El tabaquismo está considerado uno de los más importantes factores de riesgo para la disfunción eréctil. Así que, claro que hay una relación entre los problemas de erección y el consumo de tabaco. Además de ser altamente cancerígenos y causantes de enfermedades crónicas como EPOC (enfermedad de obstrucción pulmonar crónica), los componentes del cigarro pueden afectar tanto la función cardiaca como el flujo sanguíneo o la capacidad reproductiva. Abandonar este hábito es difícil pero no imposible. Vale la pena intentarlo si va de por medio tu salud y particularmente, mejorar tu vida sexual. ¡Sigue leyendo y descubre interesantes datos!
¿Fumar causa disfunción eréctil?
Un estudio denominado Association between Cigarette Smoking and Erectile Tumescence: The Mediating Role of Heart Rate Variability (Asociación entre el tabaquismo y la tumescencia eréctil: el papel mediador de la variabilidad de la frecuencia cardíaca), publicado en International Journal of Impotence Research, afirma que “fumar cigarrillos es un factor de riesgo independiente para la disfunción eréctil, y los resultados de grandes estudios epidemiológicos transversales y longitudinales muestran que los fumadores tienen aproximadamente de 1,5 a 2 veces más probabilidades que los no fumadores, de experimentar problemas de erección.”
Por su parte, los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group, indican que 66% de los hombres atendidos por disfunción eréctil de entre 36 y 45 años de edad, son bebedores y 40% de este total, son fumadores.
El 15.9% de la población mexicana consume tabaco, porcentaje que se traduce en 10.9 millones de personas, según datos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER México). El tabaquismo se considera la enfermedad no transmisible número uno a nivel mundial y está asociada no sólo a enfermedades respiratorias, sino a otros padecimientos como enfermedades del corazón, diabetes y cáncer (las 3 principales causas de muerte en México).
El portal Salud Digital de la Fundación Carlos Slim, informa que la disfunción eréctil, la menopausia temprana, algunos casos de esterilidad o concepción retardada, resequedad de la piel, arrugas prematuras y mala salud dental (pérdida de piezas dentales) son consecuencias físicas del consumo reiterado de tabaco.
Poco han podido hacer las leyes que prohíben la publicidad de productos de tabaco tanto en medios masivos y digitales como en exhibición, así como la prohibición de no fumar en edificios públicos y lugares cerrados. En México, desde 1984, la Ley General de Salud declaró ilegal la venta de productos de cigarros a menores de 18 años. Sin embargo, esta ley no se cumple debido a la gran cantidad de venta informal de cigarros sueltos en tiendas y puestos ambulantes de comida o dulces, que desde luego, no preguntan la edad de sus consumidores.
¿Por qué fumamos?
La nicotina es una sustancia química altamente adictiva. Los cigarrillos están diseñados para eso. La nicotina produce sensaciones placenteras en el cerebro -genera dopamina-, pero estos efectos son temporales. Mientras más se fuma, mayor necesidad tendrá el cerebro de recibir “su dosis”.
El cigarro suele asociarse a momentos placenteros. “Después de un buen taco, un buen tabaco”, reza el refrán mexicano. En el cine, hemos visto a gran cantidad de iconos de masculinidad fumando en la cama después de tener sexo. La mala noticia para estos “galanes” es que sólo será cuestión de tiempo empezar a tener problemas de erección por el consumo de tabaco.
Además de la nicotina, los productos de tabaco también contienen otros químicos nocivos. Según la American Cancer Society, “el humo de estos productos está formado de una mezcla compleja de químicos generados por la combustión del tabaco y de sus aditivos. Al menos 70 de estos componentes, causan cáncer.”
Estos son algunos de los químicos que se encuentran en el humo del tabaco y sus efectos:
- Nicotina. Afecta la circulación de la sangre de varias formas: una mayor tendencia a la formación de coágulos sanguíneos dañinos, produce aterosclerosis (placa en la pared de la arteria), agrandamiento de la arteria aorta. A nivel cerebral puede provocar alteraciones del sueño, mareos y restricción de la llegada de sangre a este órgano. En el corazón se pueden experimentar cambios en la frecuencia y el ritmo cardíacos, aumento en la presión arterial, constricciones y enfermedades de la arteria coronaria y desde luego, un más alto riesgo de ataque cardíaco. La nicotina también produce un aumento de los niveles de insulina y resistencia a ésta, lo que contribuye al riesgo de diabetes. Sobra decir que todo lo mencionado, es causa directa de disfunción eréctil.
- Ácido cianhídrico. La inhalación crónica produce irritación bronquial (bronquitis crónica con tos, expectoración y dificultad para respirar). Causa también afectación del sistema nervioso central (cefalea, fatiga, alteración del sentido del gusto y olfato, y es un disruptor endocrino, cuya alteración más frecuente es el hipotiroidismo.
- Plomo. Según Mayo Clinic, la intoxicación por plomo en adultos puede producir hipertensión arterial, dolor articular y muscular, dificultades con la memoria o la concentración, trastornos del estado de ánimo y reducción del conteo de espermatozoides y espermatozoides anormales.
- Monóxido de carbono. Afecta la llegada de oxígeno a la sangre y según el grado y tiempo de exposición, este gas puede provocar daños cerebrales permanentes o complicaciones cardíacas (Mayo Clinic).
- Nitrosaminas específicas del tabaco. Muchas de las nitrosaminas que se han estudiado, se ha demostrado que causan mutaciones en el ADN, y varias son cancerígenas.
- Benceno. El benceno es un cancerígeno probado. También se ha demostrado (en laboratorio) que causa cambios en los cromosomas de la médula ósea, donde se generan nuevas células sanguíneas, por lo que dañarla puede conducir a la anemia y perjudicar otros constituyentes de la sangre.
Otros elementos químicos que contiene el cigarro como el arsénico, amoniaco o uranio entre muchos otros, tienen efectos sumamente perjudiciales en la salud en general y afectan, de una forma u otra, la capacidad sexual y/o reproductiva.
El tabaco nos da directo en el corazón
No habrá médico que no te lo advierta: fumar causa daños al corazón y a los vasos sanguíneos (venas y arterias), potenciando el riesgo de enfermedad coronaria (causa de ataque al corazón) o de accidente cerebrovascular.
Otras consecuencias de la adicción al cigarro son la hipertensión arterial, reduce dramáticamente la condición física, aumenta la probabilidad de formar coágulos sanguíneos y disminuye los niveles del colesterol bueno en la sangre.
De acuerdo con la American Cancer Society, el tabaquismo es el principal factor de riesgo para la enfermedad arterial periférica (PAD), que consiste en la acumulación de placa en las arterias encargadas de llevar la sangre a la cabeza, los órganos -incluido el pene- y las extremidades.
Sí, hay una relación directa entre los problemas de erección y el consumo de tabaco
Si toda la información anterior no te ha convencido, aquí tenemos otros interesantes datos.
90% de los casos de disfunción eréctil, obedecen a causas fisiológicas; de éstos, más del 60% se deben a fallas en la vascularidad. Eso es precisamente lo que causa el consumo de tabaco.
Afirma el Dr. José Benítez de Boston Medical Group: “Independientemente de la edad, si un hombre consume una cajetilla de cigarrillos al día durante más de un año, es probable que se enfrente a problemas de erección a la hora de mantener relaciones sexuales.”
Se ha observado que en pacientes fumadores, la circulación sanguínea se ve reducida en las arterias del pene y el mecanismo de respuesta sexual, se ve interrumpido.
Según los expertos de Boston Medical Group
- El tabaco altera la síntesis del óxido nítrico, sustancia indispensable para relajar al músculo liso en los cuerpos cavernosos del pene.
- Produce arteriosclerosis e hipertensión arterial, lo que complica el estado de salud en general. Como sabemos, los problemas cardiovasculares interfieren directamente en la capacidad de tener una vida sexual sana.
- La nicotina produce la migración de macrófagos (células del sistema inmunitario que están en los tejidos de la emigración de la sangre), lo que incrementa el riesgo de sufrir una trombosis.
En resumen, fumar daña las arterias y el flujo de sangre, lo cual es clave para que se produzcan las erecciones. Los hombres fumadores tienen hasta dos veces más riesgo de tener problemas de erección.
Los componentes del cigarro también pueden afectar el semen, lo que reduce la fertilidad y aumenta el riesgo de aborto espontáneo y defectos de nacimiento. (American Cancer Society).
Cigarrillos electrónicos y vapeo
¡También tienen nicotina! Estos dispositivos tan de moda entre los jóvenes, son sólo otro sistema de suministro de nicotina. Algunas personas los han adoptado como una forma de “dejar de fumar” o como paso intermedio para lidiar con el síndrome de abstinencia. La mala noticia es que no sirven para eso; no te ayudan a romper el hábito ni eliminan los químicos dañinos de tu cuerpo. Además, para muchos jóvenes y adolescentes, constituye la primera forma de consumo de tabaco y de ahí, no paran.
La American Cancer Society informa que “los fabricantes de cigarrillos electrónicos y similares a menudo afirman que los ingredientes son seguros. Pero los aerosoles (mezcla de partículas diminutas) que estos productos generan, pueden contener nicotina adictiva, saborizantes y una variedad de otros productos químicos, algunos conocidos por ser tóxicos o causar cáncer. Los niveles de muchas de estas sustancias parecen ser menores que en los cigarrillos tradicionales, pero las cantidades de nicotina y otras sustancias en estos productos pueden variar ampliamente porque no están estandarizadas.”
Recupera tu vida sexual: deja de fumar
Algunos psicólogos y psiquiatras expertos en adicciones, afirman que el cigarro es una de las más difíciles de dejar.
Pero como dijimos al inicio, difícil no significa imposible. Hay muchas maneras de lograr abandonar este hábito y superar los problemas de erección causados por el consumo de tabaco.
No te vamos a decir que es cuestión de “fuerza de voluntad” -eso es lo que no tiene una persona adicta-, pero sí apelamos a tu inteligencia y capacidad para decidir.
¡Hoy decidí dejar de fumar! Si de verdad estás convencido, algunas herramientas que te pueden ayudar
- Haz ejercicio. Parece contradictorio, pero cualquier persona que haya logrado dejar el hábito de fumar, podrá confirmártelo. El ejercicio genera endorfinas, dopamina, mejora tu capacidad respiratoria, te distrae, ¡te cambia la vida! Empieza por salir a caminar y de ahí ve subiendo de intensidad, súbete a la bici, toma clases de baile, corre, juega futbol, tenis, lo que quieras, pero ejercítate. Verás cómo sustituir un cigarrillo por 10 minutos de ejercicio, te reditúa en ¡mejor sexo!
- Pregunta a tu médico por algunos medicamentos disponibles que podrían ayudarte a lidiar con la abstinencia. Es importante que entiendas bien cómo funcionan y que nunca los tomes por cuenta propia. Este tipo de fármacos actúan a nivel cerebral y son de uso muy delicado. No te automediques. Antes, consulta a tu médico.
- Posterga el momento del siguiente cigarro. Cuando sientas el deseo de fumar, posterga el momento de encender el cigarrillo: “ahorita que termine de leer esta página”, “cuando termine de recoger la mesa”, “después de lavar los platos”, etc. O ponte horas fijas. Fumar uno sólo cada tres o cuatro horas, lo que es bastante posible, considerando que cuando vamos al cine, por ejemplo, ese es el tiempo promedio que pasamos sin fumar. ¿Ves cómo sí se puede?
- No sustituyas por comida. Quitarse la adicción a los chocolates o a los cacahuates, será igual de difícil. Si sientes la tentación de hacerlo, vuelve al primer consejo: ejercicio.
- Busca grupos de apoyo. Existen clínicas, grupos de 12 pasos o hasta grupos de internet con ese propósito. Recurre a tu red de amigos y familia para que te apoyen.
- Sé paciente contigo mismo. Paciente no es permisivo, ¿de acuerdo? Pero inténtalo cuantas veces sea necesario hasta que lo logres. Verás cómo poco a poco van desapareciendo los momentos asociados al cigarro y un día, no lo necesitarás más.
Esperamos que estos interesantes datos te sean de utilidad para comprender la relación entre los problemas de erección y el consumo de tabaco y tomes la decisión de mejorar tu vida sexual ¡a partir de hoy!
Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.
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