueda encontrar una cura exitosa.

Los médicos también deben ampliar su visión, ya que gracias a ellos y a su apertura, se ha podido ayudar a miles de hombres a recuperar su vida sexual. El grupo de expertos de Boston Medical Group, nos brinda algunos consejos para afrontar la disfunción eréctil en el público gay:


  • Acercarse a un especialista en salud sexual masculina, de preferencia en una clínica debidamente certificada, donde pueda acceder a una gama más amplia de tratamientos para la disfunción eréctil con base en sus necesidades personales.


  • Hablar abiertamente con su médico, sin reservar información acerca de sus preferencias y hábitos sexuales. Si el médico llegara a dar señales de prejuicios o negativa a abordar el tema, cambia de doctor, elige al que te haga sentir más cómodo.


  • Ir a terapia. Tanto la terapia psicológica como la asesoría sexológica, son herramientas muy valiosas para ayudar a superar problemas emocionales, ya sean de aceptación, traumas del pasado o dificultades con la pareja. Está comprobado que el tratamiento focalizado en las emociones, tiene efectos muy positivos sobre la disfunción eréctil


  • Alejarse de las adicciones. Dejar de ingerir alcohol, drogas y tabaco -todos factores de riesgo para la disfunción eréctil– ayuda a mejorar tu salud sexual.


  • Comer sano y hacer ejercicio. Si es en pareja, mejor. Una vida saludable mantendrá la función eréctil por mucho más tiempo y reduce las posibilidades de padecer enfermedades en la tercera edad.


  • No estresarse. El mundo está más abierto a aceptar las diferencias, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Eso debería ayudar a reducir la ansiedad, la depresión y los medicamentos de prescripción. Si tomas alguno, pregunta a tu médico por alternativas que no interfieran con tu desempeño sexual. 

¡Vivamos una sexualidad más sana, libre y plena!

Todos tenemos derecho a disfrutar de una vida sexual plena, sana y libre de prejuicios. Si tienes problemas de erección, consulta a los expertos que ya te hemos recomendado en el artículo de hoy, ellos son 100% profesionales y entenderán tanto tus preferencias como tu derecho a recibir el mejor tratamiento. 

¡Gracias por acompañarnos hasta aquí, no dejes de compartir esta entrada si fue de tu agrado!

 

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

 

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