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Tratamiento para los bajos niveles de testosterona

La testosterona es la hormona masculina más importante, ya que desempeña muchas funciones en el cuerpo del hombre: el crecimiento, desarrollo de los genitales y las características masculinas, regula las emociones, las habilidades cognitivas, la respuesta sexual, la formación de los huesos, músculos y la producción de espermatozoides, entre otras. Con la edad, los niveles de testosterona disminuyen, lo que es normal. Pero algunos varones padecen una deficiencia de esta hormona que les puede producir problemas de salud severos. El hipogonadismo requiere atención médica. En este artículo te diremos cuál es el mejor tratamiento para los bajos niveles de testosterona, según las causas. ¡Acompáñanos!

¿Qué es el hipogonadismo?

El hipogonadismo, que se refiere a los niveles anormalmente bajos de testosterona, es una patología multifactorial que puede ocasionar problemas como pérdida del apetito sexual, debilidad muscular, disfunción eréctil, infertilidad, debilitamiento de los huesos o cambios en el estado anímico (depresión).

En términos generales, los bajos niveles de testosterona pueden presentarse como parte natural del envejecimiento, por lesiones en los testículos, cirugía o tratamiento para el cáncer -radiación y quimioterapia, hormonoterapia-, algunos medicamentos, enfermedad renal, hepática, problemas en la glándula pituitaria (hipófisis) o el hipotálamo. Esto en la edad adulta. Pero el hipogonadismo también puede ser congénito o manifestarse en la pubertad.

Síntomas de bajos niveles de testosterona

La institución médica Mayo Clinic clasifica los síntomas del hipogonadismo de acuerdo con la etapa de vida en la que éste aparece. 

En la etapa fetal, la deficiencia de testosterona puede causar afectaciones en los órganos sexuales externos, por lo que el infante podría nacer con genitales femeninos (a pesar de ser genéticamente varón), ambiguos, es decir, que los genitales no son claramente de un sexo u otro; o bien, con pene y testículos subdesarrollados.

La pubertad es la etapa donde se desarrollan las características masculinas: masa muscular, crecimiento del vello corporal y facial, engrosamiento de la voz y desde luego, el pene y los testículos, así como la producción de esperma. Cuando los niveles de testosterona son insuficientes, será notorio, además del retraso en estos signos, un crecimiento excesivo de las extremidades en relación con el torso y muy probablemente, la aparición de tejido mamario conocido como ginecomastia.

Cuando el hipogonadismo aparece en la adultez, se verán afectadas la función sexual y reproductiva, las emociones y otras características físicas masculinas que se hayan desarrollado normalmente, pero empiezan a disminuir.

Los bajos niveles de testosterona en varones adultos producen:

  • Disminución de la libido.
  • Disminución de la energía.
  • Estado de ánimo decaído, dificultad para concentrarse o depresión.
  • Disfunción eréctil.
  • Esterilidad.
  • Disminución del vello en el cuerpo.
  • Disminución de la masa muscular.
  • Osteoporosis.
  • Ginecomastia.
  • Bochornos, al igual que ocurre a las mujeres en la menopausia.

Cualquiera de estos síntomas en alguna etapa de la vida, debe atenderse con un experto en salud sexual masculina (uroandrólogo) y/o un especialista en endocrinología, en el caso de los infantes, el pediatra; cualquiera de ellos o en conjunto, establecerán un diagnóstico, la etiología y asignarán el tratamiento más adecuado para equilibrar los niveles de testosterona.

Causas y factores de riesgo de bajos niveles de testosterona

Los testículos pueden no producir suficiente cantidad de testosterona por varias causas. El hipogonadismo puede ser congénito (hereditario) o adquirido y se clasifica en:

  • Hipogonadismo primario. También conocido como insuficiencia testicular primaria, se origina a partir de un problema en los testículos.
  • Hipogonadismo secundario. Se refiere a un problema en el hipotálamo o en la glándula pituitaria. De acuerdo con información de Mayo Clinic, “el hipotálamo genera la hormona liberadora de gonadotropina, la cual indica a la glándula pituitaria que produzca la hormona folículoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH). Esta última es la encargada de enviar la señal a los testículos para producir testosterona. Puede ocurrir que ambos se den de forma simultánea.

Las causas más frecuentes de hipogonadismo primario, pueden ser:

  • Síndrome de Klinefelter. Una anomalía congénita de los cromosomas sexuales X e Y. El sexo masculino está determinado por la presencia de un cromosoma X y uno Y (que determina el sexo y el desarrollo relacionado a su género). En el síndrome de Klinefelter, hay cromosomas X adicionales, además del Y, lo que provoca el desarrollo anormal de los testículos y en consecuencia, una producción deficiente de testosterona.
  • Testículos no descendidos. Existe la posibilidad de que al nacer, uno o ambos testículos no desciendan, como ocurre normalmente. No es una condición grave si las gónadas descienden en los primeros años de vida. Si esto no ocurre, la función de los testículos puede atrofiarse y no generar testosterona.
  • Orquitis por paperas. Esta infección puede dañar los testículos y la producción de testosterona, independientemente de la edad a la que la enfermedad se presente. 
  • Hemocromatosis. Es el exceso de hierro en la sangre, que puede causar insuficiencia testicular o disfunción de la glándula pituitaria.
  • Lesión en los testículos. El daño a un solo testículo quizá no afecte la producción de testosterona total, pero una lesión en ambos, sí es causa de hipogonadismo.
  • Tratamiento contra el cáncer. La quimioterapia, la radiación o la hormonoterapia pueden interferir con la producción de testosterona y esperma de forma permanente.

En cuanto al hipogonadismo secundario, puede ser causado por: 

  • Envejecimiento. A medida que los hombres envejecen, hay una disminución lenta y progresiva en la producción de testosterona. Se calcula que la mengua puede ser aproximadamente de 1% anual, aunque la tasa es muy variable. A partir de los 50 años, el cambio ya puede empezar a notarse a través de una disminución del deseo sexual o problemas de erección. Es lo que se conoce como andropausia o síndrome de deficiencia androgénica del hombre adulto.
  • Trastornos hipófisis. Una anomalía (tumor o la extirpación de éste) en la glándula pituitaria puede interferir con la liberación de hormonas a los testículos. 
  • Síndrome de Kallmann. Desarrollo anormal del hipotálamo (que controla la hipófisis en cuanto a la producción de hormonas). Otros síntomas pueden ser anosmia y daltonismo rojo-verde.
  • Enfermedad inflamatoria. Enfermedades como la sarcoidosis, histiocitosis o tuberculosis, afectan el hipotálamo y a la glándula pituitaria y con ellos, la producción de testosterona.
  • Obesidad. Puede parecer una enfermedad “no grave”, pero lo es en muchos sentidos. Además de ser el camino directo a la diabetes, puede causar hipogonadismo.
  • VIH o SIDA. Al afectar el hipotálamo, la glándula pituitaria y los testículos, el Virus de Inmunodeficiencia Humana o el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, pueden afectar la producción de testosterona.
  • Desnutrición. Una alimentación deficiente y pobre en los nutrientes que el cuerpo necesita, especialmente en la etapa de desarrollo, pueden impedir el correcto funcionamiento de las glándulas que producen testosterona.
  • Uso de esteroides. Una baja brusca en los niveles de hormona masculina, puede ocurrir después de un ciclo de esteroides. El uso prolongado de testosterona artificial, incluso, puede originar atrofia testicular e hipogonadismo.

Tratamiento para los bajos niveles de testosterona

Aun cuando los síntomas de bajos niveles de testosterona pueden ser claros, la mayoría de los hombres adultos no buscan tratamiento al adjudicar sus malestares a otra condición o a algo normal e inevitable como la edad.

Los niveles de testosterona se detectan a través de un examen de sangre; el médico debe indicar cómo realizarlos. 

En hombres adultos, el rango normal puede fluctuar entre los 280 a 1,100 ng/dL (nanogramos por decilitro); cifras menores a éstas, pueden indicar hipogonadismo.

Cabe aclarar que la excepción son hombres mayores de 50 años cuyo índice de hormona masculina ha disminuido por causas naturales (envejecimiento). El médico evaluará, a partir de la revisión de sus síntomas y análisis, si amerita tratamiento de reemplazo hormonal.

La sustitución de testosterona no está aprobada por la FDA ni ninguna otra institución médica como tratamiento “rejuvenecedor”. Dado que los efectos secundarios de esta terapia son fuertes, se recomienda únicamente en casos donde la falta de hormona masculina afecte gravemente la salud general del paciente; no en hombres sanos. 

La Endocrine Society recomienda que, durante el tratamiento con testosterona, el proveedor de salud lleve un estricto control tanto de la eficacia del tratamiento como de los efectos secundarios; las revisiones deben hacerse varias veces durante el primer año de tratamiento y posteriormente, una vez al año, con repetición de análisis de sangre para ver cómo evolucionan el Antígeno Prostático Específico, la hemoglobina y cómo responde el organismo en general. 

La suplementación de testosterona puede administrarse en forma de:

  • Geles o sprays. Se deben aplicar diariamente en la parte superior de hombros o brazos, pecho o bien, en la parte frontal e interna del muslo. El cuerpo absorbe la testosterona a través de la piel. Los efectos secundarios pueden incluir irritación o la posibilidad de transferir el medicamento a otra persona. Debe evitarse el contacto con la piel y la ducha hasta que el gel esté completamente seco.
  • Inyecciones. La ventaja es la periodicidad de la administración, que puede variar de cada 3 semanas hasta 12 semanas. En el caso del undecanoato de testosterona (inyección intramuscular profunda cada 12 semanas), debe administrarse en el consultorio médico y tener en cuenta que los efectos secundarios pueden ser graves. Estas inyecciones producen un pico de la hormona en el organismo y con el transcurso de los días, el efecto disminuye progresivamente.
  • Parche. Funcionan de la misma forma que los parches anticonceptivos para mujeres. Un posible efecto secundario es la reacción grave de la piel. 
  • Cavidad bucal. Indica Mayo Clinic que “el reemplazo de testosterona en la encía y en la mejilla es una pequeña sustancia parecida a la masilla que suministra testosterona, ésta se absorbe en el torrente sanguíneo a través de la depresión natural por encima de los dientes superiores, donde la encía se encuentra con el labio superior”. Se toma tres veces al día, puede causar irritación de las encías.
  • Nasal. Es un gel que se introduce en las fosas nasales. 
  • Gránulos implantables. Los gránulos de testosterona se implantan quirúrgicamente debajo de la piel cada tres a seis meses. 
  • Los esteroides tienen mala fama debido al abuso de deportistas. Sin embargo, son útiles para tratar condiciones médicas como anemia, heridas agudas y crónicas, desnutrición proteico-calórica con pérdida de peso y problemas derivados de la baja de testosterona como osteoporosis o hipogonadismo; siempre y cuando estén controlados por un médico y se administren en la presentación, dosis y ciclos indicados por el especialista.

El uso prolongado de esteroides produce una bajada brusca de los niveles naturales de testosterona con consecuencias como infertilidad (reducción de la producción y maduración de los espermatozoides), comportamiento agresivo, acné severo, temblores, encogimiento de los testículos, calvicie, alteraciones del sueño, ginecomastia, agrandamiento de la próstata, aumento de glóbulos rojos, cambios en la micción, disfunción eréctil, baja de la libido y afecciones psicológicas como ansiedad o depresión.

Si la causa es un problema es la hipófisis, se pueden administrar hormonas hipofisarias para estimular la producción de esperma y restaurar la fertilidad. Un tumor hipofisario puede requerir extracción quirúrgica, medicamentos, radiación y reemplazo hormonal.

 

El tratamiento de reemplazo hormonal para los bajos niveles de testosterona producirá un cambio positivo en el apetito sexual, eleva los niveles de energía, mejora la capacidad de concentración, el humor y ayuda a mantener la masa muscular, entre otros beneficios. Pero, debes saber que la testosterona por sí sola no cura la disfunción eréctil, ya que en esta patología intervienen factores cardiovasculares y neurológicos. Sin embargo, si los niveles hormonales se tratan correctamente, la capacidad de erección puede mejorar.

El ejercicio también puede ayudar a subir los niveles de testosterona de forma natural, así como una alimentación balanceada. Consulta a tu médico.

Consideraciones finales

El hipogonadismo masculino puede afectar la autoestima y la relación de pareja. Un tratamiento integral que incluya asesoría sexológica y psicoterapia, ayudará a reducir la ansiedad y el estrés que a menudo acompañan a estas afecciones. 

 

¡Gracias por tu lectura!

 

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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