Casi todos los hombres creen que el orgasmo es sinónimo de eyaculación. Decimos “casi” porque los especialistas en salud sexual masculina y quienes padecen eyaculación retrógrada, saben que no es así. La eyaculación retrógrada u orgasmo seco, como también se le conoce, es una condición que se caracteriza por experimentar sensaciones orgásmicas, pero sin salida de semen. ¿Cómo es esto posible? ¡Aquí te vamos a explicar qué es la eyaculación retrógrada y todo lo que quieres saber sobre el orgasmo seco!
La eyaculación
Para los hombres la eyaculación es el punto climático de una relación sexual, para sus parejas, es el indicador de que él ha tenido un orgasmo. Lo que muchos no saben, es que estos dos procesos no necesariamente ocurren juntos. ¿Se puede separar el orgasmo de la eyaculación? La respuesta es un contundente sí y te vamos a explicar por qué.
- La erección, el orgasmo y la eyaculación, se originan en diferentes zonas del cuerpo, es decir, cada una de estas fases tiene un mecanismo distinto, aunque desemboquen en el mismo lado, que se activa a su tiempo para llevar a cabo un coito satisfactorio.
- El paso uno es la erección, que se acciona por estímulos sexuales, pero depende de un proceso vascular: las venas y arterias llenan de sangre los conductos del pene para ponerlo rígido, digamos que de una forma más mecánica.
- El orgasmo, por otro lado, nace en el cerebro; los impulsos eléctricos son conducidos a través de la médula espinal hasta la zona pélvica, donde se generan las contracciones musculares que provocan el orgasmo. Entiéndase como orgasmo el conjunto de reacciones corporales como la piel erizada, la sensación de querer apretar todo el cuerpo, cerrar los ojos, la respiración agitada, gemidos, en fin, cada uno sabe; y después de eso, la salida del semen. Ahora, si esto último no ocurriera, no implica que nos privemos de ese placer incomparable que es el clímax. Aquí es donde radica la diferencia entre la eyaculación retrógrada (eyacular “hacia atrás”) y la aneyaculación, que es la ausencia de eyaculación.
- Finalmente, está la eyaculación, que no es otra cosa más que la expulsión del semen por la uretra, el mismo orificio por donde sale la orina. Aquí nos vamos a poner un poquito técnicos para comprender muy bien dónde se genera el semen y cuál es el recorrido que hace antes de ser expulsado.
- Los espermatozoides se producen en los testículos. En la parte de arriba de estos, hay una estructura denominada epidídimo que se encarga de su maduración durante el recorrido de los espermatozoides por este. Del epidídimo salen dichos espermatozoides por el conducto deferente, yendo hacia la vesícula seminal en donde se produce una cantidad del semen y se termina la maduración de los espermatozoides, luego por el conducto eyaculador y a través de la próstata, se llega a la uretra, recogiendo de la próstata el resto del líquido que requiere el semen. Los movimientos musculares rítmicos del orgasmo, son los que van impulsando el fluido hacia delante.
¿Hasta ahí vamos bien? Perfecto, porque aquí está la clave para entender qué pasa cuando el semen no sale por la uretra, sino que se desvía en el camino.
Definamos: la eyaculación retrógrada es cuando el fluido (semen), que debería ser expulsado por la uretra, retoma su camino hacia adentro y se redirecciona hacia la vejiga. Pero, ¿por qué pasa esto?
Causas de la eyaculación retrógrada
Ya hablamos de esos conductos conectados entre sí como una “Y” y que desembocan en el mismo lugar: la uretra. Uno es el conducto eyaculador que transporta el semen y el otro, es el que conduce la orina de la vejiga hasta la salida.
Lo que separa a esos dos conductos es un músculo llamado músculo del cuello vesical. Podríamos describirlo como una especie de dique o compuerta que se cierra durante la eyaculación para que el semen no se mezcle con la orina. Cuando ese músculo está flácido, sin suficiente tono, esa “compuerta” se abre con la presión del semen, dejando pasar el líquido seminal hacia la vejiga.
Cabe aclarar que no es un problema en la uretra, no es que el camino hacia la salida esté obstruido, simplemente el chorro de semen se dio vuelta en “u” y fue a dar al depósito de la orina.
Entonces, si ese semen no se vio salir por donde siempre, ¿cómo estar seguro de que sí hubo eyaculación? Al orinar después de las relaciones sexuales, ese líquido normalmente transparente, saldrá turbio. Desde luego no esperes ver a los espermatozoides nadando en el WC, son microscópicos, sólo habrá un líquido lechoso; pero si aun así no estás seguro, puedes hacerte un análisis de orina después de tener un orgasmo. El laboratorio te lo va a confirmar.
Es importante saber que las causas de la eyaculación retrógrada involuntaria (más adelante explicaremos si existe la eyaculación retrógrada voluntaria) siempre son orgánicas. Entre éstas se encuentran:
- Cirugías en la próstata, el cuello vesical o en los ganglios linfáticos retroperitoneales (lo que provoca una interrupción en el sistema nervioso simpático) por cáncer de testículo.
- Lesiones en los nervios en pacientes con Parkinson, esclerosis múltiple, diabetes o con lesiones de la médula espinal.
- Algunos medicamentos para la hipertensión, diabetes, depresión o próstata agrandada, pueden causar hipotonía.
- Prostatectomía (extirpación de la próstata), cistectomía (extirpación de la vejiga) -ambas por cáncer- y radioterapia en el área de la pelvis para tratar esta enfermedad.
La eyaculación retrógrada, ¿es peligrosa?
Para nada. Esta condición no representa ningún peligro para tu salud ni interfiere con tu placer. Igual vas a responder a los estímulos sexuales (excitación), tendrás tus erecciones normales, no te causará ninguna infección ni cualquier otro trastorno que afecte tus encuentros sexuales. El semen que se fue a la vejiga se eliminará cuando orines, no se quedará acumulado allí. Es por esta razón que la eyaculación retrógrada no requiere tratamiento. Sin embargo, conviene observar algunos aspectos: si llegas a notar algo anormal como ardor al orinar, mal olor en la orina o dolor en la zona pélvica; consulta con un Urólogo, es probable que exista otro problema no relacionado con la eyaculación retrógrada. Recuerda que esta condición no presenta síntomas, salvo el orgasmo en seco. Así que, si ves algo raro, acude al médico. Sin embargo es muy importante para pacientes que desean la paternidad, pues la eyaculación retrógrada dificulta la fertilidad.
¿Y si no tengo orgasmos?
Pues la ausencia de orgasmos se llama anorgasmia y es diferente a la aneyaculación. La anorgasmia es la ausencia de la sensación del orgasmo, y la aneyaculación es la ausencia de eyaculado, diferente a la eyaculación retrógrada.
La aneyaculación ocurre simplemente cuando no se produce el eyaculado, es decir que por alguna razón no se produce el volumen eyaculatorio. Esto puede ser que no se produce el eyaculado, o que está obstruido el conducto y simplemente no sale. Esto es diferente a que no haya sensación de orgasmos que es anorgasmia y puede o no estar asociado a aneyaculación.
Ahí no hay semen que se vaya para adentro ni sensaciones orgásmicas, ya que no se alcanza el último peldaño en la escalera que es una relación sexual. El tiempo promedio que un hombre tarda en llegar al orgasmo es de entre 5 y 15 minutos, dependiendo de la edad, su estado de salud o el nivel de excitación; pero esa es más o menos la media. Si después de transcurrido ese tiempo, digamos unos 20 minutos de bombeo o estimulación, el orgasmo no llega y además, esta situación se repite, podemos pensar que existe anorgasmia.
- En la mayoría de los casos, se debe a factores emocionales o psicológicos como la falta de excitación -no nos referimos a la falta de deseo, bajo nivel hormonal o deficiencias en la actividad cerebral, sino a la ausencia de juegos previos o estímulos que provoquen la excitación-; poca atracción hacia la pareja o conflictos en la relación, exceso de masturbación, adicción a la pornografía, ansiedad o altos niveles de estrés, algún evento traumático del pasado o incluso creencias religiosas.
- También puede ser causada por el consumo de sustancias como medicamentos para padecimientos psiquiátricos, drogas o alcohol; o bien, por deficiencias físicas entre las que figuran la baja de testosterona, afectaciones en el sistema nervioso (médula espinal o a nivel cerebral), diabetes mellitus o daños concretos en la zona pélvica y conductos del pene.
La eyaculación retrógrada, ¿causa esterilidad?
Si una pareja lleva tiempo intentando procrear y esto no ocurre, sería conveniente que ambos se realizarán exámenes de fertilidad. La eyaculación retrógrada no causa esterilidad, ya que el varón sí produce espermatozoides y éstos presentan una movilidad normal, sólo que se van para otro lado. El problema que sí se presenta es la infertilidad, es decir, la imposibilidad de fertilizar el óvulo en la mujer.
Aunque la eyaculación retrógrada es poco común (sólo 0,3% a 2% de los problemas de fertilidad masculina se deben a esta disfunción), podría pasar que una cirugía o alguna enfermedad como la diabetes, provocaran hipotonía (debilidad en los músculos) en el cuello vesical y con ello, eyaculación retrógrada.
El médico solicitará, entre otros exámenes, análisis de orina post eyaculación, para ver si la orina contiene espermatozoides.
Por suerte, hay alternativas. Por ejemplo, si el hombre está tomando algún medicamento que le produzca falta de tono muscular; bastará con cambiar o suspender la medicación por el periodo que el médico indique, mientras se logra concebir. También se puede recurrir a técnicas de inseminación artificial, ya que desafortunadamente, no hay una cirugía que pueda corregir este problema.
Es probable que un hombre con eyaculación retrógrada nunca llegue a darse cuenta de que la tiene, a menos que tenga problemas para la fecundación, que en la masturbación no vea salir el semen o su pareja comente algo al respecto.
Pero hay hombres que afirman conseguir la eyaculación retrógrada voluntaria. Te preguntarás, ¿por qué alguien querría hacer eso? La idea es demostrar que la mente tiene el control sobre el cuerpo.
La eyaculación retrógrada voluntaria es algo que los practicantes del Tantra, el mindfulness y la meditación profunda, afirman poder lograr a través del entrenamiento en el placer sexual. En teoría, esto permite a los hombres experimentar múltiples orgasmos en una misma relación sexual.
Ya dejamos claro que el orgasmo masculino es un proceso diferente que antecede a la eyaculación. Los hombres empiezan a experimentar sensaciones orgásmicas antes de expulsar el semen. Los expertos en la materia llaman a eso “punto de emisión”, es justo en ese instante cuando pueden detener la eyaculación. Hace algunos años se puso de moda este desafío de conocer y controlar el cuerpo masculino con el fin de ser mejores amantes y alcanzar un mayor estado de conciencia a través de la energía sexual.
¿Cómo lo logran? Éstas son algunas de las técnicas
- Presionar la uretra. Consiste en parar de bombear o frenar la penetración sin bombeo y presionar con el dedo pulgar la uretra, para impedir la salida del semen en el “punto de emisión”.
- Otra forma es presionando con fuerza la base de los testículos y del pirineo. Con esto se consigue cerrar el conducto lo cual impide que el semen salga al exterior.
- El Tantra. Esta técnica es sólo dominada por los verdaderos expertos. A través de la respiración y los pensamientos, el hombre es capaz de experimentar una sensación orgásmica sumamente placentera, una y otra vez, frenando la eyaculación tanto tiempo como desee.
Conclusiones
Esperamos haber aclarado tus dudas sobre qué es la eyaculación retrógrada y todo lo que quieres saber sobre el orgasmo seco.
Esa manifestación extrovertida, evidente del placer que es la eyaculación, no siempre está a la vista. Se pueden tener orgasmos sumamente intensos sin eyacular, ya que la cantidad de semen no está relacionada con el grado de placer.
La eyaculación retrógrada es involuntaria pero hay quienes intentan afanosamente conseguirlo a voluntad, persiguiendo la iluminación o por lo menos, los orgasmos múltiples de los que tanto presumen las mujeres.
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¡Hasta la próxima entrada!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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