La prevalencia de disfunción sexual femenina es muy elevada, y como vimos en artículos anteriores afecta particularmente al deseo y al orgasmo.
Analizando los factores por los cuales las mujeres presentan problemas en su sexualidad, encontramos que el aspecto relacional es particularmente determinante, en especial lo que llamamos intimidad emocional.
Hoy te contaremos cómo se relaciona la intimidad emocional y satisfacción sexual femenina, ¿nos acompañas?
¿Qué es la intimidad?
La intimidad es no solo el tiempo compartido por quienes componen un vínculo de pareja, sino la sensación de seguridad, confianza y tranquilidad que perciben un hombre y una mujer al estar juntos.
Los psicólogos y sexólogos afirman que si la intimidad emocional funciona de manera saludable, es posible que se presente una disfunción sexual pero su impacto negativo será menor, incluso ambos buscarán conjuntamente las mejores soluciones posibles. Pero si esa intimidad está perturbada, y la pareja es percibida como hostil, inestable o insegura, es mucho más complejo pensar en una sexualidad plena y satisfactoria. De hecho, muchas veces la falta de deseo y de respuesta sexual en la mujer se relacionan directamente con dificultades en la intimidad.
¿Hay estudios científicos que demuestren esta relación?
Más allá de lo expuesto en la literatura, desde el punto de vista de la investigación científica se cuenta con poca evidencia que relacione el nivel y tipo de intimidad emocional con la satisfacción sexual y las perturbaciones de la respuesta sexual.
Así es como llegamos a un artículo publicado en el 2017 en el Journal of Sexual Medicine, titulado: “La intimidad relacional media los resultados sexuales asociados con la función sexual alterada: Examen en una muestra clínica”.
En este texto se exponen los resultados de una investigación que incluyó a sesenta y cuatro mujeres heterosexuales casadas, algunas con y otras sin funcionamiento sexual alterado. Las participantes completaron una batería de pruebas validadas evaluando intimidad relacional, disfunción sexual, frecuencia sexual, satisfacción sexual y angustia. Las pacientes completaron entonces el Índice de la Función Sexual Femenina, el Índice de Satisfacción de la Pareja, la Escala de Satisfacción Sexual para las Mujeres y la Prueba de Intimidad Social de Miller.
El objetivo central planteado era el de investigar si la intimidad relacional se relaciona con los resultados sexuales, tales como satisfacción sexual, frecuencia coital y angustia sexual.
¿Qué dicen los resultados?
Los resultados arrojaron que el deterioro del funcionamiento sexual está asociado con la intimidad relacional, independientemente de la edad y la duración del matrimonio. Las mujeres con deterioro de su respuesta sexual informaron menor satisfacción sexual y mayor angustia sexual que las mujeres sin deterioro. Las mujeres con disfunción sexual y mayor intimidad emocional reflejaron una menor interferencia del problema en su relación de pareja y en sus niveles de angustia.
¿Cuáles son las conclusiones?
Estos hallazgos tienen particular relevancia en el tratamiento, por lo tanto las intervenciones deben enfocarse en optimizar la intimidad relacional de la pareja y así mejorar el funcionamiento sexual de las mujeres con deterioro de su respuesta sexual.
La intimidad conyugal entonces tiene un papel importante dentro de las características propias de la sexualidad femenina. Considerar a la intimidad conyugal como un objetivo terapéutico podría mejorar la eficacia de las intervenciones dirigidas a mejorar el funcionamiento sexual, la satisfacción sexual y la disminución de la angustia sexual.
Queda pendiente realizar estudios en otras poblaciones de mujeres, y también investigar si los resultados se pueden generalizar a los hombres y a las parejas no heterosexuales.
Compartimos nuestra visión al respecto de la importancia de nutrir el diálogo, la intimidad de pareja y los gustos e intereses de cada integrante para mejorar la relación y así la sexualidad.
¡Nos reencontramos en el próximo artículo, muchas gracias por acompañarnos!
Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual, integrante del equipo de Boston Medical Group México – Monterrey.
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