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Factores que influyen en la falta de apetito sexual en hombres

La falta de apetito sexual en los varones es algo de lo que se habla poco. Al no tener una pérdida brusca de niveles hormonales -como ocurre en la menopausia de las mujeres-, se cree que los hombres mantienen la libido en un buen nivel a lo largo de su vida. El apetito sexual puede disminuir con el envejecimiento y la pérdida es gradual. Sin embargo, cuando el deseo sexual desaparece de repente, se debe buscar una causa orgánica o emocional. Los factores que influyen en la falta de apetito sexual en hombres podrían ser depresión, estrés, alcoholismo, medicamentos, uso de drogas o algún trastorno endócrino. Revisaremos esas causas en este artículo, así que quedas invitado a continuar leyendo lo que sigue. 

La falta de apetito sexual en los hombres y las mujeres

La falta de apetito sexual suele atribuírsele más a las mujeres, ya sea por razones hormonales o porque ellas no sienten esa misma presión que los hombres para estar disponibles o deseosas todo el tiempo. Esto es un mito, ya que diversos estudios demuestran que las mujeres sienten tanto deseo como el sexo masculino y no tienen problema en tomar la iniciativa. De hecho, una mujer es capaz de practicar el coito en cualquier momento, basta con quererlo; mientras que los hombres, necesitan tener una erección y si no hay deseo, ésta no ocurre.

Debido a la cultura machista en la que aún vivimos, la mayoría de los hombres piensan que deben ser infalibles en todo, incluido el sexo. Su concepción de virilidad los obliga a tener que responder siempre a los estímulos sexuales, si no, no son hombres. Pero la realidad es que no siempre se puede. A veces uno no tiene ganas o energía o la situación con la pareja no es la mejor en ese momento, en fin, los factores que influyen en la falta de apetito sexual en hombres pueden ser muchos, pero podrían pasar desapercibidos si uno se auto justifica con “me duele la cabeza” o “tuve un día pesado”.

Cuando la ausencia de deseo sexual se prolonga por mucho tiempo o se vuelve notoria por su repentina aparición, estamos ante un problema que se debe atender antes de que se vuelva crónico o cause estragos en la relación.     

¿Por qué no tengo ganas?

La falta de deseo sexual podría definirse como el bajo nivel de interés en tener relaciones sexuales, hay una falta de respuesta a los estímulos que, en condiciones normales, nos excitarían. Las causas pueden ser muchas y muy variadas: tedio, falta de atracción por la pareja, estrés, cansancio, alguna disfunción sexual que no quiere enfrentarse o no se ha detectado, incluso, problemas hormonales. Dichas causas pueden darse de manera aislada o ligadas a otros síntomas. De cualquier forma, la falta de apetito sexual puede tratarse con la ayuda de un experto en salud sexual masculina.

La falta de deseo es el tercer padecimiento de índole sexual que afecta a los hombres, después de la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. Se cree que la padece aproximadamente 15% de la población masculina, pero dada la multiplicidad de causas, el porcentaje podría ser mayor.

La falta de apetito sexual podría clasificarse en 4 tipos:

  1. Primario. Se entiende como la nula capacidad para tener fantasías sexuales o escasas conductas con finalidad sexual. Suele aparecer en la adolescencia, pero se agudiza en la edad adulta.
  2. Secundario. La persona ha experimentado apetito sexual normal, pero con el tiempo, pierde el interés en las relaciones sexuales.
  3. Situacional. Ausencia de deseo sexual por la pareja, pero sí por otras personas.
  4. Generalizado. Es la ausencia de deseo por la pareja o cualquier otra persona.

Signos de falta de apetito sexual

No son fáciles de detectar. Normalmente se interpretan como falta de interés en la pareja o peor aún, como una señal de infidelidad. La conducta de la persona cambia, empieza a poner excusas para evitar las relaciones sexuales. Tal vez se vaya a dormir a una hora distinta de la pareja, alegará que tiene trabajo hasta tarde, se evade en la televisión, argumenta un malestar físico como dolor de cabeza o cuerpo cortado o sencillamente, se hace el dormido.

Una persona sin apetito sexual tiende a sabotear la relación de forma inconsciente. Y la vida cotidiana o la falta de tiempo, le dan la excusa perfecta. El poco tiempo libre que hay, debe repartirse entre familia, amigos, trabajo extra, viajes, tareas del hogar, entre un largo etcétera. ¿Y el sexo? Se manda al último lugar de las prioridades.

El evadir los encuentros sexuales no sólo genera insatisfacción en quien lo padece, también sentimientos de culpa, de vergüenza, ansiedad o de apatía; todos estos sentimientos lo que crean es un círculo vicioso. ¿Quién tiene ganas de sexo cuando está emocionalmente abatido? Pero hay algo aún más grave: acostumbrarse. 

Asumir que la falta de apetito sexual es un malestar con el que se puede vivir, a la larga propiciará una sensación de vacío, de pérdida. Y es cierto, el sexo es una de las fuentes de felicidad más importantes del ser humano. ¿Por qué renunciar a ella, si hay solución? 

Factores que influyen en la falta de apetito sexual en hombres

Como hemos visto, la baja de deseo obedece a causas múltiples y rara vez, es una sola. Puede tratarse de factores emocionales o relacionados con algún problema de salud física. Entre los más importantes se encuentran:

Factores fisiológicos

Edad. Según estadísticas, el apetito sexual en los hombres va disminuyendo más o menos cada 10 años. Entre los 30 y los 40 años, la libido disminuye aproximadamente un 10%. De los 40 a los 49, la baja es mayor (19%). De los 50 a los 59, puede alcanzar hasta 24% y después de los 60, el apetito sexual puede bajar hasta 35%. Si bien esto no es una norma, sí es una media que se ha podido comprobar con la experiencia de millones de hombres en todo el mundo. 

Por otro lado, está la llamada andropausia -a partir de los 50 años-, en la cual puede haber una disminución en la actividad de las hormonas sexuales masculinas. 

Hipotiroidismo. Si la glándula tiroides no produce los niveles de hormonas necesarios para regular algunas de las funciones del cuerpo, la falta de apetito sexual puede ser una de las consecuencias.

Hipogonadismo. Cuando existe una irregularidad en el funcionamiento de los testículos, el deseo sexual desaparece debido a la baja o nula producción de testosterona. Existen varias razones por las que los niveles de hormona masculina pueden disminuir, independientemente de la edad. En este caso, un especialista debe determinar tanto la causa como el tratamiento.

Hipertensión arterial, colesterol alto o aterosclerosis. No es que estas patologías sean causa directa de la falta de apetito sexual, pero existe la posibilidad de que algunos medicamentos para combatirlas, tengan un efecto secundario adverso sobre el deseo. Consulta a tu médico.

Cáncer. Además de los devastadores efectos emocionales de esta enfermedad, los tratamientos como la quimioterapia son muy agresivos y entre otros efectos secundarios, impiden la producción de hormonas. Una vez superada la urgencia de salvar la vida, se podrá buscar un tratamiento para recuperar el deseo y la capacidad de tener relaciones sexuales.

Factores emocionales

Falta de atracción hacia la pareja. Después de muchos años juntos, es normal que empiece a menguar el deseo por esa persona en particular. Pueden ser la rutina, los problemas cotidianos, la ausencia de detalles románticos, dar por hecho que esa persona siempre va a estar ahí, los resentimientos acumulados por años, los cambios físicos o el abandono de la apariencia. Habrá que analizar dónde exactamente radica el problema. Muchas veces no es falta de amor, sino de estímulo. Las fallas en la comunicación y los problemas no resueltos, son la receta casi infalible para matar el deseo. 

Es momento de hablar, por muy incómodo que sea el tema. Una sana discusión es necesaria para generar un cambio. Es muy probable que necesiten terapia, ya sea de forma individual o en pareja. En el 80% de los casos, la terapia sexual resulta exitosa. Busquen ayuda profesional, no se rindan. Vale la pena hacer el esfuerzo para volver a enamorarse y encontrar nuevos caminos para el erotismo.

Apatía hacia el sexo. Si ni tu pareja o ninguna otra persona te resultan atractivas o despiertan tu interés sexual, muy probablemente sí hay una disfunción. A veces el estado de ánimo está en un punto tan bajo, que debería considerarse un cuadro de depresión, baja autoestima, ansiedad o estrés fuera de control. Muchas personas no se dan cuenta de que están pasando por un estado depresivo hasta que no van con un especialista. Recuerda que un síntoma importante de la depresión es la falta de apetito sexual. 

Antidepresivos o ansiolíticos. Algunas drogas de prescripción para tratar la depresión o la ansiedad, tienen un efecto negativo sobre la libido, ya que estos fármacos actúan a nivel cerebral. Si sospechas que ésta puede ser la causa de la ausencia de la libido, informa a tu médico para que te dé alternativas de medicamentos que no afecten tu vida sexual. Nunca abandones tu tratamiento, ya que puede ser peor. Y no olvides que los medicamentos no hacen todo el trabajo, la terapia es indispensable para superar los problemas de salud emocional.

Estrés. El estrés también afecta la producción de hormonas como las endorfinas, dopamina, serotonina y otras sustancias que contribuyen al placer y la estabilidad emocional. Incluso puede llegar a impedir la erección. Trata de identificar y solucionar eso que te está estresando tanto. Haz ejercicio, medita, tómate unas vacaciones, descansa. Mantener la mente tranquila ayuda mucho a concentrarse en el placer, y si esto no es suficiente, consulta a tu médico.

Otras disfunciones sexuales. La falta de apetito sexual puede ser consecuencia de otra disfunción. Cuando un hombre tiene problemas para lograr una erección o sus relaciones sexuales no son satisfactorias, es común que evite tener encuentros íntimos por miedo a fallar. Si se siente ansioso, inseguro, triste o hasta avergonzado por padecer eyaculación precoz o disfunción eréctil, lógicamente el deseo se irá. También puede ser que la disfunción eréctil esté siendo causada porque la libido está en niveles muy bajos. Un círculo repetitivo que sólo se puede romper con ayuda profesional. 

Factores externos

Los malos hábitos también pueden causar falta de apetito sexual. Para nadie es desconocido que los malos hábitos de vida, afectan la salud física y emocional de una persona. La obesidad, por ejemplo, tiene una incidencia directa en la producción de hormonas sexuales. También es causa de mala irrigación sanguínea y de baja autoestima.

Mala alimentación. Genera problemas de muchos tipos, como la obstrucción de las arterias o la falta de nutrientes indispensables para que el cuerpo realice sus funciones de manera normal.

Drogas recreativas, alcohol o tabaco. La adicción a estas sustancias altera tanto el estado de ánimo como el organismo, ya sea a nivel del aparato circulatorio, respiratorio u hormonal. 

Algunas de las recomendaciones más comúnmente indicadas por los médicos son

  • Tratamiento a base de medicamentos. Existen tratamientos farmacológicos que restauran la producción hormonal y que contribuyen a recuperar el apetito sexual. Es indispensable que sea un médico quien determine las causas a partir de los análisis correspondientes para cada caso, y una vez hecho el diagnóstico, recetar el tratamiento más adecuado.
  • Tratamiento psicológico. Si las causas son de origen emocional, lo más indicado es la terapia con un experto. Está demostrado que el apoyo psicológico y sexológico, es sumamente efectivo para un alto porcentaje de pacientes.  
  • Comunicación con la pareja. En ocasiones, la pareja puede ser la causa de la falta de interés sexual; en otras, puede ser el mejor aliado para encontrar una solución. En ambos casos, la comunicación abierta y la disposición a entender, pueden ser el mejor camino hacia la cura. Es muy importante conocer los deseos y expectativas.
  • Descanso. El cansancio físico o las horas de sueño insuficientes, son causa directa de la baja en la libido. El remedio es el más fácil: descansar. Atender este síntoma lo antes posible evitará que el problema se vuelva crónico.
  • Alimentación sana. Este tema es clave para recuperar los niveles hormonales y mejorar la circulación sanguínea. Las grasas saturadas y otros alimentos con alto contenido de colesterol, obstruyen las arterias e impiden la correcta irrigación hacia el pene. Cuidar lo que comemos puede hacer la gran diferencia.
  • Practicar deporte. Es bien sabido que la actividad física regular estimula la producción de testosterona y despierta el apetito sexual.
  • Reducir el estrés. Si el estrés afecta tu vida sexual, debes tomarte un descanso. Date unas buenas vacaciones, encuentra un pasatiempo que ayude a liberar la tensión y desde luego, detecta el motivo de preocupación para poder solucionarlo.

Consideraciones finales

Hay muchas formas de recuperar el apetito sexual. Como siempre te recomendamos que acudas a un médico experto en salud sexual masculina que te podrá ayudar a tratar este padecimiento a través de: 

  1. Medicamentos. Existen fármacos que regulan la producción hormonal o en su caso, solucionan alguna otra disfunción como la eyaculación precoz o la impotencia sexual.
  2. Tratamiento psicológico. Si las causas son de origen emocional, lo más indicado es la terapia con un experto. El apoyo psicológico es sumamente efectivo para un alto porcentaje de pacientes. La terapia de pareja es una opción, ya que les proporcionará la información necesaria y las herramientas para que ustedes decidan el camino a seguir.
  3. Asesoría sexológica. En ocasiones, la pareja puede ser la causa de la falta de interés sexual; en otras, puede ser el mejor aliado para encontrar una solución. La comunicación abierta y la voluntad de seguir juntos, pueden ser la cura. Un profesional en la materia los acompañará en este camino para reencontrar el goce sexual.

El sexo es básico para mantener fuertes los vínculos afectivos. No te conformes con vivir tu sexualidad “a medias”. ¡Hasta pronto!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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