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Célibes involuntarios, la polémica comunidad de los que quieren tener pareja, pero no lo consiguen

La asexualidad como una elección equivale a considerar el negro, un color. Si el negro es la ausencia de color, la asexualidad sería la ausencia de sexo o de orientación sexual. 

Esto es lo que define a quienes se dicen “asexuales”. La asexualidad es la falta de atracción sexual hacia otros o bien, el bajo o nulo interés o deseo por la actividad sexual.​​​​​​ Puede ser considerada como la ausencia de orientación sexual o una de sus variaciones junto con la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad.”

 

¡Comencemos con el tema del día: célibes involuntarios!

Asexualidad

Uno de los principales dilemas de los asexuales es la dificultad para encontrar compañeros que compartan su desinterés o por lo menos, que lleven bien la abstinencia hacia la que ellos tienden. Y sí, ellos también necesitan compañía o pareja, porque una cosa es no querer sexo y otra desear la soledad, ¿cierto?

En una especie de polo dramático opuesto estaría ese grupo de reciente y trágica fama, los “incels”.

 

Incel, abreviatura del inglés involuntarily celibate celibato involuntario. Se trata de un grupo de comunidades virtuales de hombres que, a pesar de desearlo, se consideran incapaces de sostener relaciones amorosas -en el sentido romántico- y relaciones sexuales con mujeres.

 

Explica la sexóloga Teresa Flores de Boston Medical Group, “un célibe involuntario sería todo aquel, tanto hombre como mujer, que ni quiere estar solo ni quiere abstenerse del contacto sexual humano, pero que por alguna razón, no consigue cosechar ningún éxito en esa faceta de su vida.”

 

Querer y no poder

Los seres humanos no nacimos para estar solos. Necesitamos del contacto físico y los lazos afectivos, sobre esta base, podríamos entender el “sufrimiento” de los incels.

 

Afirma Carmen Pallás, jefa del servicio de neonatología del hospital 12 de octubre de Madrid, el contacto piel con piel entre padres y recién nacidos “mejora la cantidad de leche de la madre y disminuye el nivel de estrés y ansiedad de los niños. Estos mantienen mejor la temperatura y ganan peso más fácilmente. Por no hablar del efecto analgésico. Está comprobado que cualquier procedimiento, si lo haces con el niño sobre la madre, es menos doloroso.”

 

Los beneficios del contacto físico, van mucho más allá de la simple satisfacción sexual. 

 

Habrás oído hablar de los bonobos. En 1929, en la República Democrática del Congo, se encontró a una clase de chimpancés pigmeos particularmente pacíficos, “elegantes” y “estilizados”, los bonobos. 

 

La diferencia radica en que los chimpancés comunes, suelen actuar de forma brusca y violenta y son más propensos a la guerra que al amor. En contraste, los bonobos sienten una pasión intensa por el sexo; se cree que hasta 75% de sus actos sexuales no tienen nada que ver con la reproducción, sino que les sirve de herramienta para resolver todo tipo de situaciones y conflictos. 

 

El primatólogo Frans De Waal, especialista en grandes monos, asegura que los bonobos “practican sexo en todas las combinaciones posibles, no sólo macho-hembra. También machos con machos y hembras con hembras, incluso cuando crían. Y en toda suerte de posiciones, incluida la frontal. A veces hay sexo en grupo. Su vida sexual es desde luego más rica que la de los chimpancés” y hemos de agregar que, desde luego, mucho más rica que la de los incels

 

¿Por qué los incels se han vuelto tan trágicamente notorios?

A pesar de intentar permanecer en el anonimato los incels, este grupo de varones con dificultades para encontrar pareja, han empezado a hacerse visibles por razones totalmente incorrectas.

 

En principio, se agruparon en sus foros para ofrecer consuelo mutuo. Pero la realidad es que desean servir como ejemplo a otros. Transformar la masculinidad herida, bañada en frustración, en una violenta y peligrosa subcultura de victimismo masculino verdaderamente tóxico, es muy fácil cuando se reúnen varios, no a tratar de solucionar sus conflictos, sino a buscar formas de subsistir sin tener que evolucionar y “hacerse fuertes” entre ellos. 

 

Rebelión de los machos beta

Este fenómeno conocido en redes sociales como la #BetaRebellion (rebelión de los machos beta) es una llamada a los fracasados sexuales del mundo a vengarse de las afrentas que, según ellos, los humanos sexualmente activos les hemos infligido, especialmente las mujeres que no han sabido reconocer sus encantos (a las que llaman Stacys) y los hombres escogidos por ellas para copular (Chads). 

 

Estos machos beta se ocultan en las redes sociales para dar rienda suelta a sus inseguridades en un universo a su medida conocido como manosfera: red de sitios web, blogs y foros en línea que promueven la masculinidad enfatizada, la hostilidad hacia las mujeres, una fuerte oposición al feminismo y la misoginia exagerada.​​​​​ 

 

Para su desgracia, la liberación sexual femenina que tantos quebrantos les provoca, no consiste en abstenerse puritanamente de convertirse en objeto sexual para los hombres, sino en reservarse “el derecho a jugar activamente con la propia conversión en objeto”, es decir, ofrecerse siempre que quieran, pero no necesariamente para ellos. 

 

El filósofo y crítico cultural Slavoj Zizek asegura que “la moderna cultura occidental espera que ambos sexos tengan un papel activo en este juego”. Según él, cuando las mujeres se visten de manera provocativa (que tanto frustra a los incels) no lo hacen ofreciéndose como el objeto pasivo que ellos desearían, sino como “agentes activos de su propia conversión en objetos”.

 

Revolución beta

Paradójicamente, la #RevoluciónBeta fue iniciada por una mujer. La BBC publicó una entrevista con ella donde manifiesta su gran arrepentimiento por crear este movimiento.

 

En 1997, cuando aún faltaba mucho para la aparición de las redes sociales, una mujer a la que en el reportaje se llama “Alana” (no quiere ser identificada por su nombre real), tenía casi 25 años y apenas comenzaba a salir con chicos. 

 

Alana

Alana cuenta al medio: “Pensé que tal vez, por ahí, podría haber otros chicos o chicas a los que les estaba pasando lo mismo que a mí (no haber tenido relaciones sexuales hasta muy entrada la veintena). Comencé a escuchar el término ‘vírgenes solitarias’ y a ver que se hacían chistes tontos sobre las personas que no habían salido con nadie cuando eran adolescentes”. 

 

“Alana” (Toronto, Canadá), comenzó un portal de internet al que llamó “Proyecto de Celibato Involuntario“, para aquellos a quienes les costaba establecer relaciones amorosas. La joven no podría imaginar que ese espacio sería el punto de origen de una oleada de odio y rabia dirigido a las mujeres. 

 

El portal se convirtió en un foro donde hombres y mujeres compartían ideas sobre la soledad y el por qué ellos no podían conocer a nadie. “Es probable que hubiera un tono de enojo y rabia y que algunos hombres no tuvieran la menor idea de que las mujeres eran seres humanos únicos e individuales, pero generalmente era un lugar donde los participantes se daban mutuo apoyo”, dijo. 

 

“La palabra incel intentaba describir a cualquiera, sin importar el género, que se sintiera solo, que nunca hubiera tenido relaciones sexuales y que no estuviera en una relación desde hace un buen tiempo”, explicó Alana. “Pero ahora es una palabra que no podemos usar más.”

 

Unos 15 años después, “Alana” supo por una revista, de un tal Elliot Rodger, que había matado a seis personas en un tiroteo masivo en California, para después darse un tiro en la cabeza. 

 

Antes de su muerte, el hombre de 22 años había distribuido un documento de 141 páginas en el que expresaba su profundo desprecio hacia las mujeres, alimentando por la frustración que le causaba su propia virginidad.

 

Para sorpresa de “Alana”, Elliot era considerado un héroe por algunos integrantes de la comunidad incel.

 

En 2018, un hombre llamado Alek Minassian, también en Toronto, escribió en Facebook: “La rebelión incel ya ha comenzado…¡Saluden todos al Caballero Supremo Elliot Rodger!”

 

“Alana” se mostró muy decepcionada de que hubieran cambiado la intención del grupo. “Tuve que dejarlo ir y seguir adelante”. 

 

Ella creó otro lugar al que llamó “Amor, no rabia”, un proyecto que intenta investigar qué tan solitaria se siente la gente respecto al tema del amor en lugar de quedarse atrapada en el odio. 

 

No es un intento de replicar su sitio original, sino crear un foro con expertos que moderen los temas. 

 

“Creo que algunas personas necesitan ayuda con su capacidad de socializar y eso no significa que deban ser estigmatizadas por ser diferentes. Sería maravilloso si pudieran ver la vida más positivamente, si pudieran construir amistades fuertes, conseguir apoyo emocional cuando lo necesiten, eso realmente puede ayudar a encontrar relaciones y el amor. En mi opinión, la amistad es el primer paso hacia salir con alguien”, concluye “Alana”.

 

Conclusiones

Los espacios virtuales para conectarse de forma positiva con las personas solitarias son útiles. Sin embargo, la terapia psicológica es fundamental para poder encontrar el camino hacia el verdadero autoconocimiento y la seguridad en uno mismo, y desde un lugar más sano, poder relacionarse con otros. 

 

¡Hasta pronto!

 

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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