Según los expertos de Boston Medical Group, el tiempo promedio para lograr una eyaculación, es de entre 3 y 7 minutos durante el coito. Durar menos de eso no necesariamente significa que padezcas eyaculación precoz. Para diagnosticar esta disfunción, hay que considerar muchos factores. Si te estás preguntando, “antes duraba mucho en la cama y ahora ya no. ¿Tengo eyaculación precoz?” ¡Lee este artículo donde especialistas en salud sexual masculina te dan la respuesta!
Eyaculación precoz
Como hemos explicado en muchas otras ocasiones, para determinar si se trata de un caso de eyaculación precoz, hay ciertos parámetros a tomar en cuenta. El tiempo es uno de ellos. Se considera eyaculación precoz si terminas uno o dos minutos después de la penetración o al menor estímulo, aún sin penetrar. También se considera la frecuencia con la que esto ocurre -para descartar el famoso gatillazo-. Esto debe ocurrir en la mayor parte de tus encuentros sexuales.
Pero lo más importante, es el factor control. ¿Tienes o no la capacidad de controlar el impulso de eyacular?
La eyaculación precoz se define como la eyaculación sin control, antes de desearlo y con una mínima estimulación sexual, es decir, la eyaculación precoz consiste en la falta de control, no necesariamente en el tiempo de “aguante”.
Es difícil que uno mismo pueda “autodiagnosticarse” como eyaculador precoz o basarse en la subjetividad de la pareja. Lo más recomendable es que, si crees que antes durabas mucho en la cama y ahora ya no, acudas a una clínica de salud sexual y un médico y/o sexólogo clínico experto te haga las pruebas necesarias para determinar si tienes o no eyaculación precoz.
¿Cuánto tiempo necesita una mujer para llegar al orgasmo?
La pregunta del millón. “No existe un tiempo ideal, lo importante es que la relación sexual sea plenamente satisfactoria para ambos”, explica el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Uroandrólogo especialista en Medicina Sexual de Boston Medical Group.
La duración del acto sexual, aún si nos centramos sólo en el coito, depende de tantas variables, que resulta imposible fijar un tiempo ideal para todo el mundo.
En la duración de la relación sexual intervienen desde el momento del día hasta el clima, pasando por la edad, el tiempo que se lleva en pareja, las preferencias sexuales, el tipo de práctica sexual, en fin. Hay tantas formas de hacer el amor y duraciones, como seres humanos en el mundo.
El concepto de “duración ideal” es muy personal y aun así, cambia constantemente en la misma persona. No es lo mismo el sexo en una semana de trabajo normal que estando de vacaciones, ¿verdad?
Pero supongamos que sí existen parámetros para determinar cuánto tiempo necesita una mujer para llegar al orgasmo.
Uno de los estudios más citados para conocer este dato es el llamado “Percepciones de los terapeutas sexuales canadienses y estadounidenses sobre las latencias eyaculatorias normales y anormales: ¿Cuánto tiempo debe durar el coito?”, en el cual se establece:
- De 3 a 7 minutos, se consideró adecuado.
- De 8 a 13 minutos, deseable.
- De 1 a 2 minutos, muy corto (eyaculación precoz).
- Entre 10 y 30 minutos demasiado prolongado.
Por otro lado, el Informe Hite Sobre La Sexualidad Masculina (1981), indica que la mayoría de las mujeres (entrevistadas en le estudio), opina que la penetración y su duración no son tan relevantes. ¡Oh sorpresa! Sin embargo, esto no debe tomarse como una verdad absoluta, ya que los tiempos han cambiado.
Este estudio revela que las mujeres son más conscientes de que el tiempo y la satisfacción en una relación sexual, varían de persona a persona y dependen de muchos otros factores como el lugar, la hora del día, el nivel de excitación, la habilidad del hombre para los preliminares o si se estimula el clítoris o no.
Aunque hay cientos de estudios y encuestas a nivel mundial sobre el mismo tema, la mayoría llegan más o menos a la misma conclusión: la duración del coito, depende de una percepción personal.
En general, los profesionales en salud sexual concuerdan en que no hay cuerpo -de mujer u hombre- que aguante arriba de 20 minutos de empujes y roces. Además del cansancio y el dolor, el aburrimiento terminará por volver algo que prometía ser placentero, en un auténtico viacrucis.
Cinco, siete o hasta diez minutos de penetración son más que suficientes para satisfacer a la pareja. Si quieres tener un dato numérico.
¿Antes duraba mucho en la cama y ahora ya no?
¿Por qué pasa eso? ¿De repente me volví eyaculador precoz?
Como tal vez sepas, existen 2 tipos o grados de eyaculación precoz, de acuerdo con Boston Medical Group:
- Eyaculación primaria. Se padece desde siempre o por lo menos desde hace mucho tiempo, es decir, se trata de un problema crónico. El médico te recomendará el tratamiento más apropiado.
- Eyaculación secundaria. El problema es relativamente reciente, aparece de forma repentina o paulatina, pero en este caso, el hombre ha sido capaz de controlar la eyaculación toda su vida y de repente, ya no puede hacerlo. Esta afección es más fácil de corregir, siempre y cuando no sea resultado de una enfermedad o un tratamiento que no se puede cambiar.
Si antes durabas mucho en la cama y ahora ya no, es posible que padezcas eyaculación precoz secundaria. Cabe aclarar que esta afirmación no debe tomarse como un diagnóstico. Sólo es una referencia para que tú decidas buscar ayuda profesional.
Detrás de un cuadro de eyaculación precoz, siempre o casi siempre hay un alto nivel de ansiedad.
El estrés y la ansiedad son las razones por las que más frecuentemente se produce un desequilibrio emocional y como consecuencia, la falta de control eyaculatorio repentino.
Es posible que estés pasando por una etapa de mucha tensión, ya sea por el trabajo, problemas personales, de pareja o cualquier otro asunto que te produzca estrés o exceso de cansancio.
Tampoco hay que descartar que el cambio se deba a una situación específica de la pareja. Tal vez ella esté pasando por cambios físicos por los cuales, ahora necesita más tiempo para llegar al clímax. Otra posibilidad es que la duración de las relaciones sexuales le haya parecido muy corta desde antes y no se haya atrevido a decírtelo sino hasta ahora.
Cuestión de tiempos
Hace algunos años, las mujeres se quedaban calladas por falta de información sobre cómo llegar al orgasmo o porque no recibieron una educación sexual completa, por temor a herir los sentimientos del hombre o bien, porque estaba acostumbrada a la insatisfacción.
Pero, hoy en día, ellas reclaman su derecho a sentir placer. Eso está bien, se debe hablar abiertamente de un tema que les afecta a ambos. Es importante hacerlo con delicadeza, de la manera más amorosa posible, pero la comunicación es fundamental para detectar el padecimiento y encontrar una solución.
Por otro lado, la presión que sentimos los hombres para ser buenos amantes, a veces nos descoloca. Gran parte de nuestra seguridad radica en el desempeño sexual; si no cumplimos con las expectativas, el miedo a ser descalificados nos orilla a mantenerlo en secreto.
No tienes por qué sufrir en silencio. Independientemente de que acudan con un profesional en salud sexual, tu pareja es tu mejor referencia. No tengas miedo de preguntar.
Tal vez sea sólo una etapa pasajera o una cuestión de percepción. Para salir de dudas, la recomendación es acudir con un terapeuta sexual.
Mejorar la eyaculación precoz
Un sexólogo clínico es el profesional encargado de evaluar y tratar casos, tanto a nivel individual como de pareja, de disfunciones sexuales como eyaculación precoz, falta de deseo, anorgasmia, disfunción eréctil psicológica, entre otras; particularmente si están relacionadas con lo emocional o los aprendizajes defectuosos.
Para tener en cuenta
- Antes, deberá descartar cualquier problema fisiológico -lo cual le toca al urólogo-. Es muy probable, tratándose de un hombre que antes duraba mucho en la cama y ahora ya no, que la causa sea una disfunción eréctil en etapa temprana, donde la erección y la eyaculación duran menos tiempo que antes, por lo que estaríamos hablando de que la eyaculación precoz sería el síntoma de un problema de erección que empieza a manifestarse.
- La asesoría sexológica es el tipo de terapia que se necesita para solucionar la eyaculación precoz.
- El sexólogo clínico te ayudará con técnicas para recuperar el control eyaculatorio y al mismo tiempo, a mejorar las prácticas sexuales en pareja.
- Aprender a reconocer las fases y sensaciones por las que pasa tu cuerpo durante el acto sexual, es la base de todo. Tú puedes controlar la duración del coito con técnicas como respirar adecuadamente, hacer breves pausas en el movimiento para relajarte, cambiar de postura o bajar la velocidad de bombeo.
- También existen técnicas y ejercicios que te pueden ayudar a solucionar la eyaculación precoz, ya sea primaria o secundaria. Una de las más usadas por los sexólogos es la autoestimulación. Puedes empezar a estimularte en un lugar privado, relajado y sin prisa. Cuando sientas que vas a eyacular, detente. Repite esto unas tres o cuatro veces hasta que logres entender las sensaciones de tu cuerpo y controlar el momento en que llegas al orgasmo. Cuando sientas que ya dominas esta fase, hazlo en pareja. Que ella sea quien te estimule y tú dile cuándo detenerse. A veces se requiere del apoyo de algún medicamento, por eso es necesario contar con la asesoría de un médico.
- Los ejercicios de Kegel son extraordinarios para fortalecer el piso pélvico y el perineo (músculos encargados de contener la eyaculación). También te ayudan a dominar la contracción y relajación voluntaria, para que aprendas a detener el reflejo de la eyaculación cuando lo desees. El sexólogo te indicará cómo practicarlos para lograr resultados.
- Las técnicas de respiración son muy útiles para controlar el estrés y la ansiedad, por algo son la base de la meditación.
Al tener relaciones sexuales, enfócate en tu respiración, notarás que poco a poco ésta se irá acelerando conforme aumenta la excitación; cuando sientas que estás cerca del clímax, toma aire y vuelve a respirar lento. Hazlo las veces que sea necesario hasta que decidas eyacular.
Recomendaciones
Algo que muchos sexólogos recomiendan también, es no obsesionarse con el orgasmo. Está demostrado que la ansiedad y el miedo a fallar provoca exactamente lo que no queremos: acabar rápido.
- Escucha a tu pareja. Escucha su respiración, fíjate en lo que te pide con sus movimientos, observa las señales que te manda su cuerpo ¡y háblense! Ellas no siempre llegan al orgasmo a través del coito. Si te pide más tiempo, prolonguen los juegos preliminares y acuérdate de su órgano sexual más sensible: el clítoris. Éste se puede estimular de muchas maneras.
- El sexo no es un ansiolítico. Muchas veces descargamos en la cama todo lo que traemos encima, pero si sólo te preocupas por eyacular, te estarás perdiendo de la conexión profunda, el placer de las caricias y la satisfacción de tu pareja.
- Date tiempo para el sexo. Los “rapidines” están bien de vez en cuando, pero cuando haya tiempo, también hay que dedicarle un buen rato al disfrute sexual con tu pareja. Olvídate del celular y la tele y dedícale toda tu atención a ella y a su placer.
- Cuidar tu salud es otra forma de durar más en la cama. Haz ejercicio, come sanamente, baja de peso. Estar en buena forma física, además de subir la autoestima, es el secreto para aguantar más.
Conclusiones
Aceptar que se padece un problema, es el primer paso para encontrar la solución.
Los tratamientos son accesibles y han mostrado resultados exitosos en miles de pacientes alrededor del mundo. Una vez aceptada y tratada la eyaculación precoz rara vez vuelve a presentarse.
¡Gracias por tu lectura!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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