La parafimosis o tumefacción dolorosa del prepucio distal -su nombre médico- es el estado en el que el prepucio (capa de piel que cubre la punta del pene), una vez retraído sobre el glande, no puede regresar a su posición normal, formando un anillo de constricción que empeora progresivamente por el edema o hinchazón dolorosa del pene, además del deterioro del flujo sanguíneo. La parafimosis es considerada una situación de emergencia que, de no atenderse, puede causar gangrena. ¿Cuál es el tratamiento para la parafimosis disponible en México? Esta estrangulación se puede aliviar de diversas formas, pero una recomendación básica es: acude con un especialista.
¿Qué es la parafimosis?
Esta condición se relaciona con dos partes de la anatomía genital masculina: el glande y el prepucio.
¿Qué es el glande?
El glande es la punta o parte final del pene. Cuando se produce la excitación, el glande se hincha y se convierte en la zona más abultada y sensible del pene para facilitar la penetración. Por la parte baja y más ancha, se une al prepucio por medio de un pliegue de piel llamado frenillo, que se encarga de retraer y estirar el prepucio nuevamente para cubrir el glande.
¿Qué es el prepucio?
El prepucio es la capa de piel que envuelve el glande y que se retrae cuando el pene está en erección, como una especie de capucha. Es posible que algunos hombres no identifiquen físicamente el prepucio, ya sea por haber sido circuncidados al nacer (extirpación quirúrgica de la piel que cubre la punta del pene) o porque nunca vieron a otro varón no circuncidado. En algunos hombres, el orificio prepucial es demasiado pequeño y dificulta la salida del glande, presionándolo y causando un dolor agudo. Esto se conoce como fimosis.
Cuando el prepucio se queda por detrás del glande, estrangulándolo con dolor, se llama parafimosis.
¿Parafimosis o fimosis?
La parafimosis no debe confundirse con fimosis. Esta última se define como la estrechez de la abertura del prepucio, lo que impide descubrir el glande total o parcialmente. Es una afección en la cual el prepucio en hombres no circuncidados, no puede liberar o descubrir la cabeza del pene, lo que genera molestias o dolor al orinar, infecciones frecuentes y dolor durante las erecciones.
Muchas madres identificarán este problema pues es común en niños pequeños o bebés. El pediatra suele incluir en su rutina de revisión el asegurarse de que, al retraer el prepucio, el glande quede al descubierto por completo. De no ser así, se diagnostica fimosis en el infante. Este trastorno dificulta la higiene del pene y en la vida adulta, puede causar dolor en las relaciones sexuales, durante la penetración.
Causas de la fimosis
La fimosis puede ser de nacimiento (congénita) o adquirida en la adultez. Existen dos causas para la aparición de la fimosis en adultos: un prepucio estrecho que se acentúa al empezar la vida sexual activa o bien, infecciones genitales recurrentes, como balanopostitis (infección del glande y el prepucio), que causa hinchazón y posterior cicatrización del prepucio.
Los signos comunes de la fimosis son:
- Relaciones sexuales dolorosas.
- Problemas para orinar.
- Balanitis, que es la inflamación del prepucio y glande o bálano. Más común en hombres sin circuncisión. Las causas pueden ser desde enfermedades de la piel, infección, higiene deficiente, hasta diabetes sin control o irritación por jabones fuertes, entre otras. Los síntomas incluyen dolor, enrojecimiento y una secreción fétida del prepucio.
- Adherencias en la zona que une el prepucio y el glande.
- Parafimosis, cuando el glande está dilatado y erecto y se intenta pasar por el anillo del prepucio, pero no puede volver a su lugar, o cuando el glande está inflamado y se fuerza su paso por el anillo del prepucio, no pudiendo éste volver a su posición normal aún con el pene en reposo. Esta se considera una urgencia médica.
Como hemos visto, la fimosis y parafimosis son afecciones distintas. La segunda es un síntoma de la primera y es una enfermedad que afecta únicamente a individuos que no han pasado por la circuncisión (extirpación quirúrgica del prepucio).
Si el prepucio se queda detrás de la cabeza del pene (glande) y no es posible regresarlo a su posición normal, hay que acudir de inmediato a urgencias.
La emergencia ocurre debido a que el anillo de piel que está por debajo de la cabeza del pene, causa una congestión venosa, lo que a su vez produce edema e inflamación (crecimiento) del glande. A medida que la condición progresa, es decir, empeora, se corre el peligro de sufrir una oclusión arterial y en casos muy graves, necrosis de la piel y/o el glande.
¿Cómo es el tratamiento para la parafimosis disponible en México?
Para diagnosticar la parafimosis no son necesarias pruebas clínicas. Basta una exploración visual por parte del médico. Lo que sí es importante, es que sea un especialista, en este caso, un urólogo, ya que el pene y especialmente el glande, son zonas muy sensibles. Un mal manejo del prepucio retraído, podría causar una herida sumamente dolorosa. Además, es posible que se requiera algún tipo de anestesia local.
Si llega a presentarse un caso de parafimosis en adultos o niños, lo mejor es que se acuda a un especialista.
¿Cuáles son los síntomas de parafimosis?
Los síntomas de parafimosis son muy evidentes. En primer lugar, se debe comprobar que, efectivamente, el prepucio no se puede devolver a su posición normal -cubriendo el glande-. También es posible observar que al retraer el prepucio o llevarlo hacia atrás, el glande se hinche; desde luego habrá dolor y si el estrangulamiento del glande es fuerte o prolongado, éste cambiará de color, pasando de un color rojo oscuro o azulado.
El primer paso del tratamiento de la parafimosis, es intentar bajar la hinchazón del pene. Esto se puede conseguir presionando con la mano por un rato, poniendo un vendaje con cierta presión o bien, colocando hielo en la zona.
Una vez desinflamado el glande, debería ser fácil colocar el prepucio en su lugar. Pero de no ser posible, lo que sigue es que el médico realice un pequeño corte en el prepucio para liberar el glande. Desde luego nadie quiere someterse a un procedimiento invasivo en sus preciados genitales, no sólo por el dolor momentáneo, sino por el posible posterior ardor al orinar o por tener que esperar a que la pequeña herida sane, para retomar la función sexual sin temor a lastimarse.
Un curioso remedio
Desde luego no hablamos de remedios caseros, pero en una publicación de la Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica que habla sobre parafimosis, se menciona un “método osmótico” para tratar la parafimosis. Se trata de un estudio en una pequeña muestra de 3 pacientes mediante la aplicación de azúcar sobre el glande y prepucio. Sí, azúcar. El emplaste se dejó a los pacientes por un periodo de 1 a 2 horas, hasta observar la reducción del edema.
Se consiguió la reducción de la parafimosis en los 3 casos. Sólo por curiosidad científica, explicamos el procedimiento: se aplicó sobre el pene y prepucio de cada individuo, una gasa estirada colocando una gruesa capa de azúcar de mesa sobre toda la circunferencia peneana y envolviendo el pene con las gasas. Se comprobó la evolución clínica con reducción del edema, arrugas en la mucosa y humedad del azúcar. Luego se lavó el pene y se procedió a la maniobra de reversión con excelentes resultados.
Desde luego no es el método más rápido ni ortodoxo, pero sí es un dato curioso.
Si el paciente decide acudir a un hospital o consultorio -hablamos más de hombres adultos- y los métodos de desinflamación no surten efecto o hay mucho dolor, habrá que recurrir a la anestesia.
Sin ánimo de asustar, sólo con fines informativos, el proceso de bloqueo peneano se lleva a cabo de la siguiente manera: se infiltran los nervios peneanos tan cerca de la base como sea posible, con la aguja se realiza un aspirado para verificar que no se está afectando ningún vaso sanguíneo y se inyecta lidocaína a ambos lados del pene. Aunque no parezca, esto se realiza para mayor comodidad del paciente.
El tratamiento definitivo para la parafimosis: circuncisión
Cuando la parafimosis puede causar un daño grave en el pene, lo recomendable es una intervención quirúrgica de urgencia para extraer el prepucio. Este procedimiento se conoce como circuncisión.
¿Cómo se realiza una circuncisión?
La circuncisión es una sencilla operación para retirar la piel que cubre el glande (punta del pene). Suele ser un procedimiento bastante frecuente en recién nacidos en varias partes del mundo, incluido México. También puede realizarse en niños más grandes o adultos por motivos religiosos, de tradición familiar o de salud, como es el caso de la parafimosis. Sin embargo, existe la creencia de algunas personas, que retirar el prepucio es una mutilación o que restará sensibilidad en el pene. Es una decisión muy personal, para algunos innecesaria, pero para quien padece fimosis o parafimosis, puede ser la mejor alternativa.
De acuerdo con información proporcionada por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la circuncisión:
- En recién nacidos, se realiza por motivos familiares, sociales o religiosos o bien, si el bebé no puede orinar por tener un prepucio muy cerrado.
- Aunque el glande queda expuesto al retirar el prepucio, médicos y pacientes afirman que no hay pérdida de la sensibilidad.
- Si la circuncisión es realizada por un especialista -urólogo y/o cirujano con experiencia-, no debería haber consecuencias negativas en la función eréctil.
- La mayoría de los varones no circuncidados, rara vez presentan problemas con su prepucio.
- La circuncisión por sí misma no mejora la salud. El prepucio es una parte importante del cuerpo cuya función es proteger el glande.
- No existe una edad específica para la circuncisión.
La misma institución recomienda realizar una circuncisión si:
- Al cumplir el primer año, el prepucio del bebé está demasiado cerrado y cubre el pene por completo.
- Existen problemas para orinar (un prepucio muy cerrado puede causar obstrucción urinaria).
- Se acumula mucha grasa debajo del prepucio cerrado (esmegma) y es causa de infecciones y obstrucción urinaria.
- Se presentan infecciones, irritación o enrojecimiento del prepucio.
Finalmente, el ISSSTE informa que:
- La circuncisión por sí misma no previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Usa condón.
- Circuncidado o no, el hombre debe mantener una higiene adecuada. Esto implica bajar el prepucio (en no circuncidados) para lavar el glande y el cuerpo del pene con agua y jabón. Los padres deben inculcar en sus hijos hábitos de higiene en todas las zonas de su cuerpo.
Por su parte, Mayo Clinic indica que muchas veces, existe una necesidad médica de realizar la circuncisión, tal es el caso de la fimosis y parafimosis.
La circuncisión podría tener algunas ventajas como:
- Higiene más sencilla.
- Menor riesgo de padecer infecciones urinarias. Estas infecciones son más frecuentes en hombres no circuncidados.
- Prevención de problemas en el pene como fimosis y parafimosis.
- Menor riesgo de padecer cáncer de pene. Si bien el cáncer de pene es sumamente raro, los hombres no circuncidados pueden ser más propensos.
Consideraciones finales
Los riesgos siempre se pueden evitar con el cuidado adecuado del pene.
Además, afirman los expertos en salud sexual masculina, que la circuncisión no afecta la fertilidad y, en general, no aumenta ni disminuye la sensibilidad del glande ni el placer sexual para los hombres o sus parejas. Mucho menos produce disfunción eréctil, ya que no tiene relación alguna con la vascularidad ni la anatomía interna del pene.
El tratamiento para la parafimosis en México está disponible tanto en clínicas privadas como en instituciones de salud pública. Lo importante es siempre acudir con un especialista.
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Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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