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Problemas de erección a los 60 años, ¿mito o realidad?

Se supone que los 60 años son la entrada a la “tercera edad”, nos dan una credencial de descuentos especiales y nuestro primer nombre cambia a “Don/Doña”. ¿Sólo los veinteañeros tienen derecho a disfrutar del sexo? Contrario a lo que se piensa, es precisamente a los 60 años, cuando las relaciones sexuales pueden ser más disfrutables, ya que se prioriza la calidad sobre la cantidad. Entonces, los problemas de erección a los 60, ¿son mito o realidad? Se cree que las fallas en la erección son casi tan habituales como tener canas, pero la realidad es que menos del 50% de los hombres que llegan a los 60 años, los padecen. Quizá ya no somos tan “fogosos” como a los 30, pero nuestra vida sexual, salvo que exista alguna condición de salud, puede seguir siendo fabulosa. 

¡Quédate leyendo y toma nota, que lo que sigue es muy interesante!

Llegar a los 60 años

Gracias a la evolución de la medicina y otras ciencias, la expectativa de vida se ha alargado 20 años. Al llegar a los 60, ya hay una gran estabilidad de pareja, ya han pasado las preocupaciones por los hijos, el trabajo, la presión económica y tantas otras cosas que 10 años antes nos abrumaban. Un hombre y su pareja se conocen tan bien, que pueden abrirse a hablar de todo y ampliar sus horizontes eróticos.

Con la llegada del Viagra, muchos prejuicios acerca del envejecimiento y el sexo, han desaparecido. Los hombres ya saben que hay formas de gozar del sexo hasta el último día de sus vidas e incluso se cuidan más, tanto en la salud como en su aspecto físico.

Problemas de erección a los 60, ¿qué es mito y qué es realidad?

Que “la vejez” sea el fin de la vida sexual, es un mito. Es cierto que, pasada la mitad de la vida, puede haber ciertas complicaciones de salud física, pero un hombre de 60 ¡para nada es viejo! ¿No quedamos que los 40 son los nuevos 30? Pues a los 60, un hombre puede seguir tan activo y viril como a los 50.

Nadie ha nacido con una cuota fija de orgasmos que se va agotando mientras más la usamos. Entonces los hombres pueden seguir siendo apasionados, sólo que ya no lo presumirán como a los 30. Lo que importa en la madurez es el disfrute de todo lo que hacen, sin importar que los demás se enteren.

Otro mito: los hombres maduros son peores amantes que los jóvenes. Pregúntenle a una mujer de 40 o 50. Los maduritos ¡dan batalla! La razón es simple: un hombre de 60 años tiene menos probabilidades de ser eyaculador precoz. ¡Al contrario! Tardan más en eyacular, lo cual permite a la compañera tener más placer y tiempo para llegar al clímax. 

También los juegos previos se prolongan, ya que la erección puede tardar más en aparecer. Esto no significa que existan problemas de erección a los 60, sólo que la respuesta sexual es un poco más lenta.

Tomemos en cuenta que, llegada la andropausia, hay una disminución en el nivel de testosterona, la hormona masculina que produce fuerza muscular, deseo y actividad sexual, activa la memoria y regula los cambios de humor. 

Según un estudio denominado “Cambios en la erección en adultos mayores, su relación con la testosterona sérica y otros factores” que se publicó en la Revista Cubana Endocrinol (vol.27 no.3), los cambios en la erección asociados al envejecimiento, suelen asumirse desde conceptos erróneos. El objetivo de dicho estudio fue describir los cambios en la erección en varones adultos mayores, y su relación con el grado de satisfacción con sus erecciones actuales, la testosterona sérica (la testosterona tiene una variación diurna y la muestra en sangre debe ser obtenida entre las siete y las 11 horas. Este es el parámetro para establecer la presencia de hipogonadismo).

Se estudió a 510 varones en un rango de edad de 60 a 90 años (muy amplio) a través de un cuestionario y se midieron sus niveles de testosterona. Los resultados fueron los siguientes: 

  • 92,86 % reconoció cambios en la erección con respecto a edades previas.
  • Erecciones matutinas disminuidas o ausentes: 71,16 %
  • Relaciones sexuales: 44,8 % disminución, 14,29 % ausencia, 3,17 % aumento).
  • Periodo refractario: 55,02 % aumentó. 
  • Los cambios en los niveles de testosterona no fueron significativos, es decir, no llegan a un nivel de hipogonadismo.

Los problemas de erección no se asociaron con: presencia de pareja, tiempo de relación, estado civil, escolaridad, ocupación, creencias religiosas, enfermedades, tabaquismo, consumo de alcohol, realización o no de ejercicios físicos, privacidad, actividades de socialización, tristeza, pérdida de autoestima, educación sexual y la importancia que conceden a la sexualidad. 

Las conclusiones fueron muy reveladoras en el sentido de que: la erección cambia con el envejecimiento, hay una percepción de disminución, pero no siempre necesariamente de pérdida. Estos cambios son independientes de la testosterona sérica, más bien se adjudican a la edad avanzada y el consumo de medicamentos, principalmente.

Una vez comprobado que el índice de testosterona no es tan dramáticamente bajo para causar disfunción eréctil, podemos afirmar que los problemas de erección a los 60 son relativamente normales, la impotencia sexual en grado severo o ausencia de deseo, no.

Cuando un hombre aún sexualmente activo -como la mayoría de los hombres a los 60- empieza a sentir que disminuye su capacidad de respuesta sexual, puede sentir mucho temor de que éste sea “el principio del fin”. ¡Otro mito! Eso no tiene por qué ocurrir si se trata de una persona sana, que no padezca enfermedades subyacentes (diabetes, hipertensión, enfermedades del hígado, obesidad, etc.). 

Es debido a estos temores que muchos hombres, en lugar de hacerse una revisión completa con el uroandrólogo, empiezan a buscar soluciones en productos naturales o anunciados en televisión, como Adulta, la pastilla negra, que se dirigen principalmente a hombres en este rango de edad. Este tipo de productos, más que mito, son una absoluta falacia, un fraude. Su supuesta efectividad no se basa en ningún principio científico (es herbolaria, no medicamento), sino en el efecto placebo que actúa a nivel psicológico.

Recordemos que la disfunción eréctil, si bien se hace más presente en adultos mayores, obedece más a factores de salud principalmente, asociados con la vascularización. Dichas patologías sí es común que se manifiesten con el paso de los años y no las soluciona un cóctel de hierbas. 

Por otro lado, las erecciones débiles que sí pueden presentarse en hombres a partir de los 60 años, no siempre significan que se trate de un trastorno. Basta con acudir al médico experto en salud sexual masculina, hacer un análisis clínico que determine los niveles de testosterona y de andrógenos masculinos. 

Los hombres en general suelen ser más despreocupados de su salud que las mujeres -quienes acuden al ginecólogo con regularidad-. Aún así, de unos 10 años a la fecha, se ha visto un aumento en los hombres que acuden a clínicas de salud sexual masculina, quizá porque hay más información al respecto o porque en el sistema de salud pública, se han abierto alternativas de tratamiento para este tipo de trastornos.

¿Cómo detectar problemas de erección a los 60?

El primer paso es acudir con un especialista para descartar causas físicas, ya sean enfermedades cardiovasculares, de tipo neurológico, descompensaciones en el sistema hormonal o efectos secundarios de los medicamentos. Como ya dijimos, este tipo de problemas se acentúan si hay alguna enfermedad como diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto o la aterosclerosis. 

Las enfermedades neurológicas -que son mucho menos frecuentes- afectan la transmisión de órdenes del cerebro y la médula espinal al pene a través del sistema nervioso. Hablamos de factores de riesgo como el Parkinson, esclerosis múltiple, enfermedades de la médula o cirugías realizadas por cáncer de próstata, vejiga y recto (por lesión de los nervios erectores). 

También habrá de descartarse una baja importante en el nivel hormonal. 

Si el hombre toma algún medicamento para controlar la hipertensión, antihistamínicos, antidepresivos o antipsicóticos, entre otros, el médico puede ofrecer alternativas para que los efectos secundarios de estos fármacos, no afecten la función eréctil. 

Los problemas de erección a los 60 también pueden ser causados por el alto consumo de alcohol, tabaco o drogas recreativas como la marihuana. Abandonar estas sustancias a tiempo, puede hacer una gran diferencia en la salud, incluida la sexual. 

Una vez comprobadas y controladas las posibles causas físicas de problemas de erección, habrá que analizar los componentes psicológicos. 

Supongamos que el hombre de 60 aún tiene erecciones nocturnas o matutinas. Eso descartaría casi por completo las causales fisiológicas. 

Entonces, ¿qué pasa? Habría que pensar que los problemas de erección pueden estar más ligados a lo emocional. Es casi imposible que la disfunción eréctil se deba a una sola causa, siempre hay un factor psicológico que incide y hay que tratarlo también. Un estado de ánimo depresivo, estrés, ansiedad o, en el caso de hombres adultos, la soledad, pueden inhibir la capacidad de erección de forma importante.

Cuando la fuerza mengua

Como ya explicamos, los problemas de erección a los 60 no significan precisamente la incapacidad para lograr la erección. Pero sí puede ser que ésta sea más débil. Es normal, no pasa nada. Creer que, para tener relaciones sexuales exitosas, se necesita una erección rígida como el acero, es otro gran mito. La consistencia de nuestras erecciones puede variar durante el juego sexual y eso no significa que haya una patología. Con la edad disminuye la fuerza muscular en general. Aguantamos menos, nos tardamos más en excitarnos o en eyacular, pero sabiendo aprovechar estas situaciones y abriéndonos a la idea de que el sexo no sólo se limita al coito, podemos tener encuentros sexuales muy satisfactorios y prolongados, para disfrute de la compañera.  

Ahora que, si esto sí llega a representar un problema en la vida sexual de la persona o la pareja, se puede recurrir a la consulta médica y/o asesoría sexológica, que seguramente brindará información y soluciones que alivien la preocupación por la pérdida de ciertas capacidades.

Afirma, Iraia Lekue, fisioterapeuta especializada en fisiosexología, que “se pueden realizar unos ejercicios con el suelo pélvico en el que se trabajan principalmente dos músculos que intervienen en la fuerza de la erección. Aunque no se recupere el 100% de la tonicidad, los movimientos pélvicos ejercitarán la musculatura y aumentará el flujo sanguíneo en la zona genital”. Para todo hay solución.

Cuando hemos llegado a “la edad de los achaques”, debemos asumir que tal vez no volveremos a tener el vigor de un joven de 20. A lo que sí podemos apostar, es a desmitificar muchos aspectos relacionados con el goce sexual y la erección. 

Consideraciones finales

  1. La edad es una oportunidad para explorar y expresar muchas otras maneras de disfrutar el sexo. La penetración no es la única fuente de placer. Aunque a veces no logremos un coito completo porque la erección no es tan firme, relajémonos entendiendo que esto no es algo grave, a todos nos pasa en algunas ocasiones. La vida sexual en la adultez cobra una dimensión mucho más rica si nos aseguramos de tener buena salud física y emocional. La respuesta sexual cambia, no desaparece, a menos que haya un problema de salud. Y si fuera así, también hay alternativas.
  2. Los tratamientos para mejorar la disfunción eréctil son muy amplios y efectivos, desde medicamentos hasta terapia de ondas de choque.
  3. Como podemos ver, los problemas de erección a los 60 son más mito que realidad. Basta con llevar un control médico estricto de la diabetes, la hipertensión, el colesterol, los triglicéridos, el azúcar; hacer ejercicio, dejar los malos hábitos, comer sanamente, descansar bien y cuidar la apariencia personal. La vanidad no es sólo para los jóvenes, los maduros también podemos caminar con el orgullo de un modelo de pasarela, con todo ¡muy en alto!

¡Hasta pronto!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.

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