Ondas de choque

Las ondas de choque son un tratamiento ampliamente utilizado en la medicina regeneradora y con fines terapéuticos, sobre todo en la rehabilitación músculo-esquelética para tratar diferentes patologías como la inflamación, la calcificación o el alivio del dolor. Su uso ha sido excelente para desintegrar cálculos renales.

Por esta razón, se ha convertido en un procedimiento terapéutico de primera elección en algunas especialidades médicas como la medicina deportiva, la ortopedia y la fisioterapia.

Conocer más de las ondas de choque permitirá a los pacientes aprovechar de una mejor manera sus beneficios, dándole así un mejor uso.

¿Qué son las ondas de choque?

Son unas ondas de presión que se generan de forma rápida con una fase de presión positiva seguida de una fase de presión negativa, con fuerza tensil suficiente para provocar cavitación en un fluido. Por medio de este efecto se obtienen sus beneficios en la medicina.

Mecanismo de acción de las ondas de choque

Funcionan por medio de una onda acústica que transporta energía a los puntos dolorosos y tejidos mio-esqueléticos que padezcan afecciones agudas o crónicas.

La energía favorece los procesos de regeneración o reparación de los huesos, tendones u otros tejidos blandos. Las ondas de choque se caracterizan por generar cambios bruscos de gran amplitud en la presión y ausencia de periodicidad.

Tipos de ondas usadas en medicina

Existen dos tipos de ondas de choque las cuales son importantes tanto al momento de realizar el tratamiento como al realizar su aplicación dependiendo del tipo de lesión.

Ondas de choque focales y lineales: actúan a nivel celular dirigiendo las ondas hacia un solo punto de acción, lo cual produce una baja dispersión de la energía. Esto es lo que permite seleccionar la profundidad de cómo actuará en los tejidos.

Estas ondas de choque pueden doler un poco más al inicio de la aplicación.

Ondas de choque radiales: estas ondas son generadas neumáticamente, se aplican sobre tejidos blandos de forma superficial, su energía no se focaliza, por lo cual se disipa a medida que se profundiza, su aplicación es variada se puede aplicar en:

• Tendinosis o tendinitis si está o no calcificada.
• Tendinopatía de hombro, rodilla o codo.
• Bursitis trocantérea.

Efectos médicos de las ondas de choque

Para la aplicación de las terapias de ondas de choque se utilizan ondas de presión con un pico de baja  energía estas interactúan con el tejido y causan efectos médicos generales como:

• Formación de nuevos vasos sanguíneos.
• Reversión de inflamación crónica.
• Disolución de fibroblastos calificados.
• Estimulación de la producción de colágeno.
• Dispersión del mediador del dolor.
• Liberación de puntos gatillos.

Áreas de aplicación de las ondas de choque

Son diferentes las áreas o especialidades médicas donde son aplicadas las Ondas de choque, a continuación conocerás cada una de ellas:

• Fisioterapia.
• Dermatología.
• Estética.
• Urología.

Indicaciones de las ondas de choque

Son múltiples las indicaciones de las ondas de choque entre ellas se encuentran:

• Hombro doloroso.
• Codo del tenista.
• Rodilla del saltador.
• Tendinopatía crónica.
• Síndrome de estrés tibial medial.
• Calcificaciones.
• Dolor de cadera.
• Cierre de heridas crónicas en piel.  
• Disfunción eréctil. 
• Dolor pélvico crónico. 
• Mejoría del dolor en la enfermedad de Peyronie.

Beneficios de las ondas de choque

Los principales beneficios de las ondas de choque son:

• Se trata de un procedimiento no invasivo y no requiere de la aplicación de anestesia.
• La recuperación es rápida y acelera la curación.
• El efecto analgésico de las ondas de choque disminuye el dolor desde la primera aplicación.
• Disminuye o elimina el proceso de calcificación.
• El uso terapéutico de las ondas de choque ha quedado en evidencia en la mejoría clínica del dolor y de las especialidades donde se ha utilizado. Mejora la calidad en la rigidez de las erecciones, el aumento de la posibilidad de penetrar y la disminución del dolor de  la enfermedad de peyronie.

¡Muchas gracias por acompañarnos!

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.