¿Cómo se realiza el diagnóstico de la eyaculación precoz?

La eyaculación precoz es un problema que cada vez está afectando a más población masculina en todo el mundo. Un problema que carga con un aspecto tabú además de la falta de información seria que impide tratarlo con la normalidad y seriedad que requiere.

A veces, el diagnóstico de una posible problemática de eyaculación precoz en un paciente se puede complicar debido a las reticencias del mismo a compartir su problema por el miedo al qué dirán, y a poder ser estigmatizado por tenerlo. Por eso, el tema que abordaremos hoy se centrará en conocer cómo se realiza el diagnóstico de la eyaculación precoz. 

¡Empecemos!

¿Cómo diferenciar si es algo permanente o pasajero?

Factores sociales como el de la hombría o poder satisfacer a la pareja, preocupan cada vez más a los hombres y es por eso que los profesionales establecen una serie de parámetros para delimitar una situación pasajera de un posible “gatillazo”, de un caso real de eyaculación precoz.

El diagnóstico de la eyaculación precoz es un proceso cauteloso que se debe tomar con la máxima profesionalidad, es por eso que se tratan algunos puntos en concreto para delimitar, de manera personalizada, la situación de cada paciente.

Para empezar, hay que saber diferenciar situaciones puntuales que pueden derivarse de una relación sexual en la cual la eyaculación se ha producido antes de lo normal. No podemos hablar de eyaculación precoz en casos puntuales en los cuales el hombre se ve sobreexcitado por su pareja sexual (por ejemplo una noche de pasión en la que ella se ha puesto un modelo especial que le encanta a él, o una situación muy erótica que provoque una reacción más exagerada de lo normal).

El profesional médico, debe tener un completo historial y una comunicación del todo honesta con el paciente para tratar los siguientes temas:

1º Temporalidad: Este va a ser el pilar fundamental para detectar un posible diagnóstico de eyaculación precoz, ya que se debe limitar el tiempo que pasa desde que se logra tener una erección, luego desde que se introduce el pene y finalmente el tiempo que pasa hasta tener una eyaculación. Es imprescindible para elaborar un informe bien formado, poder tener todos esos “timings” bien delimitados.

2º Capacidad: Aquí, el paciente debe resolver la duda de si se siente capaz mental y físicamente de poder retrasar y controlar la eyaculación. Esto ayudaría muchísimo ya que permitiría crear una solución evitando un tratamiento.

3º La primera vez: Para realizar un diagnóstico óptimo, se debe saber cuándo fue la primera vez que se tuvo una eyaculación precoz, ya que no es lo mismo la situación en la que el paciente lo ha presentado desde muy temprana edad (motivo biológico o mal aprendizaje) o en una situación puntual adulta (debido al estrés que puede producir el trabajo, por ejemplo).

4º Regularidad: Aquí se trata de la frecuencia de eventos en la que se presenta la eyaculación precoz, esto quiere decir, si se ha tenido algún caso puntual (o no) con todas las parejas del sujeto afectado o si es sólo con alguna pareja determinada. Esta pregunta es fundamental ya que puede solucionar de raíz la totalidad del problema.

5º Disconformidad: En este tipo de problemáticas se da la situación en la que la pareja se ve afectada también, ya que se trata de un problema que incumbe a ambos, y es esencial saber si la otra parte muestra una disconformidad abierta. Este tipo de situaciones puede agravar la situación.

6º Evasión: No son pocos los caso en los que el paciente rehuye de las relaciones sexuales con su pareja con el ánimo de evitar así una situación desagradable que afecta a su pareja y que sobre todo crea en la mente del sujeto el siguiente problema a tratar que es el de:

7º Ansiedad: No importa si está en el trabajo, en la calle o viendo la televisión, la ansiedad recorre la mente del paciente durante todo el día, jugando malas pasadas y afectando a la calidad de su relación de pareja.

Una vez contestadas o resueltas todas estas cuestiones, se debe realizar un examen biológico a través de ecografías o pruebas de imágenes como TACS para tener un mapa global de la situación.

Como último paso, el doctor establecerá un diagnóstico de si se trata de un caso de eyaculación precoz o no. En caso afirmativo, es esencial empezar el tratamiento cuanto antes para poder evitar así que el problema vaya a más y se den daños emocionales irreparables en el sujeto y en su relación de pareja.

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¡Hasta el próximo artículo!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.