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Conoce el significado de la enfermedad “el síndrome de las bolas azules”

Nos ha pasado a todos, especialmente en la adolescencia. El famoso síndrome de las bolas azules es un término coloquial para lo que los médicos llaman hipertensión del epidídimo o epididimaria. No es una afección grave, se trata de dolor en los testículos cuando la excitación sexual no culmina en orgasmo o eyaculación. Aunque las bolas o pelotas azules -inflamadas- pueden ser incómodas, el malestar es pasajero. Conoce el significado de la enfermedad ”el síndrome de las bolas azules” y cómo aliviarlo. En este artículo podrás despejar tus dudas y aprender más sobre salud masculina. ¡Toma nota de lo que sigue!

La importancia de los testículos

Los testículos son quizá la parte más importante y delicada de la anatomía masculina, ya que de ellos dependen el desarrollo, la función sexual y la reproducción. 

Existen ciertas dudas sobre si el síndrome de las bolas azules es un problema de salud masculina que pueda afectar a otros órganos como el pene, o simplemente es un eufemismo para nombrar la frustración que siente un hombre cuando su orgasmo es interrumpido o no logra conseguir la relación sexual que esperaba.

¿El síndrome de las bolas azules es un fenómeno real? 

Sí, lo es, claro que ocurre. Existe dolor, inflamación y la sangre que llena los genitales para producir la erección, hace que los testículos tomen un leve color azulado. Pero para tu tranquilidad, nadie muere de eso.

Hipertensión del epidídimo es el nombre correcto para describir la congestión de la próstata y la vasocongestión de los testículos por retención de líquido linfático y sangre que aumenta cuando el hombre se excita. Al mismo tiempo, los músculos se tensan con fuerza y se contraen. Durante la excitación (erección), el tamaño de los testículos puede aumentar hasta un 50%.

Si el hombre logra eyacular, los músculos volverán a relajarse y la sangre que ha llenado los órganos genitales, saldrá para volver a la etapa de reposo (resolución, según las fases de respuesta sexual humana de Masters y Johnson). Pero cuando no logra concluirse este proceso, es decir, si la persona permanece excitada por mucho tiempo sin terminar el coito o masturbación, los testículos duelen y se tornan ligeramente azules.

En un artículo publicado en el medio Español News, se menciona que, en el año 2000, la revista Pediatría documentó un informe de un joven de 14 años que terminó en la sala de emergencias con un dolor severo en el escroto después de juguetear con la novia sin eyacular. En ese entonces, los médicos admitieron que no estaban muy seguros de cuál era la causa del dolor. Esto se debe a que, después de revisar la literatura disponible en medicina de emergencia, libros de texto de urología y bibliotecas médicas, los científicos no pudieron encontrar alguna mención o término médico oficial para “bolas azules”. Hoy sabemos que se refiere a la hipertensión epididimaria.

Las mujeres también pueden experimentar vasocongestión por excitación que no se libera a través del orgasmo. Se llama “vulva azul” o congestión pélvica.

¿Por qué es muy importante la función de los testículos?

Los testículos son las gónadas -glándulas generadoras de células sexuales- masculinas. Es ahí donde se producen los espermatozoides y la testosterona. Aunque muchos hombres creen que el pene es el órgano más importante del aparato reproductor masculino, en realidad ese sitio de honor corresponde a los testículos, dos estructuras colgantes y móviles que son sumamente sensibles a los traumatismos o cambios de temperatura. 

Los testículos se ubican en la región perineal, detrás de la base del pene y están cubiertos por la bolsa escrotal o escroto; esta gruesa capa de piel cumple con la función de proteger los delicados órganos y mantenerlos a una temperatura adecuada (de 1 a 3º C por debajo de la temperatura corporal), ya que es el ambiente que se requiere para la producción de espermatozoides. 

Los testículos están suspendidos de su extremo inferior solamente por el cordón espermático. 

Vale la pena dar un repaso a las partes que componen los testículos

  • Cápsula testicular y Túnica albugínea. Dentro del escroto, el testículo se encuentra rodeado por la llamada cápsula testicular, formada por dos túnicas o capas: la más externa se denomina túnica vaginal y está compuesta de células mesoteliales (células que cubren nuestros órganos internos) derivadas del peritoneo. 
  • La capa interna corresponde a la túnica albugínea, formada por tejido conjuntivo fibroelástico denso y algunas células musculares lisas. Dentro de la túnica albugínea se localiza un estrato o capa vascular. La túnica albugínea se proyecta al interior del testículo, formando al mediastino testicular; en esta zona se localizan vasos sanguíneos y linfáticos, nervios y los conductos intratesticulares. (Access Medicina).
  • Conductos seminíferos. Ahí se produce el esperma. En el interior de cada testículo, los espermatozoides se forman en varios cientos de túbulos seminíferos que se unen para formar una red de canales que, a su vez, se conectan con el epidídimo. 
  • Los túbulos seminíferos contienen dos tipos de células: espermatogénicas, que darán lugar a los espermatozoides y células de Sertoli, encargadas del mantenimiento del proceso de formación de éstos. En el tejido conjuntivo situado en los espacios que separan a los túbulos seminíferos, hay grupos de células llamadas células de Leydig, que secretan la testosterona, el andrógeno más importante en el cuerpo de un hombre, ya que prácticamente todas las funciones del organismo masculino dependen de esta hormona.
  • Epidídimo. En un tubo estrecho en forma de espiral que se conecta a cada uno de los testículos. Los espermatozoides pasan de los testículos al epidídimo, donde terminan de madurar y se almacenan. La cola del epidídimo se conecta con el canal deferente, éste transporta el esperma hacia el conducto eyaculador para ser expulsado por la uretra durante la relación sexual, al llegar al orgasmo. 
  • Escroto. Es un saco de piel exterior rugosa y oscura que contiene los testículos. Asociado a cada testículo dentro del escroto, se encuentra el músculo cremáster, una pequeña banda de músculo estriado esquelético que continúa al músculo oblicuo menor o interno del abdomen.  

Los testículos proceden del interior de la cavidad abdominal, a derecha e izquierda de la columna lumbar, justo al lado de los riñones. Hacia el tercer mes del desarrollo fetal, los testículos abandonan esta región y descienden por el conducto inguinal, atravesando la pared abdominal y arrastrando consigo las bolsas que los envuelve hasta su posición definitiva. 

Hipertensión del epidídimo

Ya explicamos de manera general el significado de la enfermedad síndrome de las bolas azules -entendiendo como enfermedad “la alteración leve o grave del funcionamiento normal de un organismo o de alguna de sus partes debida a una causa interna o externa.” (Oxford languages)-. Pero, ¿cuáles son exactamente los síntomas y por qué ocurre?

Entre los principales síntomas que experimenta un hombre con hipertensión del epidídimo, se encuentran:

  • Pesadez.
  • Dolor.
  • Molestia o dolor leve.
  • Color azulado tenue.

Estos signos pueden aliviarse al eyacular, ya sea mediante la masturbación o la relación sexual; o bien, dejando que la excitación pase.

En la fase de excitación sexual masculina, las arterias que transportan la sangre a los genitales se expanden para aumentar el flujo sanguíneo a estos órganos y las venas se restringen, atrapando la sangre ahí para mantener la erección.

Cuando la persona deja de sentirse excitada, esos vasos liberan la presión, la sangre sale de los genitales y tanto éstos como las venas y arterias, regresan a su tamaño habitual. 

Mientras la persona siga excitada, la inflamación no cederá y, si este estado se prolonga, aparecerán el dolor y el tono azul por la acumulación de sangre.

Es un mito que el síndrome de las bolas azules sólo se alivie teniendo relaciones sexuales y provocando la eyaculación. Bastará con ocuparse en otra actividad, tomar una ducha con agua fría o aplicando compresas tibias en la zona, hacer ejercicio como caminar o distraerse en algo que nos aleje de los pensamientos sexuales hasta que la erección baje. 

Te alegrará saber que el síndrome de las bolas azules no afecta para nada la fertilidad masculina. Este malestar es totalmente pasajero y no deja ninguna secuela. 

¿Y si el dolor en los testículos no se me quita?

El dolor en los testículos puede deberse a algo más que el síndrome de las bolas azules. Podría tratarse de lesiones menores o una condición grave como torsión testicular o infección. 

Si experimentas dolor en los testículos y notas que no se quita después de un período máximo de 8 a 10 horas, debes visitar al médico de inmediato, ya que ignorar un dolor testicular que no se debe a la excitación “no satisfecha”, significa que padeces algún otro trastorno relacionado con estas glándulas.

Los testículos están expuestos a lesiones, porque no hay barreras anatómicas (como las costillas) que los protejan. Cuando el dolor es causado por un golpe, obviamente conoces el origen. Pero, de cualquier forma, merece la pena que el médico te revise para evitar consecuencias a largo plazo. Más allá del dolor momentáneo, se deben observar señales posteriores como cambio de pigmentación en la piel de la zona, un dolor que no desparece, sangrado al orinar, molestia al mantener relaciones sexuales o extrema sensibilidad.

Por otro lado, si el dolor se presenta en la zona abdominal baja o en la ingle -antes que en las mismas gónadas- es repentino, persistente y sin causa aparente, muy probablemente exista un problema en tus testículos. 

Éstas son algunas de las causas más comunes de dolor testicular

  • Orquitis o epididimitis. Son inflamaciones o infecciones virales o bacterianas; pueden ser causadas por infecciones urinarias o enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la clamidia.
  • Varicocele o várices del cordón espermático. Se trata de un grupo de venas dilatadas en el testículo. Produce dolor de leve a moderado y en algunos casos, es asintomático. El varicocele es resultado de un mal funcionamiento de las válvulas de las venas. También puede aparecer a causa de la compresión de una vena por algo a su alrededor o asociado al ejercicio que implica un tipo de movimiento específico, como la bicicleta. Esta condición sí puede afectar la producción y calidad de los espermatozoides (infertilidad). El tratamiento es quirúrgico. 
  • Torsión testicular. Si crees que el síndrome de las bolas azules es doloroso, claramente no has padecido torsión testicular. Éste es uno de los tipos de dolor más intensos. El testículo gira y la irrigación sanguínea testicular disminuye o se interrumpe por completo, poniendo en riesgo la vitalidad del tejido. La torsión testicular es una emergencia médica que debe tratarse inmediatamente para evitar daño permanente. 
  • Parotiditis. Esta infección viral puede producir orquitis (inflamación del testículo) e infertilidad en algunos casos. La vacuna está incluida en el plan obligatorio de vacunación infantil (al año y a los 6 años), y también puede aplicarse una dosis de refuerzo entre los 20 y 30 años.
  • Tumores. El cáncer de testículo puede producir dolor o no. Por eso deben evaluarse otros signos como algún tipo de protuberancia en los testículos. Ante cualquier bulto anormal que notes, ve al médico de inmediato para que te hagan una ecografía. No dejes pasar el tiempo. El cáncer testicular es más común de lo que crees.
  • Daño a los nervios del escroto ocasionado por neuropatía diabética. La diabetes es una enfermedad que conlleva muchísimas complicaciones. Una de ellas es la neuropatía, que suele afectar con mayor frecuencia piernas y pies, pero los testículos no están exentos. 
  • Un cólico renal -producto de cálculos en vías urinarias- o las hernias inguinales, pueden producir un dolor que se propague más allá del órgano afectado, incluyendo los testículos.
  • Hidrocele. Es la hinchazón del escroto que ocurre cuando se acumula líquido en el recubrimiento delgado que rodea el testículo. Es frecuente en los recién nacidos y suele desaparecer sin tratamiento al año de vida. Pero también puede presentarse en hombres adultos debido a una lesión.
  • Espermatocele. También llamado quiste espermático. Es una bolsa llena de fluido; por lo general, indolora y benigna (no cancerosa), que crece por encima de un testículo.
  • Criptorquidia. Es cuando un testículo (pocas veces son ambos) no descendió, es decir, no se trasladó a la posición usual en el escroto antes del nacimiento. Esta condición es frecuente en niños prematuros. Si el o los testículos no descienden en los 3 o 4 primeros meses de vida del bebé, es probable que ya no pase de forma espontánea; por lo cual se debe llevar al niño al médico para evitar que a la larga sea factor de riesgo para cáncer testicular o problemas de fecundidad.

Conclusiones

Ahora que conoces el significado de la enfermedad ”el síndrome de las bolas azules”, podrás estar más atento a la salud de tus testículos y terminar con el mito de que es obligatorio tener relaciones sexuales para evitar la dolencia.

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¡Hasta pronto!

 

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

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