¿En qué medida puede afectar el ciclismo a la función eréctil? Además de un deporte de alto rendimiento, la bicicleta es hoy en día uno de los medios de transporte más usados. Si bien el ejercicio es indispensable para mantenerse en forma y con buena salud, montar bicicleta sin el sillín (asiento) adecuado, podría provocar problemas de disfunción eréctil en cierto porcentaje de ciclistas profesionales. Los expertos de Boston Medical Group México y otros estudios, indican que la mayoría de los hombres no asocian los problemas de erección a la práctica de este deporte. ¿Practicar ciclismo causa disfunción eréctil? Aquí te damos las respuestas. ¡Acompáñanos con tu lectura hasta el final!
¿El uso constante de la bicicleta daño los genitales?
Cuando una actividad o tendencia se popularizó, de inmediato surgen preguntas o hasta leyendas urbanas acerca de ésta, con o sin fundamento. Una de las grandes inquietudes de hombres y mujeres sobre el uso constante de la bicicleta, es si daña los órganos genitales, especialmente los masculinos. Se habla de que puede afectar la próstata, los testículos, la función eréctil o la fertilidad.
En México, por ejemplo y según datos de la Secretaría de Movilidad, los viajes en bicicleta se incrementaron 221% desde marzo de 2020, a partir de la pandemia de COVID-19. En junio de ese mismo año, se habilitaron 54 kilómetros en ciclovías emergentes en la Ciudad de México. Hoy, las ciclovías se encuentran a lo largo de todas las ciudades más importantes del país.
Otro fenómeno que contribuyó a multiplicar el uso de la bicicleta, fue el reparto de comida a domicilio mediante aplicaciones. Estas actividades dispararon las ventas de este vehículo no motorizado en 200%.
El boom de las bicis explica el por qué han surgido tal cantidad de búsquedas sobre la relación entre el uso de la bicicleta y la disfunción eréctil.
Mitos sobre el uso de la bicicleta
Además de la pregunta inicial, ¿practicar ciclismo causa disfunción eréctil? Existen muchos mitos alrededor de esto. Sin ahondar mucho en el tema, vale la pena despejar algunos mitos sobre la bicicleta.
- Ayuda a bajar de peso. Cualquier ejercicio aeróbico es bueno para adelgazar, pero de poco sirve si no se acompaña de un régimen alimenticio sano. Andar en bicicleta es el tipo de ejercicio que se recomienda para quemar grasa corporal. La realidad es que la pérdida de peso depende de cuántas calorías se queman versus las que se consumen.
Un estudio publicado en la British Medical Journal reveló que las personas que se transportan a sus actividades en bicicleta, corriendo o caminando, presentan un porcentaje de grasa significativamente menor que aquellos que viajan en automóvil.
Se calcula que una persona sin sobrepeso, puede quemar entre 170 y 250 calorías a un ritmo relajado; esta cifra puede aumentar a más de 400 calorías si pedalea a una velocidad moderada y hasta a 700 calorías, si lo hace a más alta velocidad.
- Daña las rodillas. Al igual que la relación entre el uso de la bicicleta y la disfunción eréctil, el daño a las rodillas depende de la posición que se adopte para pedalear. Los expertos recomiendan asesorarse sobre la altura que la bicicleta debe tener de acuerdo a la estatura de la persona, su peso y será necesario también elegir la posición correcta del manubrio.
Lo repetitivo de la acción de pedalear puede causar molestias si el movimiento no es fluido y si implica mucho esfuerzo, lo cual puede resolverse poniendo el sillín a una altura adecuada y ajustando los cambios de las velocidades.
Lejos de perjudicar las articulaciones, andar en bicicleta es un ejercicio de bajo impacto que se recomienda en tratamientos de rehabilitación para personas que han sufrido lesiones. Sin embargo, los especialistas en medicina deportiva sugieren complementar el uso de la bicicleta con otro tipo de ejercicios como correr, esto con el fin de desarrollar varios grupos de músculos.
- El ciclismo causa disfunción eréctil. Este es uno de los temas más recurrentes en torno al uso constante de la bicicleta. Se dice que puede ser causa de infertilidad, impotencia, pérdida de sensibilidad en los genitales o hasta cáncer de testículos.
Los expertos en salud sexual, medicina deportiva y otros investigadores, no terminan de ponerse de acuerdo sobre este tema, pero uno de los estudios más recientes revela que no existe una asociación directa entre el tiempo que se pasa en la bicicleta y la infertilidad, por ejemplo. Aunque sí existen diferencias entre los usuarios amateurs y los profesionales del ciclismo de ruta o montaña, en cuanto a las posibles afectaciones a los genitales, sobre todo masculinos. Esto es necesario explicarlo más ampliamente.
¿En qué medida afecta el ciclismo para que podamos padecer disfunción eréctil?
De acuerdo a algunas publicaciones, montar en bicicleta sin el sillín adecuado, podría producir disfunción eréctil en aproximadamente 5% de los ciclistas o más, ya que la mayor parte de los hombres desconocen este factor y no eligen el asiento correcto o bien, la postura sobre éste es incorrecta.
El sillín tradicional alargado que tienen la mayoría de las bicicletas, ya sea de uso profesional o amateur, genera una presión constante sobre los nervios y vasos sanguíneos de la zona del perineo (espacio entre los testículos y el ano), lo que reduce el riego sanguíneo entre 70% y 80% en sólo tres minutos.
Tras un recorrido aproximado de 30 minutos, muchos ciclistas afirman experimentar adormecimiento en la zona genital y del perineo, esto claramente es por la falta de un riego sanguíneo.
Advierte el Dr. José Benítez, director médico de Boston Medical Group, sobre la importancia de usar el equipo adecuado para no correr riesgos de salud sexual. Los sillines más favorables serían aquellos en los que los glúteos soportan la mayor capacidad del peso y no el perineo. Esto debido a que
“la erección del hombre está provocada por un fenómeno de flujos y circulación sanguínea. En consecuencia, si la circulación se ve drásticamente reducida en las arterias del pene, la respuesta al estímulo de la erección también se ve reducida, dando lugar a problemas de disfunción eréctil”.
A la fecha no hay estudios concluyentes sobre si los ciclistas, profesionales o no, están inevitablemente condenados a sufrir disfunción eréctil. Tal como afirma el Dr. Benítez, existe un mecanismo (golpeteo) traumático al montar sobre el sillín, el grado de compresión será mayor o menor en función de la posición, la habilidad para practicar este deporte, el tiempo y distancia que se recorran, así como el tipo de asiento.
Estudios sobre ciclismo y disfunción eréctil
Los estudios disponibles sobre ciclismo y disfunción eréctil son numerosos, pero básicamente observacionales; en varias de estas investigaciones, se ha determinado que, del total de los pacientes con disfunción eréctil, un porcentaje más o menos importante eran fuertes aficionados al ciclismo y lo practicaban demasiadas horas.
Por otro lado, en 1997, investigadores noruegos estudiaron a un grupo de ciclistas participantes en una prueba de resistencia de ese país; el recorrido abarcó 540 km y los resultados fueron los siguientes: 25% de los 260 encuestados tenían algún problema en la región genital (adormecimiento del pene) al terminar la carrera y 13% declararon sufrir de impotencia por un periodo de una semana posterior a la prueba.
Este tipo de datos han hecho que se considere al ciclismo como un posible factor de riesgo para disfunción eréctil entre los uroandrólogos.
Otro estudio publicado en el International Journal of Impotence Research sobre la incidencia de disfunción eréctil en ciclistas, reveló que 21% de la población normal -no aficionados a la bicicleta- sufre de esta disfunción, 11 % de los ciclistas moderados (menos de 3 horas semanales) presentan problemas de erección y 17% de los ciclistas profesionales, llegan a padecer de impotencia sexual. Cabe mencionar que en el primer grupo estudiado, había más fumadores y diabéticos que en los otros dos.
En 2006 se realizó en España un estudio del servicio de Urología del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell entre los participantes de una carrera de fondo ciclista conocida como la Quebrantahuesos. Se entrevistó a 907 ciclistas para conocer el grado de disfunción sexual que se podría asociar a este colectivo. Las cifras son significativas: 65,05% no presentaron síntomas de disfunción eréctil, 29.66% los tuvieron en grado leve, 4.63% moderado y sólo 0.66%, severa. La edad media de los participantes fue de 40 años.
Las conclusiones establecen que no existe relación entre la edad de los ciclistas, la cantidad de kilómetros anuales entrenados, los síntomas después de la carrera y la disfunción eréctil; aunque sí fue posible observar una mayor incidencia de disfunción eréctil leve en ciclistas que en la población general, principalmente asociado al peso y la edad.
¿Qué dicen las investigaciones?
La BBC de Londres cita una investigación en la cual se analizó a más de 2.500 ciclistas, que se les comparó con los registros de más de 500 nadadores y casi 800 personas que salen a correr habitualmente.
Los ciclistas fueron clasificados entre los que rodaban más de tres veces a la semana durante dos años (30 km diarios promedio) y los que ni siquiera se acercaban a esos parámetros.
El Dr. Benjamin Breyer, profesor de urología de la Universidad de California en San Francisco y coautor del estudio, dice que
“los resultados pueden ser alentadores para los ciclistas, ya que los beneficios para la salud de andar en bicicleta superan ampliamente sus riesgos”.
La investigación no encontró que las funciones sexuales o urinarias en los ciclistas fueran peores que en los nadadores o corredores, por lo que, en opinión del Dr. Breyer, la disfunción eréctil no se puede vincular directamente al uso de la bicicleta por muy frecuente que éste sea. Pero sí es destacable el hecho de que los ciclistas son más propensos a sufrir de una constricción uretral que pueda restringir la circulación de la orina.
Otro dato importante derivado de esta investigación, es que rodar parado durante más del 20% del trayecto, reduce significativamente el adormecimiento genital, al igual que el uso de un sillín adecuado. Hay diseños de sillín que ejercen menos presión en el perineo. La recomendación, por tanto, es ir alternando el pedaleo sentado y parado para evitar la excesiva presión en la zona que alimenta de sangre a los genitales.
Es necesario también definir los objetivos para el uso de la bicicleta, es decir, si es sólo como medio de transporte, por recreación o como un deporte de alto rendimiento; asimismo, debemos establecer cuál es la posición que se adapta mejor a nuestras condiciones y con el menor grado de traumatismo para la zona, así como conocer la anatomía de nuestra pelvis.
Existen unos medidores llamados asómetros que calculan la distancia entre las tuberosidades isquiáticas (puntos de apoyo de nuestra pelvis) para conocer la anchura del sillín que nos quede mejor. También están los sillines antiprostáticos, que evitan el traumatismo directo en el perineo, pero también ha de cuidarse la posición en el pedaleo según el tipo de ciclismo que se practique.
No está de más recordar que ante cualquier síntoma anormal en la función eréctil, se debe acudir con un especialista que diagnostique y determine las posibles causas de la disfunción, que pueden ser distintas al uso de estos vehículos.
Hacer ejercicio siempre será mejor que permanecer sentado más de 8 horas al día o tirarse en la cama a ver maratones de series. La actividad física, combinada con una dieta balanceada y renunciar a las adicciones, asegura el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y disminuye la probabilidad de desarrollar disfunción eréctil.
Por el contrario, una mala alimentación, hábitos de vida poco saludables y el sedentarismo, contribuyen al deterioro del sistema circulatorio y por lo tanto, de las erecciones.
Tomar ciertas medidas preventivas como un buen estudio biomecánico de nuestra posición encima de la bicicleta y no abusar del cuerpo, definirá en qué medida afecta el ciclismo para padecer disfunción eréctil.
Si presentas problemas de erección nuestra recomendación, como siempre, es que acudas a un médico experto en salud sexual masculina.
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¡Hasta el próximo artículo, nos reencontramos pronto!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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