Al liberarse la patente del medicamento Sildenafilo (2011), llegaron al mercado varias marcas de este activo. El Laboratorio Degort’s Chemical desarrolló su propia versión comercializada bajo el nombre de Maxifort-Zimax. Si esta sustancia te suena familiar, es porque se trata de la misma que la famosa pastilla azul: Viagra. Como muchas otras presentaciones genéricas de sildenafilo, Maxifort viene en tabletas de 25 mg, 50 mg y 100 mg. Actualmente este vasodilatador sigue siendo uno de los tratamientos más comunes para la disfunción eréctil orgánica. Ya te dijimos qué es y para qué sirve Maxifort, seguramente querrás saber ¿es mejor que Viagra? ¡Continúa leyendo para conocer la respuesta!
Primera fase de estudios
En publicidad se dice “el que pega primero, pega dos veces”. En la década de los 90 tuvieron lugar una serie de ensayos clínicos en el Hospital Morriston (Gales). Un grupo de científicos británicos probaba un medicamento originalmente desarrollado para tratar la hipertensión arterial pulmonar y la angina de pecho. En la primera fase de los estudios, el nuevo medicamento mostró poca efectividad en la angina de pecho. Sin embargo, los pacientes que participaron en el protocolo presentaron una reacción singular: erecciones sumamente fuertes, firmes y duraderas.
El fármaco que logró este “milagro” fue el Sildenafil, un inhibidor de fosfodiesterasa tipo 5, enzima que libera óxido nítrico y promueve el flujo de sangre a los cuerpos cavernoso del pene. Fue así como la farmacéutica Pfizer patentó el Sildenafil como tratamiento para la disfunción eréctil en 1996, pero fue aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) hasta 1998. ¡Y el mundo masculino cambió para siempre!
Aunque ahora existen cientos de competidores de otras marcas de Sildenafilo entre versiones genéricas, principios activos con el mismo efecto (vardenafilo, tadalafilo y avanafilo, desarrolladas por otros laboratorios) y productos que se anuncian como “Viagra natural” -obviamente, sin serlo-; la original pastilla azul sigue siendo la más conocida, la que pegó primero.
¿Maxifort es lo mismo que Viagra?
Básicamente, sí. El ingrediente activo de ambos es el Sildenafilo. Ambos laboratorios manejan los mismos gramajes, ya que son las dosis prescritas por los médicos. Pero el mercado de tratamientos para disfunciones sexuales masculinas es tan grande, que todas las marcas tienen oportunidad.
53% de los varones (porcentaje similar a nivel mundial) tienen o tendrán algún grado de disfunción eréctil en el transcurso de sus vidas, incrementándose la probabilidad a partir de los 40 años.
Las alternativas de tratamiento son muy variadas y van desde los medicamentos orales hasta el uso de tecnología de punta, como la terapia de ondas de choque, ondas acústicas de baja frecuencia que se aplican directamente en el pene y ayudan a estimular la circulación, regenerar el tejido y abrir los vasos sanguíneos. Este tipo de terapia ha mostrado resultados muy exitosos en un gran número de pacientes, es indolora y no tiene efectos secundarios, por eso es el tratamiento de primera línea recomendado por los expertos en salud sexual masculina, especialmente para los varones que no son candidatos a tomar Sildenafilo.
Aunque este medicamento no es apto para todos los hombres que padecen disfunción eréctil, sigue estando entre los tratamientos más usados (cuando las causas de la impotencia sexual son fisiológicas) por su rápida acción, buena efectividad y costo accesible. Las preferencias entre uno u otro fabricante tienden a ser subjetivas, ya que cada médico recomienda sus “productos de confianza” de acuerdo a su experiencia o el paciente adquiere el que está al alcance de sus posibilidades.
Maxifort es lo que se conoce como una versión “genérica” del Sildenafilo, con los mismos componentes, una calidad muy aceptable, aprobado por las autoridades sanitarias correspondientes y las mismas presentaciones. La diferencia más notable con el Viagra, podría estar en el precio. Puedes investigar entre los diferentes puntos de venta o en internet para hacer un comparativo.
Aquí cabe recordar una recomendación muy importante: ya sea Maxifort o alguna otra versión de sildenafilo, los fármacos para la disfunción eréctil no deben administrarse sin prescripción médica. Su uso es muy delicado y los efectos secundarios no son tolerados por un buen número de pacientes. Además, Maxifort está contraindicado para personas que padecen de presión alta o enfermedades cardiovasculares. Siempre debe ser recetado por un médico que conozca la historia clínica completa del paciente, el origen de sus problemas de erección (orgánica, en el 90% de los casos), enfermedades subyacentes o propensión hereditaria a éstas (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, entre otras) o bien, su capacidad de tolerancia a los efectos secundarios. Y ya que hablamos de eso.
Contraindicaciones y efectos secundarios de Maxifort
La mayoría de los casos de disfunción eréctil, obedece a problemas circulatorios y/o cardiacos, de ahí la importancia de practicar análisis clínicos completos y contar con la asesoría de un médico experto en disfunciones sexuales masculinas. El paciente suele centrarse en el problema que le preocupa -los de índole sexual son especialmente delicados- e ignorar otros síntomas. Muchas veces, la disfunción eréctil es el aviso de una enfermedad no detectada, por eso es necesario tomar en cuenta las contraindicaciones de cualquier medicamento y nunca automedicarse.
Maxifort está contraindicado para:
- Personas con enfermedades hepáticas y/o renales que requieran diálisis (el sildenafilo se elimina del organismo a través del hígado y los riñones).
- Personas con afecciones cardiacas.
- Personas hipertensas.
- Personas con presión baja.
- Pacientes que hayan sufrido derrames.
- Pacientes en tratamiento con nitratos.
- Pacientes con úlcera gástrica.
- Personas que consumen drogas recreativas.
- Personas con mala condición física (si al hacer un esfuerzo físico mínimo como subir escaleras, les cuesta trabajo respirar o sienten dolor en el pecho).
Entre los efectos secundarios típicos que pueden sufrir incluso personas sanas, figuran:
En el sistema nervioso
- Mareos.
- Neuropatía.
- Vértigo.
- Insomnio.
- Depresión.
- Temblor.
- Amnesia y convulsiones.
- Ansiedad.
Cardiovasculares
- Variaciones de presión arterial.
- Hipotensión (presión arterial muy baja).
- Insuficiencia cardíaca.
- Taquicardia.
- Dolor en el pecho.
- Isquemia del miocardio.
Sistema gastrointestinal
- Dispepsia
- Diarrea.
- Dolor de abdomen.
- Colitis.
- Vómitos.
- Estomatitis gastritis.
- Hemorragia rectal.
Otros efectos adversos pueden ser enrojecimiento de la piel, desmayos o priapismo, que es una erección prolongada aún sin estimulación sexual.
¿Cómo es la indicación médica?
Maxifort debe tomarse entre 45 y 60 minutos antes de la relación sexual. Su efecto dura como máximo 6 horas. Más de este tiempo, requiere intervención médica urgente, ya que la erección puede causar dolor o daños permanentes en la anatomía del pene. Cabe advertir que el sildenafilo no produce un efecto automático inmediato. Para que este medicamento actúe, debe existir estimulación sexual (excitación). El proceso de erección es complejo, comienza en el cerebro al recibir el estímulo, activa sustancias químicas, manda los impulsos eléctricos a través de la médula espinal y se dilatan los vasos sanguíneos para llevar la sangre con suficiente fuerza al pene. Si el primero de estos pasos no ocurre, la reacción en cadena no inicia.
¿Maxifort es mejor que Viagra?
Con campañas de lanzamiento tan fuertes y tantos años en el mercado, Viagra logró posicionarse en primer lugar dentro de la mente de los consumidores. Todo el mundo sabe qué es y para qué sirve la pastilla azul. Gracias a esta fama, empezaron a proliferar productos apócrifos para la disfunción eréctil como el “viagra herbal”, “viagra natural”, la pastilla negra, remedios naturales para la disfunción eréctil y cientos de fórmulas que ni son medicamentos, ni curan los problemas de erección.
Ninguno de éstos es Sildenafilo, que junto con el Vardenafilo, Tadalafilo y Avanafilo, son hasta ahora los únicos liberadores de óxido nítrico que han probado ser eficaces para la impotencia sexual masculina.
Desde hace poco tiempo, se realizan estudios con la L-Arginina, un aminoácido natural que forma parte de las proteínas; también es un excelente dador de óxido nítrico, por lo cual podría ser una alternativa natural a los vasodilatadores sintéticos. Falta tiempo para asegurar que este ingrediente puede ser apto para todos los hombres con disfunción eréctil de origen fisiológico y en qué dosis debería tomarse para ver resultados.
Maxifort presenta las mismas ventajas y desventajas que la pastilla azul, es decir, ninguno es mejor que el otro. Si tienes dudas, pregunta a un Urólogo acerca de las posibles diferencias que podría haber entre uno y otro. Éstas pueden radicar en el tiempo que tardan en hacer efecto o lo que dura la erección. Lo que sí es un hecho, es que Maxifort tiene un nombre más descriptivo, por llamarlo así.
De cualquier forma, sin importar qué producto elijas, asegúrate de:
- Tener un diagnóstico confirmado de disfunción eréctil, determinado por un profesional en salud sexual masculina certificado.
- Contar con una receta médica que contenga los datos y especialmente, la cédula profesional del doctor.
- Conocer perfectamente en qué dosis y de qué manera habrás de tomar el sildenafilo. Pide a tu médico que lo anote claramente en la receta.
- Si compras tu medicamento en línea, asegúrate de que el distribuidor o la farmacia, sean confiables. Si están dispuestos a expedirlo sin receta médica o el precio te parece demasiado bajo, investiga; probablemente se trate de un producto apócrifo.
- Elige establecimientos certificados o consulta páginas del laboratorio en línea.
- Desconfía de todo aquello que se venda como “tratamiento natural, orgánico, herbal o similar, para la disfunción eréctil”. Eso no existe. Seguramente se trate de alguna fórmula a base de hierbas, como la pastilla negra.
Gracias a los constantes avances científicos y a la apertura para hablar del tema que han propiciado clínicas expertas en salud sexual masculina, además de ser los primeros en anunciarse en medios masivos, se han preocupado por informar al público en programas de televisión, radio y medios digitales sobre la disfunción eréctil; los hombres que padecen éste y otros problemas de salud sexual, cuentan con más y mejores alternativas de tratamiento.
Hace no muchos años, antes de la aparición del sildenafilo, las únicas opciones disponibles para solucionar la disfunción eréctil eran el complejo B, un cambio de alimentación, bajar de peso, hacer ejercicio y dejar el tabaco o el alcohol. Estas recomendaciones siguen siendo válidas para mantener un buen estado de salud, pero ahora hay métodos más modernos, rápidos y eficaces para tratar la impotencia sexual masculina.
El impacto que causó el Sildenafilo en la vida de millones de hombres, es comparable a la revolución sexual femenina que tuvo lugar en los 60, con la llegada de la pastilla anticonceptiva.
Consideraciones finales
Hoy, las parejas pueden disfrutar de una vida sexual más plena por muchos años gracias a medicamentos como Maxifort, la pastilla azul, la farmacoterapia intracavernosal (fármacos inyectables directamente en los cuerpos cavernosos del pene), la terapia de reemplazo hormonal -sólo aplicable a pacientes con niveles anormalmente bajos de testosterona- y hasta dispositivos mecánicos como las bombas de vacío, ya en desuso. La tecnología se ha puesto también al servicio de la medicina sexual con innovaciones como la terapia de ondas de choque, muy recomendable tanto para disfunción eréctil como para la enfermedad de Peyronie (curvatura peneana). Todos estos tratamientos pueden ser la solución a los problemas de erección de origen orgánico.
Si la disfunción eréctil es causada por factores psicológicos, la asesoría sexológica y terapia psicológica pueden ayudar como parte de un tratamiento integral, ya que la impotencia sexual masculina produce graves efectos en la psique tanto del paciente como de su pareja.
Opciones hay. Los hombres que realmente desean recuperar su vida sexual, deben ponerse en manos de un Urólogo o acudir a una clínica certificada como
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Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.
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