Antes de nacer, el hombre ya tiene erecciones. A las seis semanas de gestación, se forma el miembro sexual masculino. A las diez semanas, ya “se para solito”. Si dependiera sólo de su naturaleza, nunca deberían padecer problemas con la erección. Pero desafortunadamente sí pasa, y con mucha más frecuencia de lo que imaginamos.
Se sabe que aproximadamente el 52% de los hombres tienen o tendrán en algún momento de su vida, problemas de erección, ya sea leve, severa o moderada.
La disfunción eréctil o impotencia sexual masculina ocupa el primer lugar entre los problemas de salud sexual masculina. Por esta razón es importante hablar del tema tanto como sea posible, en medios de comunicación, con los médicos, sexólogos, urólogos, psicólogos y lo más importante, con la pareja, que también la sufre.
Así que, abrimos hilo de conversación: ¿Tienes problemas con la erección? ¡Deja de sufrir y acompáñanos en este desarrollo!
Tipos de erecciones
Empezaremos por decir que hay varios tipos de erecciones. Eso no lo sabías, ¿verdad? Pues sí, están las llamadas erecciones psicógenas, que son las que se producen a partir de la imaginación, cuando se fantasea, leyendo un libro erótico o viendo pornografía y se alborota la hormona.
Las erecciones reflexógenas, como su nombre lo indica, son las que se producen por un reflejo, digamos, automático. Cuando se siente el contacto físico que despierta el deseo.
Y las erecciones matutinas o nocturnas. Estas se producen cuando el cuerpo está en reposo absoluto y se cree que ocurren para mantener la oxigenación en los tejidos y la buena circulación sanguínea. Un hombre sano puede tener hasta cinco erecciones nocturnas, pero si el pene no se despierta junto con el resto del cuerpo por las mañanas, puede ser el mejor indicador de que hay un problema de disfunción eréctil.
Lo normal es que el organismo masculino reaccione en cualquiera de estas circunstancias. Si alguno de estos tres tipos de erección dejan de aparecer, algo anda mal.
¿Por qué surgen los problemas de erección?
Para que una erección se produzca, deben intervenir una serie de funciones corporales y neurológicas, como una reacción en cadena. Si esta cadena se rompe, la erección simplemente no se produce.
¿Recuerdan esa película llamada “Intensa-Mente”? Cada muñequito en el cerebro de la niña desempeñaba una función emocional. Si uno fallaba, otro entraba al quite. Imaginemos algo similar en el proceso que va de la excitación hasta el orgasmo.
La cadena inicia en el cerebro. Al recibir el estímulo, el amiguito “deseo” entra en acción: “¡liberar sustancias!” La serotonina, dopamina, endorfinas y otros químicos del placer y el equilibrio emocional, salen disparados para echar a andar las neuronas. “Neuronas conectadas”. Éstas mandan la señal a través de la médula espinal para que la sangre circule con la suficiente fuerza para llegar al pene. “Atención: sangre llegando al pene. Repito, sangre llenando cuerpos cavernosos.” El pene está erecto. Si todo funciona bien, el coito puede llevarse a cabo sin ningún problema. Otro de los personajes entra en escena: “¡Músculos pubocoxígeos, atentos! Mantener la erección hasta que ambos alcancen el orgasmo.” “Ya viene, ya viene…Conductos eyaculatorios y uretra, ¿están listos? ¡Disparen!”
Seguramente un médico podrá explicarlo con otros términos más adecuados, pero así es como funciona.
Cabe aclarar que, aun cuando haya problemas con la erección, el “amigo deseo”, siempre está presente. Las ganas no se van, pero si el pene no se pone “en firmes”, es que alguno de los personajes que intervienen en el ciclo, no está haciendo su trabajo.
Es aquí donde necesitamos la intervención de un experto en salud sexual masculina. El urólogo debe hacer un examen completo del paciente para saber cuál es la falla. En 9 de cada 10 casos, la falla es fisiológica, mecánica, digamos. El uno restante, es de origen psicológico.
Las causas físicas pueden estar en cualquier punto de la cadena y se examinan “de abajo hacia arriba”. El examen puede incluir un ultrasonido para ver si los cuerpos cavernosos del pene están obstruidos; podría ocurrir a causa de una cirugía de próstata, por ejemplo.
Si el problema no está ahí, hay que buscar en las arterias y venas, que es por donde corre la sangre. Altamente probable que la falla esté ahí. Cualquier enfermedad preexistente relacionada con el sistema circulatorio, puede causar disfunción eréctil: enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol alto, arteriosclerosis, diabetes, problemas en la tiroides, consumo de alcohol, tabaco y drogas o lesiones en la médula espinal.
¿Todo bien en las arterias? Entonces vamos al cerebro. Algunos medicamentos recetados para la depresión, la ansiedad, trastornos del sueño, enfermedades cardiacas o la presión alta, tienen entre sus efectos secundarios un flujo sanguíneo más lento o la baja producción de serotonina. En este caso, puede ser que la disfunción eréctil sí vaya acompañada de la falta de deseo sexual.
Y finalmente, la causa puede ser psicológica: miedo, baja autoestima, problemas de pareja, ansiedad, eventos traumáticos del pasado o altas expectativas sobre lo que debe ser el sexo placentero.
Otra causa común es la edad. El desgaste natural del cuerpo puede hacer que algunos órganos ya no funcionen como antes. Aunque la mayor incidencia de disfunción eréctil está entre los hombres que rebasan los 40 años o los adultos mayores, los jóvenes no están exentos de tener problemas de erección.
Ahora que ya sabemos por qué los hombres pueden tener problemas de erección, pasemos a lo que seguramente, más nos interesa: ¿tiene cura?
¡Deja de sufrir! Los problemas de erección tienen solución
Claro que hay cura. Para eso es el diagnóstico y por eso es tan importante que lo realice un médico calificado. Si tu querido auto se descompone -valga la comparación-, ¿lo llevarías con cualquier mecánico?, ¿tratarías de arreglarlo tú mismo (sin saber de mecánica) para ahorrarte una lanita? Obvio, no.
Tratándose de una parte tan delicada del cuerpo y la vida, no podemos escatimar esfuerzos.
Además, curar la disfunción eréctil es relativamente fácil. La ciencia pone al servicio del placer masculino un buen número de recursos para devolvernos la capacidad de tener erecciones firmes y duraderas.
Lo ideal es un tratamiento integral, que incluya medicamentos, terapia psicológica, asesoría sexual y herramientas tecnológicas de última generación.
Dado que la mayoría de los pacientes que presentan disfunción eréctil, la tienen por causas físicas, los medicamentos orales son la primera línea de tratamiento recomendado por los especialistas. Su acción vasodilatadora responde de inmediato optimizando el flujo sanguíneo y permitiendo la erección. Sin embargo, no todos los hombres son candidatos a usarlos, ya que están contraindicados para pacientes con enfermedades cardiacas o presión alta. Los efectos secundarios son más o menos tolerables, pero sin un médico que te asesore constantemente sobre lo que pasa cuando los tomas, podrías exponer seriamente tu salud. Se han dado casos de erecciones que permanecen por más de seis horas, se llama priapismo y puede ser pasajero o permanente. ¿te imaginas? No, no quieres saber lo que es una erección sin deseo, que no se baja con nada y además, duele. Esto puede pasar cuando el paciente se automedica; toma cualquier cosa que vio anunciada en la tele o en internet, sin conocer su estado de salud ni las consecuencias de estos fármacos. ¡Cuidado!
¿Qué pasa si no eres candidato a los fármacos vasodilatadores?
Otro tratamiento muy efectivo -comprobado- puede ser la terapia de ondas de choque. Se trata de ondas de baja frecuencia que estimulan la regeneración de los tejidos y las arterias del pene para permitir un adecuado flujo sanguíneo. Aunque estas se aplican en la clínica, las sesiones son cortas y después puedes volver sin ningún problema a tus actividades normales.
Entre la terapia con medicamentos para la disfunción eréctil, figura también la farmacoterapia intracavernosal (FIC), son fármacos inyectables directamente en los cuerpos cavernosos del pene. ¡Tranquilo! No lo mencionaríamos si no fuera un procedimiento seguro e indoloro. Los dispositivos son automáticos, muy pequeños (similares a los que se usan para la insulina) y se aplican en casa. También son vasodilatadores, sólo que éstos actúan exclusivamente en el pene, ensanchando las arterias y el tejido de esta zona, sin el amplio espectro que tienen las pastillas.
Si lo que impide tener una erección es una deficiencia hormonal, lo recomendado es la terapia de reemplazo hormonal. Con la edad o por alguna causa genética, algunos hombres pueden presentar niveles muy bajos de testosterona. Este es el tratamiento adecuado para ellos. Sin embargo los efectos secundarios pueden ser muy complicados, por eso no se indican a todo el mundo y debe hacerse a partir de un exhaustivo análisis de salud general.
Los dispositivos manuales como las bombas de vacío, tan famosas hace algunos años, ya no se usan. La ciencia avanza cada día y permite ofrecer tratamientos cada vez más sofisticados y efectivos.
Cuando el problema es de orden emocional, la terapia psicológica es la alternativa. Esta se da con mayor frecuencia en hombres jóvenes, cuyo organismo aún no presenta el desgaste natural de la edad o no existen enfermedades hereditarias.
Sabemos que sólo 15% de los hombres que tienen problemas con erección, acuden al médico para recibir tratamiento. Y pensar que es tan fácil parar de sufrir.
Consideraciones finales
Hay hombres que pasan toda una vida sin dar el paso. Qué triste, ¿verdad? Imagínate que tu última erección fuera cuando ya no te das cuenta. El dato es algo macabro, pero cierto. Cuando un hombre muere en posición vertical, puede tener un último reflejo de erección. Eso le pasaba a quienes morían en la horca, la presión en el cuello hacía que la sangre se fuera a los órganos de abajo.
Hay toda una vida por delante. Tengas la edad que tengas, puedes seguir disfrutando de los placeres y la vitalidad que da el sexo.
Si tienes problemas con erección, ya sea que no la obtengas o ésta no sea lo suficientemente firme para poder mantener relaciones sexuales completas, acude al médico.
Ojo, no hay que confundir un episodio aislado con un padecimiento que se debe atender. Recuerda los tres tipos de erecciones que mencionamos anteriormente y observa cómo es que se están presentado tus problemas de erección:
- Si te pasa en al menos uno de cada cuatro encuentros sexuales.
- Si te han ocurrido repetidas veces en un periodo de entre uno y seis meses.
- Si pierdes la erección al cambiar de postura.
- Si tus erecciones espontáneas matutinas son menos frecuentes o inexistentes.
- Si llegas al orgasmo, pero con una erección menos rígida o no puedes completar el coito.
Tu pareja puede ser un gran aliado para ayudarte a detectar, aceptar y superar el problema. Habla con ella y busca a los expertos en salud sexual masculina.
¡Deja de sufrir, los problemas de erección, tienen solución!
Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto. Clic aquí.
¡Hasta pronto!
Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.
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