¿Se habían olvidado ya del COVID-19? Hoy parece algo lejano, pero el virus SARS-CoV-2 nos ha mantenido alerta sobre sus nuevas cepas, nuevas formas de vida y nuevos descubrimientos sobre lo que sus efectos pueden producir en el cuerpo humano.
En este artículo hablaremos sobre la disfunción eréctil, ¿es una secuela de la COVID-19? Acompáñanos con tu lectura hasta el final para saber cuál es la respuesta.
¿Qué dicen los estudios?
Un estudio sobre el tema ha descubierto evidencias de algo que ya nos temíamos: haber padecido COVID-19, podría ser factor de riesgo para disfunción eréctil.
Según el estudio, “El COVID-19 se caracteriza por un estado de hiperinflamación que da lugar a una “tormenta de citoquinas”, lo que provoca complicaciones serias como el desarrollo de microtrombosis y coagulación intravascular diseminada (CID).”
Los autores de dicha investigación, afirman que “es hora de prestar gran atención a las posibles consecuencias de la enfermedad a largo plazo”.
La disfunción eréctil podría ser “una consecuencia probable del COVID-19
La disfunción eréctil podría ser “una consecuencia probable del COVID-19 para los supervivientes de la enfermedad, y teniendo en cuenta la alta transmisibilidad de la infección y las mayores tasas de contagio entre los hombres de edad avanzada, este es un fenómeno preocupante para una gran parte de los pacientes afectados”.
Hasta ahora no se han realizado estudios clínicos específicos sobre los efectos del COVID y la disfunción eréctil, a pesar de que, como indica el urólogo Christopher Kyle, la conexión entre el virus y los problemas vasculares que causan problemas de erección, es fuerte.
Afirma Kyle que “la disfunción eréctil se deriva en gran medida de los problemas de flujo sanguíneo, por lo que no es de extrañar que ambos puedan estar alineados. Si resulta que el COVID-19 tiene un efecto sobre la salud cardiovascular a largo plazo, es muy posible que pueda también provocar problemas de disfunción eréctil”.
Sigue leyendo aquí: Efectos secundarios del COVID-19 y su relación con un aumento de casos de disfunción eréctil
Cada vez hay más evidencia de que el COVID-19 repercute en la función cardiovascular. Entre los supervivientes, por ejemplo, muchos deportistas señalan ser incapaces de recuperar su rendimiento físico incluso meses después de contraer hasta el más leve de los casos.
El mencionado estudio señala tres factores principales que pueden llevarnos a la posible aparición de disfunción eréctil en supervivientes del virus:
Efectos vasculares
La disfunción eréctil es un factor predictivo de las enfermedades cardíacas, porque el sistema vascular y el sistema reproductivo están conectados. También sabemos que el COVID-19 puede causar hiperinflamación en todo el cuerpo, especialmente en el corazón y los músculos circundantes.
El suministro de sangre al pene puede bloquearse o estrecharse como resultado de una condición vascular nueva o empeorada a causa del virus.
Impacto psicológico
La actividad sexual está estrechamente relacionada con la salud mental. El estrés, la ansiedad y la depresión como secuelas del virus y el confinamiento, podrían estar relacionados con la disfunción sexual.
Por ejemplo, son habituales los testimonios de pacientes que no consiguen recuperar la agilidad mental mucho después de haberse recuperado del virus.
Deterioro de la salud en general
La disfunción eréctil puede ser síntoma de un problema subyacente. Los hombres con mala salud tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de erección y también de tener una reacción grave al COVID-19.
Dado que el virus puede causar una gran cantidad de problemas de salud, el mal estado de salud general puede resultar preocupante tanto por disfunción eréctil como por otras complicaciones circulatorias.
Según Mayo Clinic, los síntomas de COVID-19 pueden persistir durante meses, ya que este virus daña severamente los pulmones, el corazón y el cerebro, lo que incrementa el riesgo de padecer problemas de salud en estos órganos a largo plazo.
Los síntomas más comunes que persisten con el tiempo, hasta ahora incluyen fatiga, dificultad para respirar, tos crónica, dolor en articulaciones o en el pecho.
Con menos frecuencia, pero también se han presentado casos de dolor en los músculos o de cabeza, latidos rápidos o fuertes del corazón, pérdida del olfato o del gusto, problemas de memoria, de concentración o para dormir, erupciones y pérdida del cabello.
Puedes leer más en: La disfunción eréctil podría ser un efecto secundario de COVID-19
La conclusión del estudio es clara: “Los supervivientes de COVID-19 pueden llegar a desarrollar problemas de salud sexual y reproductiva. La evaluación andrológica y los tratamientos adaptados deben considerarse en el seguimiento tras la enfermedad”.
Como aseguran muchos expertos de varias especialidades médicas, aún es muy pronto para conocer los verdaderos efectos de COVID-19 a largo plazo. Apenas han pasado 3 años y estamos empezando a comprender las complicaciones que puede causar el virus en la salud sexual masculina.
Consecuencias post virus
La ciencia sigue avanzando y cada día los científicos y médicos encuentran más información sobre las consecuencias post virus y nuevos tratamientos.
“Se trata de los inhibidores orales de la fosfodiesterasa 5 (PDE5), que podrían tener efectos positivos como coadyuvantes en la lucha contra diferentes aspectos de la infección por COVID-19.”
Estos medicamentos utilizados para tratar la disfunción eréctil, funcionan como vasodilatadores, relajando el músculo liso del pene y favoreciendo el flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos del pene.
Algunos de ellos -como el tadalafilo- también son indicados para distintas enfermedades cardiovasculares y cuentan con la aprobación de la FDA y de la Agencia Europea del Medicamento para el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar.
Estos fármacos cumplen una función muy importante en la mejora de la función endotelial, así como la prevención del deterioro de la relajación arterial. Este mecanismo explica entonces los efectos favorables que pueden tener en pacientes con COVID-19.
Conclusiones
Si bien aún no podemos afirmar que la disfunción eréctil es una consecuencia directa de la enfermedad, todo apunta a que las secuelas de COVID-19 (problemas respiratorios, inflamación, trastornos hormonales, estrés, ansiedad, depresión y disfunción endotelial), sí son factores de riesgo.
El coronavirus ataca las paredes internas de los vasos sanguíneos (endotelio) en todo el cuerpo, incluido el pene, lo que puede causar bloqueos vasculares. Esta es la causa número uno de disfunción eréctil.
Los expertos aseguran que se necesita más investigación para determinar si efectivamente, la disfunción eréctil es una secuela del COVID-19.
¡Nos reencontramos en el próximo artículo!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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