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La curvatura peneana, ¿tiene solución? Diagnóstico y recomendación de tratamiento

Se deben diferenciar dos patologias similares pero que son distintas son la curvatura peneana y la enfermedad de Peyronie las que tienen en comun la deformación, curvatura o acortamiento del pene que, además de causar dolor, impide tener relaciones sexuales completas debido a la dificultad o imposibilidad de penetración. Su origen no está del todo claro, pero se sabe que la curvatura peneana se origina por un desarrollo anormal de la túnica albugínea que recubre los cuerpos cavernosos mientras que para la enfermedad de Peyronie esta es consecuencia de calcificaciones o bultos fibrosos que afectan también la lamina albugínea en el pene. La curvatura peneana o la enfermedad de Peyronie ¿tienen solución? Te explicaremos todo lo que debes saber sobre su diagnóstico y recomendación de tratamiento.

¡Comencemos con el desarrollo del tema del día!

¿Qué es la curvatura peneana?

La curvatura peneana y la enfermedad de Peyronie son uno de los motivos de consulta más frecuentes en clínicas de uroandrología. Si bien su incidencia no es tan alta como la disfunción eréctil o la eyaculación precoz, si existe un número considerable de pacientes que buscan opciones de tratamiento para esta patología.

La curvatura peneana se trata de una curvatura congénita es decir se nace con el problema, en un trastorno raro que tiene una incidencia de menos del 1%, otros estudios muestran prevalencias que estan entre el 4% y el 10%, y suele no estar asociada a malformaciones de la uretra, la mayor parte de estas curvaturas tienen una curvatura ventral

La enfermedad de Peyronie podría definirse médicamente como una fibroesclerosis del pene , concretamente en la túnica albugínea, sobre la cual se forma un deposito anormal de tejido fibroso, una especie de cicatriz  generada por pequeños traumatismos durante las relaciones sexuales. 

Con el tiempo, dichas lesiones se convierten en placas de calcio o nódulos que reducen la elasticidad y, posiblemente unidas al factor genético, producen inflamación y una curvatura que no es perceptible cuando el pene está en reposo, pero sí se nota en la erección, ya sea con presencia o ausencia de dolor. 

Es importante informar al respecto porque la enfermedad de Peyronie es progresiva y en grados avanzados, puede no dejar muchas alternativas de tratamiento.

Hace poco (2019) se supo a través de la prensa de un caso que llamó la atención sobre la enfermedad de Peyronie por lo atípico de la situación. 

Un hombre de 63 años acudió al Lincoln Medical and Mental Health Center (Nueva York) aquejado por un dolor en la rodilla que le impedía caminar bien después de una caída. Se trataba de un hombre alcohólico. Al revisarlo, los médicos no detectaron señales de golpes en la cabeza o algún otro síntoma derivado de la caída. Sin embargo, el hombre les indicó que sentía un fuerte dolor en el pene.

La radiografía mostró, además de una lesión degenerativa severa en la cadera, una “extensa calcificación de los tejidos blandos en forma de placa a lo largo del pene”. Así lo calificó un estudio publicado en la revista médica Urology Case Reports.

Al paciente se le diagnosticó con osificación de pene, una condición sumamente rara de la cual existen apenas 40 casos en todo el mundo.

La osificación del pene podría estar asociada a la enfermedad de Peyronie, aunque no podría asegurarse de forma contundente que esa sea la causa definitiva. Si bien los síntomas son muy parecidos, la enfermedad de Peyronie suele afectar la lámina albugínea. En el hombre diagnosticado con osificación peneana, se detectó una fase aguda de la enfermedad debido a la presencia de dolor en el pene y una calcificación a lo largo de todo el eje del miembro. Para ser más claros, no se trataba de un tejido cicatricial localizado, típico en hombres con enfermedad de Peyronie , sino de “un proceso por el que las sales de calcio se acumulan en los tejidos blandos, formando hueso extraesquelético”. El pene no tiene una estructura ósea como las otras extremidades del cuerpo, en el caso de este paciente, las placas de calcio formaron un “esqueleto” o hueso dentro de su pene.

A partir de este episodio, los científicos han retomado todo lo que se sabe sobre la enfermedad de Peyronie para determinar si deberían considerarse nuevas causas y alcances de esta patología.

El caso aquí narrado no ha tenido aún una conclusión debido a que los médicos no pudieron realizar más pruebas. El hombre ya no quiso someterse a más análisis ni a tratamiento. 

Posibles causas de la curvatura peneana y de la enfermedad de Peyronie

Un pene puede curvarse por diversas razones: traumatismos en el pene al mantener relaciones sexuales, por lesiones accidentales -caídas o practicando actividades deportivas-, cirugías en el pene o ser una alteracion congenita. 

Cabe aclarar que es natural el que algunos hombres presenten una ligera curvatura en el pene hacia un lado u otro, lo cual no representa un problema si esto no impide tener relaciones sexuales normales, no existe dolor o inflamación. Pero cuando esa curva es más pronunciada de lo normal, produce dolor al tener una erección o dificulta la penetración, sí se trata de una disfunción que requiere tratamiento inmediato.

La deformidad que puede aparecer en el pene puede tener distintos grados: hasta 30º, podría no ser muy notoria o incluso permitir la penetración.. Cuando la  curvatura tiene más de 60º ya es muy visible y seguramente, dificultará el coito. En los casos más graves, la inclinación forma un ángulo de 90º, como una “L”. Es probable que los hombres con esta condición, esperen a llegar a este último grado para buscar atención.

La curvatura peneana regularmente es congénita y se hace visible en la adolescencia. También puede aparecer repentinamente, a cualquier edad. En algunos casos un pene con curvaturas anormales estas pueden explicarse entendiendo que el este tiene dos cuerpos cavernosos, son dos estructuras cilíndricas y esponjosas que se encargan de llevar la sangre al miembro masculino para producir la erección. Cuando desde el nacimiento, esos dos cilindros son asimétricos (de diferente tamaño), puede presentarse una curvatura que será notoria cuando ocurran las primeras erecciones. 

Puede suceder también que, ya en la vida adulta, el tejido que cubre los cuerpos cavernosos se vuelva fibroso y forme una cicatriz. Al producirse la erección, el tejido no llegará a extenderse por completo, dando lugar a la curvatura anormal. En las primeras manifestaciones de esta enfermedad, se puede sentir dolor o inflamación. Si esto no se atiende en un lapso más o menos corto, la fibrosis llega a formar calcificaciones que acortarán el pene. 

Entre los factores de riesgo más importantes para la  enfermedad de Peyronie, se encuentran:

  • Factores hereditarios.
  • Trastornos del tejido conjuntivo en el pene, tal como ocurre en la mano con la llamada contractura de Dupuytren, un engrosamiento y endurecimiento gradual del tejido que se ubica debajo de la piel y que se observa regularmente en los dedos anular o meñique, que se curvan en dirección a la palma de la mano hasta producir el cierre progresivo de la mano.
  • Edad  (alrededor de los 50 años).
  • Tabaquismo, que produce la obstrucción de los vasos sanguíneos y endurecimiento de los tejidos.
  • Elevado consumo de alcohol.
  • Diabetes.
  • Hipertensión arterial.
  • Trastornos metabólicos.
  • Hemodiálisis crónica.

Consecuencias que aparecen en algunos casos de la curvatura peneana o de la enfermedad de Peyronie son la disfunción eréctil, dificultad para realizar la penetración, aunque haya erección; imposibilidad de procrear de forma “natural”, es decir, a través del coito o porque ya existe disfunción eréctil o bien, calcificación severa incurable.

Diagnóstico de la curvatura peneana

Lo normal -o más común, al menos- es que el pene se vea recto cuando está en erección. Si desde las primeras erecciones o repentinamente, aparece una curvatura, se debe acudir a una revisión médica para descartar o confirmar el diagnóstico de curvatura peneana o de la enfermedad de Peyronie.  

El médico experto en salud sexual masculina, además de una serie de preguntas generales al paciente, realizará un examen físico. Con el pene en reposo, el médico podrá palpar la ubicación y cantidad de tejido cicatricial. También medirá la longitud de tu pene como una referencia para saber si la afección empeora y el pene se va acortando.

Seguramente se solicitará una ecografía y fotografías del pene erecto de frente y perfil. Es en estas imágenes donde se determinará el grado de curvatura del pene y nivel de avance de la enfermedad.

La ecografía o ultrasonido es la prueba más usada para detectar anomalías del pene. Además de la presencia de tejido cicatricial, la ecografía permitirá medir el flujo sanguíneo hacia el pene o detectar cualquier otra anomalía.

La curvatura peneana o la enfermedad de Peyronie, ¿tienen solución?

Una vez confirmado el diagnóstico de curvatura peneana o de enfermedad de Peyronie, el médico hará una recomendación de tratamiento.

El manejo de la curvatura peneana congénita es esencialmente quirúrgico.

En algunos casos, la enfermedad de Peyronie puede desaparecer por sí sola -la minoría-; pero de no ser así, existen alternativas que pueden permitirle al paciente corregir la curvatura  o alcanzar un aceptable grado de mejoría para tener mayor calidad en su vida sexual

Hasta hace algunos años, se planteaba como única alternativa la cirugía. Sin embargo, era frecuente ver que la fibrosis empeorara al causar un nuevo traumatismo (la cirugía) en el pene, especialmente si el paciente no tenía buena cicatrización. 

También se pensaba en implantes que sustituyeran los conductos que llevan la sangre al pene y producen la erección. Hasta ahora no existe un material o implante sintético que pueda imitar el tejido esponjoso para suplir a los cuerpos cavernosos del pene.

Las inyecciones de colágeno (colagenasa), tampoco han demostrado un grado por lo menos aceptable de mejoría. Si esta alternativa es ofrecida al paciente en una clínica no autorizada o por un médico no especializado, la recomendación es no aceptar, ya que no existen garantías de que la sustancia inyectada sea en realidad colágeno ni tampoco hay pruebas de que sea un tratamiento efectivo.

De acuerdo con los expertos de Boston Medical Group, lo más afectivo hasta ahora es una combinación de técnicas que permiten solucionar el problema con resultados muy alentadores.

La terapia de ondas de choque es una alternativa tecnológica muy eficiente como parte del tratamiento integral de la enfermedad de Peyronie, al disminuir notablemente el dolor y lograr que las erecciones sean más firmes, actuando sobre las placas fibrosas y el tejido eréctil.

Se trata de “ondas acústicas de alta energía que se envían a las zonas donde se encuentran las placas fibrosas que causan la curvatura. Sus beneficios van desde estimular los procesos de autocuración del cuerpo, hasta la regeneración del tejido dañado. Mejoran también el metabolismo e incrementan la circulación sanguínea. Esto es lo que se conoce como neovascularización”. Así lo explica el Dr. Jorge Barba Villalobos, Urólogo y Director Médico de Boston Medical Group México. Este tipo de tratamiento es indoloro y permite al paciente continuar con sus actividades cotidianas después de cada sesión.

Conclusiones

En resumen, podemos decir que la curvatura peneana según el grado de curvatura puede requerir manejo quirúrgico o no, para la enfermedad de Peyronie puede tener solución dependiendo de qué tan a tiempo se actúe. La efectividad de tratamientos como la terapia de ondas de choque puede ayudar al paciente a recuperar la elasticidad en los tejidos del pene con un buen porcentaje de éxito, pero es importante tener en cuenta que la enfermedad de Peyronie es progresiva. Cuando la curvatura del pene es mayor a los 30º, las posibilidades de solución se reducen. 

Si sospechas que puedes padecer curvatura peneana o enfermedad de Peyroniees urgente que visites al especialista en salud sexual masculina. Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto. Clic aquí.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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