La disfunción eréctil se define como la incapacidad de lograr o mantener una erección con la suficiente rigidez para realizar el coito. Para considerarse disfunción, debe presentarse un patrón, es decir, repetirse con frecuencia. La pérdida de erección durante el acto sexual puede deberse a causas médicas (enfermedades asociadas no diagnosticadas), el uso de algunos medicamentos o bien, como una respuesta al estrés, ansiedad, cansancio o problemas de pareja, por mencionar sólo algunas causas. ¿Tienes pérdidas de erección durante el acto sexual? Estos son los problemas que podrías tener sin saberlo y te los explicaremos a continuación.
¿Se trata de disfunción eréctil?
La pesadilla de cualquier hombre, especialmente a edades tempranas, es no lograr una erección o bien, que en pleno acto sexual, nuestro “compadre” se quede dormido y nos deje mal frente a la pareja. A todos nos ha pasado alguna vez y no es ninguna tragedia, hasta cierto punto, es normal. Pero, ¿y si esto ocurre con más frecuencia de la que nos gustaría? ¿Será disfunción eréctil?
No necesariamente, aunque sí es necesario saber por qué está ocurriendo esto, ya que puede haber un problema de salud física o emocional oculto y que requiera atención profesional.
Los problemas que podrías tener sin saberlo
Para tu tranquilidad, debes saber que la mayoría de las veces donde sí se logra una erección, pero se pierde en el camino, se debe a causas psicológicas. De haber un problema de salud vascular, es posible que la erección ni siquiera apareciera. Hay muchos factores a tomar en cuenta: la edad, si existen erecciones espontáneas o no, con qué frecuencia se repite, antecedentes de enfermedades asociadas a los problemas de erección (hipertensión, diabetes, cardiopatías, tabaquismo, etc.), toma de medicamentos, depresión, ansiedad, en fin; cada caso debe revisarse de forma individual y con la intervención de un profesional en salud sexual masculina.
El pene es un indicador de salud. Cuando no desempeña bien alguna de sus funciones, en este caso, la función eréctil, puede ser señal de un problema en el corazón, en el sistema circulatorio, la tiroides, la glándula pituitaria, el aparato reproductor (los testículos, por ejemplo), el cerebro o ¡las emociones! Así de importante es este órgano.
Hablemos, en primer lugar, de la fisiología del pene. En su parte interna, existen dos estructuras cilíndricas clave para que el pene pueda llevar a cabo una de sus tareas más importantes: la penetración. Se trata de los cuerpos cavernosos. En el centro de los cuerpos cavernosos, se ubican dos grandes arterias (arterias cavernosas), las más importantes al momento de llevar sangre al pene. Hay una tercera columna más pequeña situada en la parte inferior del pene que contiene la uretra y da forma al glande, se llama cuerpo esponjoso, el cual contiene vasos sanguíneos y al igual que los cuerpos cavernosos, se llena de sangre al iniciar la fase de excitación. También mantiene la uretra abierta durante las tres primeras fases de la respuesta sexual (excitación, meseta y orgasmo).
Los cuerpos cavernosos están compuestos de tejido elástico o eréctil, éste a su vez contiene arterias, nervios, fibras musculares y senos venosos con espacios separados entre sí. Algo muy parecido a una esponja. Dichos espacios son una especie de “micro lagos” llenos de sangre, se trata de vasos sanguíneos que rellenan esos huecos. Cuando la sangre entra en estos espacios, los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso se hinchan y endurecen.
Sabemos que, para lograr una buena erección, se requiere de un óptimo llenado de sangre de los cuerpos cavernosos, con la suficiente presión para alcanzar y mantener la rigidez del pene, pero también es indispensable conservar en buen estado las arterias cavernosas y el resto de las estructuras encargadas de evitar la salida de esa sangre. Este mecanismo en su conjunto se llama mecanismo veno-oclusivo.
El portal quirosalud lo explica de la siguiente manera: “la erección se produce por la entrada de sangre arterial en los cuerpos cavernosos, mientras el mecanismo oclusivo de las venas se activa para impedir la salida de sangre venosa del pene. Una erección débil puede deberse tanto a una entrada insuficiente de sangre arterial como a un fallo del mecanismo veno-oclusivo.”
Cuando se tiene pérdida de erección durante el acto sexual de forma frecuente, la recomendación es acudir con el urólogo. Sólo a través de una revisión completa del estado de salud del paciente, podrán descartar las causas físicas del problema y determinar el tratamiento más adecuado para cada persona según el diagnóstico.
¿Y si no es físico?
Como ya mencionamos, las causas de la pérdida de erección pueden ser multifactoriales, llámense físicas, educacionales, psicológicas, emocionales o de relación en la pareja.
El sexo y las emociones están estrechamente ligados. Cuando tenemos relaciones sexuales, lo ideal es estar presente con todos nuestros sentidos y con la mente. Pero a veces, es imposible desconectarse del entorno, los problemas o cualquier otro distractor.
“Estoy desconcentrado”, “tengo mucho estrés”, “tengo problemas en el trabajo”, “estoy cansado”, “no me he sentido bien” …estas son situaciones comunes que pueden llevarnos a perder la erección durante el acto sexual.
Cuando nos ha pasado más de una vez, es normal que el miedo a fallar se convierta en ansiedad y se forme un círculo vicioso.
También puede pasar que la preocupación por complacer a la pareja, nos haga olvidarnos de nuestro propio placer y perder la erección hasta con un cambio de postura o un movimiento inesperado.
Otro factor importante en el que los sexólogos suelen indagar en primer término, es la situación de pareja. Al llevar mucho tiempo juntos, las relaciones sexuales pueden caer en la rutina o incluso, se puede perder el interés en esa persona. No es raro que, con los años, dejemos de sentirnos atraídos por la pareja. Pero, debes saber que esas situaciones se pueden superar con la ayuda de un terapeuta. La asesoría sexológica ha ayudado a miles de parejas a recuperar la chispa y volver a sentirse estimulados encontrando nuevas formas de erotismo.
La mente es sumamente poderosa, puede ayudarnos a lograr cosas que creíamos imposibles o, por el contrario, convertirse en nuestro peor enemigo. A la hora del sexo, cuerpo y mente deben estar conectados. Si nos distrae hasta una telaraña en el techo y se pierde la erección, tal vez sea necesario buscar dentro de nosotros qué es lo que nos impide estar al 100% en uno de los momentos más placenteros de la vida.
Cuando la erección se pierde durante el acto sexual, la causa puede ser una alteración de las emociones. Habrá que indagar en esos rincones íntimos de uno mismo para saber qué es lo que nos está impidiendo vivir la sexualidad con normalidad.
Lo más importante, en principio, es entender que no hay nada malo en nosotros. Somos humanos y pasamos por momentos altos y bajos en la vida.
No olvides que el órgano sexual más importante es el cerebro. Ahí se producen una serie de reacciones químicas al recibir estímulos que pueden ser físicos, visuales, auditivos o producto de la imaginación. Estos estímulos activan los neurotransmisores responsables de despertar el deseo sexual, las señales llegan a los órganos genitales y se produce la erección. Cuando el proceso de respuesta sexual se ve interrumpido por una interferencia emocional, la reacción en cadena, se rompe.
Hablar con tu pareja y con un experto en salud sexual masculina, es el primer paso para calmar la ansiedad y evitar que la pérdida de las erecciones se vuelva un problema crónico.
También puedes seguir algunas de estas recomendaciones para lograr mantener erecciones más fuertes y duraderas.
- Di no a las sustancias. El tabaco, el alcohol y las drogas son los peores enemigos de las erecciones. Fumar incrementa notablemente las probabilidades de padecer disfunción eréctil. Al abandonar este hábito, el riesgo se reduce potencialmente. El alcohol, por su parte, inhibe el buen funcionamiento del sistema nervioso central, el cual está implicado directamente en la respuesta sexual. Algunas drogas recreativas como la cocaína, actúan como vasoconstrictor reduciendo el flujo sanguíneo en venas y arterias, por lo tanto, dificulta la llegada de sangre al pene. La marihuana, al igual que el alcohol, tiene efectos depresores. Quizá te parezca buena idea fumar un porro para enfrentar la ansiedad, pero el consumo frecuente disminuye el deseo sexual y puede provocar disfunción eréctil momentánea.
- Mantén una buena dieta. La obesidad, el consumo de grasas saturadas, la falta de hidratación y la desnutrición, son el camino directo a las enfermedades cardiovasculares y a los problemas de erección. Los desórdenes metabólicos derivan siempre en enfermedades asociadas a la disfunción eréctil. Llevar una dieta sana que incluya pescados, carnes magras, frutos secos, leguminosas, omegas, frutas, hortalizas y una gran cantidad de hojas verdes, sólo puede redituar en un mejor estado de salud, más energía, buena circulación y por supuesto, erecciones firmes y duraderas.
- Haz ejercicio. Lo sabes, ¿verdad? El sedentarismo es un factor de riesgo para las erecciones débiles. La actividad deportiva genera endorfinas, mejora la autoimagen, reduce riesgos importantes en la salud y nos da la condición física necesaria para aguantar los rounds que sean necesarios. El ejercicio es el único “Viagra natural” que existe.
- Complementos vitamínicos. Algunos complementos nutricionales pueden ayudar a controlar el estrés, la falta de energía o alguna deficiencia causada por enfermedad. Sin embargo, no es recomendable simplemente tomarlos sin consultar al médico. Sólo al conocer el estado de salud general de la persona, podrá determinarse si se requiere algún suplemento adicional.
- Hazte un check up anual. No importa la edad que tengas, desde jóvenes debemos adoptar esta costumbre. Visita al médico una vez al año, especialmente si hay antecedentes familiares de cáncer de próstata, diabetes, hipertensión o cardiopatías. Detectar ciertas enfermedades en su etapa inicial puede hacerlas más tratables y reduce notablemente el riesgo de que éstas produzcan problemas de erección.
- Revisa los medicamentos que tomas. Entre los efectos secundarios de algunos medicamentos, se encuentran la disminución de la libido o la dificultad para alcanzar o mantener la erección. Hablamos de fármacos para la depresión, hipertensión, vías urinarias (diuréticos) o alergias (antihistamínicos). Es muy importante que no abandones tu tratamiento, sólo pide a tu médico que te dé alguna alternativa que no interfiera con tu vida sexual.
- Relájate. Disciplinas como el yoga y la meditación son una buena alternativa para controlar el estrés que produce nuestro ritmo de vida. Además de relajar la mente, el yoga puede ayudarte con la elasticidad de los músculos, aprender a manejar la respiración y fortalecer la zona pélvica.
- Mantén una vida sexual activa. Las relaciones sexuales frecuentes reducen la posibilidad de desarrollar problemas de erección, pues mantiene en buen estado el aparato circulatorio, la actividad cerebral y concretamente, la elasticidad en las arterias y los cuerpos cavernosos del pene.
- Habla con tu pareja y con tu médico. Si tienes pareja, dialoga con ella sobre lo que te preocupa en el terreno sexual, qué cosas nuevas les gustaría experimentar o pide directamente su apoyo para acudir con un profesional. Tengas o no una pareja estable, el mejor interlocutor cuando hay problemas de erección, es tu médico.
- Asesoría sexológica es muy provechosa para superar los problemas de pareja o individuales cuando se ven afectadas las relaciones sexuales. Un terapeuta especializado en esta materia te guiará sobre cómo mejorar tu vida sexual.
- Tratamientos para la disfunción eréctil. Si tu médico lo considera conveniente, puedes echar mano de tratamientos farmacológicos como el sildenafil u otros medicamentos vasodilatadores o mejor aún, la terapia de ondas de choque. Este tratamiento de primera línea para solucionar la disfunción eréctil, también ayuda a mejorar las erecciones de hombres más jóvenes, ya que las ondas de baja frecuencia estimulan la regeneración de los tejidos y las arterias del pene para permitir un adecuado flujo sanguíneo. Son indoloras y no tienen ningún efecto secundario.
Consideraciones finales
Si tienes pérdidas de erección durante el acto sexual, ahora sabes cuáles son los problemas que podrías tener sin saberlo.
Consulta a tu médico, él te ayudará a resolverlos y a recuperar una de las fuentes de felicidad más importantes del ser humano.
¡Hasta pronto!
Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey.
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