Un accidente cerebrovascular, también conocido como ictus, derrame cerebral, embolia, trombosis o apoplejía, ocurre cuando la sangre no llega al cerebro de forma adecuada afectando este órgano, ya sea temporal o permanentemente. El derrame cerebral es la principal causa de discapacidad física y cognitiva en adultos. Sobre esta base, es razonable preguntarse: ¿hay vida sexual después de un accidente cerebrovascular? Desde luego que habrá un deterioro en todas las capacidades, incluidas las sexuales. Las principales disfunciones de este tipo en hombres después de un ictus, son la disfunción eréctil y la falta de deseo. Sin embargo, un estudio realizado en Uruguay indica que el problema podría ser principalmente psicológico y conductual. La disfunción eréctil después de un accidente cerebrovascular, ¿tiene solución? El panorama es alentador, quédate leyendo si quieres conocer mucho más al respecto.
Trastornos cerebrovasculares
Como ya vimos, hay muchos nombres diferentes para una misma patología. El término ictus (latín que significa golpe o ataque) engloba a todos los trastornos cerebrovasculares.
Sólo para diferenciar cada uno de los términos que se utilizan comúnmente, aclaremos:
- Trombosis o embolia es la obstrucción brusca de un vaso sanguíneo, arteria o vena cerebral.
- Derrame, se refiere a la rotura de éste.
En lo sucesivo nos referiremos a cualquiera de estas enfermedades como accidente cerebrovascular o ictus, subdividiéndose sólo en:
- Ictus isquémico (infarto o isquemia cerebral). Ocurre por obstrucción de vasos sanguíneos y representa el 85% de los casos de accidente cerebrovascular.
- Ictus hemorrágico (hemorragia cerebral), es la rotura de una arteria o vena cerebral que produce la salida de sangre y comprime estructuras del sistema nervioso central. 15% de los accidentes cerebrovasculares.
Aunque los síntomas de uno y otro son muy parecidos, es fundamental identificar la causa, pues será lo que determine el tipo de tratamiento tanto en la fase aguda o situación de emergencia, como el tratamiento posterior para evitar la repetición.
Una vez aclarados estos puntos, nos centraremos en el tema del artículo que es la disfunción eréctil después de un accidente cerebrovascular.
Sexo es vida
El sexo nos mantiene sanos física y emocionalmente. Está comprobado que las relaciones sexuales sanas y frecuentes mejoran el sistema inmunológico, regulan la presión arterial y pueden reducir el riesgo de infarto al miocardio hasta 50%.
Al sexo se le atribuyen poderes analgésicos, antiestrés y coadyuvantes para conservar la salud mental.
Parecería que el sexo es la cura de todos los males del cuerpo, de la mente y del corazón -en ambos sentidos-. Pero, ¿qué pasa cuando estamos físicamente impedidos para practicarlo?
Un evento tan serio como un accidente cerebrovascular, dejará secuelas que, en el mejor de los casos, irán desapareciendo poco a poco, pero que también podrían ser permanentes. ¿Habrá vida sexual después de un ictus? Esta será una cuestión de tiempo, cuidados médicos, amor, paciencia, fuerza interior y de ser posible, la asesoría de expertos en salud sexual masculina.
Tal como pasa con las personas que han sufrido un infarto al miocardio, una de las grandes barreras para recuperar la vida sexual después de un accidente cerebrovascular, es el miedo que siente el paciente de que el episodio ocurra de nuevo al practicar el acto sexual.
Los neurólogos afirman que este temor es infundado. No está demostrado que los niveles de presión en sangre se eleven de tal forma que provoquen otro ictus. La energía que demandan las relaciones sexuales, no son mayores a cualquier otra actividad física moderada. Además, las personas que han superado un derrame cerebral, estarán bajo observación médica constante y habrán adquirido hábitos de vida mucho más sanos.
Después de sufrir un accidente cerebrovascular, el paciente y su pareja deberán hacer algunos ajustes, tener mucha paciencia, practicar lo más posible y ayudarse con algunas herramientas terapéuticas; pero en la mayoría de los casos, se pueden volver a gozar de una vida sexual satisfactoria.
Miedo a morir durante el sexo
No se sabe de muchos casos a nivel mundial de hombres que hayan fallecido haciendo el amor. La revista GQ comenta en un artículo que “el exvicepresidente de los Estados Unidos, Nelson Rockefeller, el presidente de Francia, Félix Faure, el estadista británico, Lord Palmerston o el Papa León VII -sí, un Papa- murieron de ataque cardíaco mientras realizaban el acto sexual.” Cabe aclarar que todos ellos eran de edad avanzada.
Las relaciones sexuales sólo son responsables de 1 de cada 10.000 infartos al miocardio, aunque la cifra aumenta si se consumen drogas. Varios estudios en los últimos años han demostrado que la probabilidad de sufrir un ataque cardiaco durante el sexo es sumamente baja. En la mayoría de estos casos, se trata de hombres con antecedentes de enfermedad cardiovascular.
De sobrevivientes a un accidente cerebrovascular que hayan fallecido por tener relaciones sexuales, no hay datos registrados.
El miedo de sufrir un nuevo ictus por tener sexo, es natural. Tanto el paciente como su pareja han pasado por un evento traumático y la recuperación, dependiendo del nivel de daño físico y cognitivo, es lenta. Sin embargo, existen muy pocas posibilidades de sufrir otro accidente cerebrovascular al tener relaciones sexuales. Es cierto que la respiración se agita y el ritmo cardíaco se acelera, pero el cuerpo no se está sometiendo a un sobreesfuerzo. En todo caso, el mismo organismo avisará conforme la persona vaya reiniciando una a una sus actividades anteriores al evento. Será necesario que el médico tratante aconseje sobre los riesgos reales de cada paciente.
Baja de deseo sexual después de un accidente cerebro vascular
Lo primero será recuperar las ganas. Es normal que haya una disminución del deseo sexual debido a varios factores:
- Las funciones cerebrales se habrán visto afectadas, entre éstas, pueden estar los mecanismos de respuesta al estímulo sexual. También puede presentarse pérdida parcial de la memoria o dificultad para concentrarse, lo que repercute en la vida sexual. Si éste es el caso, el proveedor de salud podría derivar al paciente a otro especialista que revise específicamente estos aspectos.
- El estado emocional del paciente no será el mismo. Al no tener sus capacidades físicas al 100% -la parálisis parcial puede modificar el aspecto físico-, la autoestima no estará en su mejor momento. La ansiedad, depresión o miedo, también son impedimentos para que la libido funcione normalmente. Un dato interesante es que un ictus en el hemisferio izquierdo del cerebro, suele desarrollar inestabilidad en el carácter mostrando conductas como impaciencia, impulsividad o infantilismo.
- El cuerpo puede no responder a los estímulos físicos por la falta de sensibilidad en las partes del cuerpo afectadas, ya que un accidente cerebrovascular altera las capacidades motoras. El sentido del tacto puede no ser el mismo, ya sea que no responda o que en algunas áreas de su cuerpo haya hipersensibilidad al grado de causar dolor. Se puede empezar a retomar el contacto físico con el lado del cuerpo que no está paralizado. Si se sufre de afasia (pérdida del habla), el sentido del tacto es una forma poderosa de comunicación.
- Al disminuir la fuerza corporal, algunas posiciones sexuales podrían resultar complicadas o imposibles. No pasa nada. Siempre se pueden intentar nuevas posiciones, como recostarse de lado.
Cuando un hombre no se siente capaz de satisfacer a su pareja, evitará enfrentar un acercamiento erótico. No hay por qué sentirse presionado, las cosas no tienen que ocurrir en el corto plazo.
La intervención médica y psicológica puede ayudar mucho tanto al paciente como a la pareja. Si los profesionales acompañan a los individuos en su proceso de duelo, la recuperación de las secuelas conductuales y disfunciones sexuales como la disfunción eréctil, serán más llevaderas y el futuro, prometedor.
La neuróloga Ana Morales, vocal del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, afirma que, de hecho, “se recomienda que el paciente mantenga una vida sexual lo más activa y parecida a la de antes de sufrir un ictus”.
Habrá que adaptarse a las nuevas circunstancias, eso sí. La disfunción eréctil después de un accidente cerebrovascular puede deberse a los medicamentos como anticoagulantes, fármacos para controlar la ansiedad, la presión arterial alta o la depresión. A algunos pacientes también se les prescriben pastillas para dormir o antihistamínicos que pueden tener efectos sobre la función eréctil. En estos casos, se debe -insistimos- consultar con el médico sobre las opciones de marcas o sustancias activas disponibles que no tengan efectos secundarios sobre la función sexual. Bajo ninguna circunstancia se debe abandonar el tratamiento por cuenta propia y mucho menos, automedicarse. Un hombre con disfunción eréctil puede pensar de inmediato en viagra o cualquier otro producto fraudulento como la pastilla negra. No es recomendable, ya que estos medicamentos o suplementos actúan sobre el sistema circulatorio y efectivamente, podrían provocar otro episodio.
Es importante que el tratamiento sea personalizado, es decir, de acuerdo a las circunstancias de cada paciente. Por ejemplo, si el problema es la falta de sensibilidad, eso es lo que habrá que trabajar en la rehabilitación para alcanzar mejoras.
La importancia del asesoramiento sexológico
La asesoría sexológica se recomienda sobre todo a nivel pareja, ya que ambos verán afectada su vida sexual, no sólo el enfermo. Este tipo de terapia debería incluirse como parte de la rehabilitación integral.
Afirma la Dra. Ana Morales que “según estudios realizados en pacientes a los que se les ha entrevistado sobre cómo abordan su sexualidad tras un accidente cerebrovascular, no es frecuente que se hable de estos problemas en la consulta”, eso significa que a la sexualidad no se le da la importancia que realmente tiene en la vida de un ser humano, independientemente del evento por el que haya atravesado.
Será el paciente quien tome la iniciativa cuando se sienta listo. Si la disfunción eréctil existía antes del ictus, es probable que el hombre ya haya pensado en tratar sus problemas de erección. Recordemos que la disfunción eréctil puede ser un aviso de enfermedades graves como diabetes, afecciones cardiacas o del aparato circulatorio en general.
El enfermero Alejandro Lendínez, profesor titular de la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja de la Universidad Autónoma de Madrid, explica que “en las unidades de neurorrehabilitación, se abordan las secuelas en la esfera sexual desde que el paciente y su pareja están en disposición de tratarlas, y que la sexualidad debe ser una parte fundamental de los programas de rehabilitación”.
En la recuperación de un paciente con accidente cerebrovascular, deben colaborar los profesionales que sean necesarios: neurólogos, fisioterapeutas, internistas, urólogos, psicólogos, y desde luego, sexólogos.
El propósito es que la persona se sienta lo más completa posible. Un buen número de sobrevivientes de ictus vuelve a tener una vida normal. Tal vez con más cuidados que antes, pero plena, sin temor a realizar ninguna actividad.
Una de las cosas que más teme perder un hombre, es su capacidad de erección y de brindar placer a su pareja. Un accidente cerebrovascular no es una sentencia de disfunción eréctil permanente. Con el tiempo, la mayoría de los sobrevivientes de un derrame cerebral logra reanudar su vida sexual.
La disfunción eréctil después de un accidente cerebrovascular puede ser tratada de diferentes maneras. Quizá la más importante sea cambiar hábitos de vida, como dejar de fumar y comer más sano.
Otros consejos útiles pueden ser:
- Si no es posible realizar el coito, existen otras actividades sexuales igualmente disfrutables.
- Los encuentros sexuales se pueden planear con anticipación. Buscar un lugar donde ambos se sientan cómodos y tengan a mano todo lo que puedan necesitar.
- Buscar las posiciones sexuales más cómodas. Pueden ayudarse de almohadas para que el paciente en recuperación se apoye en caso de que no tenga mucha fuerza muscular.
- Tómense su tiempo. No son pruebas de resistencia. Se trata de volver a disfrutar de momentos íntimos juntos, eso incluye mucho más que sólo el orgasmo.
- Ténganse paciencia el uno al otro y ofrézcanse apoyo, comprensión y una mano para sostener en los momentos más bajos.
Consideraciones finales
Existen infinitas formas de permanecer conectados. El sexo es una de las más bellas e intensas, pero no es lo único. Las muestras de afecto y el contacto físico siguen ahí, así como el diálogo y la sincronía emocional.
Esperamos que este artículo haya sido esclarecedor. Recuerda que tienes la posibilidad de completar el test online y gratuito sobre disfunción eréctil disponible en este espacio.
Nos volvemos a encontrar en la próxima entrada, ¡hasta pronto!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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