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La falta de relaciones sexuales puede indicar problemas de salud

¿Qué pasa cuando una persona no quiere tener sexo? Las razones son muchas, así como las consecuencias. La falta de relaciones sexuales puede indicar problemas de salud o generar disfunciones sexuales como la eyaculación precoz, disfunción eréctil o baja de la libido. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Es difícil saberlo sin un diagnóstico médico. La falta de relaciones sexuales, cuando no es voluntaria, no es normal. Es necesario realizar un examen físico y explorar a nivel psicológico para que la persona no se prive de una de las más importantes fuentes de salud y bienestar.

¿La falta de relaciones sexuales puede indicar problemas de salud? ¡Continúa leyendo para conocer la respuesta!

La importancia del sexo

El sexo, tan cotidiano y extraordinario al mismo tiempo. Nuestra vida sexual es, además de un indicador de salud, una forma de manifestar afecto hacia el otro, de fortalecer la autoestima, de relajarse, de conectarse con la pareja, desconectarse de los problemas o hasta de mejorar la condición física. Cuesta trabajo imaginar que una persona, especialmente un hombre, no quiera tener relaciones sexuales por largo tiempo. No es que a las mujeres les interese menos, pero en ciertos momentos de vida como el embarazo o la menopausia, ellas pueden pasar por una baja de deseo que se considera normal.

Los expertos en salud sexual masculina afirman que, a mayor frecuencia de relaciones sexuales, más se incrementa el deseo sexual; y por el contrario, una abstinencia larga, tiende a disminuir la libido. Esto se explica fácilmente por razones químicas: durante el sexo, el cerebro produce endorfinas, uno de los muchos neurotransmisores del bienestar y la felicidad. ¿Y quién no quiere sentirse feliz todo el tiempo? Las personas que practican relaciones sexuales frecuentemente, se habitúan a este nivel de químicos en el sistema nervioso. De forma inconsciente, esa sensación de extremo placer está presente y, por lo tanto, queremos repetirlo. Pero cuando alguien pasa mucho tiempo sin contacto sexual, esa sensación se pierde, digamos que el cuerpo lo olvida. La libido se duerme, por decirlo de una forma coloquial o se canaliza en otras direcciones. 

El orgasmo es mucho más que una descarga eléctrica que nos produce placer. Durante el sexo, se llevan a cabo múltiples reacciones químicas, fisiológicas y emocionales con consecuencias positivas sobre el organismo. 

Pongamos algunos ejemplos

El sexo es inductor del sueño. Dos de las hormonas que se secretan en mayor cantidad durante el acto sexual, son la serotonina y, en los varones, la prolactina. Ambas sustancias están asociadas a la regulación del sueño y la relajación. La prolactina alta genera en los hombres una inhibición temporal de la producción de testosterona, hormona sexual pero también de la agresividad, la competitividad y otras características masculinas exacerbadas. Sumada a la serotonina, la prolactina produce somnolencia. Si te preguntabas por qué los hombres se quedan dormidos después del sexo, esa es la razón. 

El sexo también aumenta los niveles de noradrenalina, un estimulante que acelera la conexión entre las neuronas (sinapsis), aumenta la frecuencia cardíaca y activa el sistema de “alerta”, cuando el cuerpo debe reaccionar con más energía. Es por eso que los orgasmos nos dan una mayor sensación de vitalidad. 

Habrás oído hablar de la oxitocina, el químico del amor. Está comprobado que la oxitocina liberada durante el sexo, estimula la parte del cerebro relacionada con el afecto. Esta hormona es la que impulsa al ser humano a sociabilizar y promueve la comunicación. Si a tu pareja le da por platicar después del sexo, es porque las mujeres segregan mucha más oxitocina que los hombres.

Y si te estabas preguntando por la famosa dopamina, por supuesto que también se libera durante las relaciones sexuales. Esa sensación de “recompensa” y bienestar que experimentamos después del sexo, se debe a este neurotransmisor, que actúa en las áreas de placer del cerebro. Sumada a la oxitocina, la dopamina provee un efecto analgésico. Si alguna vez has practicado “el delicioso sexo” con dolor de cuerpo o de cabeza, habrás notado que después del orgasmo, el dolor prácticamente desaparece. El beneficio es temporal, pero funciona mejor que una pastilla. 

Por otro lado, el análisis de la Universidad de Rostock (Alemania) en  “Estudio Longitudinal Interdisciplinario del Desarrollo de Adultos” (ILSE) alemán, encontró que los adultos mayores (entre 70 y 80 años) que mantienen una vida sexual activa, conservan mejor sus funciones cognitivas y reflejos. Tal vez esto se explica por las sustancias antes mencionadas, la noradrenalina, serotonina y oxitocina, que se traducen en energía sin la intervención de la libido y por consecuencia, en una mayor capacidad de concentración y motricidad.

Y finalmente, como ya hemos explicado en otros artículos, todos estos neurotransmisores -especialmente la noradrenalina en los varones- se dispara en el plasma sanguíneo, aumentando la frecuencia cardiaca y la presión arterial. ¿Mejor circulación? Mejores erecciones, más salud en todos los órganos y una correcta función cerebral. 

Al conocer todos estos beneficios, ya podemos imaginarnos los efectos negativos de la abstinencia. La falta de relaciones sexuales puede indicar y causar problemas de salud.

La falta de relaciones sexuales puede indicar problemas de salud

Empecemos por el pene. La disfunción eréctil es uno de los problemas de salud que más preocupa a los hombres, sobre todo a los de mayor edad. Para que el pene se mantenga sano, así como los sistemas endócrino y circulatorio, debemos ponerlo “a trabajar”. El miembro masculino está compuesto por un complejo sistema de tejidos, músculos y vasos sanguíneos. Los tejidos elásticos del pene, pierden esta propiedad cuando están inactivos por mucho tiempo. Lo mismo que una liga que, con el tiempo, deja de estirarse -valga la comparación-. Por otro lado, los vasos sanguíneos (venas y arterias), pueden atrofiarse al no llenarse con frecuencia. Recordemos que la erección se logra por el llenado de sangre en los cuerpos esponjosos del pene. A eso sumemos los malos hábitos que son factores de riesgo para el endurecimiento de las arterias y el endotelio. 

Pero ahí no termina el tema de la función eréctil. De hecho, los problemas de erección son el síntoma de que algo no está bien en el organismo. Ya sea una enfermedad que afecte el aparato circulatorio y aún no se haya diagnosticado, un desequilibrio en los niveles de testosterona, padecimientos psicológicos como depresión o ansiedad y efectos secundarios de medicamentos, entre otras afecciones, pueden estar detrás de la disfunción eréctil. ¿Y qué hace un hombre que no es capaz de lograr una erección confiable? Evitar las relaciones sexuales. Mientras no se reciba atención médica, el círculo vicioso no se rompe.

¿Por qué otras razones un hombre no quiere tener relaciones sexuales?

De forma voluntaria, puede ser debido a sus creencias, por falta de pareja, porque desea esperar a tener una relación estable, como método anticonceptivo, etc. Lo que preocupa a los médicos, es cuando esta ausencia de deseo es involuntaria.

La ausencia de deseo sexual está considerada una disfunción que requiere tratamiento. Lo primero es identificar las causas. Entre las más importantes, están:

1.Edad. Según estadísticas los hombres, a partir de los 40 años, sufren una moderada disminución (10% aproximadamente) de la libido. Esta pérdida es progresiva de acuerdo a la edad. Así, para los hombres que se encuentran entre los 50 a 59, la disminución es de hasta 24% y después de los 60, de 34%. La disminución en los niveles de testosterona es normal en el envejecimiento, aunque esta no es una norma, ya que cada caso, es distinto y también dependerá del estado de salud general de la persona.

2.Falta de interés sexual con la pareja. Los problemas de pareja, los cambios físicos, el tedio o el estado de salud de uno o ambos, puede anular el deseo de tener relaciones sexuales con esa persona en particular. 

 3.Falta de deseo sexual con otras personas. Cuando ninguna persona resulta atractiva o despierta el interés sexual, se enciende una luz roja. Todo indica que algo está fallando en algún lugar del cuerpo. 

4.Hipotiroidismo. Entre los muchos síntomas que provoca el hipotiroidismo está la falta de deseo sexual. Esto se debe a que dicha glándula no está produciendo los niveles de hormonas necesarios para regular la velocidad en algunas de las funciones más importantes del cuerpo.

5.Hipogonadismo. Cuando los testículos no están funcionando, ya sea por un problema en la hipófisis o el hipotálamo, el deseo sexual desaparece debido a la baja o nula producción de testosterona. Un especialista ayudará a determinar tanto la causa como el tratamiento. 

6.Sobrepeso. La obesidad tiene una incidencia directa en la producción de hormonas sexuales. También es causa de mala irrigación sanguínea y como consecuencia, de baja de deseo y disfunción eréctil. 

7.Hipertensión. La presión alta afecta la erección y aunque no afecta directamente la libido, una erección defectuosa puede deteriorar nuestro deseo de una manera reactiva.

8.Cáncer. Además de los efectos emocionales de esta enfermedad, los tratamientos suelen ser agresivos, y por supuesto de lo último que tendrá ánimo el paciente, es de tener sexo. Por otro lado, algunos tratamientos impiden la producción de hormonas. 

9.Estrés. La tensión y la ansiedad provocan una disminución del interés sexual. El estrés también afecta la producción de hormonas como las endorfinas, dopamina, serotonina y otras sustancias que contribuyen al placer y la estabilidad emocional. 

10.Mala alimentación. Nuestros malos hábitos alimenticios generan problemas de muchos tipos, como la obstrucción de las arterias o la falta de nutrientes indispensables para que el cuerpo realice sus funciones de manera normal, entre ellas, el desempeño sexual.

11.Sustancias nocivas. De sobra conocemos los daños que causan las drogas recreativas, el alcohol y el tabaco. Las dos primeras alteran el estado de ánimo y causan un daño, a veces irreversible, en el funcionamiento hormonal. A diferencia de los medicamentos de prescripción médica que se indican para curar enfermedades, las drogas y el alcohol, sólo pueden tener efectos negativos como la incapacidad para disfrutar del sexo. La nicotina, por otro lado, es causa directa del estrechamiento de los vasos sanguíneos. Cuando la circulación de la sangre se ralentiza impide lograr erecciones firmes.

Estas son algunas de las causas orgánicas de la falta de deseo, pero hay otras igual de importantes: las psicológicas.

Todo lo que pueda causar desinterés en el sexo y otros aspectos de la vida a una persona, se puede resumir en un padecimiento: depresión. No hablamos de períodos tristes por los que todos pasamos a veces, sino de un estado de profunda aflicción y/o apatía que debe ser atendido por un especialista. Muchas veces se necesita medicación para regular los niveles de químicos cerebrales, particularmente, serotonina, que devuelve a todo el sistema nervioso, su funcionamiento normal. Los antidepresivos más la terapia, ayudarán al paciente a salir de este estado.

Un dato muy importante de mencionar, es que muchos antidepresivos causan baja de deseo y en casos severos, hasta disfunción eréctil. Pregunta a tu médico por alternativas que no interfieran con tu vida sexual.

La falta de relaciones sexuales, ¿causa eyaculación precoz?

Existe un gran interés de los hombres en general, por saber si la falta de relaciones sexuales produce eyaculación precoz. Es una pregunta frecuente en los consultorios médicos y en la red. Trataremos de explicarlo de la forma más sencilla. No existen pruebas de que la abstinencia sexual sea causa directa de esta disfunción. Sin embargo, sabemos que la eyaculación prematura siempre está relacionada con la ansiedad.

Hay una teoría que podría explicar lo anterior. La falta de sexo tiende a hacer a las personas más agresivas. Según Manuel Lucas, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología, los seres humanos tenemos la necesidad de contacto, apego y cariño de otras personas para sentirnos seguros. Entre sus conclusiones, apunta que las personas y sociedades sexualmente más abstinentes o reprimidas, son las más agresivas. Tiene lógica si pensamos, por ejemplo, en un niño que crece sin afecto. Todas esas sustancias químicas de las que hablamos anteriormente, se ven disminuidas y el cuadro se desencadena.

Pensemos en un hombre que, por la razón que sea, no tiene relaciones sexuales por un largo periodo, no desarrolla vínculos afectivos, se aísla, tiene baja autoestima y no se siente seguro. En el momento que vuelva a tener actividad sexual, todas esas emociones y necesidades acumuladas, saldrán como de una manguera a presión. Después de tanto tiempo de estar contenidas, el semen y las emociones estallarán a la menor provocación. 

El cuerpo es sabio. Nos avisa cuando algo está mal y debemos escucharlo. Si hay ausencia de deseo, no hay por qué acostumbrarse a eso, ya vimos todas las consecuencias que puede traer. Pero lo más importante es que la falta de relaciones sexuales puede indicar problemas de salud. Visita a tu médico. Lo único que puede pasar, es que tengas una vida más larga y feliz.

Esperamos que este artículo haya sido esclarecedor ¡Hasta la próxima!

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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