¿Qué es la distimia y por qué puede afectar la salud sexual masculina?

La distimia o trastorno depresivo persistente es una forma de depresión no severa, continua y crónica. Quien la padece, pierde interés en las actividades cotidianas, experimenta una sensación constante de desesperanza, se vuelve improductivo, tiene baja autoestima y esto puede afectar también la libido y en general, su salud sexual. Estos sentimientos duran por largos periodos -años o décadas-. Entérate qué es la distimia y por qué puede afectar la salud sexual masculina en este artículo. Si la padeces, debes saber que, con ayuda de un profesional en psicología, apoyo de personas cercanas y farmacoterapia, es posible superar este tipo de depresión persistente. ¡Comencemos!

¿Distimia o depresión?

La distimia presenta una sintomatología depresiva menos severa que la depresión mayor. El problema es que una persona distímica no cree que se trate de una enfermedad, simplemente cree que “la vida es así” y es probable que buscar atención médica no sea una de sus opciones.

Las personas con trastorno depresivo persistente, pueden ser percibidas como amargadas, malhumoradas, pesimistas, quejosas, tristes, introvertidas o apáticas. Pero pocos saben que es una condición de salud. Si bien la distimia no es tan grave como la depresión, este estado de ánimo bajo puede ser de moderado a grave y derivar en una verdadera depresión tal como la entendemos.

Lo que caracteriza a la distimia son los síntomas depresivos de bajo grado, fundamentalmente de tipo subjetivo (humor y cognición) y la ausencia de signos objetivos (psicomotores y vegetativos).

Aunque distimia y depresión comparten algunas características como humor depresivo, alteraciones del sueño, disminución de la energía, pobre concentración o tendencia a la indecisión, existen diferencias entre un padecimiento y otro que nos ayudarán a entender mejor qué es la distimia y por qué puede afectar la salud sexual masculina.

Los trastornos depresivos son algo muy común en nuestros tiempos. La pandemia nos ha dejado secuelas de una forma u otra y cambió la forma en que nos relacionamos y vivimos. 

La distimia podría ser una de las consecuencias de períodos difíciles o traumáticos como la pérdida de un ser querido, problemas económicos o un nivel alto de estrés, entre otros acontecimientos de la vida. Pero, de acuerdo con Mayo Clinic, también podría ser causada por:

• Diferencias biológicas. Aunque es algo incierto, se cree que las personas con trastorno depresivo persistente podrían tener modificaciones físicas en el cerebro. 
• Química del cerebro. Los neurotransmisores (sustancias químicas naturales del cerebro) probablemente desempeñen un papel en este trastorno. Estudios recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores y en la manera en que interactúan con los neurocircuitos encargados de mantener la estabilidad del estado de ánimo, pueden jugar un papel fundamental en la distimia y su tratamiento.
• Rasgos heredados. El trastorno depresivo persistente parece ser más frecuente en personas cuyos familiares de sangre también tienen el trastorno. Los investigadores están intentando encontrar genes que puedan causar la depresión.

Síntomas de la distimia

Existen ciertos síntomas más o menos generales, aunque es importante señalar que cada caso es diferente, es decir, las vivencias y circunstancias de cada paciente nunca son las mismas, por lo que debe darse un diagnóstico y tratamiento personalizados.

Los síntomas del trastorno depresivo persistente, por lo general, aparecen y desaparecen durante años y su intensidad puede variar con el tiempo. Además, pueden presentarse episodios de depresión mayor antes o durante la distimia, lo que a veces se llama «depresión doble» (Mayo Clinic).

Los síntomas de distimia pueden incluir:

• Falta de interés o sentimiento de incapacidad para enfrentar las responsabilidades diarias.
• Tristeza, sensación de vacío, depresión, desesperanza.
• Pesimismo sobre el futuro (preocupación sin acción) o cavilaciones sobre el pasado, como sentimientos de culpa.
• Incapacidad para disfrutar situaciones placenteras (anhedonia).
• Aislamiento social.
• Cansancio y falta de energía.
• Baja autoestima, autocrítica o sentirse incapaz o inútil.
• Dificultades para concentrarse y tomar decisiones.
• Irritabilidad o enojo excesivo.
• Disminución de la actividad, eficacia y productividad.
• Falta de apetito o comer demasiado.
• Problemas para dormir.
• Preocupación obsesiva por asuntos de salud.
• Retardo psicomotor (lentitud, letargo).
• Alexitimia, que es un trastorno en la forma de procesar las emociones. Incapacidad para identificar sus emociones y, por tanto, expresarlas (la persona no entiende lo que siente ni sabe describirlo).
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• Falta de apetito sexual y de fantasías sexuales (médicamente se conoce como deseo sexual hipoactivo).

• Disminución del impulso sexual.

No hay duda de que la distimia afecta de forma importante y crónica la calidad de vida. Hay personas que han estado así prácticamente desde siempre sin saber que su problema podría tener solución. 

¿Por qué la distimia puede afectar la salud sexual masculina?

En lo que concierne a la salud sexual masculina, ya en muchos otros artículos hemos explicado que la depresión puede ser causa de trastornos como disfunción eréctil, falta de apetito sexual o alteraciones en la eyaculación cuando se suma la ansiedad.

Es obvio que la distimia, al ser una variante de la depresión típica, afecta significativamente la vida sexual masculina. No es raro encontrar casos de hombres cuya libido ha disminuido notablemente o incluso, ya no tienen ningún interés en el sexo. Pero ¿por qué ocurre esto?

La distimia con frecuencia se presenta en personas con vidas muy estresantes, con problemas familiares, laborales o económicos serios, todo el tiempo se sienten cansadas, con sueño, socializan poco y su vida sexual es muy poco activa. 

La constante sensación de frustración y la baja autoestima, puede hacerles sentir -aunque no lo expresen- que no merecen ser felices o no encontrarán nunca la forma de serlo. 

De no atenderse con un profesional de la salud mental, la situación puede empeorar y derivar en:

• Mala calidad de vida permanente
• Depresión mayor, trastornos de ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo
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• Pérdida total de interés en el sexo (deseo sexual hipoactivo)

• Abuso de sustancias
• Relaciones difíciles y conflictos familiares
• Problemas en la escuela y el trabajo y reducción de la productividad
• Dolor crónico y enfermedades en general
• Pensamientos o comportamiento suicida
• Trastornos de personalidad y otros trastornos de salud mental

Es común que la persona que padece distimia, experimente la desaparición de cualquier tipo de deseo sexual o fantasías sexuales: deseo sexual hipoactivo. 

Según el sitio especializado en datos de salud mental Mindyra, el trastorno del deseo sexual hipoactivo es un trastorno psiquiátrico que ocurre en aproximadamente el 1,5% de los hombres de 16 a 44 años. Se caracteriza por un bajo deseo sexual y una ausencia de pensamientos sexuales.

En el caso de los varones, puede estar asociado a problemas eréctiles y/o eyaculatorios. Los hombres con este trastorno también pueden tener dificultades para alcanzar una erección o llegar al orgasmo, lo que puede producir un menor interés en el sexo. Los hombres con trastorno de deseo sexual hipoactivo, a menudo informan que ellos no inician la actividad sexual y que son mínimamente receptivos cuando la pareja toma la iniciativa, lo cual es un indicador de que un profesional en salud sexual masculina, debe evaluar el trastorno. 

Muchos hombres con trastorno del deseo sexual hipoactivo masculino pueden tener una baja autoestima, un menor sentido de la masculinidad y comportamiento depresivo. Los sentimientos de un hombre sobre sí mismo pueden afectar negativamente el deseo sexual. Y, como ya vimos, estas son características de la distimia o trastorno depresivo persistente.

Los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad, como la depresión mayor o la distimia, tienen una comorbilidad con los hombres que padecen falta de apetito sexual. Podría ser el caso de trastornos endocrinos, niveles bajos de testosterona, problemas de identidad sexual no resueltos, orientación sexual, falta de una educación sexual adecuada o traumas de experiencias anteriores.

Nuestra vida sexual es, además de un indicador de salud, una forma de manifestar afecto hacia el otro, de fortalecer la autoestima, de relajarse, de conectarse con la pareja, desconectarse de los problemas o hasta de mejorar la condición física. Cuesta trabajo imaginar que una persona, especialmente un hombre, no quiera tener relaciones sexuales por largo tiempo. Los expertos en salud sexual masculina afirman que, a mayor frecuencia de relaciones sexuales, más se incrementa el deseo sexual; y por el contrario, una abstinencia larga, tiende a disminuir la libido. Esto se explica por razones químicas. 

Sustancias como la serotonina, noradrenalina, oxitocina, dopamina o endorfinas, juegan un papel muy importante en el estado de ánimo y las relaciones sexuales. Una persona que padece depresión mayor o distimia, puede tener una baja importante en los niveles de estos químicos, especialmente serotonina, el neurotransmisor de las emociones.

Es por esta razón que muchas veces se necesita medicación para regular los niveles de químicos cerebrales -particularmente, serotonina-, que devuelva a todo el sistema nervioso, su funcionamiento normal. Los antidepresivos más la terapia, ayudarán al paciente a salir de este estado.

Un dato muy importante de mencionar, es que la mayoría de los antidepresivos actúan sobre la serotonina (ISRS), lo cual causa inapetencia sexual y en casos severos, hasta disfunción eréctil. Pero existen otras alternativas de fármacos para tratar la depresión con menos afectaciones a la función sexual. Pregunta a tu médico cuáles son las más adecuadas para ti.

Desde este espacio recomendamos que asistas a Boston Medical Group, profesionales médicos que trabajan en conjunto psicólogos, uroandrólogos y terapeutas sexuales, que ofrecen al paciente tratamientos integrales consistentes en:

• Farmacoterapia. Medicamentos que restauren la producción hormonal y equilibren la química cerebral.
• Tratamiento psicológico. Lo más indicado para solucionar la distimia es la terapia con un experto en salud mental. Está demostrado que el apoyo psicológico es sumamente efectivo para un alto porcentaje de pacientes. La terapia de pareja también es una opción. Ésta les proporcionará la información necesaria y las herramientas para que, juntos, superen el problema.
• Asesoría sexológica. En ocasiones, la pareja puede ser un gran apoyo en la recuperación del estado emocional y el interés sexual del hombre con distimia. La comunicación abierta y la guía de un profesional en salud sexual, pueden ser el mejor camino hacia la cura.

Otras acciones que pueden ayudar a las personas con distimia, es intentar cambiar la narrativa, persistente y recurrente de tipo pesimista.

En las personas con falta de apetito sexual, se debe ser especialmente cuidadoso en la elección del medicamento. En lugar de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSS), podría recomendarse un fármaco que actúe sobre la dopamina y noradrenalina. Éste puede ser un tratamiento efectivo para los pacientes con un trastorno distímico.

Si el tratamiento no está siendo efectivo, el especialista debería reconsiderar el diagnóstico, en especial, en lo que se refiere a la posibilidad de una patología médica subyacente.

La distimia puede afectar la salud sexual masculina

Es importante que te atiendas, aun cuando no estés seguro de estar atravesando por una depresión.

Si sospechas que padeces trastorno depresivo persistente, es posible que te resulte difícil sentirse optimista en cuanto a tu salud sexual. Pero, te aseguramos que el panorama es muy favorable si te pones en manos de los expertos. Una combinación de sesiones de psicoterapia y medicamentos puede ser eficaz para tratar esta afección.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.