La marihuana tiene fama de ser una droga estimulante del deseo sexual y potenciadora de las sensaciones de placer. La realidad es que la investigación científica sobre los efectos de la marihuana y el sexo es muy limitada, por lo que su acción positiva en el desempeño y el apetito sexual, no es comprobable. Los efectos de la marihuana en tu rendimiento y deseo sexual son difíciles de estudiar, ya que la respuesta del cerebro y los genitales a los estímulos, es un proceso muy complejo y variable en cada persona. ¿Depende de la cantidad y la forma de consumo? ¿Existe algún componente fisiológico que influya en el nivel de placer? Sigue leyendo para que tengas información de expertos.
Las opiniones de científicos y usuarios, están divididas entre si los efectos de la marihuana en tu rendimiento y deseo sexual son favorables o nocivos. El hecho es que la cannabis, marihuana o hachís -como se le llama según la forma de presentación- es una sustancia psicotrópica depresora del sistema nervioso. Por algo sigue siendo tan controvertida su legalización.
Entre sus compuestos, está la molécula tetrahidrocannabinol (THC), tan de moda últimamente con fines medicinales y recreativos.
De acuerdo con la ONU, la marihuana es la droga ilícita más utilizada en el mundo. En 2014, esta organización estimó una media de 182,000,000 de usuarios. Pese a su prohibición, su uso está muy extendido en algunos países como Estados Unidos, donde se calcula que 51% de la población la ha consumido en algún momento de su vida, 12% en el último año y un 7,3% en el último mes.
La regulación de esta planta es distinta en cada país y el debate entre defensores y detractores sobre su despenalización y uso, parece no tener fin.
El primer estudio dirigido a probar si existe una relación entre el consumo de marihuana y el deseo y frecuencia sexual en los Estados Unidos, fue publicado en 2017 por The Journal of Sexual Medicine: “Association Between Marijuana Use and Sexual Frequency in the United States: A Population-Based Study” (Asociación entre el uso de marihuana y la frecuencia sexual en los Estados Unidos: un estudio basado en la población) dirigido por el doctor Michael Eisenberg de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (California, EE. UU.), se basó en un análisis de más de 50,000 estadounidenses de 25 a 45 años y sugiere que “el consumo regular de cannabis puede aumentar el deseo sexual”.
Pese a los resultados de esta investigación, éstos no se pueden considerar concluyentes. Eisenberg señala que “el estudio no prueba la causalidad, es decir, no significa que, si fumas más marihuana, tendrás más relaciones sexuales. El mensaje general es que el uso frecuente de marihuana no parece afectar la motivación o el rendimiento sexual. En todo caso, se asocia con una mayor frecuencia del coito.”
En contraposición y como lo hemos mencionado en otros artículos, no hay evidencia científica suficiente para afirmar que la marihuana o cualquier otra sustancia que altere el estado de conciencia, mejore la respuesta sexual, el flujo de sangre a los genitales o incremente la sensibilidad.
Es un hecho que el consumo de cualquier droga tiene efectos secundarios adversos no sólo en el rendimiento sexual, sino a nivel orgánico y psicológico. La dependencia de factores externos para poder tener relaciones sexuales placenteras no es normal ni puede ser buena a largo plazo. El organismo debe responder a los estímulos de forma natural. Si no es así, lo más conveniente es acudir con un experto en salud sexual masculina.
Efectos de la marihuana en el cerebro
De acuerdo con información del National Institute on Drug Abuse (USA) “las personas que consumen grandes cantidades de marihuana podrían experimentar psicosis aguda (alucinaciones, delirio y pérdida del sentido de identidad).” La razón es la forma en que esta sustancia actúa a nivel cerebral, afectando las conexiones neuronales y las emociones.
El sistema endocannabinoide en nuestro organismo está formado por un grupo de receptores llamados cannabinoides endógenos, se localizan en el cerebro, concretamente en los sistemas nerviosos central y periférico, actúan como neurotransmisores enviando mensajes químicos entre las neuronas a través de todo el sistema nervioso.
Existe un compuesto en particular que produce nuestro organismo: anandamida, que tiene propiedades muy similares a las del THC, componente principal de la marihuana.
La acción de la anandamida es principalmente relajante. Calma el sistema cardiovascular, además de generar una sensación que percibimos como de “felicidad”. La palabra del sánscrito “ananda”, significa “portador de paz y felicidad interna”.
Este cannabinoide endógeno influye en las zonas del cerebro que regulan la memoria, el pensamiento, la concentración, el movimiento, la coordinación, la percepción de tiempo y espacio, así como la sensación de dolor.
Al ser tan semejantes, el THC puede adherirse a las moléculas conocidas como receptores cannabinoides y activarlas, lo que si duda alteraría sus funciones mentales y físicas, no precisamente para bien. Cualquier sustancia externa que interfiera con el funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso, a la larga, es perjudicial.
Según el National Institute on Drug Abuse, el THC puede alterar el funcionamiento del hipocampo y la corteza orbitofrontal, regiones del cerebro encargadas de crear recuerdos nuevos, por ejemplo. El consumo regular de marihuana disminuye la capacidad de pensar e interfiere con el aprendizaje y la realización de tareas complejas. También actúa sobre el cerebelo y los ganglios basales, que regulan el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción -funciones necesarias para las relaciones sexuales-.
El THC activa de manera artificial “el sistema de recompensa del cerebro que estimula los comportamientos placenteros saludables, como el sexo y la comida”; esto ocurre al liberarse mayores cantidades de dopamina -lo que hace casi cualquier droga-. La dopamina indica al cerebro que desea repetir una y otra vez las sensaciones gratificantes, camino directo hacia la adicción, en este caso, a la marihuana.
Se cree que por ser una droga “natural”, la marihuana no genera adicción fisiológica, lo anterior es prueba de que este psicotrópico sí crea dependencia en la química cerebral, aun cuando sus componentes no sean desarrollados en un laboratorio, como es el caso de las anfetaminas o la cocaína.
La marihuana ¿tiene efectos en tu rendimiento y deseo sexual?
Esto debería revisarse a dos niveles: fisiológico y psicológico.
Los dos científicos más citados en materia de sexualidad humana, Masters y Johnson, realizaron un estudio que duró de 1974 a 1979, donde entrevistaron a 800 varones y 500 mujeres de entre 18 y 30 años, con respecto a los efectos del consumo de marihuana en las relaciones sexuales. Los investigadores no encontraron mejoras físicas significativas; las participantes no reportaron un aumento en la lubricación vaginal y los hombres no notaron mejoras en la duración y firmeza de sus erecciones.
Más allá de que la marihuana no tenga un efecto favorecedor en la respuesta sexual, las posibles afectaciones a la sexualidad son más visibles, abarcando desde la eyaculación precoz hasta la disfunción eréctil o la ausencia de deseo; así lo explican Jesús Rodríguez, sexólogo y director del Instituto Sexológico Murciano y el sexólogo Francois Peinado, jefe de Servicio de Urología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo (Madrid) al medio Cuídate Plus: “Los efectos negativos son la habituación y dependencia que puede crear incrementando los niveles de ansiedad en los pacientes, y como resultado, referir eyaculación precoz, e incluso problemas de disfunción eréctil a largo plazo. A corto plazo, esta droga puede hacer que los hombres se relajen demasiado y, por tanto, no alcancen el orgasmo.”
Según Peinado, “hay estudios que relacionan el uso de marihuana con una probabilidad de aumento de cáncer de testículo por la cantidad de receptores químicos al cannabis en este órgano.”
Por su parte, Rodríguez menciona “la correlación entre el consumo crónico de marihuana y la disminución de testosterona a niveles que pueden causar cuadros de hipogonadismo de inicio tardío.”
Los sexólogos se refieren al consumo frecuente y excesivo de la droga. Pero la marihuana también tiene efectos inmediatos que dependen no sólo de la cantidad, forma de consumo (fumada, en alimentos o como infusión) y tipo de hierba, sino de la sensibilidad de cada individuo a los componentes.
Mayo Clinic señala como posibles efectos secundarios fisiológicos de la marihuana:
- Dolor de cabeza.
- Boca y ojos secos.
- Desvanecimientos y mareos.
- Somnolencia.
- Fatiga.
- Náuseas y vómitos.
- Desorientación.
- Alucinaciones.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Aumento del apetito.
- Hipertensión arterial.
- Empeoramiento de enfermedades respiratorias.
En cuanto al estado psicológico que produce la marihuana, se sabe que, al ser un depresor del sistema nervioso, causa una sensación de relajación, desinhibición o incluso de “audacia” o despreocupación; estos efectos pueden bloquear nuestro sistema de “alerta” y hacer que nos olvidemos de la prudencia en prácticas sexuales de riesgo.
Rodríguez y Peinado coinciden en que uno de los principales peligros al consumir marihuana con fines sexuales, es que existe “una relación directa entre el consumo de esta sustancia y el aumento de las conductas de riesgo, especialmente en cuanto al uso del condón”, señala Rodríguez. Por su parte, Peinado afirma que los usuarios “perciben las situaciones de riesgo sexual en menor medida, por lo que son más proclives a no utilizar medidas profilácticas en las relaciones con personas desconocidas y por tanto puede haber un aumento en la transmisión de enfermedades de transmisión sexual”.
Mayo Clinic advierte también sobre los efectos que la marihuana puede tener en la salud mental, como el deterioro cognitivo, agravamiento de los síntomas maníacos en personas con trastorno bipolar, aumento de las probabilidades de padecer depresión o de que ésta empeore, así como el riesgo de psicosis en personas con esquizofrenia.
Un factor que puede agravar los efectos de la marihuana en el organismo, es la interacción con otras sustancias. Es muy común que los usuarios consuman al mismo tiempo alcohol o medicamentos sin ser conscientes de los riesgos.
Estas son algunas de las posibles interacciones:
- Alcohol + marihuana puede aumentar los efectos del alcohol. Ambos son depresores.
- Anticoagulantes y antiplaquetarios, medicamentos a base de hierbas y suplementos. Reducen la coagulación de la sangre, la marihuana podría cambiar la forma en que el cuerpo procesa estos medicamentos e incrementar el riesgo de sangrado.
- Depresores del sistema nervioso central + marihuana; podría aumentar el efecto sedante de estos medicamentos.
- Inhibidores de la proteasa (antivirales). La marihuana puede reducir la eficacia de los primeros.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (antidepresivos). La marihuana potencia el riesgo de sufrir manía.
El Dr. Ángel Cunill Castro, especialista en Endocrinología Andrológica, Nutrición y Psiquiatría, considera que es posible que el THC interfiera en la función del pene y produzca disfunción eréctil, ya que la marihuana puede afectar el sistema circulatorio, aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
El uso prolongado de cannabis también actúa como un estimulante de la secreción en el páncreas endocrino, generando resistencia a la insulina, disfunción endotelial y en consecuencia, disfunción eréctil. Igualmente, podría reducir los niveles de hormona luteinizante y testosterona, así como producir cambios en la motilidad y conteo de espermatozoides.
Al ser sustituida por los cannabinoides en las sinapsis de los nervios, la liberación de acetilcolina (neurotransmisor que puede ser excitatorio o inhibitorio según los receptores y la localización en la que se libere) se volverá deficiente, lo cual podría ocasionar la cancelación de la función del sistema parasimpático, que controla el pene, la capacidad de alcanzar la erección y el orgasmo.
Los efectos de la marihuana en tu rendimiento y deseo, podrían resumirse en un deterioro de la vida sexual, más que en una mejora de ésta. Las drogas afectan tanto las funciones cerebrales, genitales, así como la psique del individuo.
Consumir marihuana de vez en cuando, no mata, pero a la larga, sí puede minar severamente tu capacidad de sentir y brindar placer.
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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