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¿Cuál es la diferencia entre la eyaculación precoz y querer durar más?

Hace poco apareció en redes sociales un cuento erótico sobre eyaculación precoz. Lo compartimos aquí: “Ella lo miró. Fin.” Desconocemos el autor, pero hay que darle crédito porque sin duda, sabe bien de qué habla. Según los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group, uno de cada tres hombres padece de eyaculación precoz. Pero, ¿cómo saber si realmente se trata de esta disfunción o sólo es una creencia de no durar lo suficiente? ¿Cuál es la diferencia entre la eyaculación precoz y querer durar más? Aquí te lo vamos a explicar. ¿Te quedas leyendo?

¿Cuánto  tiempo es demasiado rápido?

Para empezar aclaremos, ¿cuánto es “demasiado rápido”? Esa es una de las preguntas más comunes en las consultas, tanto médicas como en internet, lo cual nos da una idea de lo mucho que desconocemos acerca de este padecimiento. Pareciera que en la respuesta, los hombres buscan una esperanza: “igual y no soy eyaculador precoz”, “tal vez mi pareja se tarda demasiado”, “no soy Supermán pero estoy en el promedio”.

Los resultados de múltiples estudios que se han realizado en todo el mundo, varían. Esto es entendible considerando que no existe una “duración ideal” de las relaciones sexuales. Los criterios son subjetivos; depende de los gustos, la edad, el tiempo de relación en pareja, el momento del día, las costumbres, necesidades emocionales y hasta de factores culturales.

Por ejemplo, un estudio publicado por Journal of Sexual Medicine entre parejas de diferentes países, estableció la duración promedio para las relaciones sexuales en 5.4 minutos. Por otro lado, la Universidad Estatal de Pensilvania, concluye en su investigación sobre hábitos sexuales, que una “buena” relación sexual, fluctúa entre los 7 y 13 minutos.

Si sacáramos un promedio entre los resultados de estas dos investigaciones (por tomar sólo algunas), concluiríamos que un coito que dure más de 10 minutos, es muy largo, y uno que dure menos de 5 minutos, “demasiado corto”.

Pero, ¿qué pasa con los juegos previos?, ¿debemos contar los minutos que duran las caricias y los besos antes de la penetración, como parte de la relación sexual? La mayoría de los entrevistados en otro estudio que sí considera los preliminares, opinó que una pareja dedica unos 15 minutos al proceso de excitación y 7 para el coito. 

Aquí es donde quienes sospechan de padecer eyaculación precoz empiezan a fruncir el ceño. Con justificada razón, ya que este tiempo parece notablemente largo en comparación con el que duran los varones diagnosticados con eyaculación precoz. El tiempo promedio en el que estos pacientes eyaculan es de entre uno y dos minutos después de la penetración. Algunos eyaculan incluso antes de penetrar. 

Los médicos especialistas en disfunciones sexuales masculinas coinciden en que ese es el tiempo aproximado para determinar si un hombre es o no eyaculador precoz. Cabe aclarar que ésta media de duración es sólo una referencia, ya que como hemos señalado en otras ocasiones, la eyaculación precoz no es una cuestión de minutos, sino de falta de control.

¿Qué es la eyaculación precoz?

Recordemos algo básico: la eyaculación precoz se define como el impulso de eyacular sin control, antes de desearlo o con una mínima estimulación sexual.  A cualquier hombre le habrá pasado alguna vez, y si es así, no hay que darle mayor importancia, pero cuando esto pasa de forma regular, en la mayoría de los encuentros sexuales, sí se considera un problema que requiere atención médica.

Se reconoce como eyaculación precoz si se presentan uno o más de estos síntomas:


  • Incapacidad para controlar la eyaculación.
  • Ocurre antes o inmediatamente después de la penetración.
  • Se eyacula con un mínimo de estimulación sexual.
  • Se eyacula antes de desearlo o de haber satisfecho a la pareja.

 

Vale la pena profundizar un poco en este último punto: eyacular antes de haber satisfecho a la pareja. Aquí podría estar la respuesta a la pregunta inicial: ¿cuál es la diferencia entre la eyaculación precoz y querer durar más?

Los datos que hemos expuesto arriba son la primera guía para entender si la eyaculación prematura es un problema real o sólo una percepción, ya sea tuya o de tu pareja. 

Cuando esperamos mucho de algo, de cualquier cosa, es muy probable que acabemos decepcionados porque las expectativas no se cumplen. Si la duración de tus encuentros sexuales está muy por debajo de lo que te gustaría o de lo que satisface a tu pareja, tal vez convendría que visitaras a un especialista. Eso no significa que tengas un problema, pero sólo un diagnóstico profesional y basado en un examen completo, podrá sacarte de dudas. En caso de que el resultado sea positivo, no te preocupes. Hay varias alternativas de tratamiento para la eyaculación precoz, la más comúnmente indicada es la asesoría sexológica. ¿Por qué? Porque en la mayoría de los casos, la eyaculación precoz se debe a malos aprendizajes. Si tu pareja está dispuesta a acompañarte, mucho mejor, porque así el sexólogo podrá explicarles a ambos lo que pueden esperar, cómo mejorar su relación y reaprender juntos a tener encuentros íntimos más largos y satisfactorios.

Y ya que mencionamos a las mujeres, ellas también juegan un papel fundamental en la detección de la eyaculación precoz. Las reacciones de las mujeres ante un encuentro sexual no satisfactorio, pueden ser muy variadas: desde el silencio resignado, hasta el enojo o la frustración, especialmente si es una situación repetitiva. El único camino para encontrar una solución es el diálogo. Un hombre que ha sido eyaculador precoz toda su vida, es porque tal vez así aprendió a tener sexo. ¿Y si nadie le dice nada nunca?, ¿cómo sabrá que tiene un área de oportunidad para mejorar?

En una pareja ambos deben disfrutar de las relaciones sexuales por igual, los tiempos en que las mujeres eran sólo receptoras y se conformaban con dar placer sin recibirlo, quedaron atrás. Desde la llegada de la pastilla anticonceptiva, las mujeres se sintieron más libres de manifestar sus deseos y defender su orgasmo. 

Los hombres, por su parte, son cada vez más conscientes de que el sexo debe ser equitativo. Si uno de los dos no se siente pleno, ambos lo resentirán. En el caso de los varones que, ya sea por un problema de eyaculación precoz o por no coincidir en el “timing”, no pueden satisfacer a su pareja, se encontrarán con una sensación de angustia constante, depresión, vergüenza o desilusión.

¿Cuál es la diferencia entre la eyaculación precoz y querer durar más?

Dado que hombres y mujeres somos fisiológicamente diferentes, llegamos al orgasmo por diferentes caminos. Es sabido que a las mujeres les toma un poco más de tiempo y que no necesariamente, alcanzan el clímax a través de la penetración. Si el hombre se empeña en tener un mejor “performance” durante el coito, prolongando excesivamente el bombeo, lejos de sentirse complacida, la mujer puede llegar a salir lastimada, con irritación debido al roce y la falta de lubricación. 

Las dos palabras clave para llegar a un entendimiento en la duración del coito son: comunicación y control.

De acuerdo con los expertos de Boston Medical Group, un tiempo de latencia intravaginal razonable puede ser de entre 3 y 7 minutos. Entre 8 y 13 minutos es algo aspiracional pero realizable; más de eso, es demasiado para ambos cuerpos.

Pero en cuestiones de sexo no hay nada escrito, siempre se pueden mejorar marcas y batir récords, aunque ese no sea el objetivo. Tal vez a eso se refería Einstein al afirmar que el tiempo es relativo…obviamente no, pero el sexo también tiene que ver con leyes de física y desde luego, de química.

La satisfacción propia y de la pareja es un aspecto importantísimo para tener una vida sana, equilibrada y feliz. Las disfunciones sexuales como la eyaculación precoz pueden causar un desequilibrio emocional en los hombres, ya que una buena parte de su seguridad, radica en el desempeño sexual. Sin embargo, tampoco tenemos por qué exigirles proezas imposibles de cumplir.

Cuestión de control

Una vez más hacemos hincapié en que es una cuestión de control. Salvo en casos específicos donde existe un problema fisiológico como la hipersensibilidad en el glande (sensaciones físicas muy intensas en la cabeza del pene), los hombres deberíamos ser capaces de controlar el impulso eyaculatorio hasta que nuestra pareja alcance el orgasmo o cuando nosotros deseemos hacerlo. Esto se puede lograr aprendiendo las técnicas recomendadas por el terapeuta sexual.

La terapia que combina fármacos con algunos ejercicios y asesoría sexológica especializada, puede solucionar la eyaculación precoz en más del 90% de los casos de forma permanente.

Conclusiones

Podríamos concluir que la diferencia entre la eyaculación precoz y querer durar más, son las expectativas, siempre más altas que nuestras verdaderas capacidades; la seguridad en nosotros mismos: no es más hombre el que más dura, sino el que tiene más control sobre sus orgasmos; y finalmente, la empatía, en una relación de pareja debe primar la confianza, la capacidad de comunicarse y de expresar lo que cada uno siente, empezando por la cama.

La vieja creencia popular de que el hombre es responsable del orgasmo de la mujer, es sólo eso, una creencia. Cada uno conoce su cuerpo, sus detonadores y es responsable de su propio placer. Juntos deberán encontrar el camino hacia una sexualidad más plena y satisfactoria, explorar la infinita gama de opciones que componen el erotismo. Deben hablar abiertamente de lo que les gusta o no, entonces descubrirán que la relación sexual no se acaba cuando el hombre eyacula. Cada pareja es un mundo, lo importante es entender que la eyaculación precoz no se determina en función del orgasmo de la mujer, sino del control que el hombre ejerce sobre su propio cuerpo.

Otro mito sobre la eyaculación precoz, es que ésta ocurre por exceso de excitación. No es así, ocurre por exceso de ansiedad. Cuando el cuerpo y la mente están tensos, los músculos rígidos apresuran la llegada del orgasmo. ¡Relájate! El sexo es para disfrutarlo, no para sufrirlo. Nadie te está cronometrando.

Olvídate de remedios absurdos como “unas copitas ayudan” o pensar en otra cosa durante el acto sexual. ¿Qué caso tiene procurar un momento tan íntimo si no estás ahí con todos tus sentidos? Lo que debes hacer es concentrarte en las sensaciones que experimenta tu cuerpo desde la excitación hasta el orgasmo, aprender a reconocerlas, disfrutarlas, escuchar lo que te dice tu pareja.  Tú y tu pareja pueden escribir su propio cuento, uno que termine en “…y fueron felices para siempre”.

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Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

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