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7 pasos esenciales hacia el mítico orgasmo vaginal

Las estadísticas no mienten. El orgasmo vaginal existe, y se puede lograr tan solo a través de la penetración, pero no es lo más habitual. La mayoría de mujeres, un 75% aproximadamente, necesitan bastante más. 3 cuartas partes, que se dice rápido, no consiguen alcanzar el orgasmo sin la ayuda extra de juguetes sexuales, las manos o la lengua o, lo que es lo mismo: estimulación clitoral. Otro 10 por ciento, por cierto, nunca llega al clímax, bajo ninguna circunstancia.

 

¿Qué nos deja esto? Un 15% de probabilidades de alcanzar el orgasmo vaginal que tanto tiempo se ha dado por garantizado.

 

Enfrentados a estas estadísticas, el orgasmo “manos libres”, exclusivamente mediante la penetración, puede parecer una meta difícil de alcanzar. Pero hay formas de conseguirlo.

 

Dedícale tiempo a los besos, las caricias y la estimulación del principal órgano sexual: el cerebro, antes de pasar a la penetración.

 

El estereotipo de la mujer sumida en un orgasmo continuo en pleno coito bajo el peso de su amado es casi un mito, una imagen recurrente propagada por el patriarcado y por el porno, pero poco tiene que ver con la realidad. Existe para excitar y alabar al macho y para poco más.

 

La penetración puede y debe de resultar placentera. Muy placentera incluso, pero no proporciona el nivel de intensidad que la mayoría de mujeres necesitan para alcanzar su punto de no retorno.

 

Así que si te gustaría sentir a el orgasmo de la mujer durante el coito necesitarás, en circunstancias normales, añadir una capa extra de estimulación directa del clítoris, bien con tus dedos (si la postura lo permite) o algún juguete, o una almohada estratégicamente colocada, que se adapte a su estilo particular. Deja volar tu imaginación.

 

¡A continuación tienes algunas sugerencias que esperamos puedan ayudarte en tu viaje!

 

  1. Lecciones básicas de anatomía femenina

Lo primero es conocer la naturaleza de la mujer. Asegúrate de que comprendes la disposición y la anatomía de la vulva y la vagina, de todas las partes que son susceptibles de producir placer (y en el mejor de los casos orgasmos).

 

Para la mayoría de mujeres, la entrada y el primer tramo del conducto vaginal son las zonas más sensibles, las más cercanas al despliegue interno del clítoris, mucho más grande y extendido de lo que estamos acostumbrados a creer.

 

En esta misma zona, muy cerca de la boca de la vagina y detrás del hueso pélvico, se encuentra el punto G, con una superficie más rugosa al tacto que el resto.

 

La estructura interna del clítoris tiene mucho que ver con el motivo por el cual esta área proporciona tanto placer, así que asegúrate de entender su tamaño y forma completa para que sepas con qué estás lidiando. 

 

Otras zonas sexualmente sensibles pueden ser el cuello del útero, el “punto A” o la esponja perineal. Así que familiarízate con todas ellas buscando algunos buenos diagramas de anatomía femenina. 

 

  1. Olvida lo que crees que sabes y busca lo que funciona

La comprensión de la anatomía es sólo el punto de partida. Ese mapa sólo sirve como indicador de posición general, pero cada mujer muestra sus propias variaciones en ubicación y también en gustos. Acaricia, identifica y pregunta si lo que haces se siente bien. Interpreta el mapa según el cuerpo al que te enfrentes. Experimenta con la estimulación de diferentes áreas y descubre qué es lo que da placer.

 

  1. Tómate tu tiempo

La vagina puede tardar más tiempo en calentarse que el clítoris y necesita estar bien rellena de sangre, que esta fluya a los tejidos genitales es realmente importante para que resulte excitante. Dedícale tiempo a los besos, las caricias y la estimulación del principal órgano sexual: el cerebro, antes de pasar a la penetración. La vulva cambia de apariencia, a veces por completo, para dejar claro cuando está lista. 

 

  1. Encuentra su postura favorita

Igual que pasa con las zonas a estimular, distintas personas encuentran diferentes posturas más o menos excitantes, muchas veces también en relación a su anatomía personal.

 

La posición de cowgirl inversa, con ella subida encima, sentada o a horcajadas; el misionero, con las piernas recogidas; el clásico estilo perrito, desde atrás o desde arriba según el gusto de cada una; o bien con las piernas apretadas, están entre las posturas más propensas a facilitar esa meta. Pero cada uno debe de descubrir la suya en esta aventura.

 

Por muy contraintuitivo que sea, a veces son los movimientos lentos y precisos (tan solo la punta del pene en lugar del tronco completo y hasta el fondo) lo que puede resultar más intenso.

 

  1. Respira

Conseguir que tu pareja se relaje, se olvide y pueda sentirse presente en su cuerpo es un ingrediente fundamental; que pueda concentrarse en sus sensaciones vaginales y disfrutar realmente del placer.

 

Encuentra maneras de reducir su distracción mental, como empezar con un masaje o un baño, y asegúrate de que no se van a dar interrupciones imprevistas. Escoger bien el lugar y, durante el sexo, respirar lenta y profundamente, de forma acompasada, puede ayudar a intensificar esas sensaciones. También puedes probar a cubrir sus ojos y oídos con tus manos para aislarla sensorialmente (si esto es lo que le gusta a ella). 

 

  1. Ve despacio, al menos al principio

Damos por hecho que cuando uno está cerca de alcanzar el orgasmo lo mejor es aumentar la velocidad y la fuerza, y si bien este puede ser, efectivamente, el método preferido por algunas personas, para muchos demasiada presión y fricción durante demasiado tiempo puede adormecer los extremos de sus nervios y amortiguar la sensación o bien resultar incómodo. Por muy contraintuitivo que sea, a veces son los movimientos lentos y precisos (tan solo la punta del pene en lugar del tronco completo y hasta el fondo) lo que puede resultar más intenso.

 

  1. El bendito suelo pélvico

Nos hartamos de repetirlo. No hay que descuidar el suelo pélvico pues su buen estado no reporta más que beneficios. Un suelo pélvico bien tonificado le permitirá aferrarse con más fuerza al pene, amplificando las sensaciones dentro de su vagina, mientras que a él le ayudará a sostener su erección y controlar mejor su eyaculación.

 

Consideraciones finales

  • Dado que un orgasmo es básicamente una serie de contracciones musculares, tener un suelo pélvico tonificado es importante para que estas contracciones musculares puedan producirse.

 

  • Es posible que a pesar de seguir todas estas recomendaciones aun así no hayas conseguido proporcionar ese orgasmo vaginal tan glorificado. Esperamos que al menos el viaje te haya resultado divertido e instructivo.

 

  • Para la mayoría de mujeres, sencillamente, este tipo de orgasmo no es asequible y muchas no llegan a conocerlo salvo en raras ocasiones, mientras otras, con mayor facilidad, lo dan por hecho. Poco importa pues, recuerda que: llegues o no llegues a conseguirlo lo importante es disfrutar de todo el sexo que tendrás intentando hacerlo. Vas a aprender muchas cosas acerca del cuerpo y del placer a lo largo del camino. Y eso es lo que cuenta.

 

¡Hasta el próximo artículo!

 

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

 

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