9 zonas erógenas de un hombre: despierta el placer en tu pareja

La falta de deseo no siempre se debe a causas físicas o a algún problema psicológico. A veces, puede ser que la rutina o la estimulación inadecuada nos bajen las ganas. Si crees que te has perdido de algo, te invitamos a leer este interesante artículo donde te revelamos 9 zonas erógenas de un hombre para despertar el placer en tu pareja. Chicas, tomen nota.

Conoce tu cuerpo

El mundo del erotismo es muy amplio, seguramente hay cosas que no hemos probado. Conocer nuestro cuerpo, o mejor aún, descubrirlo en pareja, puede ser más excitante de lo que imaginamos y ayuda a solucionar la falta de deseo, siempre y cuando no exista un problema fisiológico. 

Conocer las zonas erógenas de un hombre puede ser el camino para reavivar el deseo en una pareja. Parece obvio, pero los hombres estamos acostumbrados a llevar la batuta. Acariciar, explorar, preguntar “¿te gusta esto?” “¿así estás bien?” 

Y es que, al ponernos “de pechito” y dejar “que nos hagan”, sentimos que no tenemos el control. En el sexo, es bueno perderlo a veces. 

También tenemos la idea equivocada de que en el hombre sólo hay un punto que le produce excitación y placer: el pene. Debes saber que el pene no necesariamente es la zona erógena más importante.

¿Cuál es?

Tendrán que descubrirlo juntos, ya que cada persona es diferente y tiene sus propios gustos y puntos sensibles. Algunas personas, por ejemplo, no toleran que les toquen los pies, las axilas, o peor aún, el ano; pero son lugares con miles de terminaciones nerviosas y, por lo tanto, con gran sensibilidad al tacto.

Si quieres darle un vuelco a tu vida sexual, es necesario explorar, romper con tabúes y sobre todo, comunicarse abiertamente. ¡Atrévanse!

En el cuerpo masculino existen más zonas erógenas que pueden dar tanta satisfacción como los testículos o el glande.

¿Dónde sentimos más? 

Todos sabemos que existen zonas del cuerpo más sensibles que otras. Lo aprendemos desde bebés de forma instintiva. 

En los bebés, la boca y las manos son la primera vía para recopilar información detallada del mundo que nos rodea, esto ocurre a través de las neuronas sensoriales. 

Estas dos partes del cuerpo nos indican que una bebida está demasiado caliente antes de introducirla al organismo o que el agua de la regadera está helada. Es una mera función de supervivencia, pero también una vía hacia el placer.

En 2021, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, descubrieron el mecanismo que podría explicar por qué ciertas partes del cuerpo o regiones de la piel, son tan sensibles y otras no tanto. Ellos atribuyen las diferencias a lo que llaman una representación excesiva de las superficies sensibles de la piel en el cerebro.

Los hallazgos fueron publicados en la revista científica Cell y revelan que “las neuronas sensoriales que existen en las regiones más sensibles de la piel, transmiten información al tallo cerebral formando un mayor número de conexiones y más fuertes que las neuronas en otras partes del cuerpo.”

El estudio se llevó a cabo en ratones y se encontró que, entre la adolescencia y la edad adulta, la piel sensible y sin pelo de sus patas presenta conexiones más fuertes y numerosas entre neuronas que aquellas de piel menos sensible y con pelo.

Esto nos da una pista de por qué ciertas zonas sensibles en un hombre, coinciden con aquellas que no tienen exceso de vello. 

Si bien ya aclaramos que cada persona es diferente, lo anterior permite establecer algunos puntos de sensibilidad que puedan ser más o menos iguales para todos. 

Si últimamente has experimentado falta de deseo, aquí tienes una lista de 9 zonas erógenas de un hombre. ¡Despierta el placer en tu pareja!

• Los labios. Los labios tienen más terminaciones nerviosas que la yema de los dedos; al estar compuestos de piel, músculos y mucosa, son sumamente sensibles al tacto y la temperatura. También contienen cientos de vasos sanguíneos.

Besar, además de una de las más intensas muestras de afecto, es un gran ejercicio para los músculos faciales, reduce el estrés y con ello, los niveles de colesterol y desde luego, mejora la satisfacción de la relación sexual al ser una de las zonas erógenas más importantes.

Los labios suelen ser el inicio de un encuentro sexual y cuando entran en juego la lengua y los dientes, el nivel de excitación se eleva. Explorar con los labios es súper sexy y nos hace sentir más, que tocar con las manos.

• Los pezones. Los senos en las mujeres son una de las principales zonas erógenas. En los hombres, el pecho es un lugar muy agradable para acariciar, lamer o morder. Para un hombre, el pecho es la “coraza” que pone en primer plano para enfrentar el mundo. Es sinónimo de masculinidad y fuerza, pero los pezones son ese punto que no siempre está expuesto y es el más sensible del tórax.

• Las orejas. Prueba succionar el lóbulo de su oreja o meter la lengua en su oído durante el coito. A menos que él diga lo contrario, puede ser algo explosivo.

Las orejas son una zona erógena masculina increíblemente sensible, por eso hay que manejarlos con cierta delicadeza. Puedes mordisquearlos y lamerlos, pero también pasar tus dedos y lengua por los alrededores, ya sea detrás de las orejas o el cuello. Si le resulta molesto, él te lo dirá. 

• Los pies. Pueden ser una zona erógena olvidada porque, si lo pensamos bien, no siempre son bonitos. Pero, por algo son fetiche de muchas personas.

Desde luego habrá que ser especialmente cuidadosos con la higiene, ya que el pie es una región que suda y tiene olor. Sin embargo, por su gran sensibilidad, los pies pueden ser una puerta de entrada a la excitación de todo el cuerpo si ambos estás dispuestos a explorar. ¿Sabías que, a excepción de los genitales, es la parte del cuerpo con más terminaciones nerviosas por centímetro cuadrado?

Explica Valérie Tasso, escritora, sexóloga e investigadora francesa: “a los pies hay que acercarse sin miedo y sin exceso de mimo. Su primera reacción, si uno se anda con demasiado tiempo o flojera, va a ser el rechazo…hay que ser atrevido y oportuno; abordarlos con firmeza, aunque sin violencia, para darles una sensibilidad distinta que anule los iniciales momentos de huida y bloqueo.”

Puedes comenzar por un masaje relajante para ir midiendo si él acepta y le es grato. Recorre poco a poco con tus dedos -y si andas muy atrevida, con tu lengua- la planta del pie, los dedos y el empeine. 

Recuerda que es tu pareja y debe existir mucha confianza. 

• El cuello. Para las mujeres no es ningún secreto. La sensibilidad del cuello es una de las razones por las cuales encontramos las historias de vampiros tan sexys. 

Para recorrer el cuello existen varios caminos: besos, ligeros soplidos, lamer y hasta morder con suavidad. Más que una mordida, trata de dar una “caricia con los dientes”. Nada de dejar marcas. No te olvides de la nuca, donde hasta un masaje puede ser muy relajante y erótico. 

• Muslos y nalgas. De abajo hacia arriba, las caricias en los muslos, la entrepierna y las nalgas, despiertan su imaginación y la expectativa de a qué hora “atacarán” el pene.

Aprovecha eso y haz que la excitación vaya en aumento progresivamente.

Cuando llegues a las nalgas, detente un rato para acariciar, lamer y dar pequeños mordiscos. ¿Se valen nalgadas? Depende de cada quien y del momento. Un golpe que sorprenda o duela, puede apagar el deseo. 

Algo muy importante es que las nalgas pueden ser la antesala de una de las zonas erógenas de un hombre que más despierte su placer, aunque no a todos les gusta.

• El ano. Para muchos es un tabú, ya que suelen asociarlo con prácticas exclusivas de los homosexuales o con algo antihigiénico. 

Pero cada vez más personas heterosexuales rompen con los prejuicios y están dispuestos a probar la estimulación en esta zona que lleva al punto G masculino, conocido también como punto P.

El ano puede ser estimulado con caricias superficiales, no necesariamente llegando a la penetración con el dedo o juguetes sexuales. 

Esta es una región tan delicada para los hombres, que hay que ir poco a poco, platicar, informarse y comprender aspectos tan elementales como las medidas de higiene y protección. 

Las relaciones anales pueden brindar un placer excepcional. Ya que es la puerta de entrada a la próstata, ese misterioso órgano del tamaño de una nuez que, dicen los que saben, nos puede llevar a tocar las estrellas.

En este blog hemos publicado muchos artículos sobre el tema, donde se brinda información médica que te ayudará a saber cómo dar este paso, si es que no te has atrevido aún. 

Tampoco tengas miedo de preguntar a un sexólogo experto, algunos tienen chats, videos o conferencias a las que pueden acceder en línea. 

• Y ya que hablamos de la “entrada”, pasemos a la que quizá, sea la zona erógena más sensible de un hombre: la próstata.

La próstata se localiza en la franja de la piel que va desde los testículos hasta el ano. Pueden empezar “por fuera”, masajeando suavemente la zona del perineo. Vayan subiendo la presión conforme él indique. Simultáneamente, él puede atender su pene.

Cuando estén dispuestos a estimular la próstata por dentro, no se olviden de usar mucho lubricante. Háganlo con mucho cuidado, ya que el ano es una zona muy delicada y que puede lastimarse con facilidad. 

El nivel de excitación será el indicador de cuándo es momento de ir más profundo. Sean espontáneos, déjense llevar, pero siempre cuidando de no lastimar. 

Para encontrar la próstata, deben buscar en dirección al ombligo. 

Es muy importante que para esta o cualquier otra práctica sexual, los dos estén de acuerdo. Si hay confianza, pueden explorar nuevos horizontes eróticos sin tapujos.

• Dejamos lo mejor para el final en esta lista de 9 zonas erógenas de un hombre. Despierta el placer en tu pareja a través de ¡el cerebro!

Habrás oído muchas veces que éste es el órgano sexual más importante. Y efectivamente, es donde empieza todo.

El proceso de respuesta sexual humana inicia con la fase de deseo y excitación, en el cerebro. Aquí las fantasías juegan un papel muy importante.

La imaginación es un “juguete” muy divertido que puede generar las erecciones más intensas.

La fase de excitación masculina es la respuesta del organismo al deseo sexual. La libido despierta a través de la estimulación física y psicológica. La testosterona, hormona sexual masculina, entra en acción haciendo que la respiración se agite, se dilaten las pupilas, los músculos se tensen y el pene se levante. 

Este es el resultado de una reacción química en el cerebro que, a su vez, se transforma en impulsos eléctricos que corren por la médula espinal hasta el pene. La visión, el olfato o incluso el oído, estimulan las zonas del cerebro relacionadas con la imaginación.

Estas son las llamadas erecciones psicógenas, aquellas que se producen a través de fantasías.

¡Y ahí es donde empieza el placer! Creen expectativa, aún cuando no estén juntos, pueden enviarse mensajes de texto de contenido erótico (sexting), mandar regalos “sorpresa” como prendas íntimas o juguetes sexuales, hablen de sus fantasías -no necesitan llevarlas a cabo- frente a una copa de vino, interpreten juegos de rol, entre un largo etcétera. ¡Todo vale en nombre del placer!

Conclusiones

El sexo es vida y salud, reduce el estrés, mejora el estado físico y emocional y es una magnífica forma de mantenerse activos por muchos años. 

Conocer las zonas erógenas de un hombre, hace que despierte el placer en tu pareja sin importar cuánto tiempo lleven juntos.

Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto, haz clic aquí. 

¡Hasta pronto!

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.