Sabemos muy poco de las secuelas que puede dejar a mediano y largo plazo el virus llamado SARS-CoV-2 perteneciente a la familia de los Coronavirus. COVID-19 se denomina al síndrome producido por el SARS-CoV-2, se detectó por primera vez en diciembre de 2019, en China, y sobre la marcha se ha ido descubriendo la forma en que puede afectar al cuerpo humano. Se calcula que en la mayoría de los casos (80%), los pacientes sólo presentan síntomas respiratorios leves. Pero ya empiezan a aparecer signos de que la COVID-19, puede alterar otras funciones del organismo más allá del sentido del olfato o del gusto. ¿La COVID-19 puede causar disfunción eréctil?, ¿afecta nuestro desempeño sexual?, ¿cómo retomar la vida íntima después de padecer la enfermedad? Esto es lo que se sabe hasta ahora y lo analizaremos juntos en este artículo, ¿nos acompañas?
El virus que cambió nuestras vidas
El Coronavirus SARS-CoV-2 llegó de repente, como un tsunami que nadie esperaba. Nos obligó a permanecer en confinamiento, poniendo de cabeza la forma en que nos relacionamos, vivimos, morimos, trabajamos y hasta nuestros hábitos sexuales. La COVID-19 marcó un antes y un después. La nueva normalidad que hoy enfrentamos todavía es algo desconocido. No sabemos qué consecuencias traerá a nivel económico, social, educativo, familiar y sobre todo, en el ámbito de la salud.
Pasar 24 horas encerrados parecía incluso algo divertido, cuando ingenuamente pensamos que serían sólo unas cuantas semanas. Pero han pasado ya muchos meses, millones de personas se han contagiado en todo el mundo y han fallecido. Lo que nos deja claro la peligrosidad del Coronavirus.
¿Cómo nos afectará a largo plazo? Quienes han sobrevivido a la enfermedad, ¿se sienten igual que antes? ¿Cómo han retomado sus vidas, una vez superada la crisis de salud? Su vida sexual, ¿es tan buena como antes?
Efectos secundarios de la COVID-19
De acuerdo con Mayo Clinic, una de las instituciones más reconocidas mundialmente en la investigación y difusión de temas médicos,
“los síntomas de COVID-19 a veces pueden persistir durante meses. La mayor parte de los pacientes se recupera completamente en unas semanas. Pero algunos, aun los que han tenido síntomas leves, continúan presentando secuelas después de su recuperación inicial.”
Al conjunto de síntomas posteriores a la recuperación se les conoce como síndrome post COVID-19 o COVID-19 larga. Se cree que los adultos mayores y personas previamente enfermas (de diabetes, hipertensión o afecciones cardiacas, entre otras) son quienes tienen mayores probabilidades de presentar síntomas post COVID-19. Sin embargo, se han detectado varios casos de personas jóvenes, previamente sanas, que han experimentado malestares durante semanas o meses después de la infección.
Entre los síntomas persistentes más comunes, Mayo Clinic menciona:
- Fatiga.
- Dificultad para respirar (disminución de la capacidad pulmonar).
- Tos.
- Dolor en articulaciones.
- Dolor de pecho.
- Dolor muscular o de cabeza.
- Taquicardias o arritmias (latidos rápidos o fuertes).
- Pérdida permanente o parcial del olfato o del gusto.
- Problemas de memoria, de concentración o dificultad para dormir.
- Erupciones.
- Pérdida del cabello.
¿La COVID-19 puede causar disfunción eréctil?
La información recabada hasta ahora, indica que el virus COVID-19 puede afectar permanentemente órganos como:
- Corazón. Las pruebas por imágenes tomadas en pacientes de COVID-19 después de meses de haberse recuperado, indican un posible daño duradero en el músculo cardíaco, lo que podría incrementar el riesgo de insuficiencia cardíaca u otras complicaciones a futuro.
- Pulmones. La neumonía asociada a COVID-19, puede causar daño permanente (tejido cicatricial) en los alvéolos pulmonares con consecuentes problemas respiratorios a largo plazo.
- Cerebro. Aunque no ha pasado el tiempo suficiente para estudiar los efectos a largo plazo en el sistema nervioso central, sí existe información de que el coronavirus puede causar accidentes cardiovasculares, convulsiones o síndrome de Guillain-Barré (parálisis temporal) en personas jóvenes. Se cree que también podría aumentar el riesgo de desarrollar Parkinson o Alzheimer.
Hay un dato que puede ser clave para saber si la COVID-19 puede causar disfunción eréctil: esta enfermedad puede generar la formación de coágulos y problemas en los vasos sanguíneos.
Según las investigaciones hechas por instituciones médicas y científicas, el COVID-19 puede provocar aglomeraciones de las células sanguíneas, es decir, formación de coágulos.
Los trombos o coágulos pueden causar a su vez, ataques cardíacos o accidentes cardiovasculares. Existe la hipótesis de que los daños en el corazón sufridos por pacientes de COVID-19, se debe a diminutos coágulos que bloquean los vasos capilares (vasos sanguíneos más pequeños) del corazón.
Otros órganos que pueden verse afectados por trombos son los pulmones, las extremidades (piernas), hígado y riñones. Además, el Coronavirus también puede debilitar los vasos sanguíneos o causar pequeñas fugas de sangre.
Al verse afectados los vasos sanguíneos, podría ser posible que la función eréctil también sufriera algún daño. Como ya mencionamos, aún no ha pasado un tiempo razonable para estudiar a detalle las consecuencias de esta terrible enfermedad en los órganos genitales o el desempeño sexual.
La disfunción eréctil está estrechamente ligada a enfermedades del sistema circulatorio, la mayoría de los problemas de erección son de origen vascular. Sobre esta base, no sería extraño que una posible consecuencia de la COVID-19, fuera la disfunción eréctil.
El doctor Rahul Mehan, urólogo de Banner Health (Mesa, Arizona), explica que se está estudiando una posible conexión entre el coronavirus y la disfunción eréctil. Afirma el Dr. Mehan que se ha visto un aumento significativo de casos de disfunción eréctil durante la pandemia.
“El virus causa una respuesta inflamatoria muy fuerte en todo nuestro cuerpo, desde el corazón hasta el cerebro, por lo que no es sorprendente que la disfunción sexual también esté relacionada. Todavía estamos aprendiendo sobre las repercusiones sexuales a largo plazo de la COVID-19, esto es algo que nos preocupa a los urólogos.”
¿Cómo podría la COVID-19 afectar la función sexual?
Durante una entrevista para la cadena NBC, la Dra. Dena Grayson, Presidente y Fundadora de MedExpert Consulting, Inc., externó la preocupación de colegas expertos de Italia y los Estados Unidos de Norteamérica, acerca de los efectos que podría tener la COVID-19 en la función eréctil.
El año pasado se realizó un estudio en Italia donde entre las conclusiones más notables, figura el hecho de que la disfunción eréctil puede ser factor de riesgo para padecer neumonía al contraer la enfermedad y al mismo tiempo, ser una de las consecuencias a largo plazo una vez superado el virus COVID-19.
Emmanuele Jannini, profesor de endocrinología y sexología médica en la Universidad Tor Vergata de Roma y autor del mencionado estudio, recuerda que la disfunción eréctil es un indicador de la salud física y psicológica general, por lo que personas infectadas por el coronavirus que además padecen disfunción eréctil, podrían ser más propensas a desarrollar neumonía por COVID-19, ya que ambos padecimientos comparten las mismas comorbilidades (enfermedades asociadas): hipertensión, diabetes, tabaquismo u obesidad.
Es un hecho que el COVID-19 puede causar severos daños en el sistema vascular y respiratorio, ya que ataca las paredes internas de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo -incluyendo el pene-.
Aunque todavía no hay conclusiones definitivas, los investigadores y médicos especializados en salud sexual masculina, están atentos a la evolución de los pacientes que han superado al COVID-19 para determinar si la disfunción eréctil puede ser una de las consecuencias a largo plazo del coronavirus.
Relación entre COVID-19 y disfunción eréctil
El Dr. Mehan ha planteado las posibles formas en que la COVID-19 podría afectar la libido o causar problemas de erección.
- Daño en los vasos sanguíneos del pene. Una de las consecuencias de la COVID-19 puede ser la afectación de la función del endotelio vascular (células que cubren las paredes interiores de los vasos sanguíneos). Esto podría reducir el suministro de sangre al pene y dificultar la erección.
- Bajos niveles de testosterona. La hormona masculina parece no ser inmune a los efectos del coronavirus. Algunos estudios, específicamente uno realizado en Italia, detectó niveles más bajos de testosterona en hombres que se habían recuperado de COVID-19. Esto sugiere que la enfermedad producida por el virus SARS-CoV-2, podría reducir los niveles de hormona masculina o incluso la fertilidad en hombres. El Dr. Mehan los explica de la siguiente manera: “El virus COVID-19 ingresa a las células con la ayuda de una proteína llamada enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2, por sus siglas en inglés), que prevalece en los testículos. El virus usa la ACE2 para infectar los testículos, órganos sexuales donde se producen la testosterona y los espermatozoides”.
- Impacto en la salud mental. El aislamiento, el distanciamiento social, la falta de contacto físico, la pérdida de seres queridos, la terrible crisis financiera derivada de esta pandemia, así como el temor a una enfermedad desconocida, han provocado angustia y depresión en los individuos. Estos factores son más que suficientes para afectar el deseo sexual. La consecuencia inmediata sería la disfunción eréctil por causas psicológicas, especialmente en aquellas personas que estuvieron hospitalizadas o que padecieron la enfermedad por largo tiempo. Recordemos que la actividad sexual está estrechamente ligada al bienestar emocional -y desde luego, físico-. Son tiempos poco afortunados para el sexo, el amor y la búsqueda de pareja. Nunca antes se habían visto los consultorios de psicoterapeutas y psiquiatras, tan saturados como en esta “nueva normalidad”.
- Deterioro de la salud en general. Muchos hemos hablado en este blog sobre las enfermedades subyacentes que van de la mano con la disfunción eréctil. Al padecer una enfermedad como COVID-19, el sistema inmune puede verse debilitado y enfermedades cardíacas, hipertensión o diabetes, podrían agravarse. Ya vimos cómo la COVID-19 puede empeorar condiciones cardiovasculares latentes, tal es el caso de la miocarditis, arritmias, angina de pecho o eventos cardiovasculares agudos. En algunos casos, los pacientes podrían empezar a usar nuevos medicamentos que, sin saberlo, tengan efectos secundarios negativos en la capacidad de erección.
Los Coronavirus son tan antiguos como la humanidad pero este nuevo integrante de la familia si es algo tan nuevo, que nuestra única certeza es que iremos aprendiendo sobre la marcha. Los casos de pacientes recuperados de COVID-19 que presenten disfunción eréctil, serán la guía para construir un patrón que nos lleve a conclusiones más acertadas cuando algunos estudios que se están llevando a cabo nos den mayor información. Si es tu caso, lo más recomendable es que acudas con un médico experto en salud sexual masculina para que juntos, determinen la causa exacta de tus problemas de erección y descubran si éstos son consecuencia del virus Coronavirus.
La importancia de las vacunas
Con la llegada de las vacunas, surge la esperanza de controlar este virus. La inmunización se suma a las estrictas medidas de higiene con las que ya estamos tan familiarizados: usar cubrebocas, evitar el contacto físico, lavarse las manos, usar gel desinfectante, limpiar superficies y conservar la sana distancia, son las únicas formas de reducir el riesgo de contagio. La COVID-19 y sus efectos secundarios estarán aquí por un largo tiempo, así que más vale prevenir.
El virus SARS-CoV-2 , nos ha obligado a poner atención en otras enfermedades crónicas como la obesidad (75.2% de los adultos mayores de 20 años en México, tienen sobrepeso), la diabetes (14.4% de la población mayor de edad la padece y esta cifra se duplica después de los 50 años), así como la hipertensión arterial (que afecta a 15.2 millones de mexicanos). Todas ellas causas primarias de disfunción eréctil.
Un dato alarmante es que 45.8% de los fallecidos por COVID-19 eran hipertensos, 38.4% diabéticos y 23.1% tenían obesidad. Sería interesante saber cuántos de estos hombres tenían también problemas de erección. Muy probablemente, un alto porcentaje de ellos.
Si durante toda la vida no nos hemos preocupado por cambiar nuestros hábitos alimenticios, hacer ejercicio y abandonar las adicciones al tabaco o al alcohol, éste debería ser un parteaguas para empezar a cuidarnos más, si no por miedo al coronavirus, al menos por el deseo de tener una vida sexual plena y satisfactoria por mucho más tiempo.
Consideraciones finales
Ya hemos visto que la COVID-19 puede asociarse a disfunción eréctil, si a eso se suman las enfermedades asociadas a este problema de salud sexual, las posibilidades de ver minada nuestra capacidad de erección se multiplican exponencialmente.
Habla con tu médico, especialmente si presentas signos de disfunción eréctil tras recuperarte de COVID-19. Podrías ayudar a muchos hombres que están pasando por lo mismo y a los médicos que buscan mejores soluciones para los problemas de erección.
Para finalizar este artículo te invitamos a que completes el test online y gratuito sobre disfunción eréctil que puedes encontrar aquí debajo.
¡Hasta la próxima entrada!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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