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Adolescentes que sufren agresiones sexuales. ¿Cómo afecta esto en su vida sexual?

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Sufrir violencia sexual es un hecho traumático a cualquier edad, pero cuando se trata de niños y adolescentes, es aún más preocupante, ya que las repercusiones pueden aparecer años después, en la vida adulta. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de cada 1.000 casos de abuso sexual cometidos contra menores en México, sólo 100 se denuncian y de estos, únicamente el 10% llega ante un juez. Apenas el 1% recibe una sentencia condenatoria. Pero además de la impunidad y la búsqueda de una justicia, es importante hablar del impacto que causan las agresiones de este tipo en la vida sexual de los jóvenes. Adolescentes que sufren agresiones sexuales. ¿Cómo afecta esto en su vida sexual? Los expertos en la materia, nos explican y te lo compartiremos aquí, ¿nos acompañas?

¿Cuáles pueden ser los trastornos sexuales más frecuentes en los adolescentes?

Trastornos sexuales y psicológicos como depresión o ansiedad, son el denominador común en los adolescentes que sufren agresiones sexuales, y con agresiones sexuales no nos referimos únicamente a violaciones, sino a una amplia gama de violencia de carácter sexual como hostigamiento, tocamientos o ciberviolencia, que se refiere a los delitos que violan la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales.

Muchos de estos actos ocurren antes de que la persona -niño o adolescente- inicie su vida sexual. ¿Cómo enfrentar una vida sexual normal después de esto? ¿Es posible “empezar de cero” con el recuerdo de una experiencia traumática? Claro que es posible si se recibe la ayuda adecuada.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en México no existe una fuente que brinde información directa y confiable sobre la magnitud del problema de abuso sexual infantil, las características objetivas de la experiencia y los indicadores sociodemográficos y de salud mental de quienes lo enfrentan. 

Con el fin de determinar la prevalencia de abuso sexual infantil (ASI) por género en adolescentes y analizar las asociaciones con características sociodemográficas, conductas de riesgo e indicadores de salud mental, se llevó a cabo un estudio denominado “Abuso sexual infantil en México: conductas de riesgo e indicadores de salud mental en adolescentes” publicado en el portal de salud pública de México (2020).

Los datos analizados se obtuvieron de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-19 con la colaboración del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). 

El levantamiento de datos se realizó de julio de 2018 a febrero de 2019. El trabajo analizó el cuestionario de adolescentes (de 10 a 19 años), con el consentimiento de ellos y de sus padres. 

Resumen de resultados

  • De 17,925 adolescentes, que representan a más de 22 millones de personas de 10-19 años, 2.5% reportó abuso sexual en la infancia. El 76.5% fueron mujeres, 72.7% tienen al momento de la entrevista, entre 15-19 años. El 36.1% tuvo pensamientos suicidas y 35.0% presentó sintomatología depresiva en la última semana previa a la encuesta.
  • Se demostró que la prevalencia es mayor entre las mujeres en comparación con los hombres (3.8 vs. 1.2%). El grupo de 15-19 años concentra la mayor proporción (3.7%), siendo más elevada entre las mujeres (5.6 vs. 1.9%). 

Diferencias por sexo

89% de los perpetradores son hombres, sobre todo cuando las víctimas son mujeres (97.5 vs. 60.1% en hombres) y se trata de un familiar tanto para mujeres como para hombres (49.5 vs. 34.9%), seguido de una persona desconocida y de un vecino u otro conocido. 

En 68% de los casos (las dos terceras partes) no se solicitó́ atención sanitaria después del abuso sexual y cuando se hizo, fue al servicio de atención psicológica (14%) siendo principalmente las mujeres quienes lo solicitaron. Solo 15.6% realizó una denuncia ante las autoridades, esto fue más frecuente entre las mujeres (17.8 vs. 8.2%). De las razones para no hacerlo destacan el miedo (31.1%), la vergüenza (18.1%) y el desconocimiento (14.5%), aunque en proporciones diferentes según el sexo. 

Otro hallazgo importante fue que el vínculo entre las experiencias traumáticas y los problemas de salud mental suele ser más fuerte para las mujeres que para los hombres. Los estudios señalan mayores tasas de trastorno depresivo, consumo de alcohol y tabaquismo en niñas abusadas sexualmente y se ha sugerido que el abuso de sustancias puede estar mediado por esas afecciones psiquiátricas, así como por la sintomatología de trastorno por estrés postraumático.

Por último, se reporta que las autolesiones intencionales son más frecuentes en hombres abusados sexual y emocionalmente en comparación con mujeres. 

México es el primer país del mundo en abuso sexual de menores (OCDE). Cada año 5,4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México. De acuerdo con la organización para la infancia Aldeas Infantiles, seis de cada 10 de estas violaciones se producen en casa y en el 60% de los casos el agresor es un familiar o pertenece al círculo cercano a la familia. 

Por otra parte, la asociación Ipas México, presentó el estudio “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos”, donde se analizan las condiciones en las que se da el embarazo infantil. El resultado es por demás alarmante: la violencia de género y, específicamente, la violencia sexual, fueron factores determinantes de los altos números de embarazos en menores de 14 años.

Además, el estudio revela:

  1. El número de nacimientos en niñas de entre 10 y 14 años se ha incrementado progresivamente, alcanzando su cifra más alta en 2016 con 11,808 
  2. 70% de las niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años, que tuvieron un hijo, reportaron que el padre tenía entre 18 y 78 años 
  3. 4,4 millones de mujeres consultadas en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) en 2016, declararon haber sufrido abuso sexual durante la infancia. 
  4. 8 de cada 10 agresores son conocidos de las víctimas, el 67% son familiares.

Ciberviolencia 

La revista científica Transdigital define la ciberviolencia de género como “aquella que se perpetra a través de tecnologías digitales para ejercer dominio sobre la mujer y hacia otras personas o grupos sociales.”

Por su parte, la Secretaría de la Mujeres (Gobierno de la Ciudad de México) en el artículo “Visibilización y prevención de la violencia cibernética contra las mujeres y niñas” informa que la violencia digital contra las mujeres y niñas(os) mediante las redes sociales (ciberviolencia), puede tener diversas manifestaciones: ciberbullying (acoso en medios digitales), sexting (recepción o transmisión de imágenes o videos de contenido sexual a través de las redes sociales, con o sin autorización de quien los coloca en el medio), stalked (perseguir ininterrumpidamente, contra su voluntad y de forma intrusiva a una persona a través de la tecnologías), grooming (adultos que se hacen pasar por menores en internet para establecer un contacto con niños y adolescentes que dé pie a una relación de confianza, pasando después al control emocional y, finalmente al chantaje con fines sexuales), shaming (avergonzar a alguien por la apariencia de su cuerpo) y doxing (revelación de la información personal confidencial de alguien mediante su publicación en línea para acosar, amenazar o humillar).

La violencia digital genera consecuencias psicológicas, emocionales y sociales para las víctimas y limita el pleno uso, goce y disfrute de sus derechos humanos.

Recordemos la denominada “Ley Olimpia” surgida a raíz de la difusión de un video de contenido sexual no autorizado de una mujer en el estado de Puebla (México). Derivado de ello se impulsó una iniciativa para reformar el Código Penal de dicha entidad y tipificar tales conductas como violación a la intimidad; acción que se ha replicado en 17 estados de la República Mexicana.

Entre las conductas que atentan contra la intimidad sexual de una persona, se incluyen:

  • Video grabar, audio grabar, fotografiar o elaborar videos reales o simulados de contenido sexual íntimo de una persona sin su consentimiento o mediante engaño.
  • Exponer, distribuir, difundir, exhibir, reproducir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar y compartir imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona, a sabiendas de que no existe consentimiento, mediante materiales impresos, correo electrónico, mensajes telefónicos, redes sociales o cualquier medio tecnológico.

Independientemente de cómo ocurren, las agresiones sexuales traumatizan a sus víctimas y dejan secuelas particularmente emocionales. Por eso, los adolescentes que sufren agresiones sexuales necesitan cuidados, atención médica y psicológica, consuelo y apoyo de la familia.

Siempre se debe tener claro que la culpa de una violación reside exclusivamente en el violador, nunca en la víctima.

La atención profesional adecuada es indispensable para que la persona inicie el proceso de recuperación y prevenir problemas persistentes en el futuro, particularmente en la futura vida sexual.

Un adolescente que sufre agresión sexual puede sentir ira, degradación, miedo, bloqueo mental o confusión, vergüenza y una profunda tristeza. Muchas veces se aíslan de sus amigos, familia o bien, sienten terror de estar solos. La depresión y la ansiedad pueden manifestarse en formas físicas como insomnio o desórdenes alimenticios, falta de concentración, apatía o incluso, autolesiones.

La mejor forma de superarlo es con la ayuda de un profesional.

Adolescentes que sufren agresiones sexuales. ¿Cómo afecta esto en su vida sexual y cómo superarlo?

Lo primero que debes entender es que “una agresión sexual no es sexo”. Pero, aunque lo tengas claro, es cierto que vivir una agresión sexual de cualquier tipo puede afectar el deseo y tu vida sexual.

Puede que tu autoconfianza y autoestima se vean afectadas y que no sepas cómo reactivar tu sexualidad. En el caso de los hombres -que también sufren agresiones sexuales- pueden llegar a padecer disfunciones sexuales como problemas de erección o imposibilidad de alcanzar el orgasmo.

Debes saber que todo tiene solución si te pones en manos de los especialistas adecuados. Además de las revisiones físicas necesarias para asegurar que la salud de tus genitales y órganos reproductivos, están en perfecto estado, la asesoría sexológica pude ayudar a superar experiencias traumáticas y volver a encarrilarte en el disfrute de las relaciones sexuales.

El portal de atención médica en línea, Nurx (España) comparte algunos consejos para comenzar a reconstruir la vida sexual después de sufrir una agresión.

  • Sé paciente. Tomará algún tiempo.
  • Se puede experimentar aversión sexual (desinterés o miedo), recuerdos dolorosos o una necesidad de retomar el control sobre el propio cuerpo intentando superar el trauma lo antes posible. 
  • Cada persona es diferente y los procesos son individuales. Observa cuáles pueden ser tus detonadores de excitación, si es que existen, y si al tener un episodio erótico, te viene a la mente un flashback, recuerda que tu realdad ahora es otra, estás en un lugar seguro.
  • No le temas al contacto físico.
  • No tiene que ser sexual. Puede ser un abrazo de un amigo, un beso, dejarte acariciar el cabello y hasta dormir en pareja, sin practicar sexo.
  • La clave es volver a asociar el contacto con la seguridad, la intimidad y el afecto. 
  • La autoexploración puede ayudar.

Conforme te vayas sintiendo más cómoda/o, puedes intentar volver a tener contacto con tu cuerpo a través de la masturbación. No importa si no llegas al orgasmo, se trata de experimentar placer nuevamente y redescubrir tus genitales como una fuente segura de placer y afecto.

Si sientes algo desagradable como dolor físico, habla con el médico, confía en que él hará lo necesario para cuidar de tu salud.

Comunícate con tu pareja

Una vez que retomes tu vida sexual, puedes establecer con tu pareja “códigos de seguridad” como “para”, “despacio”, “ahí no”. Deja claro lo que quieres y lo que es disfrutable para ti. Si necesitas un descanso, pídelo. Lo importante es que confíes en tu pareja y sientas que estás en un lugar seguro donde tus palabras y tus “no” serán escuchados.

Los adolescentes que sufren agresiones sexuales pueden superarlo y el cómo afecte su vida sexual en el futuro, dependerá de que reciban la ayuda profesional adecuada. Tú tienes derecho a gozar de una vida sexual placentera y vivir plenamente, porque no tienes la culpa de lo que te pasó. 

Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto.  Clic aquí.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

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