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La Cortisona, este fármaco es perjudicial para nuestra sexualidad si se pasa la dosis recomendada

La cortisona es una hormona esteroide. Como medicamento, se utiliza para tratar una gran variedad de afecciones como erupciones cutáneas, enfermedades autoinmunitarias, enfermedades respiratorias o dolor asociado a la inflamación. También se emplea como auxiliar en el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Es administrado por vía intravenosa, oral, intraarterial o cutánea. En dosis controladas, es muy eficaz y con pocos efectos adversos. Sin embargo, es un medicamento de uso delicado, ya que puede producir efectos secundarios que van desde retención de líquidos (inflamación), presión arterial alta o disfunciones sexuales. La cortisona es perjudicial para nuestra sexualidad si se pasa la dosis recomendada. Si estás usando algún medicamento corticosteroide, esto te interesará, así que presta atención a lo que sigue.

¿Qué es la cortisona?

Químicamente, la cortisona es un corticosteroide (glucocorticosteroide). Tiene una función inmunosupresora, es decir, disminuye el sistema inmunitario y con ello, la respuesta inflamatoria, neutralizando el dolor e hinchazón en el sitio dañado y puede ayudar a controlar las afecciones en las que el sistema inmune ataca por error sus propios tejidos. Sin embargo, esta acción puede producir efectos secundarios cuando se utiliza durante un período prolongado. 

El cuerpo produce corticosteroides de forma natural en las glándulas suprarrenales. Estos influyen en el funcionamiento de muchos de los sistemas corporales como el corazón, inmunidad, músculos, huesos y los sistemas endócrino y nervioso. También están relacionados con el metabolismo de los carbohidratos, proteínas, grasas, fluidos y electrolitos, manteniendo su equilibrio. Es por esta razón que los corticosteroides también son indicados para tratar la enfermedad de Addison, una afección en la que las glándulas suprarrenales no son capaces de producir ni siquiera la cantidad mínima de corticosteroides que el cuerpo necesita.

Los medicamentos corticosteroides, que incluyen cortisona, hidrocortisona y prednisona, son similares a las hormonas que producen las glándulas suprarrenales para combatir el estrés relacionado con enfermedades y traumatismos. 

La cortisona es utilizada como:

  • Medicamento antiinflamatorio. Alivia la inflamación en varias partes del cuerpo, es un buen auxiliar para aliviar el dolor de artritis reumatoide, por ejemplo. 
  • Auxiliar para tratar o prevenir reacciones alérgicas. 
  • Como tratamiento de determinados tipos de enfermedades autoinmunitarias como lupus, esclerosis múltiple, anemia aplásica, púrpura trombocitopénica, trombótica e idiopática, anemia hemolítica o algunos síntomas del Síndrome de Sjögren, entre algunas otras. 
  • Afecciones cutáneas como eczema y erupciones cutáneas.
  • Asma y otras afecciones pulmonares. 
  • Tratamiento para diferentes cánceres, como leucemia, linfoma y mieloma múltiple.   
  • Para tratar las náuseas y vómitos asociados con algunos fármacos de quimioterapia. 
  • Estimulante del apetito en pacientes con cáncer con problemas graves de este tipo. 
  • De forma tópica, se usa en el tratamiento de reacciones cutáneas alérgicas, y alivia los síntomas de picazón, enrojecimiento e inflamación.  
  • También se la usa como reemplazo de esteroides en afecciones con insuficiencia suprarrenal (disminución en la producción necesaria de esteroides de las glándulas suprarrenales).

¿Cómo se administra la cortisona?

La cortisona se administra de muchas maneras distintas, según el trastorno que se trate, pero al ser fármacos potentes con efectos secundarios, se suelen indicar por períodos lo más cortos posibles.

  • Vía oral. Tabletas, cápsulas o jarabes que ayudan a disminuir la inflamación y el dolor asociados a algunas afecciones crónicas como artritis reumatoide y lupus.
  • Inhalador y spray intranasal. Ayudan a controlar la inflamación causada por asma y alergias nasales.
  • Gotas para los ojos. Para tratar la hinchazón después de una cirugía de ojo.
  • Cremas y ungüentos. Las presentaciones tópicas son indicadas para enfermedades de la piel.
  • Inyecciones. Se usan a menudo para tratar los signos y síntomas musculares y articulares, como el dolor y la inflamación de la tendinitis.
  • Vía endovenosa. Si se administra con quimioterapia para aliviar las náuseas y los vómitos o para reducir la inflamación y el dolor provocados por el cáncer que se ha propagado a otras partes del cuerpo (huesos, médula espinal o cerebro). 

¿Qué cantidad debe administrarse?

La cantidad de cortisona que debe administrarse depende de muchos factores (incluso altura y peso), como el estado general de su salud y otros problemas médicos no relacionados al que requiere uso de cortisona. Únicamente el médico puede determinar la dosis y el calendario de administración del fármaco, así como el momento de suspenderlo.

Efectos secundarios generales de la cortisona

Si debes tomar un medicamento corticosteroide, estos son algunos factores importantes que debes recordar, según el portal de información de medicamentos Chemocare:

  • La mayoría de las personas no experimenta efectos secundarios o sólo algunos de ellos. 
  • Los efectos secundarios de la hidrocortisona suelen ser predecibles en cuanto a su aparición y duración. 
  • Casi siempre son reversibles y desaparecerán cuando finalice el tratamiento. 
  • Existen muchas opciones para ayudar a minimizar o prevenir los efectos secundarios.

Eso debe darte cierta tranquilidad, además de la guía de tu médico. Pero, ¿de qué efectos secundarios estamos hablando? Estos son algunos de los más importantes de acuerdo con Chemocare y Mayo Clinic.

  • Aumento del apetito.
  • Aumento de peso con depósitos de grasa en el abdomen, la cara y la parte posterior del cuello.
  • Irritabilidad.
  • Insomnio.
  • Retención de líquidos (hinchazón en manos, piernas y/o pies).
  • Náuseas.
  • Ardor estomacal.
  • Disminución de la cicatrización de las heridas.
  • Aumento de la concentración de azúcar en sangre (las personas con diabetes deben tener controles más rigurosos de su nivel de azúcar y ajustar sus medicamentos para diabetes).
  • Dolor de cabeza.
  • Mareos .
  • Cambios en el estado de ánimo, la memoria, el comportamiento y otros efectos psicológicos, como confusión o delirio.
  • Presión arterial alta.

Los corticosteroides orales a largo plazo, podrían provocar:

  • Presión elevada en los ojos (glaucoma.)
  • Nublamiento del cristalino en uno o ambos ojos (cataratas).
  • Una cara más redondeada (cara de luna llena).
  • Hiperglucemia, que puede desencadenar o empeorar la diabetes.
  • Aumento del riesgo de contraer infecciones, en especial con microorganismos bacterianos, virales y fúngicos comunes.
  • Adelgazamiento de los huesos (osteoporosis) y fracturas.
  • Supresión de la producción de hormonas de las glándulas suprarrenales, que puede derivar en una variedad de signos y síntomas, entre ellos fatiga intensa, pérdida del apetito, náuseas y debilidad muscular.
  • Piel delgada, hematomas y cicatrización más lenta de las heridas, lesiones rojas en la piel y acné por el uso de corticosteroides tópicos. 

Los efectos secundarios de los corticosteroides inhalados son pocos, pero el riesgo consiste en que parte del fármaco pueda depositarse en la boca y la garganta en lugar de llegar a los pulmones, provocando:

  • Infección micótica en la boca (candidiasis bucal).
  • Ronquera.

Efectos secundarios de la cortisona a largo plazo

Cuando las dosis son altas o por un tiempo muy largo, la cortisona tiene un número potencial de efectos secundarios severos:

  • Hiperglucemia.
  • Resistencia a la insulina.
  • Diabetes mellitus.
  • Osteoporosis.
  • Ansiedad o depresión.
  • Colitis, gastritis o lesiones digestivas perforantes (úlceras) severas.
  • Hipertensión con riesgo de accidente cerebrovascular (ICTUS).
  • Hipogonadismo.
  • Hipotiroidismo.
  • Disfunción eréctil.
  • Accidentes tromboembólicos.
  • Amenorrea.
  • Retinopatía.

La cortisona es perjudicial para nuestra sexualidad si se pasa la dosis recomendada

Ya vimos que entre los posibles efectos secundarios del uso prolongados y/o en altas dosis de la cortisona, figuran la disfunción eréctil y el hipogonadismo (niveles excesivamente bajos de testosterona por disfunción de los testículos), además de otras afecciones como hipertensión, hipotiroidismo o elevación de azúcar en sangre, estas últimas, enfermedades asociadas a los problemas de erección y la baja de deseo sexual.

Dado que la cortisona es una hormona, puede afectar directamente la producción de hormona sexual masculina (testosterona).

El medio español “Información”, publica una lista de “Medicamentos que reducen el deseo sexual”, entre los cuales menciona a los esteroides anabolizantes, corticosteroides y estrógenos, que provocan “una disminución significativa de los niveles de testosterona y los andrógenos lo que a su vez causa una disminución de la libido, dificultades para la erección e incluso impotencia. Además, entre sus efectos en el hombre puede aparecer también la atrofia testicular y la azoospermia (ausencia de espermatozoides en el semen).”

Se explica en el “Libro de las enfermedades alérgicas” de la Fundación BBVA, que “los corticoides, o dicho de forma más académica, glucocorticosteroides, incluyen, por una parte, una serie de hormonas esteroideas producidas de forma natural en la corteza de las glándulas suprarrenales y, por otra, los derivados sintéticos que se consiguen modificando su estructura química básica. La ausencia de dichas hormonas da lugar a la denominada enfermedad de Addison, y su producción excesiva provoca lo que se conoce como enfermedad de Cushing.” Más adelante ampliaremos la información sobre este padecimiento.

Este mismo portal enlista los efectos secundarios de los corticoides que incluimos a manera de resumen.

En general, se trata de efectos de la inhibición del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales, pudiendo afectar a diversos órganos y sistemas. Los más importantes son: 

  • Metabolismo: aumentan la glucemia (concentración de azúcar en la sangre), por lo que pueden provocar un mal control en la diabetes; inducen la destrucción de proteínas, dando lugar a una disminución de la masa muscular, e incrementan la lipólisis (destrucción de las grasas), aumentando la concentración plasmática de colesterol. Todos estos factores de riesgo para la disfunción eréctil.
  • También influyen en el metabolismo del calcio y, a nivel renal, provocan retención de sodio con la consiguiente aparición de edemas y aumento de la tensión arterial.
  • Sistema osteoarticular: incrementan la pérdida de calcio y de fósforo del hueso; reducen la absorción de calcio en el intestino y aumentan su eliminación renal, favoreciendo la aparición de osteoporosis y aumentando el riesgo de fracturas. Otro efecto menos frecuente, pero que produce incapacidad, es la necrosis avascular del hueso. En los niños, la administración de corticoides sistémicos produce retraso del crecimiento.
  • Sistema inmunitario: favorecen la aparición, reactivación o empeoramiento de infecciones como la tuberculosis, así como las causadas por virus, hongos, etc.; sin descartar aquellas producidas por gérmenes poco habituales y la propensión a fácil contagio de enfermedades de transmisión sexual si se llevan a cabo prácticas sexuales de riesgo.
  • Piel: producen atrofia y debilitamiento de la piel, que puede provocar la aparición de estrías y el retraso en la cicatrización de las heridas. También se ha observado la aparición de erupciones similares al acné, dermatitis alérgica de contacto y otras lesiones cutáneas relacionadas con su administración tópica (telangiectasias, rosácea, etc.).
  • Vías respiratorias superiores (fosa nasal, faringe, laringe): su administración tópica nasal o inhalada puede favorecer en ocasiones la aparición de infecciones oportunistas (candidiasis oral), disfonía o sangrado nasal, habitualmente leves.
  • Ojos: aumentan la presión intraocular, sobre todo si se administran por vía oftálmica, y pueden causar cataratas, especialmente en los niños.
  • Aparato digestivo: pueden provocar úlcera gastroduodenal.
  • Eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales: según sea la dosis, la duración del tratamiento y la forma de administración, inhiben en mayor o menor medida la secreción de ACTH (hormona producida por la glándula pituitaria que controla la producción de cortisol. El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales y por la hipófisis, pudiendo ocasionar la atrofia de la corteza suprarrenal).
  • Reacciones de hipersensibilidad (alérgicas o de otro tipo).

Enfermedad de Cushing 

Además de los efectos secundarios antes mencionados, que a su vez, pueden producir disfunciones sexuales, el uso prolongado de corticosteroides por vía oral (Prednisona) o corticosteroides inyectables para el dolor articular, la bursitis y el dolor de espalda, puede ser causa de el llamado síndrome de Cushing.

Este trastorno aparece cuando el cuerpo tiene demasiada hormona cortisol. 

El exceso de cortisol puede producir algunos de los signos distintivos del síndrome de Cushing: una joroba de grasa entre los hombros, la cara redondeada y estrías de color rosado o púrpura en la piel. El síndrome de Cushing también puede provocar hipertensión arterial, pérdida de masa ósea y, en ocasiones, diabetes tipo 2. Nuevamente, factores de riesgo para disfunción eréctil

De acuerdo con Mayo Clinic, entre los signos y síntomas que los hombres con síndrome de Cushing pueden experimentar están:

  • Disminución del deseo sexual.
  • Disminución de la fertilidad.
  • Disfunción eréctil.

Esto se debe a que el cortisol cumple funciones como regular la presión arterial, reducir la inflamación y mantener el corazón y los vasos sanguíneos funcionando normalmente, entre otras importantes funciones. 

Conclusiones

La cortisona es un fármaco perjudicial para nuestra sexualidad si se excede la dosis recomendada. Es por eso que no debe usarse sin la supervisión de un médico.

Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto. Clic aquí.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

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