Casi siempre hablamos de problemas de salud sexual a una edad avanzada o de a qué edad disminuye el deseo sexual en los hombres; lo cual deja en claro lo mucho que nos sigue preocupando el sexo al llegar a la tercera edad, cuando se supone que empieza a decaer.
Esta es información muy valiosa, desde luego, tanto para los varones como para los expertos en salud sexual. Tal vez para quienes llegan a los 60 en pareja, sea un poco menos complicado, pero, ¿qué pasa con los que siguen solteros, viudos o divorciados? ¿Cómo mantener viva la pasión en solitario?
En el artículo de hoy responderemos juntos esta pregunta: A los 60, ¿empieza la vida o la invisibilidad? ¡Acompáñanos!
Nuevas formas de conectarse
A muchos, la era digital los ha dejado atrás, si no se han ocupado de la necesidad, cada vez más imperiosa, vertiginosa, de renovarse. Las nuevas formas de conectarse con otros a través de las redes sociales o las aplicaciones para conseguir pareja, pueden resultar muy extrañas.
¿Entablar una conversación en la calle? Casi imposible sin que se considere acoso. ¿Cómo se atreve este “viejo rabo verde” a hablarme sin presentar antes su foto de perfil?
Los adultos mayores, cómodamente instalados en sus casas, se refugian del mundo exterior a una hora decente. El problema no es, quizá, que el mundo haya perdido el interés por ellos, sino que son ellos quienes han perdido el interés por el mundo.
Decía el escritor George Orwell: “a partir de los cincuenta, tiene cada uno la cara que se merece”, pero nuestra cara de hoy es la única que tenemos para enfrentar el mundo actual, sin filtros. ¿Eso nos vuelve invisibles?
El tiempo no corre a favor de nadie y, como decía mi padre, “a cierta edad, o das dinero o das lástima.” Una aseveración bastante cruel. A los 60, ¿sólo podemos aspirar a ser un Sugar Daddy?
La invisibilidad, en nuestros tiempos de adolescentes onanistas, era un superpoder que todos hubiéramos querido tener. Hoy, ser “invisible” nos causa exactamente lo contrario: queremos, merecemos ser vistos, lo mismo que un varón joven y viril.
Tiempo de oportunidades
Pero la madurez no siempre es algo negativo. La tercera edad puede ser un tiempo de oportunidades.
De jóvenes, con toda la vida por delante, es fácil disfrutar con las ensoñaciones, pero cuando el tiempo empieza a escasear, es momento de poner manos a la obra, no hay tiempo que perder.
A los 60, ya no pensamos en el hombre que queremos llegar a ser, sino en el que somos, con todas las ventajas que eso puede representar.
A falta de otros encantos, si no queremos permanecer solteros (opción muy respetable) tenemos toda la experiencia a nuestro favor: conocimientos, somos excelentes conversadores, tal vez gocemos de una vida cómoda, más tiempo libre y desde luego, sabemos hacer el amor como les gusta a las mujeres: despacito, sabroso, con calidad más que en cantidad. Puedes leer más siguiendo este enlace: Problemas de erección a los 60, ¿mito o realidad?
Recomendaciones
Si la tercera edad te ha encontrado sin un cuerpo caliente junto al que acurrucarte y no quieres permanecer así:
- Conéctate con el mundo. Piérdele el miedo al mundo digital, que está ahí, al alcance de tu teléfono móvil, para ayudarte a hacer amigos.
- Recuerda que sólo eres invisible para quien prefiere mirar hacia otra parte. Busca a tus amigos de antes o ve a hacer nuevos. Hay miles de lugares para encontrarse con gente nueva que está en las mismas circunstancias que tú.
- Usa tu experiencia. Esa parte de nosotros que nunca deja de mejorar.
Conclusiones
Llegar a los 60 no es una tragedia, ¡es un logro! No eres una versión obsoleta de ti mismo, eres el hombre que siempre has sido, pero más sabio.
Tal vez te queden menos años, pero ese debe ser un aliciente para disfrutarlos más. Todavía pueden ocurrir muchas cosas “por primera vez” y tienes más lugares a donde ir que a donde regresar.
Así que arriba corazones, sal para que el mundo te vea. Y si te sientes inseguro con tu desempeño sexual, visita a médicos expertos en salud sexual masculina. La vida empieza a los 60 ¡otra vez! ¿Qué podría salir mal?
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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