¿Cómo afecta la falta de relaciones sexuales a largo plazo? ¿Genera eyaculación precoz?

Lo que no se usa, se atrofia, reza el dicho. La falta de relaciones sexuales no mata, pero sí puede repercutir en el cuerpo y en el estado emocional. Cuando no lo tenemos, seguramente no es por falta de ganas, sino por algún problema físico, psicológico, por ausencia de pareja o un nivel hormonal bajo, entre otras causas. Sea cual sea el motivo, no es algo a lo que debamos acostumbrarnos. La falta de relaciones sexuales a largo plazo puede generar eyaculación precoz, disfunción eréctil o un desequilibrio en todos los demás aspectos de la vida. Los expertos dicen ¡sí se puede! recuperar la vida sexual, pase lo que pase y hoy ampliaremos este tema, así que ¡prepárate para tomar nota!

¿Por qué dejamos de tener relaciones sexuales? 

Para comprender por qué son tan importantes las relaciones sexuales en nuestra vida, revisemos brevemente la famosa pirámide de necesidades básicas del ser humano (Maslow). 

En el primer nivel, se encuentran nuestras necesidades fisiológicas: comer, respirar, dormir y el sexo; en el segundo nivel se encuentra la necesidad de seguridad, desde la física hasta la económica, pasando por la salud, la familia, la propiedad y la moralidad; en el tercer nivel está lo que Maslow llama la afiliación: amistad, afectos e intimidad sexual; el cuarto peldaño corresponde al autorreconocimiento, la confianza, el respeto y el éxito. Y finalmente, en la punta, la autorrealización, que abarca aspectos como la espontaneidad, la falta de prejuicios, la resolución de problemas y la aceptación de la vida tal cual es.

Si un ser humano no tiene resueltas sus necesidades primarias, no podrá llegar a los siguientes niveles. El sexo está presente de una forma u otra en todos los aspectos de nuestra vida y es una de las necesidades más básicas de una persona. Al no poder obtener o brindar placer sexual, experimentamos una sensación de pérdida. Una parte fundamental de nuestras vidas está faltando y eso hace que la pirámide entera se venga abajo.

La falta de relaciones sexuales

La falta de relaciones sexuales repercute tanto a nivel físico como psicológico. Especialmente en los hombres que, además de las consecuencias en la salud, cargamos con la presión social de ser “los cumplidores”. Se nos enseña que siempre debemos estar dispuestos y preparados para responder a los estímulos sexuales, pero no somos máquinas de sexo. A nosotros también se nos van las ganas, “nos duele la cabeza” o hay algún otro factor que nos impide disfrutar de esta actividad. 

Se cree que la abstinencia sexual es una elección. Existen personas que eligen no tener relaciones sexuales, ya sea para evitar embarazos, por motivos religiosos, porque no hay con quién, porque no está en sus prioridades, por algún trauma del pasado, en fin. Pero la realidad es que la falta de relaciones sexuales, casi nunca es voluntaria, siempre se deriva de otras causas. ¿Cuáles? Éstas podrían ser algunas de las más comunes:

• Niveles hormonales bajos. Esta es una de las causas más importantes de la ausencia de deseo. Así como las mujeres, en la menopausia, dejan de producir estrógenos, en los hombres el nivel de testosterona disminuye con la edad. También pueden deberse a una disfunción de las glándulas que la producen o en los testículos (hipogonadismo). El médico indicará qué análisis son necesarios para buscar las causas fisiológicas y de haber una cantidad de testosterona anormalmente baja, muy probablemente se recurra a la terapia de reemplazo hormonal o a algún otro fármaco que solucione el problema.

• Depresión. Contrario a lo que se piensa, la depresión no se cura “echándole ganas”. Se trata de un desequilibrio químico en el cerebro que se debe atender tanto con terapia como con la ayuda de fármacos (antidepresivos o ansiolíticos). Son muchos los motivos que pueden llevar a una persona a sufrir depresión: una pérdida importante, falta de actividad física, demasiado estrés, problemas de pareja, austeridad económica, entre un largo etcétera. La pérdida de alguna capacidad física, como pueden ser las disfunciones sexuales, también son causa de depresión.

• Problemas sexuales. Problemas de erección, eyaculación precoz, microfalosomia (micropene), enfermedad de Peyronie, enfermedades de transmisión sexual o cualquier otra condición relacionada con la sexualidad, que produzca malestar en la persona. Estos problemas pueden impedir mantener sexo con normalidad. Muchas veces las personas se dan por vencidas -sin siquiera buscar una solución- y deciden evitar las relaciones sexuales. No hay necesidad si para todo hay solución. Un experto en salud sexual masculina te puede informar sobre la amplia gama de tratamientos que existen para cada disfunción.

• Problemas de salud. Hay enfermedades que lastiman el cuerpo a tal grado, que las relaciones sexuales no tienen cabida mientras se está en recuperación. Cuando se ha atravesado por un cáncer, un accidente cerebrovascular o un infarto, por citar algunas de las enfermedades más graves, es necesario volver a entrenar el cuerpo para devolverle la capacidad de tener relaciones sexuales. Siempre se puede. Consulta a tu médico sobre las opciones que pueden aplicar a cada caso.

• Problemas de pareja. A lo largo de una vida juntos, habrá momentos bajos donde los problemas los rebasen, dando lugar a un distanciamiento. Cuando ya no hay atracción, hay resentimientos acumulados, rutina, tristeza o cualquier otra razón que produzca un desencuentro, las relaciones sexuales tienden a evitarse. La terapia de pareja puede ayudar mucho. Dialoguen, enfrenten el conflicto cualquiera que sea. Si hay amor y voluntad, se puede retomar el camino con ayuda de la asesoría sexológica.

• Ausencia de pareja. La falta de relaciones sexuales, puede ocurrir porque no hay con quién tener sexo. La viudez, un divorcio o personas que no han encontrado a una compañera, sienten que les está vetado el goce sexual y no necesariamente. Existe la autoestimulación y miles de plataformas para buscar pareja; aunque no sea para casarse, sí se puede encontrar alguien con quien salir -siempre con las debidas precauciones-. En personas que enviudan, deberán pasar por un duelo. Un terapeuta puede acompañar este proceso para que sea lo menos duro posible. Una vez superado el dolor más fuerte, la vida sexual no tiene por qué cancelarse.

¿Cómo afecta la falta de relaciones sexuales a largo plazo? 

Decíamos al principio que la falta de relaciones sexuales puede tener consecuencias a nivel orgánico y psicológico. No es broma. El sexo no sólo es una excelente forma de mantener una buena condición física, sino de crear vínculos sanos con otras personas, liberar estrés, darle “entrenamiento” a los genitales, sentirse joven y sostener el equilibrio emocional, aunque haya problemas. 

La falta de relaciones sexuales genera eyaculación precoz. Ahí tienes la respuesta a una de las preguntas del título. No es una norma, pero sí es muy frecuente. Después de tanto tiempo de estar contenido, el semen necesita salir y lo hará al menor estímulo. Es como una olla de presión. Además, las personas que guardan una larga abstinencia, suelen acumular mucha ansiedad, el detonador perfecto para la eyaculación precoz. Un poquito de tensión sexual a veces no está mal, mucha, sin duda generará problemas. Si te preguntas por qué eyaculaste tan rápido la última vez que tuviste sexo, la respuesta podría ser: la falta de relaciones sexuales a largo plazo, genera eyaculación precoz.

Problemas de erección. También pueden derivarse de la falta de relaciones sexuales a largo plazo. Lo que no se usa, se atrofia, ¿recuerdas? El pene está hecho de un complejo sistema de vasos sanguíneos, junto a un abundante tejido rico en colágeno que tienden a deteriorarse cuando no se ejercitan. La actividad sexual llena de sangre el pene, algo muy necesario para mantener la elasticidad en este órgano en particular. 

Más estrés y ansiedad. Ese pésimo “chiste” suele aplicarse a las mujeres, pero también nos pasa a lo varones. La ausencia de relaciones sexuales repercute en mayores niveles de ansiedad, estrés y hasta mal humor. Cuando tenemos relaciones sexuales, el cerebro libera endorfinas y oxitocina, las sustancias del bienestar. Ahora, si la relación de pareja no está bien, el sexo puede resultar otro factor que nos estrese. Por ejemplo, que se tenga sexo para “presionar” al compañero, para llamar la atención, obtener algún tipo de reconocimiento social, ocultar otros problemas o lograr un embarazo. En estos casos, el sexo podrá no ser gratificante, sino incómodo, por decir lo menos. 

• Problemas de autoestima. Todos queremos sentirnos amados y atractivos. El sexo es una vía de comunicación de estos sentimientos. El no relacionarnos con otros nos impide crecer como seres humanos, conocernos a través del otro. A la larga, la falta de relaciones sexuales puede hacernos sentir que no somos atractivos o que nos somos dignos de inspirar amor. Para nada es así, pero dada la fuente de bienestar que representa el sexo a nivel biológico y hormonal, la falta de intimidad con otro ser humano, puede hacer que bajen nuestros niveles de serotonina y de oxitocina. 

• Afectaciones al sistema inmune. Hay estudios que lo indican: las personas que tienen relaciones sexuales con frecuencia, producen niveles «significativamente más altos» de inmunoglobulina A, el anticuerpo más importante (presente en las secreciones corporales). Los bajos niveles de dicho anticuerpo, producen un mayor riesgo de contraer gripes o infecciones virales, entre otros problemas. 

• Insomnio. No hace falta mucha explicación. El sexo relaja, la falta de relaciones sexuales, altera el sistema nervioso y nos impide dormir bien.

• Acné. Las relaciones sexuales producen progesterona, una hormona que ayuda a mantener la piel limpia.  

• Debilidad en el vínculo de la pareja. Ya dijimos que el sexo es una forma de fortalecer el vínculo que tenemos con la pareja. La falta de relaciones sexuales debilita esos lazos y genera otros problemas como depresión, desconfianza (temor de que exista infidelidad), aislamiento, baja autoestima, etc. El sexo es una comunicación íntima en su nivel más profundo; da pie a largas conversaciones, conocimiento del otro y confianza. 

• Según los expertos de Boston Medical Group México, el sexo tiene una relación directa con el sistema nervioso. Las relaciones sexuales lo mantienen relajado, conservan activas las neuronas y ayudan a ejercitar el corazón. Es el mismo efecto del ejercicio físico, pero más divertido.

• Parece obvio, pero no lo es: la falta de relaciones sexuales nos priva de un inmenso placer. El sexo es fuente de energía, de vitalidad, de juventud, de gozo, de autoconocimiento…Nadie tiene por qué perderse una de las fuentes de felicidad más grandes.

Consideraciones finales

El sexo es parte de tener una vida saludable. La falta de relaciones sexuales a largo plazo, puede tener efectos negativos como la eyaculación precoz. La sexualidad humana va más allá de la función reproductiva, también es un complemento saludable que ayuda a ser más feliz y a mantener el equilibrio emocional. Por eso, si algo entorpece tu vida sexual, toma las medidas necesarias.

Está demostrado científicamente que el sexo tiene una relación muy directa con la salud física y emocional. Si existe algún problema que nos impida tener relaciones sexuales con normalidad y frecuencia, hay que poner solución. ¡Nunca rendirse ni resignarse! 

Todos merecemos una vida sexual plena y satisfactoria, pero hay que procurarla. Si estás pasando por una etapa difícil, también hay profesionales que te apoyarán con terapia. Mientras el cuerpo aguante, démosle alegría, como dice la canción.

¡El sexo es vida, no renuncies a tu vida sexual! 

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.