Responde lo primero que se te venga a la mente. Qué piensas ante la siguiente afirmación: “La pornografía causa Disfunción Eréctil”. Aquí unas respuestas espontáneas: “¡Obvio, no!”
Suena inverosímil, ¿verdad? ¿Cómo es que la pornografía puede causar impotencia sexual? Ningún hombre que esté expuesto a contenido erótico explícito, dejará de tener una erección, podríamos pensar. Pues acompáñanos a ver esta triste historia que te contaremos en el artículo de hoy.
La industria porno
El mágico mundo de internet, el servicio de streaming, revistas, sex shops, el cine, el mercado de películas piratas…ya sean legales o al margen de la ley, la industria del “porno” es un negocio multimillonario.
El canal digital Pornhub, revela que en un solo día, se reciben 64 millones de visitantes de todo el mundo, es decir, casi 730 personas cada segundo. 4,599,000,00 horas de pornografía, 524,641 años. ¿No tenemos otra cosa qué hacer?
Este mismo canal de internet posiciona a México en un honroso onceavo lugar entre los consumidores de pornografía -sólo en este sitio-, de los espectadores connacionales, 70% son hombres y 30% mujeres, con un promedio de 9 minutos en el sitio. La media de edad de los mexicanos que ven este sitio de pornografía es de 25 a 34 años en su mayoría, después se encuentra el grupo de 18 a 24 años; los adultos mayores de 65 años, casi no figuran. Así que ahora tenemos una idea de en qué se entretienen muchos millennials y centennials en el país.
Si hay tantos adeptos al contenido sexual es por dos razones: ver pornografía los excita y muchas veces, es la única forma que tienen de aprender, ya que la sexualidad sigue siendo un tema tabú en muchas familias, especialmente mexicanas.
Sobre esta idea, sería ilógico pensar que la pornografía causa disfunción eréctil. Si se consultan estudios sobre la relación entre la disfunción eréctil y el hábito de ver pornografía, las conclusiones son muy diversas.
Por ejemplo, la revista Journal of Sexual Medicine publicó un estudio realizado en Dinamarca, en el cual sí considera al consumo de pornografía como una posible causa de disfunción eréctil entre los jóvenes.
Otro estudio publicado por la misma revista, pero llevado a cabo en Croacia, afirma que no hay relación comprobable directa entre el consumo de pornografía y los problemas futuros de disfunción eréctil.
Por su parte, The Reward Foundation, una organización que analiza la ciencia de las relaciones sexuales en internet, afirma que desde que la pornografía se hizo más accesible y gratuita a través de la red, el porcentaje de hombres menores de 40 años con disfunción eréctil, ha aumentado potencialmente. Una explicación podría ser que quienes acostumbran ver contenido sexual -hombres, en su mayoría- en solitario para practicar la autoestimulación, se acostumbran a tener el control total de su cuerpo y sus sensaciones; pero a la hora de enfrentar el acto sexual con otra persona, el manejo de necesidades, expectativas y emociones ajenas, se les complica, debido a la inseguridad y el miedo de no estar “a la altura” de lo que han visto en la pantalla.
Y es que en el particular caso de la pornografía, la ficción siempre supera a la realidad. Es fantasía pura. Ningún organismo normal aguanta tales acrobacias ¡y tiempo!, sin recurrir a las drogas vasodilatadoras y los trucos de edición. Biológicamente no pueden durar tanto; en el caso de las mujeres, se sabe que la mayor parte de los orgasmos, no se obtienen a través de la penetración vaginal, como ocurre en muchas de estas escenas.
¿Cuáles pueden ser las causas de la disfunción eréctil?
Las causas fisiológicas y psicológicas de la disfunción eréctil son bien conocidas por la medicina y en este blog hemos hablado mucho de ellas. Entre los factores que provocan impotencia sexual masculina están básicamente los problemas circulatorios, la edad avanzada, el consumo de sustancias como alcohol y drogas o algunos medicamentos para tratar la depresión, entre otras. Las causas psicológicas -apenas un 10% de los casos- son principalmente la ansiedad, el estrés, eventos traumáticos del pasado o miedo a fallar.
Como podemos ver, la afición a la pornografía no está entre las causas de disfunción eréctil que más se mencionan; pero eso no significa que no sea un tema considerado por los expertos.
Teresa Flores, Sexóloga y Directora de Comunicación de Boston Medical Group México, afirma que: “hoy en día, la gente piensa que la pornografía puede ser algo totalmente normal y exploratorio. Sin embargo, al comenzar a hacerlo a una corta edad, se descarta la posibilidad de tener satisfacción con una mujer de carne y hueso. Esto es porque se va acostumbrando al cuerpo a un cierto estereotipo o a realizar estas prácticas como un estilo de vida, rechazando el gusto de tener una vida sexual normal con la pareja”.
Puede que aquí radique todo el meollo del asunto: la pornografía no es el mejor referente para aceptar y practicar una vida sexual, digamos, “normal”. Las relaciones sexuales con parejas “de carne y hueso”, como dice la sexóloga Teresa Flores, pueden ser decepcionantes si la referencia que se tiene por el hábito de ver pornografía, es una superwoman de cuerpo voluptuoso, que está dispuesta siempre a cualquier tipo de práctica, por extravagante que sea, que aguanta cualquier cantidad de horas sin perder la excitación y siempre pidiendo más.
Aquí unos datos interesantes que podrían desencantar a muchos fans de las estrellas de cine erótico: un alto porcentaje -la mayoría, de hecho- de las actrices porno sufren de depresión, trastornos de personalidad y abuso de drogas. Consumir marihuana, éxtasis o cocaína es para ellas una forma de sobrellevar una vida de violencia, dolor físico, vergüenza y explotación de la que son objeto. Así lo revela una estadística de Covenant Eyes.
En cuanto a los varones, según estadísticas, más del 65% de los actores padecen enfermedades de transmisión sexual, incluyendo VIH. Además, abusan de pastillas o inyecciones para prolongar la erección.
Como ves, no hay nada de maravilloso en el ambiente del cine porno.
Si la pornografía pueda causar disfunción eréctil o eyaculación precoz, ¿por qué nos gusta tanto?
La respuesta más simple ya la hemos dado, porque excita. Pero esta forma de estímulo sexual tiene un lado muy oscuro.
En “El Informe Hite, Estudio de la Sexualidad Masculina”, hay un capítulo dedicado a la pornografía.
Las opiniones de los hombres entrevistados por la autora, Shere Hite, van en general del “me gusta” a “me desagrada”. Pero hay dos aspectos interesantes:
Lo más aceptado por los hombres es la pornografía “blanda”, es decir, en la que sólo aparecen mujeres mostrando sus cuerpos de forma invitante. La pornografía “dura”, por otro lado, es en la que aparecen hombres practicando el coito con mujeres, básicamente. Este tipo de imágenes agradaron menos a los caballeros entrevistados. Esta última fue percibida como “irreal”, “mecánica”, “falsa”.
A ver…una mujer que finge un orgasmo en una película, ¿sí parece real?, ¿les parece alcanzable?, ¿es potencialmente una compañera sexual para ellos?
Los hombres con tamaños descomunales de penes, no son reales, no excitan.
Ya vamos intuyendo por dónde va la cosa y cuál es el lado oscuro…
En las conclusiones de este capítulo del Estudio de la Sexualidad Masculina, Hite establece que el gusto por ver pornografía y la excitación que produce, tiene mucho que ver con la dominación del hombre sobre la mujer, del que penetra sobre el penetrado. A los hombres les resulta excitante ver a una mujer sumisa, “sometiéndose a un hombre más fuerte, amenazador, quizá violento y hostil. Incluso en la pornografía “blanda” donde la mujer aparece sola mostrando su cuerpo y probablemente haciendo contacto visual con el lector, pero casi siempre en postura de “ven y hazme tuya” (sic), también está siendo una mujer dominada, en este caso, por el hombre que la contempla y que puede utilizarla de la manera que prefiera.”
La pornografía tal como la conocemos es un reflejo de la sociedad, afirma Shere Hite, donde las mujeres son utilizadas para el placer de los hombres. Prácticamente todas las escenas de películas para adultos, incluyen nalgadas, agresiones verbales, pellizcos, mordidas y un sin números de actos violentos. Lo triste es que estamos tan acostumbrados a esto, que ya nos parece normal.
Estemos de acuerdo o no con el estudio de Hite, si resulta tan estimulante para los hombres ver este tipo de contenidos, ¿por qué los expertos afirman que la pornografía puede causar disfunción eréctil?
La abundancia, facilidad y gratuidad del material porno, además del placer inmediato que proporciona, propician la adicción y con ello, una mayor probabilidad de padecer disfunciones como impotencia sexual, eyaculación precoz o falta de deseo. Al menos esto es lo que afirma el experto en salud sexual masculina Jorge Barba de Boston Medical Group.
La causa son las altas expectativas. Cuando el cuerpo y la mente se acostumbran a reaccionar ante estímulos tan fuertes, es común que al no poder recrear esas escenas en la vida real, se genere ansiedad, decepción y baja autoestima, además de los consecuentes problemas de pareja.
Hay una explicación científica detrás de esto: el cerebro se habitúa a generar más dopamina de la normal; esta sustancia es la encargada de echar a andar los mecanismos de la excitación que culminan en la erección. Cuando el estímulo en un encuentro sexual normal no está a esa altura, el nivel de dopamina es bajo, lo que puede llevar a la imposibilidad de alcanzar la erección.
“Los placeres anormales le quitan el gusto a los normales”, decía la escritora Anís Nin…y ella sabía de esto.
En resumen, la pornografía causa disfunción eréctil “selectiva”, es decir, la erección sólo se logra con este incentivo, así es como se va perdiendo la capacidad de excitarse en las relaciones sexuales verdaderas y de involucrarse emocionalmente con la pareja.
El uso constante de la pornografía también puede causar eyaculación precoz, ya que los jóvenes no aprenden a controlar su cuerpo y por lo tanto, el momento de la eyaculación.
Un estudio publicado por la revista irlandesa Porn Sudies, indica que más del 50% de los preadolescentes, empieza a ver pornografía a los 13 años (promedio) con el fin de masturbarse. Así es como empiezan los malos aprendizajes y las consecuencias futuras.
Nada con exceso
El abuso de la pornografía ha crecido tanto entre los jóvenes, que incluso existen grupos de apoyo en línea para ayudar a los adictos a liberarse de esta fijación y recuperar la capacidad de crear lazos románticos, reales, con sus pares.
No queremos pecar de conservadores ni satanizar los videos eróticos. Todos tenemos derecho a disfrutar de lo que nos da placer. Verlos en pareja puede ser muy divertido y sexy. Pero como en todo, el abuso es perjudicial para la salud, psicológica, sobre todo.
Los jóvenes deben aprender cómo amar, cómo crear lazos, eso incluye la forma de practicar el sexo. Es necesario hablar del tema con ellos, darles información.
En el caso de los adultos, si el consumo de la pornografía causa disfunción eréctil u otros problemas para disfrutar del sexo de una forma relajada, sana y feliz, es hora de acudir con un especialista. La asesoría sexológica y la terapia son indispensables para recuperar una vida sexual normal y no por eso, menos intensa y satisfactoria.
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¡Muchas gracias por tu lectura!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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