¿Sientes que tienes muchas trabas íntimas con tu pareja? ¿Los problemas sexuales son frecuentes? ¿Cómo darse cuenta si es normal o puede ser un llamado de atención para evaluar la situación de forma profesional?
Hoy desarrollaremos estas respuestas para evacuar tus dudas y ampliar la temática juntos. ¡No te quedes con la intriga!
Comencemos a reflexionar sobre los problemas sexuales frecuentes
Si te ha ocurrido alguna vez no eres un extraterrestre, para nada. Más de uno de nosotros hemos experimentado problemas sexuales con nuestra pareja y no por eso debemos angustiarnos. Cuando una persona, sea hombre o mujer, percibe algunas dificultades en su respuesta sexual, tiende a pensar que sus problemas sexuales son raros o poco frecuentes.
Esa creencia genera un sentimiento de malestar que profundiza el problema. Sin embargo, los estudios científicos arrojan cifras contundentes que van en una línea totalmente opuesta al sentido común.
¿Qué dicen las investigaciones sobre el tema?
Uno de los artículos más interesantes al respecto se publicó en el año 2015 en el Journal of Sexual Medicine, y es una revisión realizada por los miembros del Comité de la Cuarta Consulta Internacional de Medicina Sexual. En estas investigaciones se incluyeron cifras de incidencia y prevalencia de disfunciones sexuales masculinas y femeninas.
En general contamos con más estudios referentes a los problemas sexuales masculinos, particularmente disfunción eréctil y eyaculación precoz; y no encontramos tanta información relacionada con la pérdida del deseo en hombres, que es un motivo de consulta que ha crecido en los últimos años. Tampoco hay muchos datos relacionados con las disfunciones sexuales femeninas, aunque sin embargo los investigadores se han dedicado más al tema en tiempos recientes. Las cifras varían bastante según la metodología utilizada, los instrumentos de evaluación, los criterios para el diagnóstico, el país, la edad y la cultura.
¿Es algo anormal o le ocurre a muchas personas?
Como veíamos anteriormente, las disfunciones de la vida sexual son mucho más comunes de lo que la mayoría de las personas creen.
Los números indican que no hay una gran diferencia entre la población masculina y la femenina afectada por los problemas en su sexualidad.
Entre el 40 y el 50% de las mujeres admiten que tienen un problema sexual, independientemente de su edad.
El problema sexual más común en las mujeres es el deseo sexual hipoactivo, es decir la pérdida del deseo. Por poner solo un ejemplo, un estudio a gran escala realizado en Norteamérica arrojó que el 39% de las mujeres encuestadas, cuyo rango de edad iba de los 18 a los 102 años, presentaban un deseo sexual disminuido. En segundo lugar se ubica la anorgasmia, es decir la dificultad para alcanzar un orgasmo, y los datos de prevalencia van desde el 16 al 25% de las mujeres con este problema, según estudios realizados en Australia, Suecia, Estados Unidos y Canadá.
En los hombres la eyaculación precoz es uno de los dos problemas más frecuentes. Los estudios revisados presentan unas estadísticas que van desde el 8 al 30% de los hombres con problemas de control de la eyaculación, de lo cual podríamos concluir que un promedio de uno de cada cinco presentan este trastorno. El siguiente problema sexual más común en hombres es la disfunción eréctil, que además presenta variaciones significativas de acuerdo a la edad.
Siempre es positivo reflexionar sobre uno mismo
Cada uno de nosotros tenemos fortalezas y debilidades y puede ser útil para nuestro crecimiento quedarnos mayormente del lado positivo que del negativo. Por eso, reconocer que podemos tener problemas sexuales también es algo que nos puede servir para dar ese paso hacia la mejora de la situación. Alguna vez he escuchado decir que “los problemas sexuales son como las caries: en algún momento de la vida usted los puede tener”. Entonces, siguiendo este concepto, es importante quitarnos los prejuicios de encima y asumir que es humano padecer estas dificultades, así como aceptar la necesidad de pedir ayuda a los especialistas que saben acerca de su manejo.
¡Aceptar es el primer paso para mejorar!
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