Todos tenemos derecho a gozar de una vida sexual completa y satisfactoria. Las personas con discapacidad física no están privadas de este derecho. Tal vez deban adaptarse a ciertas circunstancias, pero la medicina y la ciencia aportan soluciones para que sus relaciones sexuales sean plenas y puedan, si así lo desean, procrear. Boston Medical Group informa sobre alternativas terapéuticas para mejorar la vida sexual en personas con discapacidad física y disfrutar del sexo plenamente y te las compartiremos aquí, así que ¡quédate leyendo!
Igualdad de derechos
“Las personas con discapacidad tienen derecho al ejercicio de una sexualidad placentera, libre, informada y responsable, esto es fuente de una salud sexual que incide en el bienestar físico, psicológico, intelectual y emocional de las personas. El placer sexual y el erotismo, como generadores de felicidad, con fines recreativos y no exclusivamente reproductivos, son elementos clave de un ejercicio pleno de la sexualidad y esto contribuye a que las personas con discapacidad puedan disfrutar del más alto nivel de salud.”
Así lo declara el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) en la Cartilla de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de las Personas con Discapacidad.
Al igual que cualquier otro hombre o mujer, las personas con discapacidad pueden y deben disfrutar al “explorar su cuerpo y descubrir sus posibilidades de placer sexual, a tener encuentros eróticos con quienes deseen de forma consensuada, a decidir y ejercer las prácticas sexuales de su preferencia -siempre y cuando no sean contrarias a la Ley-, a elegir las diversas formas de relacionarse y a elegir con quién compartir su sexualidad, emociones, deseos, placeres y afectos, de manera libre, autónoma y a no ser víctimas de violencia sexual, discriminación, ni coerción.”
Esta declaración de derechos parece obvia, pero no lo es. Este grupo poblacional, según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la OMS, representa el 10% de la población mundial. Se estima que para 2025, su número sobrepasará los 800 millones.
Las discapacidades físicas van más allá de la inmovilidad, falta de motricidad o falta de sensibilidad en las extremidades inferiores. Abarca una gama muy amplia de afecciones que van desde la discapacidad visual o auditiva, hasta la parálisis cerebral, pasando por enfermedades degenerativas como el Parkinson, insuficiencia renal crónica que requiere diálisis, enfermedades metabólicas como diabetes mellitus, amiloidosis o enfermedades cardiovasculares importantes, entre muchas otras.
Cada una de estas patologías demanda atención individual. Una persona con discapacidad física, presenta alteraciones que no sólo se manifiestan en el ámbito erótico; sus requerimientos biológicos, psicológicos y sociales son muy particulares y deben enfrentar circunstancias diversas.
Las disfunciones sexuales son un aspecto que les preocupa mucho a individuos con discapacidades físicas. Desafortunadamente, no todos los médicos tratantes se ocupan de algo más que no sea su condición principal.
La vida sexual en personas con discapacidad física, debe ser atendida por especialistas en salud sexual, que cuenten con el conocimiento y la experiencia profesional para brindarles alternativas que les permitan disfrutar del sexo en plenitud.
¿Qué problemas sexuales puede enfrentar una persona con discapacidad física?
Como dijimos, las circunstancias y necesidades son diferentes en cada persona, pero de forma general, la problemática sexual de las personas con limitaciones físicas, podría incluir:
- Dificultades sexuales orgánicas, es decir, aquellas que puedan perjudicar la respuesta sexual. Tal es el caso de enfermedades neurológicas (lesiones medulares, enfermedad de Parkinson, lesiones de nervios pelvianos, traumatismos craneoencefálicos, entre otras); insuficiencia renal crónica y su tratamiento, otras enfermedades asociadas a la disfunción eréctil (diabetes mellitus, hipertensión o enfermedades cardiovasculares), por citar sólo algunos ejemplos.
Estas afecciones pueden dañar los órganos o sistemas que intervienen en la respuesta sexual, limitando la sensibilidad en el área genital, produciendo alteraciones en los reflejos vinculados con la erección o bien, derivar en trastornos vasculares.
- Alteraciones sexuales psicológicas. Derivadas tanto del padecimiento como del tipo de tratamiento que lleve el paciente o las afectaciones emocionales que conlleva el no poder disfrutar de una vida sexual normal.
- Limitaciones sensoriales o de movimiento que dificulten experimentar vivencias sexuales o la comunicación erótica, como discapacidad visual, auditiva, pérdida del habla, artritis, amputaciones (todo aquello que afecte el sistema osteoarticular) o incluso, fuertes dificultades respiratorias (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
También puede tratarse de malformaciones y contracturas de miembros y tronco que restrinjan la movilidad (posiciones para el coito), parálisis musculares, movimientos involuntarios (temblores, atetosis, ataxias), espasticidad marcada.
- Daños por enfermedades neurológicas: poliomielitis paralítica, síndrome de Guillan Barré, accidentes cerebrovasculares -sin daño de centros que intervienen en la respuesta sexual- o parálisis cerebral.
- Dificultades para relacionarse sexual o socialmente. Pensemos en personas con pérdida de controles de micción y defecación o bien, con limitaciones para realizar actividades diarias como vestirse, higiene personal, alimentación, traslado, etc.
Las personas con discapacidad física enfrentan también conflictos de índole social, como son los prejuicios y tabúes acerca de su condición, las barreras ambientales o que se imponen a ellos mismos (actitudes negativas antes las dificultades de la vida), la victimización por parte de otros o la autocompasión.
Estas barreras impiden que el individuo con discapacidad, así como su pareja, pueda expresar libremente sus sentimientos y disfrutar a plenitud de su sexualidad.
Como han explicado en otras ocasiones los especialistas de Boston Medical Group, tanto en personas sanas como aquellas con alguna condición física limitante, las emociones negativas también pueden causar alteraciones sexuales como la ausencia de deseo sexual, baja autoestima, dificultad para alcanzar una erección (disfunción eréctil psicológica), eyaculación precoz o problemas para relacionarse con otras personas.
Estas afectaciones psicológicas deben considerarse en el diagnóstico. De ahí la importancia de brindar un tratamiento integral, que aborde tanto la parte física, como la psicológica y sexual.
Un grupo de especialistas en todas las disciplinas que involucra la salud sexual como el de Boston Medical Group -urólogos, psicólogos y sexólogos-, puede ayudar a las personas con discapacidad física a encontrar soluciones individuales -en temas estrictamente relacionados con su sexualidad-, dando toda la importancia y dedicación que merece la vida sexual de todo ser humano.
Alternativas para mejorar la vida sexual de personas con discapacidad física
Como sabemos, la sexualidad de una persona va más allá de la relación sexual genital y la expresión del erotismo; es parte inherente de la personalidad e implica elementos físicos, emocionales y sociales.
Al hablar de “sexualidad plena”, se incluyen “necesidades humanas primordiales como son el deseo de contacto, de intimar, lograr placer, ternura y amor. Su completo desarrollo, en todas las dimensiones de la vida, es esencial para el bienestar individual, interpersonal, social y la calidad de vida de las personas con discapacidad”, según afirma la organización sin fines de lucro DKT, que se dedica a visibilizar y proveer productos e información para la salud sexual y reproductiva.
Boston Medical Group, grupo líder en salud sexual masculina, ofrece una amplia gama de tratamientos -siempre abordando tanto el aspecto físico como el psicologico y sexual- para ayudar a que la vida sexual en personas con discapacidad física, sea más satisfactoria y ellos tengan alternativas para disfrutar del sexo en plenitud.
El urólogo debe realizar una evaluación física apropiada para determinar la situación específica y con base en eso, ofrecer una alternativa de tratamiento.
- La farmacoterapia intracavernosa es una de las más recomendables, por ejemplo, para personas que han sufrido lesiones medulares, accidente cerebrovascular con secuelas o infartos.
Una lesión medular puede incluir la pérdida parcial o total de la sensibilidad, el control motor en brazos, piernas o de todo el cuerpo en casos extremos. Puede alterar también la función de la vejiga y los intestinos, así como de los órganos genitales.
La lesión medular en varones puede afectar las erecciones, pero no el deseo sexual, por lo que es perfectamente posible mantener relaciones sexuales completas con ayuda de tratamientos como la farmacoterapia intracavernosa.
Se trata de fármacos vasodilatadores preparados en fórmulas magistrales (personalizadas) que se aplican para producir la erección. Actúan exclusivamente en los genitales y sus efectos secundarios son bastante tolerables.
Otras opciones pueden ser:
- Bombas de vacío. La erección por succión es segura y se recomienda en pacientes que no pueden tener erecciones reflexógenas, es decir, que no responden a estímulos táctiles en los genitales. Consulta con el médico si esta es una opción para ti.
- Prótesis peneanas. Son pocos los casos que las ameritan, pero son una opción para pacientes con menor movilidad, que requieren de una mayor asistencia física y para lograr una erección
- Anillos compresores. Se colocan en la base del pene para, una vez conseguida la erección, mantener la sangre en los cuerpos cavernosos.
- Terapia de ondas de choque. Es uno de los tratamientos más modernos, seguros y eficaces para la disfunción eréctil, aunque también se usa con otros fines terapéuticos.
El Dr. José Benítez Molina, Director Médico de Boston Medical Group, explica “los avances científicos nos han permitido incorporar nuevas terapias que complementan los tratamientos médicos. La terapia de ondas de choque es un tratamiento de primera línea para diversas disfunciones sexuales masculinas. Son ondas electroacústicas de baja energía que se desplazan a la velocidad del sonido. Su efecto radica en acelerar los procesos de curación en el organismo a través de neovascularización, es decir, la regeneración de vasos sanguíneos creando un aumento de la circulación a nivel local y acelerando la autocuración de los tejidos. En nuestra especialidad, se usan para la disfunción eréctil de origen vascular y la curvatura peneana o Enfermedad de Peyronie.”
Cabe aclarar que las ondas de choque no son para todos, ya que no son efectivas en casos de disfunción eréctil de origen neurológico (a nivel del cerebro o médula espinal).
Conclusiones
El médico experto deberá determinar, según el tipo de discapacidad física que el paciente padece, si esta es una alternativa de tratamiento.
Las ondas de choque son indoloras, su aplicación no requiere sedación ni anestesia, no tienen efectos secundarios y su efecto es duradero en el tiempo, siempre y cuando la causa de la disfunción sea la disminución del riego sanguíneo en el pene.
- Medicamentos orales. Los fármacos orales (pastillas) para la disfunción eréctil, si bien son bastante efectivas, no son recomendables para todos. Al actuar como vasodilatadores -, pueden ser contraproducentes para algunos pacientes o presentar efectos secundarios que no sean bien tolerados.
Nuevamente, su indicación dependerá del tipo de discapacidad del individuo y será el médico quien los recomiende a partir de un diagnóstico integral.
- Asesoría sexológica. Es un tratamiento complementario que se enfoca en guiar al paciente hacia una mejor práctica de las relaciones sexuales, un adecuado manejo de las emociones y en el caso de personas con discapacidad física, informar y conocer sobre las opciones de acercamiento erótico para ampliar las prácticas sexuales que permita la condición de cada pareja.
La asesoría sexológica es impartida por psicólogos profesionales especializados en sexología clínica, mediante técnicas que te explicarán detalladamente en consulta, para que después se practiquen en un espacio privado. Dichas técnicas consisten en ejercicios de relajación, focalización sensorial, modificación de hábitos, masaje erótico, ejercicios de Kegel, aclimatamiento coital, reestructuración cognitiva, comunicación sexual asertiva y entrenamiento en habilidades eróticas.
La vida sexual en personas con discapacidad física cuenta con alternativas para disfrutar del sexo en plenitud.
Esperamos que este artículo te haya esclarecido un poco más el tema, cualquier duda no dejes de escribirnos. ¡Hasta la próxima entrada!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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