Dicen que lo que bien se aprende, nunca se olvida. Gran verdad que aplica tanto para andar en bicicleta como para tener encuentros sexuales sanos, placenteros y que duren lo suficiente para que ambos miembros de la pareja queden satisfechos. El arte de amar se aprende, por eso la única forma de evitar la eyaculación precoz, es aprendiendo. ¿A qué? Pues a cómo funciona nuestro cuerpo, cómo conectarnos con el otro, cómo mantener el control de nuestra mente y sobre todo, cómo dominar el impulso de eyacular antes de lo deseado.
¡Continúa leyendo que lo que sigue es muy interesante!
¿Cómo es la eyaculación precoz?
Si estás leyendo este artículo es porque te interesa el tema, seas o no eyaculador precoz. Aquí unos datos que no son para asustarte, sino para crear conciencia de lo común que es esta disfunción:
- La eyaculación precoz ocupa el primer lugar en disfunciones sexuales masculinas, seguida por la disfunción eréctil.
- 30% de la población masculina (1 de cada 3 hombres) padece o padecerá eyaculación precoz en algún momento de su vida.
- Sólo 25% de los eyaculadores precoces van a tratamiento. El otro 75% no sabe que padece eyaculación precoz o no se atreve a enfrentar el problema.
- La cifra de jóvenes con eyaculación precoz se ha incrementado aproximadamente un 15%.
- Sólo 10% de los casos de eyaculación precoz son de origen fisiológico. 90% se debe a cuestiones emocionales y malos aprendizajes.
El número de eyaculadores precoces en todo el mundo va en aumento, especialmente entre los jóvenes. Esto puede deberse a factores como el estilo de vida, la sobreexposición a contenido erótico en internet, la carencia de educación sexual o la desinformación sobre educación sexual y salud sexual masculina, entre otros.
Trataremos de explicar de una forma sencilla cómo evitar la eyaculación precoz, y si crees que eres ese uno de cada tres hombres que ya la padecen, cómo superarla.
Recordemos primero algunos puntos básicos:
- La eyaculación precoz es la incapacidad de controlar el impulso eyaculatorio, es decir, la imposibilidad de eyacular en el momento deseado.
- No es una cuestión de tiempo, sino de falta de control.
- La eyaculación precoz no debe confundirse con el deseo de durar más.
- Se considera eyaculación prematura cuando el hombre eyacula ante el mínimo estímulo, ya sea antes de la penetración o alrededor de uno o dos minutos después de penetrar.
- Existen dos tipos de eyaculación precoz: la primaria, que es la que se ha padecido toda la vida y la secundaria o adquirida, que surge de repente en algún momento de la vida, no como un episodio aislado, sino como un patrón que se repite en al menos uno de cada cuatro encuentros sexuales.
Sobre estas bases, ya podemos hablar del tema que nos interesa en este artículo: Cómo evitar la eyaculación precoz
Conoce tu cuerpo
El órgano sexual más importante no es el pene, es el cerebro. Ahí es donde empieza el proceso de excitación que culmina en el orgasmo. No te preocupes, no hace falta saber de procesos neurológicos y químicos. Si el deseo sexual empieza en el tálamo, el hipotálamo, la amígdala, o el lóbulo frontal, déjaselo a los científicos o a los médicos. Lo que es importante para ti, es reconocer las sensaciones que se generan desde tu cabeza y van bajando hasta los órganos genitales.
La dopamina, serotonina, oxitocina, endorfinas y todas esas sustancias de las que seguro has oído hablar, producen una sensación de bienestar que, al existir un estímulo sexual, se traduce en excitación. Si tú no aprendiste a “saborear” este cosquilleo y llevarlo poco a poco hasta el punto climático, lo que ese montón de sustancias te van a generar, es ansiedad. “Ya, tengo que calmar estas ansias”, “necesito un orgasmo ya, ya, ya”. Así es como ocurre en las primeras experiencias sexuales, cuando somos pre adolescentes. A esa edad no te preocupas por el camino, sino por la llegada. Además, siempre lo hacemos a escondidas, con miedo, nerviosismo, culpa, en fin. Seguro te acuerdas.
Nadie nos dice “vas a sentir esto o aquello y debes hacerlo así”. Si somos afortunados, nos lo enseñará alguna pareja o lo descubriremos solos. Pero si no, eyacular rápido se vuelve un hábito.
Hagamos un pequeño experimento: cuando te sientas excitado, cierra los ojos, respira profundo, goza el momento. Observa cómo se siente cada parte de tu cuerpo, no te claves en la erección, ¿qué sientes en el estómago?, ¿cómo late tu corazón?, ¿tu piel se eriza?, ¿qué sientes en tus órganos sexuales? Estimúlate tú o con ayuda de tu pareja pero poco a poco. Concéntrate, no pienses en eyacular, sino en lo agradable de las caricias, en ese calorcito que sientes en todo el cuerpo. RES-PI-RA. Prolonga lo más que puedas ese momento y no dejes de poner atención a lo que sientes. Frena el estímulo. RES-PI-RA. Estimula otra vez. Hazlo varias veces hasta que logres eyacular.
¿Te das cuenta de cuántos músculos y neuronas intervienen para frenar la eyaculación?
Si no lo conseguiste, no te preocupes, hay expertos en salud sexual masculina (sexólogos) que te pueden enseñar ejercicios muy efectivos para lograr esto.
Reconocer las sensaciones por las que pasan tu cuerpo y tu mente durante el acto sexual y sobre todo, aprender a dominarlas, es la mejor forma de evitar la eyaculación precoz. Esta es la base en el tratamiento de esta disfunción.
Entrena con ejercicios especiales
Al igual que desarrollamos bíceps, pantorrilla o abdominales, los músculos pubocoxígeos se pueden entrenar y fortalecer.
Los ejercicios de Kegel son los indicados para esta zona. Estos ejercicios los recomiendan los urólogos para fortalecer el piso pélvico a quien padece incontinencia urinaria.
¿Ubicas esa parte de la pelvis y el pene que contraes cuando quieres retener la orina? Haz el ejercicio cuando vayas al baño. Deja salir un poco de orina, detén el chorro, deja salir otra vez, vuelve a contener el chorro. Eso que aprietas son los músculos pubocoxígeos. Practica esto hasta que identifiques bien los músculos y luego, haz la misma acción de apretar y soltar pero ahora sentado en una silla, sin orinar. Aprieta, aguanta cinco segundos, suelta, aprieta, suelta… si realizas esto unas tres veces por día de forma regular, tu piso pélvico irá adquiriendo el tono y fuerza necesarios para detener la eyaculación hasta que tú decidas.
Habla con tu pareja
El placer sexual es cosa de dos. Cuando has estado con una misma pareja por mucho tiempo, la rutina, los problemas cotidianos, el dar por hecho que ella siempre estará ahí, los hijos y muchas otras cosas, nos hacen descuidar la sexualidad.
¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste, estás satisfecha, te gustó, de qué tienes ganas?
Cuando el cansancio te gana o tienes que levantarte temprano a la mañana siguiente, “cumplimos” lo más rapidito posible y a dormir. ¿Dónde quedó Eros?, ¿en un rapidín por la mañana y métete corriendo a bañar?, ¿huyó de nuestra cama en el medio tiempo del fútbol americano?, ¿lo perdimos entre las cuentas bancarias, las calificaciones de los hijos o la lista de pendientes?
Dense tiempo para el romance. El sexo es mucho más que un coito. Es la forma de conectarte con tu pareja, el momento más íntimo que pueden compartir, la hora feliz, la oportunidad de saber más acerca de ustedes, sus fantasías, sus sueños, sus planes. Recuerda que para las mujeres el sexo es totalmente emocional.
Si sospechas que estás llegando muy rápido al orgasmo, pregúntale a quien más te conoce. La pareja es el mejor espejo, seguro verás en ella algo que no has notado en ti.
Cuida tu salud
Como dijimos, el 10% de los casos de eyaculación precoz son por causas físicas. Además de un chequeo médico anual que todos deben hacerse, asegúrate de que todo esté bien con tus genitales. Chécate la próstata, explora tus testículos regularmente, observa si estás orinando bien.
Si has tenido alguna enfermedad de transmisión sexual, irritación en las vías urinarias, dolor al orinar, cambios en el olor o el color del semen, ve al médico. Quítate la absurda idea de que ir al urólogo es doloroso o de que sólo lo hacen los viejitos. Tu salud es responsabilidad tuya, también tu salud sexual.
La prevención es una de las mejores formas para evitar la eyaculación precoz. Si tú llevas una alimentación sana y balanceada, realizas ejercicio regular, cuidas tu peso, no fumas, no te excedes con el alcohol, el café o el refresco, podrás tener no sólo una mejor vejez, sino una vida sexual intensa, con buenos orgasmos y sin tener que preocuparte por “durar más”.
Explora cosas nuevas
No no no…no te estamos invitando a que vayas a darle “vuelo a la hilacha” fuera de casa. Es común que un hombre que sospecha de padecer eyaculación precoz o disfunción eréctil, busque “hacer la prueba” con otras personas, pero esa no es la solución ni es correcto, sólo te llenará de culpas y le dará en el traste a tu relación.
Nos referimos a explorar nuevas formas de erotismo. Hace poco tocamos el tema del sexo tántrico, por ejemplo. Esta disciplina se centra en el mejor conocimiento de uno mismo y del otro a través del sexo.
Para practicarla se necesita tiempo, paciencia y disposición. En realidad no es otra cosa que una forma de meditar mientras tienes relaciones sexuales para que toda esa energía que se genera en el orgasmo, tu cuerpo la aproveche para lograr sensaciones más intensas, conectarte mejor con tu pareja y con todo lo que te rodea, incluido el universo.
Suena esotérico, pero lo que tiene de bueno es que esta práctica te ayudará a prolongar el placer, centrarte en las sensaciones y aprender a dominar mente y cuerpo, eliminando la ansiedad.
Los juegos previos también son importantes. Crear un ambiente agradable, relajado, romántico, nos ayuda a darle variedad a nuestros encuentros sexuales. Experimentar con todo aquello que se les ocurra a ti y a tu pareja sin prejuicios ni censura, les hará ver de otra forma el sexo, lejos de la rutina y el aburrimiento, que son los peores enemigos del placer. Hay tantas formas de hacer el amor como seres humanos en el mundo, en la variedad está el secreto para mantener encendida la llama.
Consideraciones finales
- Controla el estrés. No es imposible. Aunque la vida agitada de una ciudad nos lleve a un ritmo acelerado, debes darte tiempo para el descanso, unas buenas vacaciones, meditar, disfrutar de tu tiempo libre o comer con calma.
Si el sexo te genera ansiedad o te es imposible controlar los altos niveles de estrés, tal vez te convendría ir a terapia. Un psicoterapeuta te ayudará a entender y manejar tus emociones.
- Haz el amor tanto como puedas. Las relaciones sexuales frecuentes son el mejor entrenamiento para evitar la eyaculación precoz.
Cuando se pasa mucho tiempo sin sexo, las ganas se acumulan y provocan que se eyacule precipitadamente. Un poquito de abstinencia está bien, le pone sabor al caldo, pero cuando uno se priva demasiado tiempo de algo, tiende a volcarse con todo sin disfrutarlo.
- Visita a tu médico. Si crees que padeces de eyaculación precoz, lo más recomendable es acudir a consulta con un médico. Debes tener un diagnóstico confiable con base en tu historia clínica y hábitos sexuales. El experto te indicará si es necesario que tomes algún medicamento, qué ejercicios debes realizar o si debes acudir a terapia. En muchos casos, la eyaculación precoz es el primer síntoma de disfunción eréctil.
El tratamiento integral da resultados extraordinarios en un tiempo razonable. Y una vez que se logra curar la eyaculación precoz, rara vez vuelve.
Esperamos que estos consejos sobre cómo evitar la eyaculación precoz te sean útiles. Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto. Clic aquí.
¡Hasta pronto!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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