Te sorprendería saber la cantidad de ciudadanos que acuden a diario buscando tratamiento para la eyaculación precoz. La eyaculación precoz supone un problema a muchos más hombres de los que a priori puedes imaginar. De hecho, según algunos estudios uno de cada 3 hombres en edad sexualmente activa la sufre.
Al igual que ocurre con otras afecciones tanto de índole sexual cómo no, la eyaculación precoz se ha vuelto un tema tabú, lo que directamente provoca que los hombres la mantengan oculta e incluso tarden mucho más tiempo en acudir a una clínica de sexualidad masculina.
En el artículo de hoy vamos a darte información curiosa y relevante sobre aspectos de esta patología. De esta manera, acudirás a la clínica mucho más tranquilo, seguro y confiado. ¡Comencemos!
¿Qué debo saber sobre el tratamiento para la eyaculación precoz?
Existen muchos caminos con los que abordar esta problemática. Puede orientarse sobre técnicas conductuales, diferentes medicamentos, ejercicios prácticos y terapia psicológica. Es posible que se tarde un tiempo en encontrar la mejor combinación para cada caso.
Pero antes de ahondar en detalle sobre esto, veamos un poco más en profundidad sobre la disfunción en sí.
¿Qué es importante saber sobre la eyaculación precoz?
Para empezar, deberías conocer bien de qué trata esta afección y cuáles son sus principales causas y medidas preventivas. Una vez tengamos más conciencia sobre todo el proceso nos será mucho más sencillo.
Se han realizado una importante cantidad de estudios sobre los tiempos en las relaciones sexuales. Por norma general, los coitos suelen durar un intervalo estimado de siete a ocho minutos.
En los casos en los que determinamos eyaculación precoz podemos estar hablando de uno a dos minutos aproximadamente.
Esta afección podría definirse cómo:
El nulo o escaso control sobre la pulsión eyaculatoria de un varón cuando mantiene relaciones sexuales. Ya sea con un cónyuge o consigo mismo. (Siempre teniendo en cuenta un marco de tiempo razonable)
Las causas de la eyaculación precoz más importantes son:
Factores psicológicos que influyen:
- Distorsión de la realidad sexual mediante la visión de pornografía.
- Largos periodos de abstinencia motivados por alguna disciplina férrea.
- Imagen corporal errónea.
- Nerviosismo o ansiedad.
- Rumiación de la eyaculación precoz en sí misma.
- Problemas en las relaciones de pareja o la comunicación.
- Al mismo tiempo, no nos solemos encontrar con una causa única, sino que pueden combinarse entre sí, y siendo a su vez unas el origen de las otras.
En el marco de las causas fisiológicas y anatómicas tenemos:
- Hipersensibilidad en la zona del glande o bálano.
- Alteraciones en los niveles de algunos químicos en nuestro cerebro como los neurotransmisores.
- Infección de la uretra o la próstata.
- Niveles hormonales alterados.
- Factores genéticos.
Medidas preventivas
- Conseguir resultados con verdadero impacto recae sobre buscar tratamiento para la eyaculación precoz en manos de auténticos profesionales.
- Cualquier método de prevención será un simple consejo que podemos seguir con el fin de mejorar nuestra calidad de vida. Aún así pueden sernos de gran ayuda complementando nuestra terapia.
- Practicar sexo es algo que casi cualquier humano debe disfrutar, por lo tanto, intenta no presionarte cuando estes inmerso en él.
- Antes de lanzarte a la penetración puedes realizar preliminares con tu pareja satisfaciendo así su deseo.
- Llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio diario.
- Comunicarnos con nuestra pareja abiertamente.
- Controlar el estrés o la ansiedad.
- Llevar a cabo cambios de ritmos durante el coito. Ya que si todo el rato prácticas la misma posición acabarás eyaculando antes.
Principal tratamiento para la eyaculación precoz
La eyaculación precoz se trata con amplias técnicas cómo:
- Ejercicios de Kegel: conocidos por su capacidad ante diferentes disfunciones sexuales así cómo pérdidas de orina y debilidad del suelo pélvico en mujeres que acaban de dar a luz. Están basados en la contracción del músculo pubocoxígeo. Éste controla parcialmente el paso de la orina, mecanismos de erección y la eyaculación.
- Técnicas Conductuales: algunos ejercicios que se realizan durante la masturbación o ponernos un preservativo pueden ser eficaces. Además, el terapeuta podría aconsejarnos la abstinencia de penetración durante un tiempo para probar con otro tipo de juegos sexuales además de buscar el control de la ansiedad a la penetración.
- Terapia Psicológica: mediante esta terapia te asesorarás de la mano de un profesional y hablaréis sobre vuestras experiencias y su correlación con el sexo. Son bastante efectivas combinadas junto con otras metodologías. Más aún, pueden darnos alas a contar aquellas cosas que con nuestras parejas resultaría más vergonzoso. Esta vía suele ser un buen escape para desahogar toda la ansiedad y estrés durante el proceso.
- Medicamentos: otro punto es el uso de medicamentos a través de distintas vías: oral o dérmica. En el apartado dérmico nos encontramos con cremas anestésicas que contienen sustancias adormecedoras como la lidocaína. Normalmente, se aplican en el miembro de 10 a 15 minutos antes de mantener relaciones sexuales.
A través de la vía oral se pueden suministrar sustancias cómo los antidepresivos, analgésicos y otros. En esta situación es de vital importancia la prescripción del doctor y su correspondiente supervisión.
Conclusiones sobre el tratamiento para la eyaculación precoz
En una sociedad en la que se replica una conducta sexual equivocada, tanto hombres como mujeres se ven obligados a cumplir con estándares físicos, estéticos o similares. Este pretexto en conjunto con nuestro frenético compás crean un entorno perfecto para que algunas disfunciones sexuales salgan a flote.
Comenzar a disfrutar del sexo sin presiones está totalmente a nuestro alcance, recuerda que el primer paso es siempre el más difícil pero tú ya lo has dado al estrar aquí e informarte con expertos, ¡no dejes de hacer una consulta en persona!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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