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¡Se acabaron los pretextos! ¡La falta de apetito sexual en los hombres, tiene solución!

“Tuve un día pesado”, “mejor mañana”, “estoy cansado”, “hay que levantarse temprano”, “estoy estresado”. Desde que se inventaron los pretextos, la falta de apetito sexual en hombres se volvió un problema invisible, del que pocos varones se atreven a hablar. 

En el artículo de hoy hablaremos sobre la falta de apetito en los hombres y las maneras de mejorar esta situación. ¡Acompáñanos!

Cultura machista

Debido a la cultura machista en la que aún vivimos, la mayoría de los hombres piensan que deben ser infalibles, tanto en las dificultades de la vida, como en lo laboral y desde luego, en el sexo. Su condición de “superhombres” y su autoconcepción de virilidad, los obliga a tener que responder siempre a los estímulos sexuales, si no, no son hombres. Pero la realidad es que no siempre se puede. A veces uno no tiene ganas, simplemente no hay deseo. Y si esta situación se prolonga por mucho tiempo, es un problema que se debe atender antes de que se vuelva crítico y cause estragos en nuestra relación de pareja.     

La falta de apetito sexual o disminución de la libido suele atribuírsele más a las mujeres, ya sea por cuestiones hormonales o porque ellas no sienten la misma presión que los hombres para estar “ganosas” todo el tiempo, dispuestas a tener relaciones sexuales en cualquier momento.

¿Por qué los hombres pierden el deseo? 

La disminución de apetito sexual en los hombres se identifica por la falta de respuesta a los estímulos que, en condiciones normales, les excitarían. Las causas pueden ser muchas y muy variadas: tedio, falta de atracción por la pareja, estrés, cansancio, alguna disfunción sexual que no quiere enfrentarse o no se ha detectado, incluso, problemas hormonales. Dichas causas pueden darse de manera aislada o ligadas a otros síntomas. De cualquier forma, la falta de apetito sexual puede tratarse y con la ayuda de un experto en salud sexual masculina, hallar una solución integral que nos permita encender de nuevo la chispa en nuestra relación de pareja.

La falta de deseo es el tercer padecimiento de índole sexual que afecta a los hombres, después de la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. 

Las razones pueden ser emocionales o bien, estar asociadas a la salud física o mental. Entre los signos que debemos tener en cuenta para saber si estamos ante una situación que requiera atención médica, están:

  • Como a las mujeres les llega la menopausia con una dramática baja en la producción de estrógenos; en los hombres que rebasan los 50, se manifiesta la andropausia. Si bien no es tan notoria como en las mujeres, sí puede haber una disminución en la actividad de las glándulas sexuales masculinas. Un urólogo, endocrinólogo o experto en salud sexual masculina, podrá orientarte acerca de este tema y darte soluciones.
  • Falta de deseo sexual hacia la pareja. Esta sí es una luz amarilla. ¿Qué pasa?, ¿se volvieron cadenas lo que fueron cintas blancas?, ¿hasta la belleza cansa? Pues sí, como decía El Príncipe de la canción, un día “llega a ser rutina la caricia más divina”. Pero eso no significa que el amor acaba. Después de muchos años juntos, es normal que empiece a menguar el deseo por esa persona en particular. La rutina, los problemas cotidianos, la ausencia de detalles románticos, dar por hecho que esa persona nunca te va a faltar, los resentimientos acumulados por años, los cambios físicos, vamos, ¡hasta el descuido! Que si ya engordó, que si tiene arrugas, ya no se arregla, para dormir se pone unos viejos pants en lugar de sólo dos gotas de perfume… Bueno, los cambios no sólo le ocurren a tu media naranja, ¿eh? Es posible que tú tampoco seas el modelo de Calvin Klein que conociste hace varios años.
  • La falta de comunicación y los problemas no resueltos, son la receta casi infalible para matar el deseo. Si se pierde el interés en estimular a la otra persona, si prefieres ver una película aburrida hasta quedarte dormido, pasarte horas en las redes sociales o si en repetidas ocasiones evades el contacto con tu pareja, lo que sigue -te avisamos- es la pregunta que desata la guerra: “¿hay alguien más?”
  • Es momento de tomar al toro por los cuernos y hablar, como decían las abuelitas, “a calzón quitado”. Con suerte, esa sana discusión acaba en una sexy reconciliación. Hablen, vayan a terapia, ya sea de forma individual o en pareja. En el 80% de los casos, la terapia sexual resulta exitosa. Busquen ayuda profesional si entre ustedes no pueden encontrar una solución y sobre todo, no se rindan. Vale la pena hacer el esfuerzo para volver a enamorarse y encontrar nuevos caminos para el erotismo.
  • Falta de deseo sexual hacia otras personas. ¡Luz roja! Si ni tu pareja o ninguna otra persona te resultan atractivas o despiertan tu interés sexual, muy probablemente sí hay una disfunción; entonces sí o sí, hay que ver a un terapeuta sexual, un médico o un psicólogo. A veces el estado de ánimo no está como para andar pensando en sexo, pero hay que estar muy atento a que estos puntos bajos por los que pasamos todos, no sean un cuadro de depresión, baja autoestima, ansiedad o estrés fuera de control. Muchas personas no se dan cuenta de que están pasando por un estado depresivo hasta que no van con un especialista. Un síntoma importante de la depresión es la falta de apetito sexual. Y este punto nos lleva al siguiente.
  • ¿Tomas antidepresivos o ansiolíticos? Algunas drogas de prescripción usadas para tratar la depresión o la ansiedad, tienen un efecto negativo sobre la libido. El deseo sexual disminuye más por la acción que tiene el fármaco en el cerebro (los niveles de serotonina) que por la depresión en sí. Esto se resuelve relativamente fácil. Informa a tu médico sobre este tema –la falta de apetito sexual-, para que te dé alternativas de medicamentos que no afecten tu vida sexual. Es muy importante que no abandones tu tratamiento, ya que puede ser peor. Y no olvides que los medicamentos no hacen todo el trabajo, la terapia es indispensable para superar los problemas de salud emocional.
  • Estrés. Ya mencionamos que la tensión y la ansiedad, provocan una disminución del interés sexual; pero es importante saber que el estrés también afecta la producción de hormonas como las endorfinas, dopamina, serotonina y otras sustancias que contribuyen al placer y la estabilidad emocional. Incluso puede llegar a impedir la erección. Trata de identificar y solucionar eso que te está estresando tanto. Haz ejercicio, medita, tómate unas vacaciones, descansa. Mantener la mente tranquila ayuda mucho a concentrarse en el placer, y si esto no es suficiente, consulta a tu médico.
  • ¿Padeces eyaculación precoz o disfunción eréctil? La falta de deseo puede ser consecuencia de otra disfunción sexual. Cuando un hombre tiene problemas para lograr una erección o sus relaciones sexuales no son satisfactorias, es común que evite tener encuentros íntimos por miedo a fallar. Si se siente ansioso, inseguro, triste o hasta avergonzado por padecer eyaculación precoz o disfunción eréctil, lógicamente el deseo se irá. También puede ocurrir que la disfunción eréctil esté siendo causada porque la libido o la testosterona están en niveles muy bajos. Un círculo vicioso que sólo se puede romper con ayuda profesional. Es fundamental buscar un tratamiento integral. ¡Sin miedo! Una vez que recuperes tus erecciones, te garantizamos que el apetito sexual volverá de la mano. 

Otras enfermedades que causan la falta de apetito sexual

Al igual que la disfunción eréctil o la eyaculación precoz, la falta de deseo puede tener su origen en lo orgánico. Nos referimos a:

  • Problemas en la tiroides (Hipotiroidismo). Cuando la glándula tiroides no produce los niveles de hormonas necesarios para regular algunas de las funciones del cuerpo, la baja de deseo sexual puede ser una de las consecuencias.
  • Hipogonadismo (Bajos niveles de testosterona asociado a síntomas). Cuando estos órganos sexuales masculinos no están funcionando, ya sea por un problema en la hipófisis o el hipotálamo, el deseo sexual desaparece debido a la baja o nula producción de testosterona.
  • Hipertensión, colesterol alto o aterosclerosis. ¿La presión alta también afecta la libido? Pues sí, al igual que todo aquello que afecte la circulación sanguínea y obvio, la llegada de la sangre al pene. Existe también la posibilidad de que algunos medicamentos para combatir la hipertensión, tengan un efecto secundario adverso sobre el deseo sexual. Una vez más, pregunta al médico.
  • Cáncer. No hablamos sólo de los efectos emocionales devastadores de esta enfermedad; también los tratamientos como la quimioterapia, son muy agresivos y entre otros efectos secundarios, impiden la producción de hormonas. De lo último que tendrá ánimo el paciente, es de tener sexo. Una vez superada la urgencia de salvar la vida, se podrá buscar un tratamiento para recuperar el deseo y la capacidad de tener relaciones sexuales.

Los malos hábitos también pueden causar falta de apetito sexual

Para nadie es desconocido que los malos hábitos de vida, afectan la salud física y emocional de una persona. La obesidad, por ejemplo, tiene una incidencia directa en la producción de hormonas sexuales. También es causa de mala irrigación sanguínea y de baja autoestima.

La mala alimentación, también generan problemas de muchos tipos, como la obstrucción de las arterias o la falta de nutrientes indispensables para que el cuerpo realice sus funciones de manera normal.

El uso de drogas recreativas, el alcohol o el tabaquismo alteran el estado de ánimo y causan un daño, a veces irreversible, en el sistema circulatorio, respiratorio y hormonal. 

La solución es muy fácil: a una buena dieta, suma actividad física regular, bájale a la fiesta o a las horas de trabajo, duerme al menos 7 horas diarias y verás los resultados.

Se acabaron los pretextos ¡recuperar el apetito sexual es posible!

Si has perdido las ganas de tener relaciones sexuales, pregúntate qué cosas pueden estar afectando tu vida, qué cosas han cambiado. ¿Estás muy estresado?, ¿deprimido?, ¿te sientes cansado por no dormir bien?, ¿te duele algo física o emocionalmente?, ¿hay problemas de pareja? Tal vez no se están dedicando la atención o el tiempo suficiente. Hacerte estas preguntas te puede dar pistas sobre lo que está pasando. 

También debes hablar con tu pareja. ¿Cómo sabes que a ella no le está pasando lo mismo? Siéntense uno frente al otro y ábranse al diálogo. Acepten que están en una crisis y que de eso, sólo puede surgir un nuevo comienzo.

Es importante conocer los tratamientos integrales, indicados para recuperar el apetito sexual, que consisten en:

  • Medicamentos. Fármacos que restauren la producción hormonal o en su caso, solucionen alguna otra disfunción como la eyaculación precoz o impotencia sexual.
  • Tratamiento psicológico. Si las causas son de origen emocional, lo más indicado es la terapia con un experto. Está demostrado que el apoyo psicológico y sexológico es sumamente efectivo para un alto porcentaje de pacientes. La terapia de pareja o counselling, también es una opción. Ésta les proporcionará la información necesaria y las herramientas para que ustedes decidan el camino a seguir.
  • Asesoría sexológica. En ocasiones, la pareja puede ser la causa de la falta de interés sexual; en otras, puede ser el mejor aliado para encontrar una solución. En ambos casos, la comunicación abierta y la disposición para ponerse en los zapatos del otro, con la guía de un profesional, pueden ser el mejor camino hacia la cura.

Conclusiones

Habrá días en que no tengas ganas de hacer el amor y no hay nada malo en decir, “hoy no”, siempre y cuando esto no se vuelva una costumbre. 

Cualquiera se aburre de comer todos los días “pan con lo mismo”, así que denle un giro a la rutina; busquen juntos las cosas que puedan refrescar su vida sexual: hablen de sus fantasías, sus gustos, jueguen, viajen solos. Hay miles de caminos para explorar en cuestiones eróticas y cada pareja debe encontrar los suyos.

El sexo es básico para mantener fuertes los vínculos afectivos. Si sientes que “mueren los deseos por la carne y por el beso y que el amor acaba”, se acabaron los pretextos, la falta de apetito sexual tiene solución.

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¡Hasta pronto!

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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