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¿Cómo se relaciona el Parkinson y sus medicamentos a la sexualidad masculina?

Recientemente, los actores Michael J. Fox y Christopher Lloyd, protagonistas de “Volver al Futuro”, se presentaron en la Comic Con en Nueva York. La noticia se volvió tendencia no sólo por la nostalgia de los fans, sino por el impacto que causó el avanzado Parkinson que padece Michael J. Fox. La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso. La falta de control en el movimiento, se debe a la pérdida de las neuronas que producen dopamina. Los efectos secundarios de algunos medicamentos contra la enfermedad de Parkinson, pueden interferir en la vida sexual del paciente. ¿Cómo se relaciona el Parkinson y sus medicamentos a la sexualidad masculina? ¡Acompáñanos a conocer las respuestas!

Los medicamentos y sus efectos en la sexualidad

Michael J. Fox fue diagnosticado con Parkinson en 1991, a los 29 años de edad. Al respecto, el actor dijo: “El Parkinson es un regalo que no cambiaría por nada…No se trata de lo que tengo, se trata de lo que me han dado: la voz para hacer esto y ayudar a la gente”. 

Fox fundó una organización llamada “Michael J. Fox Foundation” para apoyar a personas que padecen esta enfermedad, cuyos efectos físicos y psicológicos pueden ser devastadores.

Las afectaciones a la vida sexual, van más allá de la disautonomía -falta de control en los músculos-. Los medicamentos contra la enfermedad de Parkinson, básicamente agonistas dopaminérgicos (L-DOPA), tienen efectos secundarios tanto en la sexualidad como en otras áreas del cerebro no relacionadas con el impulso sexual.

Es por eso que la administración de fármacos para tratar la enfermedad de Parkinson, debe ser estrictamente controlada por un médico. Además, los familiares y círculo cercano a los pacientes con Parkinson, deben informarse sobre todo lo que implica esta enfermedad, pues no resulta sencillo lidiar con un estado de ánimo bajo, la rigidez, los temblores y el trastorno de hipersexualidad causado por las altas dosis de dopamina. 

¿Cómo es la enfermedad de Parkinson?

La Federación Española de Parkinson define a esta enfermedad como “un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Se caracteriza por la pérdida o degeneración de neuronas en la sustancia negra, una estructura situada en la parte media del cerebro. Esta pérdida provoca una falta de dopamina en el organismo, un neurotransmisor encargado de transmitir la información necesaria para que realicemos movimientos con normalidad. La falta de dopamina hace que el control del movimiento se vea alterado, dando lugar a los síntomas motores típicos, como el temblor en reposo o la rigidez.”

Hasta hoy, se desconocen las causas exactas de esta enfermedad, pero con base en la observación de los pacientes, se cree que podría obedecer a una combinación de factores genéticos (aunque no se considera una enfermedad hereditaria), medioambientales (exposición a pesticidas y herbicidas) y de envejecimiento del organismo.

De acuerdo con Mayo Clinic, la presencia de cuerpos de Lewy (masas de sustancias específicas dentro de las neuronas cerebrales) podría ser un indicador de la enfermedad de Parkinson.

La prevalencia de la enfermedad de Parkinson es mayor en varones y suele diagnosticarse entre los 50-60 años. Sin embargo, esta patología puede detectarse antes de dicha edad -como es el caso de Michael J. Fox-. Se denomina enfermedad de Parkinson de Inicio Temprano.

Síntomas

Entre los principales síntomas y complicaciones que enfrentan quienes padecen esta enfermedad, figuran:

    • Temblores 
    • Movimientos lentos (bradicinesia) 
    • Rigidez muscular 
    • Deterioro de la postura y el equilibrio 
    • Pérdida de los movimientos automáticos (parpadeo, sonrisa o movimiento de los brazos al caminar).
    • Cambios en el habla (hablar suave o rápidamente, proferir insultos, dudar antes de hablar, discurso más monótono).
    • Cambios en la escritura 
    • Dificultad para pensar y problemas cognitivos (demencia) en las etapas más avanzadas.
    • Depresión y cambios emocionales
    • Problemas de deglución, masticación y babeo, que puede ocasionar atragantamiento y mala nutrición.
    • Problemas para dormir y trastornos del sueño: despertarse frecuentemente durante la noche o muy temprano, sueños vívidos o quedarse dormido durante el día. 
    • Incontinencia urinaria o dificultad para orinar.
    • Estreñimiento. 
    • Disminución de la presión arterial (hipotensión ortostática).
    • Disfunción del olfato.
    • Fatiga.
    • Dolor.
    • Disfunciones sexuales: disminución del deseo y el rendimiento sexual, disfunción eréctil o eyaculación precoz.

¿Cómo afecta el Parkinson a la sexualidad masculina?

En el portal “Conoce el Parkinson”, proyecto divulgativo de la Fundación Degén que se dedica a la investigación de enfermedades neurodegenerativas, se responde a las dudas de pacientes con Parkinson y sus parejas, con respecto a cómo es la vida sexual durante el desarrollo de esta enfermedad.

Es importante diferenciar entre la sexualidad, que se refiere a todos los comportamientos sexuales como la expresión, orientación, actitudes, etc. y las relaciones sexuales, que es el acto mismo

Ambas se ven seriamente afectadas tanto por los síntomas como por los medicamentos para tratar la enfermedad de Parkinson.

Es lógico que síntomas como los temblores, la rigidez o la lentitud en los movimientos, dificulten las relaciones sexuales, especialmente en estados avanzados de la enfermedad. 

Sin embargo, éstas no son las únicas limitantes; la enfermedad de Parkinson incluye síntomas no motores (dolor, depresión, fatiga o disautonomía -una disfunción de los nervios que regulan las funciones no voluntarias como frecuencia cardíaca, presión arterial o sudoración, entre otras-) que pueden causar otros problemas como disfunción eréctil, eyaculación precoz o deseo sexual hipoactivo, además de la llamada hipersexualidad, asociada a los medicamentos dopaminérgicos para controlar los síntomas motores y algunos psicológicos.

Por otro lado, la falta de autoestima y angustia que genera este padecimiento, va alejando a las personas de las relaciones íntimas. 

Como hemos dicho en otras ocasiones, el contacto íntimo fortalece los lazos en la pareja, privarse de éste es renunciar a un aspecto muy importante para nuestra calidad de vida. Es por eso que una situación tan difícil, requiere de todo el apoyo de nuestros seres queridos. 

La pareja, particularmente, suele hacer a un lado sus propias necesidades para convertirse en cuidador, un rol muy difícil que sólo se sobrelleva gracias al amor y la comunicación.  

Las manifestaciones de afecto no tienen por qué cesar a pesar de la enfermedad. Si el paciente encuentra en su pareja comprensión y generosidad, sus altas y bajas pueden ser más llevaderas. 

Es conveniente que tanto el cónyuge como el paciente, acudan a terapia. Asimilar los cambios en la dinámica de pareja que se dan a partir del diagnóstico de esta enfermedad, no es fácil. La relación íntima que existe entre pares, se convierte en algo similar a la relación de “padre-hijo”, lo que disminuye el atractivo físico y, por tanto, el comportamiento sexual. Hay que buscar ayuda profesional en favor de conservar el vínculo afectivo.

¿Cómo afectan los medicamentos para el Parkinson la sexualidad masculina?

Desafortunadamente, la enfermedad de Parkinson no tiene cura. Sin embargo, los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas motores. Se trata de fármacos que incrementan o sustituyen la generación natural de dopamina en el cerebro.

Las personas con enfermedad de Parkinson, presentan bajas concentraciones de dopamina, la cual hay que reemplazar de manera externa. 

Aunque estos medicamentos mejoran considerablemente los síntomas, con el tiempo, los beneficios disminuyen, y desde luego no están exentos de efectos secundarios adversos.

La elección del fármaco y la dosis, dependerá de la edad, las características clínicas, el grado de avance de la enfermedad y los trastornos asociados, por lo que muchas veces se emplea una combinación de medicamentos que ayuden a un mejor control del padecimiento.

La Federación Española de Parkinson menciona entre los principales tratamientos farmacológicos:

  • Precursores de dopamina (Levodopa). Es un fármaco que se transforma en dopamina en el organismo. Su efectividad se ve reducida con el paso de los años.


  • Inhibidores de la MAO-B/COMT. Permiten aumentar la disponibilidad de la dopamina en el cerebro al inhibir las enzimas que la degradan, como las denominadas MAO-B/COMT.


  • Agonistas de la dopamina. Imitan a la dopamina natural activando sus receptores. Son eficaces para controlar los síntomas en estados iniciales. Pueden administrarse solos o en combinación con dosis bajas de Levodopa para reducir sus efectos secundarios.


  • Anticolinérgicos. Reducen o anulan los efectos del neurotransmisor acetilcolina, ayudan a reducir el temblor y la rigidez, así como el exceso de salivación.


  • Amantadina. Aumenta la liberación de dopamina y disminuye las discinesias (movimientos anormales e involuntarios sobre todo de la musculatura orofacial).

Entre los efectos secundarios de los medicamentos sustitutivos de dopamina, el más conocido es la hipersexualidad o falta de control de los impulsos sexuales. Este aumento exacerbado de la libido puede llevar a comportamientos como el consumo de prostitución o de pornografía.

Cabe aclarar que no todos los pacientes presentan los mismos efectos secundarios o con igual intensidad

La hipersexualidad es el principal efecto secundario sobre la salud sexual masculina que tienen los medicamentos para el Parkinson

Entre los efectos secundarios de algunos medicamentos para la enfermedad de Parkinson se encuentra un aumento de la libido que va más allá de sus parejas sexuales. Este puede ser un problema muy grave a nivel personal, familiar y social, por lo que se debe informar al médico sin sentir vergüenza.

Parkinson’s Foundation (PF) informa con base en estudios recientes: “los comportamientos impulsivos seriamente discapacitantes pueden ocurrirle a entre el 3 y el 5% de los pacientes con enfermedad de Parkinson, independientemente de la etapa en la que se encuentren”.

“Algunos medicamentos antiparkinsonianos juegan un papel importante en el desarrollo de los trastornos del control de impulsos, por eso es de suma importancia que los profesionales clínicos examinen esta posibilidad, y que los pacientes y sus familiares reporten de inmediato al médico cualquier inquietud o cambio en el comportamiento.” 

Trastorno del control de impulsos

Entendemos por “trastorno del control de impulsos” a la incapacidad de resistirse a un impulso, instinto o tentación que puede ser dañina tanto para el individuo como para otras personas, particularmente su círculo cercano.

Al tener un “exceso” de dopamina, neurotransmisor que produce la sensación de placer y gratificación en el cerebro, los comportamientos anormales suelen estar motivados por la búsqueda de estas sensaciones.

Las personas con Parkinson, suelen buscar esa gratificación en el sexo, los juegos de azar o la adicción (abuso) de los medicamentos antiparkinsonianos. Otras conductas expansivas pueden ser las compras compulsivas o las comilonas patológicas.

De acuerdo con la PF, los problemas de comportamiento son más comunes en varones y en pacientes con Parkinson de inicio temprano. Con frecuencia se presenta más de un trastorno del control de impulsos a la vez, además de síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios y cambios en el estado de ánimo (depresión o ansiedad). 

La compulsión patológica por los juegos de azar (casinos, loterías, rifas, todo tipo de apuestas y juegos de internet o televisión), al igual que otras conductas elevadas, puede tener consecuencias catastróficas. En este caso, las pérdidas económicas pueden representar la bancarrota, así como la destrucción de carreras y familias, incluso llegar al suicidio.

Hipersexualidad

En cuanto a la hipersexualidad, puede manifestarse con pensamientos impertinentes, comentarios inoportunos de tipo sexual o comportamientos sexuales explícitos. Está por demás decir que resultan inapropiados y a menudo, ofensivos. 

También puede haber una mayor exigencia de actividad sexual con la pareja o bien, intentos de actividad sexual indiscriminada. 

Algunos pacientes pueden incurrir en hábitos que no tenían antes de la enfermedad, como ver pornografía, pagar por sexo, actividades sexuales en internet o desarrollar parafilias como exhibicionismo, travestismo o sadomasoquismo, por mencionar sólo algunas. 

La hipersexualidad muchas veces se presenta con otras conductas perturbadoras: irritabilidad, ira, inestabilidad del ánimo e interrupción del sueño.

En casos severos de trastornos del control de impulsos, la solución podría ser retirar el medicamento progresivamente y probar tratamientos alternativos, o bien, recurrir a la cirugía, que consiste en la implantación de electrodos en un área concreta del cerebro para administrar estimulación eléctrica. Los electrodos se conectan a un neuroestimulador en el tórax (tipo marcapasos). 

La estimulación cerebral profunda (ECP), como se denomina este tratamiento, es un procedimiento reversible que puede ajustarse o interrumpirse de forma no invasiva. No es una cura, pero mejora los síntomas motores y puede reducir las discinesias, para dar una mejor calidad de vida al paciente.

Consideraciones generales

Finalmente, es necesario advertir que, al igual que algunas drogas que generan dopamina (cocaína, metanfetamina, éxtasis, tabaco, alcohol, heroína, etc.) los medicamentos contra el Parkinson pueden producir adicción.

“Existe un patrón frecuente de uso inapropiado y excesivo de los medicamentos antiparkinsonianos, junto con comportamientos de búsqueda de drogas, tolerancia y dependencia psicológica”, indica la PF

La ciencia sigue avanzando y gracias a la constante investigación, es posible que, en un futuro no lejano, se disponga de algún tratamiento para la enfermedad de Parkinson con menos efectos adversos.

Por lo pronto, los médicos pueden ayudar a que sus pacientes disfruten de relaciones sexuales de mejor calidad, entendiendo cómo se relaciona el Parkinson y sus medicamentos a la sexualidad masculina.

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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