Mucho se habla sobre la comunicación, y particularmente sobre cómo debemos manejarla en la intimidad sexual. Están quienes dicen que una pareja debe entenderse sin hablar, y quienes tienen más apertura al diálogo para resolver diferencias entre las sábanas.
Considerando la importancia del tema, decidimos presentar este artículo con algunas preguntas frecuentes sobre comunicación sexual en la pareja, que incluyen varias recomendaciones acerca de qué hacer… y de qué no hacer.
¿Cuál es el objetivo de la comunicación dentro de la dinámica sexual de la pareja?
Básicamente la comunicación es un puente que nos permite entender y hacernos entender, nada más y nada menos. Sexualmente hablando una comunicación efectiva posibilita coordinar nuestros tiempos y ritmos sexuales, reducir las diferencias, potenciar los aspectos compatibles, minimizar las incompatibilidades y ajustarnos cuando cambiamos algunas preferencias o reconocemos nuevas fantasías.
Por otro lado, sabemos que existen dos tipos de comunicación: la verbal, que es en este caso la palabra hablada y su significado, y la no verbal que incluye gestos faciales, posturas corporales, tono de voz, distancia o proxemia. Según las teorías de la comunicación humana, el lenguaje corporal es más importante en el mensaje que se transmite que el mismo lenguaje verbal, y en definitiva el manejo adecuado y coherente de ambas formas de comunicación es clave para alcanzar la satisfacción sexual en una pareja.
¿Cómo debo actuar si mi pareja hace algo que no me gusta en el sexo o al revés, no hace lo que me excita sexualmente?
En caso de que la pareja no reconozca algo que nos gusta, nos estimula o nos enciende sexualmente hablando, es importante buscar la manera de decírselo. Hay varias formas, de hecho a veces no es necesario hablar ya que con gestos o acciones puedes comunicar más o menos sutilmente lo que deseas.
Si decidimos hablar del tema directamente, tenemos que buscar el momento oportuno y plantear las cosas de manera positiva. Evitemos criticar a la pareja, juzgarla o descalificarla. Simplemente digamos de manera clara cómo nos gustaría que actúe en determinado momento, sin dejar de destacar las cosas que sí nos gustan de su comportamiento erótico.
Por otra parte, tratemos de que no se nos filtren enojos o acusaciones que no tienen que ver específicamente con lo sexual. Cada tema tiene su momento y su lugar para ser discutido y resuelto.
Recordemos que es importante conocer tanto los aspectos estimulantes como los inhibidores del sexo. Por lo tanto en las conversaciones no dejemos de hablar de aquellas conductas, situaciones o juegos eróticos que en vez de motivarnos nos desconectan, o hasta nos generan emociones negativas.
¿Por qué algunas parejas no necesitan hablar sobre lo que les gusta o lo que les disgusta sexualmente?
Quizás porque su nivel de entendimiento, confianza y compatibilidad en el sexo es muy elevado. De hecho en muchas parejas esa complicidad erótica se da desde el comienzo, y su empatía funciona a la perfección. Pero en general todos somos diferentes, por lo tanto nuestra pareja no tiene por qué adivinar lo que nos gusta ni tampoco tenemos –de nuestra parte- por qué saber cuáles son sus motivaciones eróticas. Todo se averigua siempre y cuando exista una buena disposición y apertura, lo que es parte del concepto de actitud erótica positiva.
Y más allá de que nos podamos entender de mil maravillas al comienzo de la relación, las personas evolucionamos y no somos las mismas en una etapa u otra de la vida. Esto también involucra al sexo, de modo tal que es importante no quedarnos con la idea de que a nuestra pareja siempre le van a gustar o a disgustar las mismas cosas durante años. Es necesario hablar de aquello que cambiamos, y pensar cómo podemos ajustarnos nuevamente.
¿Cuáles son los errores más comunes en la comunicación sexual?
Mi experiencia como terapeuta sexual me ha permitido observar toda una gama de errores en la comunicación sexual de las parejas que hieren de muerte al erotismo. Me sorprende incluso en algunas ocasiones la total falta de empatía y comprensión con la pareja, evidenciada en comentarios o comportamientos poco felices y muchas veces aceptados o justificados en la otra parte por su baja autoestima o sentimientos de culpa.
Estos errores no son siempre malintencionados, sino que en general se trata de situaciones de las que no tenemos consciencia. Pero eso sí, darnos cuenta de estas pequeñas o grandes fallas es nuestra responsabilidad si lo que queremos es que la relación de pareja sea funcional.
Veamos entonces algunos errores comunes en la comunicación erótica.
- Rotular. Colocar un cartel a la pareja es casi una garantía de que se va a sentir muy a disgusto, alimentando su enojo y resentimiento. Eres “un trozo de hielo”, “un perverso”, “una frígida”, “un impotente”, son algunos ejemplos que ilustran el concepto.
- Insultar. Vinculado con lo anterior, utilizar términos peyorativos constituye un error muy destructivo y del que quizás no tengamos retorno. Es difícil olvidar estos calificativos hacia nuestra persona, sobre todo cuando los recibimos de manera reiterada.
- Descalificar. Ciertos comentarios hirientes o irónicos ubican al otro en un lugar de incapacidad, de ignorancia y por lo tanto de inferioridad: “No sabes cómo tratar a una mujer”, “no disfruto de lo que me haces” o “tardas demasiado en excitarte”.
- No respetar el propio derecho a pedir. Por baja autoestima algunas veces, y otras por creer que en el sexo todo es natural, espontáneo y sin intervención de la palabra, quedan deseos sin cumplir. Cada mapa erótico es personal, irrepetible, y con frecuencia es necesario marcar el camino.
- Boicotear el encuentro erótico. A partir de la falta de deseo, los problemas sexuales no asumidos o los miedos –entre otros- aparecen en escena comportamientos claramente perturbadores de la función erótica: descuidar la apariencia física o el aseo personal, invitar a los hijos a invadir la intimidad, provocar discusiones en momentos propicios para el sexo, promover reuniones o salidas para evadir el acercamiento, hacer comentarios fuera de contexto o vinculados con cuestiones que nada tienen que ver con el sexo.
Definitivamente hablar con claridad es mucho más constructivo y sencillo que pasar por estas situaciones tan desafortunadas.
Esperemos que todas estas recomendaciones sean claras y estén listas para ser puestas en práctica, ya que la comunicación erótica asertiva es una habilidad distintiva de quienes se consideran buenos amantes.
Psicólogo. Máster en Sexología Clínica y Terapia de Parejas.
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