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Cómo aumentar la testosterona tengas o no hipogonadismo

Según la clínica líder a nivel mundial en salud sexual masculina, Boston Medical Group, se estima que, a partir de los 40 años, hay una pérdida anual aproximada de 2% de testosterona; en la séptima década de vida, la reducción de esta hormona puede llegar hasta el 30%, con probables afectaciones en el deseo sexual y la función eréctil. Sin embargo, cuando los niveles de testosterona se encuentran por debajo de las cifras de normalidad, se considera una patología llamada hipogonadismo, que puede tener graves consecuencias de salud en todo el organismo. La hormona sexual masculina desempeña muchas funciones, por lo cual es recomendable mantener sus niveles dentro de lo normal. El médico especialista debe asesorarte sobre cómo aumentar la testosterona, tengas o no hipogonadismo. Entérate en este interesante artículo. ¡Compartiremos mucha información contigo, toma nota!

¿Qué es la testosterona?

La testosterona es una hormona sexual esteroidea que pertenece al grupo andrógeno. Se produce principalmente en los testículos (en las mujeres, la producen los ovarios) y las glándulas suprarrenales; sus niveles son regulados por la glándula pituitaria. Si el término esteroide anabólico te es familiar, es porque la testosterona es precisamente eso, y se produce también de forma artificial en laboratorios. 

La testosterona es clave en el desarrollo de los tejidos reproductivos masculinos (testículos y próstata), la producción de espermatozoides, así como en la formación de las características masculinas: masa muscular y ósea, vello corporal y facial, voz grave, además de las funciones sexuales, el crecimiento, las habilidades cognitivas y la gestión de las emociones.

Los efectos de la testosterona se clasifican en dos tipos:

  • Efectos anabólicos, referentes al crecimiento en general (músculos, huesos, estatura).
  • Efectos androgénicos, que incluyen la maduración de los órganos sexuales (pene, escroto, etc.) y los caracteres sexuales secundarios (voz, barba, vello axilar, etc.).

Cuando los niveles de testosterona son anormalmente bajos, ya sea por una condición congénita o adquirida, el hombre puede sufrir afectaciones graves de salud general, sexual o reproductiva. Este trastorno se conoce como hipogonadismo.

El hipogonadismo afecta aproximadamente al 5% de los hombres, de los cuales, casi 20% son mayores de 70 años. Las causas son muy diversas: testículos no descendidos o bien, lesiones en éstos; deficiencia de zinc, trastornos hereditarios, diabetes en edad temprana, exceso de hierro en sangre, tratamiento oncológico, infecciones como paperas o VIH, trastornos en la hipófisis e incluso, tumores cerebrales. Otros factores de riesgo son la obesidad y el abuso en el consumo de alcohol o marihuana.

Llama la atención el hecho de que la obesidad pueda disminuir el índice de testosterona. Esto se debe a que los tejidos adiposos promueven la conversión de la testosterona en estrógenos, hormona femenina. México por ejemplo, ocupa uno de los primeros lugares en obesidad en el mundo, lo mismo en enfermedades como diabetes, lo que puede suponer un gran número de varones con déficit de hormona masculina.

La andropausia masculina es otra de las causas de la baja de testosterona. Sin embargo, ésta no suele ser tan severa que requiera de terapia de reemplazo hormonal. La andropausia es parte de un proceso natural que si bien puede afectar en el plano sexual (disminución de la libido y/o disfunción eréctil), no representa un problema de salud grave, salvo algunos síntomas como cambios de humor, irritabilidad, depresión, dificultad para concentrarse, cansancio, pérdida de masa muscular y aumento de grasa

Cabe aclarar que la andropausia no ocurre a todos los hombres ni es tan radical como la menopausia en las mujeres. La disminución de testosterona es gradual y no implica el fin de la etapa reproductiva; por eso es que muchos médicos urólogos prefieren llamarla síndrome de deficiencia androgénica del hombre adulto.

Esta deficiencia hormonal con baja de deseo y problemas de erección, es uno de los motivos de consulta más frecuentes de adultos mayores en las clínicas de salud sexual masculina. Sería lógico que los pacientes esperaran alguna solución rápida y que el médico les diga cómo aumentar la testosterona. Efectivamente, el especialista en salud sexual masculina (urólogo y/o endocrinólogo) es el indicado para orientar en este aspecto, aunque es pertinente aclarar que la terapia de reemplazo hormonal no suele ser la primera recomendación en el caso de una disminución de testosterona normal. La testosterona artificial no es un rejuvenecedor. Los efectos secundarios pueden ser fuertes y peligrosos para la salud, por lo que no se puede considerar como una opción para aumentar la testosterona si no se padece hipogonadismo.

¿Cómo aumentar la testosterona si no tienes hipogonadismo? 

En estos casos, vale la pena practicar ciertas formas naturales de incrementar los niveles de testosterona. No tienes que esperar a cumplir 60, puedes empezar a hacerlo desde hoy. Un cambio de dieta e incorporar el ejercicio regular a la rutina diaria, te ayudarán a mantener y elevar los niveles de testosterona orgánicamente.

  • Pierde peso y mantente en forma. Hay muchos estudios (Endocrine Society ‘s, Mayo Clinic, entre otras instituciones médicas) que confirman el sobrepeso como factor de riesgo en la disminución de los niveles de testosterona. Para evitarlo, olvídate de los milagros, sólo hay dos formas: alimentación balanceada y ejercicio.
  • Deja los azúcares. Los niveles de hormona masculina disminuyen después de ingerirla. Reduce o elimina por completo comidas y bebidas azucaradas.
  • Reduce al mínimo o elimina el consumo de alcohol, tabaco y marihuana.
  • Come verduras, frutas, proteína, grasas saludables, alimentos ricos en zinc (hígado, nueces, ostras, pescados) raíces como cúrcuma y jengibre, etc. Te conviene acudir con un nutriólogo que te asesore en tus necesidades personales.
  • Consume vitamina D, ya sea en alimentos adicionados, complejo vitamínico y no te olvides de tomar sol, siempre con bloqueador de rayos UV y moderación.
  • Ejercicios de fuerza y cardio. No sólo para mantener la masa muscular, el corazón y las venas en buen estado, sino porque está demostrado que ejercicios como el levantamiento de pesas, incrementan los niveles de testosterona. Asegúrate de hacerlo con la supervisión de un entrenador profesional, que te indique qué peso y con qué intensidad puedes hacerlo según tu edad y condición.
  • Duerme bien. Un sueño reparador contribuye a mejorar la masa muscular y ayuda a mantener la testosterona adecuada. Asegúrate de que tu descanso sea de buena calidad.
  • Baja al estrés. El estrés produce altos niveles de la hormona de cortisol, un elemento que bloquea los efectos de la testosterona. Según la revista Men’s Health, el cortisol y la testosterona son dos hormonas antagonistas, si una sube la otra baja y viceversa. La meditación, el yoga, un pasatiempo o los ejercicios de respiración, pueden ser de gran ayuda.
  • Mantén tu vida sexual lo más activa posible. La erección eleva los niveles de testosterona. Si necesitas apoyo médico, para eso están los expertos de Boston Medical Group. Existen otras formas de estimulación que puedes practicar. Pide asesoría sexológica. No excitarte sexualmente durante largos períodos, disminuye los niveles de testosterona en la sangre, formando un círculo vicioso.  
  • Consulta a tu médico regularmente. Es muy importante que un médico urólogo te evalúe y te dé un diagnóstico exacto de tus niveles de testosterona. Esto es recomendable hacerlo al menos, una vez al año. Recuerda que después de los 50 años, no sólo bajan los niveles de hormona masculina, sino que aparecen las enfermedades asociadas a disfunción eréctil (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, cardiopatías, enfermedades del hígado, entre otras) y el riesgo de cáncer de próstata, se incrementa.

¿Cómo aumentar la testosterona en caso de hipogonadismo?

El tratamiento para el hipogonadismo en hombres adultos más frecuentemente indicado, es el reemplazo de testosterona a través de diferentes presentaciones. 

Debes saber que mientras estés recibiendo testosterona, la Endocrine Society (Sociedad de Endocrinología) recomienda que tu médico sea quien lleve un control riguroso tanto de la eficacia del tratamiento, como de los efectos secundarios y ajustes de dosis de ser necesarios; esto debe hacerse varias veces durante el primer año de tratamiento y después, una vez al año.

De acuerdo con Mayo Clinic, la terapia con testosterona implica ciertos riesgos como el aumento de la producción de glóbulos rojos, acné, ginecomastia, alteraciones del sueño, agrandamiento de la próstata o producción limitada de esperma. Es por eso que el tratamiento debe ser individualizado e indicado por el especialista con base en tus condiciones y tolerancia a los efectos.

Entre los tipos de terapia de reemplazo de testosterona que se pueden elegir, están las preparaciones en gel que penetran a través de la piel, inyecciones intramusculares, cuyas aplicaciones pueden ser más espaciadas; parches nocturnos, muy parecidos los parches anticonceptivos para mujeres; gel nasal; testosterona en cavidad bucal, se trata de una sustancia que suministra testosterona a través de la depresión natural por encima de los dientes superiores, es decir, en la encía o en la mejilla interna, donde es absorbido por el torrente sanguíneo; o bien, gránulos implantables, se insertan quirúrgicamente debajo de la piel cada tres a seis meses, lo que requiere una pequeña incisión.

En cuanto a las presentaciones orales, Mayo Clinic indica que pueden causar problemas de hígado graves y no mantienen estables los niveles de testosterona. Pero puedes peguntar a tu médico por tratamientos más modernos como el undecanoato de testosterona (aprobado por la FDA), que se absorbe a través del sistema linfático, o el citrato de clomifeno. 

Novedades en el tratamiento del hipogonadismo 

El citrato de clomifeno es un modulador selectivo de los receptores de estrógeno que se usa para inducir la ovulación en las mujeres cuyo organismo no los produce, pero desean quedar embarazadas. También se usa para tratar la esterilidad en los hombres.

Boston Medical Group informa que este medicamento “ha sido utilizado para el tratamiento del hipogonadismo en hombres desde la década de 1970. Ejerce sus efectos a nivel central aumentando la secreción de la hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH), así como la producción de testosterona testicular. A diferencia de la terapia de reemplazo de testosterona, el citrato de clomifeno no suprime el eje hipotálamo-hipófisis y preserva la producción intratesticular de testosterona y la espermatogénesis. Por lo tanto, se considera una posibilidad para el tratamiento de hombres hipogonadales que están interesados ​​en la fertilidad.”

En general, el citrato de clomifeno para el tratamiento de hipogonadismo se considera seguro y puede ser una excelente opción para hombres que desean mantener su potencial de fertilidad. Si este es tu caso, consulta con tu médico si puedes ser un buen candidato para este tipo de terapia.  

Consideraciones finales

Según Boston Medical Group, múltiples estudios demuestran que el tratamiento con citrato de clomifeno aumenta los niveles séricos de testosterona y evidencian una mejora en algunos síntomas del hipogonadismo, como la densidad ósea, por ejemplo.

El National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (Maryland, USA) indica que cuando se tienen niveles muy bajos de testosterona causada por anomalías en el organismo, la terapia hormonal puede ser una alternativa para combatir la disfunción eréctil y otros problemas derivados de la falta de testosterona, pero también advierte que este tratamiento no funciona si los problemas de erección se deben a causas vasculares o neuronales. No está comprobado que la testosterona solucione la disfunción eréctil o desgaste físico asociada a la edad.

Esperamos que esta información sobre cómo aumentar la testosterona, tengas o no hipogonadismo, te sea de utilidad. Ten en cuenta que la terapia hormonal en hombres solamente debe ser prescrita por un Urólogo o Endocrinólogo, especialista en este tipo de enfermedades. 

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¡Hasta pronto!

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

 

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