La inapetencia sexual, también conocida como anafrodicia, se refiere a un bajo o nulo nivel de interés en mantener relaciones sexuales y es una disfunción que ocurre con más frecuencia de lo que se cree. La persona que lo padece no puede responder a los estímulos, lo cual le provoca insatisfacción, depresión, disminución en su calidad de vida y serias afectaciones a la relación de pareja. Las causas suelen ser de origen emocional y algunas veces, fisiológico. Si estás poniendo pretextos para evitar tener sexo, aquí te explicamos qué significa el término inapetencia sexual y cómo solucionarlo. ¿Nos acompañas?
¿Qué es la inapetencia sexual?
Explica el Dr. José Benítez, director médico de Boston Medical Group, que la inapetencia sexual o falta de deseo se consideraba exclusivo en las mujeres. Pero, “la falta de deseo o libido en los hombres ha crecido notablemente en las consultas médicas y psicológicas (en Boston Medical Group). De hecho, se ha colocado como la tercera disfunción sexual más común, por detrás de la disfunción eréctil y la eyaculación precoz.”
Existen muchos otros términos para nombrar la inapetencia sexual. Por ejemplo, la palabra frigidez se ha usado como un sinónimo, aunque aplicado sólo a las mujeres con ausencia anormal de deseo, incapacidad para excitarse o de alcanzar el orgasmo.
Trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH), anorexia sexual o simplemente falta de deseo o apetito sexual, son otras denominaciones de esta misma patología.
No debe confundirse con el término “asexual”. Éste se refiere a la persona que no experimenta atracción sexual hacia otros. No es lo mismo que ser célibe, asexuado o antisexual. Según el portal Wikipedia, la asexualidad se considera como la ausencia de orientación sexual o una de sus variaciones junto con la heterosexualidad, la homosexualidad o bisexualidad.
Los asexuales, a pesar de no sentir atracción sexual, sí pueden experimentar atracción romántica por uno o ambos sexos. Pueden mantener relaciones románticas, incluido el matrimonio, aunque a menudo desearían que dichas relaciones no incluyeran actividad sexual. Sin embargo, pueden llegar a tener relaciones íntimas con el fin de complacer a la pareja o bien, tener descendencia.
¿Qué causa la inapetencia sexual?
El sitio Top doctors España, informa que la inapetencia sexual o falta de deseo se puede clasificar en cuatro tipos:
- Primaria. Se refiere especialmente a mujeres que nunca han tenido deseo sexual suficiente. Se entiende como la nula capacidad de tener fantasías sexuales o muy escasas conductas con finalidad sexual. Suele aparecer en la adolescencia y empeorar en la persona adulta.
- Secundaria. La persona ha experimentado deseo sexual normal, pero con el tiempo, pierden el interés en el sexo.
- Generalizada. Simplemente no se tiene apetito sexual, ni por la pareja ni por otras personas.
- Situacional. La falta de deseo sexual es sólo hacia la pareja, aunque sí con otras personas.
La inapetencia sexual puede tener diversas causas, ya sean éstas orgánicas o psicológicas.
De acuerdo con el Dr. Benítez, orgánicamente existen patologías que afectan el deseo sexual en el hombre, tales como:
- Alteraciones hormonales o problemas endocrinos como hipogonadismo e hipotiroidismo, respectivamente; trastornos de la hormona testosterona, que llamamos andropausia y ocurre en una edad determinada como parte del proceso normal de envejecimiento.
- Enfermedades crónicas y/o metabólicas como pueden ser la hipertensión, obesidad, cáncer, diabetes, dislipidemia, tabaquismo o algunas enfermedades autoinmunes. Cabe señalar que muchas veces la causa de la inapetencia sexual, además de la enfermedad en sí misma, puede ser el tratamiento farmacológico y sus efectos secundarios.
- Medicamentos específicos. Hipotensores, medicamentos para la próstata, corticosteroides (cortisona) que producen una baja en los niveles hormonales; y especialmente, los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
- Malos hábitos. Una alimentación deficiente y pobre en nutrientes, puede ser causa de inapetencia sexual; así como el consumo excesivo de alcohol o drogas.
Entre los factores psicológicos se pueden nombrar:
- Problemas de pareja. Ya sea mala comunicación, rutina sexual, falta de atracción, monotonía en la relación o temor de no cumplir con las expectativas sexuales del otro.
- Disfunciones sexuales como la disfunción eréctil o la eyaculación precoz, provocan una caída del deseo sexual porque existe una frustración en las relaciones sexuales al no poder satisfacer a la pareja, lo que merma el ánimo y el instinto de tener actividad sexual.
- Estrés y ansiedad, derivada de problemas cotidianos como el trabajo, la economía, la insatisfacción profesional, crisis de mediana edad o el ritmo de vida acelerado.
- Trastornos en el estado de ánimo. Depresión o la llamada distimia, que es un tipo de depresión leve y constante, a largo plazo.
- Experiencias negativas en el pasado. Eventos traumáticos como el abuso sexual o la violencia sufrida por una persona, pueden hacer que ésta rechace todo aquello relacionad al sexo.
- Fatiga y cansancio. Que pueden ser genuinos. El hombre no tiene por qué estar siempre dispuesto a tener sexo. El cansancio puede impedir incluso la respuesta automática a los estímulos físicos.
- Baja autoestima. Desde una percepción equivocada de la imagen corporal, no sentirse atractivo o el miedo al rechazo, pueden afectar las relaciones interpersonales.
¿Cómo solucionar la inapetencia sexual?
Muchas personas piensan que la inapetencia sexual es una situación transitoria. Debes saber que no es así. Se trata de una disfunción que requiere atención profesional, ya que, si no se aborda el problema a tiempo, puede llevar a la desaparición total de las relaciones sexuales y a la separación de la pareja.
Normalmente, se recomienda que sea un equipo interdisciplinario que pueda abordar la disfunción desde todos los ángulos.
Un médico especialista en salud sexual masculina (uroandrólogo), es el indicado para determinar si la causa de la anafrodicia es de origen físico, como bajos niveles hormonales o alguna otra patología de las antes mencionadas. Será necesario hacer una revisión física del paciente, una evaluación de su estado general de salud, medir sus niveles de testosterona e indagar en su situación de pareja y conductas sexuales.
A partir de las causas, se asignará un tratamiento. Por ejemplo, si se trata del efecto secundario de un medicamento como antidepresivos, hipolipemiantes, betabloqueantes, diuréticos, entre otros, la solución puede ser ajustar o incluso cambiar la medicación. Es muy importante que esto no se haga por cuenta propia. El paciente debe consultar con su médico, de lo contrario, el problema puede agravarse y poner en serio peligro su vida.
En casos como la depresión, el médico puede aconsejar tener paciencia, es decir, esperar a que el estado de ánimo mejore con el tratamiento y por lo regular, el apetito sexual volverá poco a poco al ir dejando el fármaco.
Cuando la causa es una deficiencia hormonal, el médico te dará alternativas para contrarrestar la disminución de tus niveles de testosterona, previo diagnóstico.
En cuanto al apoyo psicológico, es indispensable en estos casos. La esfera emocional se verá alterada con una disfunción que afecta tanto a la pareja como al individuo. Y si el origen de la inapetencia sexual es psicológico, con mayor razón.
“El apoyo farmacológico y psicológico, como terapia combinada, es muy eficaz en estas situaciones,”, afirma el Dr. Benítez.
Asesoría sexológica
Hablando de tratamientos complementarios, la asesoría sexológica es un pilar fundamental en el tratamiento integral para solucionar la inapetencia sexual, ya que se enfoca en las causas del problema para ayudar al paciente y a su pareja a modificarlas. Es impartida por psicólogos profesionales especializados en sexología clínica.
Ya mencionamos que la inapetencia sexual puede tener su origen en emociones negativas como el miedo a fallar, la baja autoestima, deficiente comunicación con la pareja, falsas creencias sobre uno mismo o experiencias traumáticas del pasado. El sexólogo será un guía experto que ayude al hombre y su pareja -en caso de que sea propicio que esta participe- a superar la falta de apetito sexual a través de técnicas que incluyen ejercicios de relajación, focalización sensorial, modificación de hábitos, una inadecuada estimulación sexual, masaje erótico, ejercicios de Kegel, aclimatamiento coital, reestructuración cognitiva, comunicación sexual asertiva y entrenamiento en habilidades eróticas, entre otras.
En una primera entrevista, el especialista determina las llamadas “causas próximas”, es decir, los comportamientos que provocan la disfunción. A partir de las necesidades particulares de cada paciente, se diseña un tratamiento sesión por sesión, estableciendo objetivos y logros esperados en cada fase del tratamiento.
Al final del tratamiento (que dura en promedio 6 sesiones o más si el caso es complejo), el paciente podrá:
- Ajustar la comunicación con la pareja, tanto en lo relacionado con la disfunción como en su rutina sexual y relación en general.
- Reducir la ansiedad por el rendimiento o el temor al fracaso, un factor siempre presente -en mayor o menor medida- en el hombre con disfunción sexual.
- Potenciar la eficacia del tratamiento médico. Al trabajar sobre la confianza, autoestima, ansiedad y sobre el enriquecimiento del erotismo en pareja, es posible lograr una mejor respuesta a los fármacos.
- Mantener un buen resultado al retirar la medicación, momento clave en el que el paciente puede sentirse un poco más inseguro.
- La sexoterapia integral ayuda a ampliar el universo erótico del paciente y redescubrir el placer de las relaciones sexuales a través de la exploración de nuevas prácticas.
- Al trabajar de manera integral, es posible aprovechar al máximo o incluso acortar los tiempos del tratamiento médico.
Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group afirma que “cuando trabajamos en conjunto médico y terapeuta sexual, la eficacia es mucho mayor y duradera aun después de finalizado el tratamiento.”
Desde luego, lo más importante es la voluntad del paciente para recuperar el goce del sexo. Las herramientas existen, pero dependerá totalmente de él tanto buscar tratamiento profesional, como abrirse al diálogo con la pareja e investigar cuáles pueden ser los factores que le hayan hecho perder el interés en la actividad sexual.
Haz un ejercicio de honestidad contigo mismo y pregúntate: ¿desde cuándo estoy padeciendo esto?, ¿hemos caído en el tedio?, ¿ya no me atrae mi pareja?, ¿tengo demasiado estrés o cansancio?, ¿mi pareja está haciendo algo que me quita las ganas?, ¿puedo estar padeciendo alguna disfunción sexual (eyaculación precoz o disfunción eréctil) que no quiero enfrentar?
Habla con tu pareja. Seguramente a ella también le está afectando y tiene una idea equivocada de lo que pasa. Las mujeres tienden a pensar que la inapetencia sexual en los hombres, se debe a un tema de infidelidad o a que ella es responsable de ya no atraerte. Tu pareja puede ser la mejor aliada para superar el problema si ambos deciden acudir con un especialista.
Cambia tus hábitos. Una alimentación balanceada, bajar de peso, hacer ejercicio y dejar las sustancias nocivas como el alcohol o el cigarro, pueden ayudar mucho a mejorar no sólo tu salud, sino tu estado de ánimo y autoestima.
La inapetencia sexual puede mermar seriamente la relación de pareja. Ambas partes sienten culpa, miedo de abordar el tema o peor aun, la obligación de “cumplir con el deber sexual” sin tener ganas o en el caso de los varones, sin ser capaz siquiera de lograr una erección, lo que formará un círculo vicioso difícil de romper sin ayuda.
El sexo es fundamental en el fortalecimiento de los vínculos afectivos. Si no hay deseo, los lazos se debilitan, la comunicación se bloquea y la calidad de vida de ambos, se ve seriamente afectada.
La persona que sufre de inapetencia sexual, tiende a sabotear inconscientemente la relación, poniendo inconvenientes como quehaceres pendientes, trabajo extra o el típico dolor de cabeza, dejando el sexo en el último lugar de prioridades.
Conclusiones
Ahora que sabes qué significa el término inapetencia sexual y cómo solucionarlo, no renuncies a esta parte de la vida que es fuente de felicidad y bienestar. Haz una cita con el especialista en salud sexual masculina y empieza cuanto antes un tratamiento.
“Mejorando la calidad de vida, las relaciones de pareja, teniendo una comunicación abierta con el cónyuge, descansando, durmiendo más y disminuyendo el estrés, podemos revertir estos síntomas que nos traen como consecuencia la inapetencia sexual en el hombre y por ende, la pérdida de la calidad en nuestra vida sexual.”, concluye el Dr. Benítez de Boston Medical Group.
¡Hasta pronto!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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