¿Sabías que existe algo llamado estímulos antisexuales? En sexología, se utiliza este término para definir a aquellas acciones que, lejos de estimular a nuestra pareja y darle placer, le provocan el efecto contrario. Es decir, funcionan como repelentes sexuales.
En el presente artículo, vamos a hablar de los estímulos antisexuales más comunes y qué podemos hacer frente a ellos. Te recomendamos seguir leyendo. ¿Nos acompañas?
¿Cuáles son los estímulos antisexuales más comunes?
Aunque no es muy habitual leer información sobre este tema, los estímulos antisexuales son mucho más usuales de lo que se piensa. Algunos de los más comunes son:
- Conductas poco apropiadas al momento de tener sexo. Por ejemplo, movimientos bruscos, palabras inadecuadas, caricias en lugares no convenientes o que no son del agrado de nuestra pareja. Incluso también, conductas que se omiten. Por ejemplo, no tener en cuenta los momentos previos a la relación sexual y evitar ciertos estímulos que para algunas personas son importantes como los besos y las caricias anteriores al acto sexual.
- Olores desagradables. Mal aliento, olor a tabaco, aromas poco agradables en las zonas íntimas a causa de malos hábitos de higiene.
- Imagen corporal desaliñada y descuidada. Esto puede ir desde el uso de ropa interior en mal estado hasta exceso de vellos (tanto en hombres como en mujeres).
- Problemas relacionales. Aquí podemos agrupar aquellos vínculos de pareja que sí o sí necesitan ayuda profesional porque suelen relacionarse con violencia física o psicológica o por el contrario, tienen un vínculo parentalizado, es decir, demasiado fraternal, con muy poca química sexual.
Los estímulos antisexuales parecen ser un tema banal pero no lo son. Suele hablarse muy poco de ellos pero requieren especial atención ya que, la mayor parte de las personas suelen acostumbrarse a ellos y tolerarlos para evitar conflictos. A largo plazo, no solucionar este problema puede generar un alejamiento sexual de nuestra pareja trayendo como resultado la ruptura o infidelidad.
Suele ser algo difícil de asumir y hablar, porque no queremos lastimar o humillar a nuestra pareja al comunicarle algo que nos molesta o incomoda. Incluso, en aquellas parejas que hace años que están juntos también es un asunto complicado.
Lo más recomendable es buscar ayuda profesional para encontrar la mejor manera de comunicar aquello que nos está generando fastidio, sin ofender a nadie.
Algunos consejos para tratar con los estímulos antisexuales.
Como hemos dicho más arriba, la única solución frente a este problema es un diálogo abierto y sincero con nuestra pareja.
El problema muchas veces está en la forma en la que decimos las cosas y no en los dichos puntuales. Cuando tenemos que comunicar algo que no nos gusta o no queremos hacer más, siempre es aconsejable empezar nombrando aquello que sí nos gusta. Resaltar los aspectos positivos de la relación sexual con nuestra pareja siempre es una buena manera de ablandar el ambiente para luego sincerarnos.
Con amor, respeto y amabilidad nada puede salir mal. También puede suceder que aquello que a nosotros nos molesta pueda ser algo con lo que nuestra pareja está incómoda pero no sabe cómo solucionarlo. Ofrecer ayuda para buscar un remedio a la situación y que él o ella pueda sentirse mejor al respecto también es conveniente.
Recuerda que siempre habrá profesionales capacitados que podrán ayudarte si no encuentras una solución o no sabes cómo accionar.
Últimas consideraciones
No nos acostumbremos a la ausencia de actividad sexual en nuestra vida. Tener relaciones sexuales con frecuencia es fundamental para nuestro bienestar físico y emocional.
Si notamos que nos estamos alejando de nuestra pareja y evitamos tener relaciones sexuales con ella, indaguemos sobre los motivos. No lo naturalicemos.
¡Esperamos que este artículo haya resultado esclarecedor! Nos volvemos a encontrar en el próximo artículo.
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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