A partir de los 60 años, el ser humano comienza a experimentar una serie de cambios físicos y culturales; y sin duda alguna, uno de los más significativos es el cambio que ocurre en su vida sexual. En esta etapa las personas desaparecen de la escena laboral y los hijos toman totalmente las riendas de sus vidas, lo que les permite poder disfrutar de su sexualidad a plenitud. Quedas invitado a continuar leyendo sobre el tema, ¿nos acompañas?
La sexualidad en la tercera edad
Contrario a la idea que se tiene de que los individuos pierden el interés sexual cuando envejecen, en la tercera edad tanto el hombre como la mujer gozan plenamente del sexo aún más que en la juventud, y esto es debido a que las preocupaciones como el riesgo de un embarazo o la presión social, han quedado atrás.
Diversos estudios realizados han reportado que aproximadamente el 74% de los hombres casados mayores de 60 años y el 56% de las mujeres casadas mayores de 60 años, se mantienen sexualmente activos.
“Contrario a la idea que existe del anciano asexuado, actualmente el adulto mayor puede seguir disfrutando de su sexualidad a pesar del paso del tiempo y de la existencia de alguna disfunción sexual, hoy en día existen tratamientos individualizados que ayudan al paciente a recuperar y mantener su vida sexual” afirma el Dr. Jorge Barba, director médico de Boston Medical Group.
La realidad es que el potencial sexual puede permanecer hasta la muerte incluso si es alterado por los propios cambios físicos del envejecimiento, permitiendo a las parejas mantener una relación completa y satisfactoria más allá de los setenta años.
En una sociedad que vive a ritmo acelerado y en la cual las necesidades de producción y consumo son prioridad, la figura del abuelo aporta estabilidad en el interior de la familia y también actúa como nexo de reflexión entre generaciones, sin embargo, no se toma en cuenta que aparte del papel del abuelo, esa persona también desempeñan otros papeles activos como el de amigo, compañero o amante.
Las personas de la tercera edad, como personas sexuadas que son, pueden llevar una vida sexual activa gracias a que su ritmo de vida es más relajado, y a pesar de que el aguante durante la relación sexual es diferente, disponen de más tiempo para disfrutar del encuentro erótico con su pareja.
Consideraciones finales
Está comprobado que la actividad sexual regular puede contribuir a demorar o reducir los cambios fisiológicos derivados del envejecimiento, así como los efectos fisiológicos del envejecimiento pueden ser adelantados por los efectos de las enfermedades, tratamientos médicos o estilo de vida poco saludable.
Por otro lado, algunos estudios sugieren, que tanto para hombres como mujeres, la apertura y conocimiento sobre la sexualidad, el bienestar psicológico general y un sentido de la valoración se asocian directamente con un gran interés, actividad y satisfacción sexual.
Una persona sexualmente satisfecha se siente mucho más atractiva, y es mucho más proclive a seguirse desarrollando intelectualmente. El final del período reproductor libera la sexualidad, y al practicarla durante la vejez, provoca en la persona una sensación de satisfacción, lo que la hace sentir mucho más atractiva y contribuye a tener una mejor calidad de vida. El sexo está presente en todas las dimensiones del ser humano, por lo tanto no se puede desconocer su importancia como tampoco ignorarla.
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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