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¿La disfunción eréctil te provoca inseguridad? Te enseñamos cómo afrontarlo

La disfunción eréctil afecta algo más que la vida sexual de un hombre. Impacta todos los aspectos de su vida, debido a que la incapacidad de lograr o mantener una erección, se refleja en su estado de ánimo. Los hombres viven la disfunción eréctil como una pérdida terrible, es un duelo que deberán superar pasando por varias etapas. Uno de los efectos psicológicos más notorios en un hombre con problemas de erección es la inseguridad. Le pega directo en la autoestima. ¿La disfunción eréctil te provoca inseguridad? Te enseñamos cómo afrontarlo. Para todo hay solución. El tratamiento para la disfunción eréctil devuelve la seguridad, la autoconfianza y la plenitud de las relaciones sexuales. ¡No dejes de leer este artículo!

La importancia del desempeño sexual

Los seres humanos hemos perpetuado por siglos la idea de que los varones somos “todopoderosos”. En todas las culturas, religiones, nacionalidades y razas, existe la concepción del varón como el buen proveedor, físicamente más fuerte, competitivo, cazador, protector, ¡invencible! Todo esto sustentado en buena parte, en ese apéndice al que se le da un valor casi mágico: el pene.

En la antigua Roma, por ejemplo, la impotencia sexual masculina era considerada un pecado contagioso, por eso los hombres con problemas de erección, eran condenados al aislamiento.

Otra anécdota, esta sobre el mundo del arte, cuenta que a principios del siglo XX, Picasso realizó una serie de cuadros donde predomina el color azul. Además de esa tonalidad, esta parte de su obra se caracteriza por el dibujo de figuras humanas distorsionadas y alargadas que representaban emociones como la melancolía, el dolor, la pobreza o la soledad. La etapa azul surge a partir de la tristeza en la que se sumió el pintor por el suicidio de su gran amigo Carles Casagemas, pintor y poeta español que es considerado como una de las personalidades más enigmáticas del panorama artístico de finales del siglo XIX y principios del XX. Tras un viaje que ambos realizaron a París en 1900, Carles cayó en una profunda depresión ocasionada por su alcoholismo y la impotencia sexual que padecía. Casagemas acabó por darse un tiro en la sien en una taberna de París, frente a su amor imposible, la modelo Germain Gargallo.

De ese tamaño es la importancia que los hombres damos al desempeño sexual.

El sexo es una fuente de felicidad que siempre está a la mano, especialmente para los hombres, acostumbrados a dar y recibir placer sin más dificultad que hallar una compañera. Pero cuando un hombre se ve privado de su capacidad para tener relaciones sexuales, los sentimientos de inseguridad, tristeza, enojo o decepción, invaden todos los aspectos de su vida. 

Los hombres viven la disfunción eréctil como un auténtico duelo, donde se enfrenta la desoladora idea de que algo se ha perdido para siempre. Así, pasan de la negación a la tristeza, después a la ira, los conflictos con la pareja, la depresión y finalmente, la aceptación. Sin embargo, aceptar que se tiene un problema no implica que el paso inmediato siguiente sea acudir con un médico. El hombre que sufre de disfunción eréctil suele pensar que esto es algo que le ocurre solamente a él, no se atreve a externarlo por el temor a ser juzgado como “perdedor”, “poco hombre”, “acabado”…impotente. 

Cuando se padecen problemas de erección, toda nuestra seguridad se viene abajo, pues muy probablemente estaba sostenida en un pilar que un día se cayó. La disfunción eréctil daña severamente la imagen de nosotros mismos, se pierden la autoestima y el equilibrio emocional, que estaban estrechamente ligados al desempeño en la cama.

La disfunción eréctil causa inseguridad

Independientemente de si las causas de la disfunción eréctil son orgánicas o psicológicas, los efectos emocionales que genera la pérdida de la función eréctil, son más o menos las mismas. La severidad de estos efectos, dependerá de las herramientas con las que cuente el hombre para superar el problema tanto a nivel físico, como emocional. 

Es por eso que el tratamiento para solucionar la disfunción eréctil debe ser integral, es decir, debe ser abordado desde varios frentes para una recuperación total. Se debe atender el origen orgánico del problema -si es el caso-, las repercusiones psicológicas o los motivos que llevaron al individuo a perder la capacidad de erección (causas psicológicas) y la posterior reincorporación a la vida sexual, proporcionando al individuo y a su pareja, recursos eróticos para disfrutar de una sexualidad más plena, y hasta factores nutricionales mediante el cambio de dieta.

Desafortunadamente, tenemos un modelo sexual que sitúa al hombre y a la penetración en el centro de todo y que da demasiada importancia a la erección. Cuando el pene se cae, el efecto dominó es inevitable: se caen también la seguridad, la relación de pareja, la vida familiar, laboral, social, el equilibrio mental y si no se atiende a tiempo, la persona entera.

Entre los posibles efectos psicológicos de la disfunción eréctil, podríamos nombrar:

Inseguridad. Vivimos en una sociedad falocéntrica, donde se asocia la erección con la masculinidad. Cuando un hombre no puede enfrentar la relación sexual con la misma seguridad con que antes lo hacía, al ser incapaz de tener erecciones, siente que pierde su valor como hombre no sólo en lo sexual, sino en todos los demás aspectos de su vida. 

Aunque las relaciones de pareja hoy en día son más equitativas, hay aspectos culturales y emocionales que, por ser tan antiguos, están fuertemente arraigados en nuestra psique y no son tan fáciles de modificar. 

Se dice que cada vez que un hombre le hace el amor a una mujer, logra una victoria que le compensa por todas sus derrotas. Los hombres siguen viendo las relaciones sexuales como una conquista. Esto ayuda a comprender por qué los varones pierden la seguridad en sí mismos junto con la función eréctil. Se pueden sentir sumamente vulnerables e inseguros ante la imposibilidad de tener una erección.

Baja autoestima. Si el hombre siente que no cumple con las expectativas de su pareja -y de la sociedad machista en la que vive-, la autoestima se ve gravemente afectada. El “no estar a la altura” le pesa como un lastre y modifica la percepción que tiene de su persona como un ser valioso, con muchas capacidades por las que puede ser apreciado, más allá de lo que hay en su entrepierna.

Ansiedad. El encuentro sexual pasa de ser grato, a un momento estresante y no deseado. La “amenaza” de un encuentro sexual con el que posiblemente no pueda cumplir, llena a la persona de estrés y altera los nervios. Sobra decir que la ansiedad, lo único que produce, es un círculo vicioso.

Vergüenza. No sólo está la vergüenza de no poder “cumplir” sino de hablar del asunto. Qué miedo tenemos de ser juzgados. Cuesta mucho dejar salir esas palabras que, creemos, nos ponen en una situación de desventaja. Además, está el hecho de confiar un tema tan íntimo a otro varón -el médico-, y someternos a un examen físico de nuestros genitales. Pero es justo aquí donde la reacción en cadena se puede romper y empezar a hallar soluciones.

Tenemos que aprender a ver la disfunción eréctil desde otra perspectiva, no como una tragedia irreparable, sino como un problema de salud masculina que tiene solución, si nos atrevemos a pedir ayuda.

La disfunción eréctil no hace a los hombres  “menos hombres”. No los hace perder poder. Al contrario, enfrentarla sin prejuicios, sin temor a ser juzgados, como algo natural que puede pasarle a cualquiera, es lo que se necesita para recuperar la seguridad. En eso consiste la llamada nueva masculinidad.

Aceptar que se tienen problemas de erección no es negar la hombría. Al ser adultos, es hora de darse cuenta de que la valía no está en los genitales, sino en la capacidad de amar a otras personas, de respetarse  y cuidarse con responsabilidad.

Los estereotipos machistas han obligado a los hombres a ocultar sus emociones, a no mostrarse vulnerables. Al no poder disfrutar de una vida sexual completa, ser cuestionados por la pareja o tener que hablar de ello con el médico, puede llegar a generar conflictos emocionales que van desde el enojo hasta la depresión.

Es hora de romper esos tabúes. Así como una mujer no siente vergüenza de ir al ginecólogo, los verdaderos hombres deben preocuparse por cuidar su salud antes que por lo que piensen los demás. Un médico no va a juzgar. El profesional ayudará al paciente a sentirse más tranquilo, explicándole el origen de su problema, que no hay nada de anormal en ello y ofreciéndole opciones de tratamiento.

La ciencia ha desarrollado todo tipo de alternativas para que podamos recuperar el disfrute de las relaciones sexuales y sobre todo, la seguridad.

El tratamiento para la disfunción eréctil te devolverá la seguridad.

Como ya explicamos, es necesario que se abarquen todos los aspectos que se involucran en este padecimiento, tanto físicos como psicológicos. Los tratamientos deben ser integrales para que el paciente recupere la salud en todos los niveles.

Cuando las causas de la disfunción eréctil son orgánicas, las opciones de tratamiento pueden incluir:

  1. Terapia de ondas de choque. Es lo más moderno -y además eficaz- en el tratamiento de esta disfunción sexual. Esta terapia ha demostrado estupendos resultados, ya que es indolora y ayuda a lograr erecciones más duraderas. Las ondas de choque son ondas de presión  de baja frecuencia que se aplican directamente en el pene para estimular paulatinamente la circulación sanguínea. 
  2. Medicamentos orales. Si bien los fármacos vasodilatadores no son recomendables para todos los pacientes (debido a sus efectos secundarios), siguen siendo efectivos para restablecer el flujo sanguíneo del pene. Además de la famosa pastilla azul (Viagra), existen muchas otras alternativas en el mercado, incluyendo genéricos. La recomendación que siempre hacemos al mencionar este tipo de tratamiento es no automedicarse. Únicamente el especialista puede recetar la sustancia más segura para el paciente de acuerdo a su historial médico.
  3. Tratamiento de reemplazo hormonal. Cuando la causa de la impotencia sexual es un bajo nivel de testosterona, el médico recomendará un tratamiento hormonal que regule los niveles de hormona sexual masculina. Es importante señalar que esta alternativa sólo se aplica en casos muy específicos, ya que sus efectos secundarios pueden ser delicados.

Las afectaciones físicas conllevan aspectos emocionales que también se deben atender. La depresión, la ansiedad, el estrés, falta de seguridad y problemas de pareja, deben ser tratados por un experto como parte fundamental de la solución, ya que también son factores que pueden provocar la incapacidad de alcanzar la erección. Para eso existen tanto la terapia psicológica como la asesoría sexológica. Psicólogos y sexólogos, en conjunto con el médico experto en medicina sexual, se encargará de brindar al paciente todas las herramientas que le permitan recuperar su vida sexual, la armonía con su pareja y su seguridad.

¿La disfunción eréctil te provoca inseguridad? Te enseñamos cómo afrontarlo. Aquí tienes algunos consejos de psicólogos y expertos en salud sexual masculina:

  • Sé amable contigo mismo. Lo que te pasa no es culpa tuya, es un problema de salud que padecen millones de hombres. No te juzgues, no te enojes, no pelees con la situación. No tienes por qué sentir vergüenza. Acepta los problemas de erección como algo natural y haz lo indicado en estos casos: ve al médico. 
  • Busca ayuda profesional. Un experto en salud sexual masculina podrá despejar todas tus dudas de forma objetiva y profesional. Hay clínicas certificadas donde las consultas son en un ambiente privado, discreto y donde tu información será guardada en absolutamente confidencialidad.
  • Habla con tu pareja. Ella también tiene derecho a gozar de relaciones sexuales satisfactorias. Si tú no te atiendes, ella también se verá afectada. Ábrete al diálogo, pídele consejo. Esto es algo que les afecta a ambos y juntos pueden solucionar más fácilmente.
  • Sé responsable. Sigue el tratamiento. Sea cual sea la causa de la disfunción eréctil, hay tratamientos integrales que han probado su eficacia en millones de pacientes, pero el éxito depende en gran medida de la disciplina del paciente.
  • Trabaja en tu autoconfianza. Las relaciones sexuales no son una “lucha por el poder”. Tu seguridad no puede depender del tamaño o desempeño de tu pene. La asesoría sexológica es indispensable para recuperar la seguridad, pero mucho del trabajo te tocará a ti. No tienes porqué sentirte derrotado si por el momento, no puedes satisfacer a tu pareja. Si ella te ama, estará de tu lado y dispuesta a ayudarte. Aprende a ser ese nuevo modelo de hombre que no teme mostrar sus emociones. 

Conclusiones

Al cambiar el modelo de virilidad ancestral que tenemos, podremos empezar a ver el sexo como una parte importante de nuestra vida, pero no el centro de todo. El ser humano está formado de cuerpo, mente y espíritu. Si una parte de ese ser se “descompone”, las otras dos actuarán para reconstruir el todo. Eso es lo que los psicólogos llaman resiliencia, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias adversas y volver a sentir seguridad.

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Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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