Se suele dar por hecho que a todos los hombres les fascina el sexo y que las relaciones sexuales se les dan automáticamente, con total naturalidad. Pero en realidad, no es así. Los hombres pueden tener miedos ocultos con respecto al sexo: fallar, no satisfacer a la otra persona, el tamaño del pene…en fin, son humanos. ¿Qué temen los hombres del sexo? En este artículo revelamos cuáles son los miedos ocultos masculinos y cómo afectan a sus relaciones. Los expertos nos explican cómo vencerlos. ¡No dejes de leer lo que sigue!
El miedo al sexo, ¿es normal?
Los seres humanos tenemos miedos e inseguridades. Esto es normal y no nos hace menos valiosos o capaces.
Los hombres en particular, pueden sufrir de una gran presión social que los “obliga” a parecer fuertes en todo momento, viriles, inquebrantables, exitosos y seguros de sí mismos.
Los psicólogos advierten sobre el peligro de no externar las emociones, ya que, problema del que no se habla, problema que no se resuelve. Y los temores sexuales son de los temas que más tienden a ocultarse.
Muchas veces, las relaciones sexuales producen más ansiedad que placer. En este blog hemos hablado mucho del “temor al desempeño”. Los hombres sufren calladamente el miedo a no cumplir con las expectativas de la pareja y de ellos mismos.
¿A quién no le ha ocurrido el famoso “gatillazo” o la pérdida de la erección en pleno acto sexual?
Estas son las inseguridades más comunes, pero cuando el miedo a las relaciones sexuales se sale de control, es una patología que requiere atención profesional.
Se llama erotofobia y según los expertos de Boston Medical Group, es un miedo asociado a una amplia gama de fobias que causan un intenso temor al sexo, pero también a la disfunción sexual. Esta condición puede llegar al pánico cuando se intenta tener relaciones.
La erotofobia tiene que ver con las expectativas propias y ajenas, la presión social o experiencias traumáticas del pasado, entre otras causas. Afortunadamente, tiene tratamiento.
Independientemente del origen, el miedo patológico a las relaciones sexuales puede causar severos daños a las relaciones interpersonales y desde luego, a la salud sexual. Quien lo padece, puede llegar a aislarse con tal de evitar el contacto íntimo y las conexiones amorosas que impliquen tener sexo.
Un médico especialista en salud mental como el psiquiatra o el terapeuta sexual, son los profesionales indicados para ayudar a cambiar los patrones de pensamiento que tienen un impacto negativo en la calidad de vida de la persona.
Pero más allá de las “fobias”, existen otros miedos ocultos masculinos que también afectan las relaciones. Estos temores son mucho más comunes de lo que se cree; de hecho, todos o casi todos, los han padecido en algún momento.
Un círculo vicioso
¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Expliquemos esto de la forma más sencilla.
Los trastornos sexuales más comunes como son la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o la falta de apetito sexual, pueden tener un origen psicológico: estrés, depresión, problemas de pareja, entre muchos otros.
Pero al mismo tiempo, estas disfunciones afectan gravemente el estado emocional de la persona, impidiendo que se encuentre una solución, al menos por cuenta propia. Será necesario el apoyo del experto en salud sexual.
El sexo, como sabemos, es un maravilloso remedio contra el estrés, por la gran cantidad de químicos cerebrales que genera, porque fortalece la conexión íntima y de confianza con la pareja y también porque nos eleva la autoestima. Sentirse atractivo, deseado y viril, se refleja en todos los aspectos de la vida.
Pero si el sexo no es satisfactorio por la razón que sea, produce lo contrario: ansiedad, miedo, inseguridad o frustración.
Cuando nos sentimos muy estresados o tristes, lo último que se antoja es tener relaciones sexuales. Aunque también es cierto que, para muchos hombres, el sexo es un “relajante” natural y una forma de aliviar el estrés. Eso sí la salud sexual es óptima.
Para que las relaciones sexuales sean 100% satisfactorias, deben coincidir muchos factores: salud física y mental, una buena relación de pareja, autoestima, el lugar y momento adecuados, la disposición de la pareja, etc.
Cuando uno de estos aspectos se altera, es decir, que surge algún conflicto o malestar relevante, el deseo sexual disminuye o desaparece y el miedo se apodera de la cama.
El ritmo de vida actual, los problemas económicos o el estilo de vida nada saludable (mala alimentación, sedentarismo, sobrepeso, tabaquismo, alcohol, etc.) entre otros factores, son el caldo de cultivo perfecto para las disfunciones sexuales que, a su vez, causan dolor, depresión, angustia y afectan todo a nuestro alrededor.
Te invitamos a que sigas con la lectura aquí: Disfunción eréctil por estrés. ¿Cómo solucionarla?
¿Una nueva amenaza a la masculinidad?
Desde la aparición de la píldora anticonceptiva a finales de los años 60, la actitud de las mujeres ante el sexo, cambió.
Uno de los temores más importantes de los hombres de aquel entonces (más conservadores y acostumbrados a una cultura machista donde el hombre es el “dominante”) se hizo realidad: las mujeres empezaron a exigir placer, un extraordinario desempeño sexual e igualdad de condiciones en la cama.
Histórica y culturalmente, la hombría ha sido directamente proporcional al tamaño del pene y al desempeño sexual; es por eso que la reacción de un hombre incapaz de satisfacer sexualmente a una mujer, puede ir desde el miedo o la depresión, hasta la violencia.
Décadas atrás, las mujeres estaban acostumbradas a meter debajo de la alfombra su insatisfacción y centrarse en lo emocional: el amor, las tareas cotidianas, los hijos o el apoyo mutuo.
Ellas solían aceptar con resignación la insatisfacción, “así es el matrimonio”. Sorprendería saber cuántas mujeres de esas generaciones e incluso de hoy en día, nunca han experimentado un orgasmo.
Pero un día las mujeres se despertaron. Los cambios político-sociales, la contracultura surgida en los años 60 y 70 y los avances en la ciencia, las impulsaron a tomar el control de sus cuerpos y de su placer.
Hoy, una mujer, tenga la edad que tenga, ya no se conforma con sentirse a medias. Ellas saben que tienen el mismo derecho a la satisfacción sexual que sus compañeros varones ¡y lo exigen!
A este reclamo de goce sexual, sumemos el empoderamiento de las mujeres en el plano laboral, económico, social y su participación cada vez más activa en ámbitos como la política.
¿Cómo no sentirse intimidado ante este panorama? Los varones han tenido que adaptarse a este nuevo modelo de mujer que les pide a ellos ser mejores hombres en el sentido humano, pero no necesariamente en la cama. De hecho, esta igualdad debería permitir ser más abiertos en cuanto a nuestros temores sexuales, hablarlos, mostrar nuestras emociones y vulnerabilidad. Seguramente lo único que encontremos, sea empatía y comprensión.
Los tiempos han cambiado, las sociedades evolucionan constantemente y nuestros antiguos modelos de comportamiento ya no funcionan. Hoy, lo que entendemos por masculinidad implica ver con naturalidad lo que antes nos intimidaba.
Sigue leyendo en este enlace: El poder sexual de las mujeres, ¿amenaza nuestra masculinidad?
¿Qué temen los hombres del sexo?
Una investigación realizada por la sexóloga Jenny Marques Corp, doctora en conducta humana y miembro de la Junta Americana de Sexología, reveló que el tamaño del pene, la eyaculación precoz y las inconformidades físicas son algunos de los temores más comunes de los hombres en la intimidad.
Este “Estudio Internacional de Autoestima, Placer y Sexualidad” arroja también algunas cifras muy significativas. Por ejemplo:
- Casi el 65% de los hombres piensa en el tamaño de su pene y su rendimiento sexual durante las relaciones sexuales, lo cual causa mucho estrés.
- 80% de los varones cambiarían el tamaño de su pene si pudieran, les gustaría tener un cuerpo más atlético o durar más en la cama.
- Los hombres van a la cama con miedo a “ser supervisados” en su rendimiento o ser juzgados por sus características físicas (como el tamaño o apariencia del pene).
Y aquí algunos de los datos más sorprendentes:
- 83% de los encuestados manifestó haber presentado disfunción eréctil o eyaculación precoz “con una frecuencia intermedia o alta”, es decir, más de una vez.
- Casi el 73% admitió haber perdido la erección al momento de penetrar.
“Esto confirma que es absolutamente normal que situaciones así se presenten en la vida masculina y que el hombre tiene que incorporarlo como algo que puede pasar, sin que eso siga afectando su ego o su masculinidad. Por el contrario, lo invita a entender su sexualidad, su funcionamiento”, explica la Dra. Marques.
El sexo debería ser un signo de salud y bienestar general, debe ser placentero. Cuando algo no sale bien, es lógico que queramos alejarnos de lo que nos hace sentir angustia.
Pero como explica la experta autora del estudio, los hombres no suelen hablar de sus miedos sexuales. “Si vienen a terapia por algún tema sobre su sexualidad, no siempre lo dicen directamente, sino que en algún punto lo mencionan o comienzan a dar luces, o dicen frases como ‘es que me siento inseguro’, o ‘no me siento cómodo’”.
La incapacidad o falta de costumbre para comunicar sus emociones, hace que sea más complejo afrontar y solucionar los temores sexuales de los hombres.
A veces los amigos, la familia, compañeros de trabajo o hasta la misma pareja, responden a este acto de sinceridad con un chiste u otro tipo de “descalificación”. Sobra decir lo inapropiado que resulta y lo poco que ayuda a encontrar soporte.
¿Qué hacer en estos casos?
Si no se puede contar con vínculos de amistad sanos y confiables, si la situación de pareja es poco propicia para dar contención o uno solo no puede, lo mejor es acudir con un terapeuta que brinde las herramientas para abrirse a hablar del tema y encontrar las soluciones a eso que nos impide mantener relaciones sexuales plenas.
¿Cómo afectan los miedos ocultos masculinos a sus relaciones?
Según los expertos de Boston Medical Group, clínica líder en salud sexual masculina desde hace más de 25 años, una de las principales preocupaciones del hombre en el terreno sexual es el tamaño del pene.
Afirma el Dr. Jesse Jarrod Jiménez, médico cirujano especialista en uroandrología de Boston Medical Group, que la segunda pregunta más frecuente en las consultas es “¿puedo aumentar el tamaño y grosor de mi pene?”
La mayoría de estos pacientes en realidad tiene un pene de tamaño normal, pero por alguna razón, se perciben a sí mismos como “no adecuados” o simplemente, piensan que el sexo sería mejor si tuvieran un miembro más largo o grueso.
De acuerdo con Boston Medical Group, el tamaño del pene no condiciona la calidad en el desempeño, es decir, el sexo no es mejor por tener un pene más grande. Se pueden tener encuentros sexuales muy satisfactorios y placenteros, independientemente de la medida del miembro.
La sexóloga Teresa Flores, directora de comunicación de Boston Medical Group, confirma lo anterior: “el tamaño promedio de un pene es cuatro veces mayor a lo biológicamente necesario para practicar el coito y la fecundación. A pesar de esto, el 45% de los hombres a nivel mundial, se siente insatisfecho con el tamaño de su miembro.”
Algunas mujeres -y hombres- piensan que un pene grande brinda una mejor estimulación a la mujer, pero esto es relativo, ya que el órgano sexual femenino más sensible es el clítoris, que se sitúa fuera de la vagina.
Si quieres leer más sigue aquí: Tamaños del pene. ¿Qué lugar ocupan los penes mexicanos en el ranking mundial?
La pornografía
La pornografía pone la vara muy alta. Si esa es la referencia con la que “mal aprendieron” cómo debe ser un hombre en el sexo, seguramente saldrán “mal parados”.
Esos actores con pene gigante y cuerpo perfecto que logran eternos y explosivos encuentros sexuales, no deben ser un estándar. Ese sexo no es real. Los patrones establecidos por los videos para adultos producen inseguridad, insatisfacción y frustración al no alcanzar semejantes expectativas.
A todos nos gustan los aplausos y la cama no es la excepción. Todos aspiramos a ser buenos amantes, hombres y mujeres, es más, los mejores amantes en la vida de nuestra pareja. Y buscamos el orgasmo como la prueba del éxito.
Este nivel de autoexigencia sólo genera estrés e inseguridad. Los miedos sexuales sin duda afectan la respuesta sexual, produciendo disfunciones como bajo deseo sexual, anorgasmia, eyaculación precoz y fallas en la erección.
Además, experimentamos sentimientos de culpa, vergüenza, frustración y tristeza, lo que dificulta aún más lograr relaciones sexuales satisfactorias.
El portal británico Superdrug Online Doctor llevó a cabo una encuesta con 2.000 hombres de Estados Unidos y Europa para consultar los principales miedos masculinos en el sexo.
Estos son los resultados:
Enfermedades de Transmisión Sexual
Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son uno de los principales temores de los hombres en el sexo, independientemente de sus preferencias sexuales. Sin duda es un miedo racional, pero de los más controlables.
Basta con usar condón, acudir a revisiones periódicas y no tomar riesgos innecesarios. Mantenerse informado, preguntar sin miedo los antecedentes del otro y practicar siempre sexo seguro es la forma de eliminar este temor.
Miedo a no satisfacer a la pareja
“Si ella no llega al orgasmo, no soy buen amante”, es un pensamiento muy común. Pero recordemos que “el orgasmo es de quien lo trabaja”.
El hombre no es responsable de llevar al clímax a la mujer. Cada uno es responsable de su placer. Si bien la empatía y la comunicación son importantes, tampoco hay que obsesionarse con el orgasmo.
El orgasmo no es garantía de relaciones sexuales 100% satisfactorias. No debe ser la meta. También cuentan la conexión entre ambas personas, los preliminares, o el momento postcoito, entre otros aspectos.
La recompensa a un buen estado de salud física, mental y una buena comunicación de pareja, son las relaciones sexuales donde ambos quedan satisfechos. En caso de requerir ayuda profesional, no tengas miedo de acudir con un experto en salud sexual masculina.
Miedo a un embarazo no deseado
Que se rompa el condón o que ella “mienta” sobre si usa un método anticonceptivo, es otro de los temores más comunes en los hombres.
Lamentablemente, el hombre no tiene control sobre si la mujer se embaraza o no. Lo más que se puede hacer es mantener una comunicación honesta y abierta con la pareja, así como asegurarse de que el preservativo sea el adecuado y usarlo correctamente.
Eyacular antes de tiempo
Como hemos dicho en muchas otras ocasiones, no debemos confundir la eyaculación precoz con el deseo de durar más. Las mujeres a veces necesitan más tiempo para lograr el clímax, pero eso no significa que el coito debe durar horas hasta que esto pase.
La eyaculación precoz es la incapacidad para controlar voluntariamente el impulso de eyacular, es decir, no es necesariamente una cuestión de tiempo.
Inseguridad con tu cuerpo
Al envejecer o subir de peso, se puede perder la seguridad de uno mismo.
Un cuerpo en forma es agradable, pero no lo es todo. Es mucho más importante un cuerpo sano y una salud sexual óptima, así como la calidad humana, el sentido del humor o la inteligencia emocional, entre otros atractivos que las mujeres toman en cuenta.
Si no te gusta tu cuerpo, haz algo al respecto. Pierde peso, cambia de dieta, incorpora el ejercicio a tu vida, deja las adicciones; sólo asegúrate de hacerlo de forma segura y saludable. Si se trata de atributos que no pueden cambiarse, trabaja en la autoaceptación con ayuda profesional. El problema no es cómo te vea ella, sino cómo te veas a ti mismo.
“Que no se me pare”
A cualquier amigo que le preguntes, te dirá lo mismo: las fallas en la erección son uno de los peores temores de un hombre.
El miedo a fallar, es decir, a no lograr o perder la erección, es tal vez lo que más temen los hombres en el sexo. Pero para eso están los especialistas.
La disfunción eréctil tiene tratamiento y mejoría, en muchos casos, desde la primera consulta. Pero es necesario conocer las causas, recibir un diagnóstico acertado, hecho por expertos en salud sexual masculina y seguir un tratamiento integral.
El 53% de los hombres en el mundo puede estar presentando disfunción eréctil en especial a partir de los 40 años de edad, ya sea en grado leve o severo. Es parte del proceso natural de envejecimiento.
¿Cómo superar los miedos?
La educación sexual y la intervención de profesionales en salud sexual masculina, son la clave para enfrentar y superar los miedos ocultos masculinos que afectan a sus relaciones.
Es necesario identificar el origen de esos temores, ya sean experiencias traumáticas del pasado, malos hábitos sexuales, la falta de aprendizaje, tu situación de pareja o una crisis de vida.
Los consejos de amigos o familiares no bastan o muchas veces, resultan contraproducentes. De ahí la importancia de buscar profesionales calificados tanto para realizar un diagnóstico clínico, como para brindar herramientas terapéuticas con psicólogos y sexólogos.
Otro factor importante es la comunicación con la pareja. Una vida sexual no satisfactoria y las disfunciones sexuales, les afectan a ambos. No es raro que las parejas sean las principales impulsoras para buscar tratamiento.
Hablar del tema con naturalidad, sin prejuicios y entendiendo que no es malo sentirse vulnerable, es el primer paso para vencer los miedos. Restarles importancia o creer que es algo que “ya pasará”, es una pérdida de tiempo. Los bloqueos mentales suelen agravarse y pueden llegar a durar toda la vida si no se pone solución.
Consideraciones finales
El sexo siempre debe ser gozoso y placentero para ambos, pues es un pilar fundamental en las relaciones de pareja y fuente de felicidad, no de angustia.
¡Hasta el próximo artículo!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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